domingo, 24 de marzo de 2019

Su mejor aventura…Hasta ahora.


1. Artemis Fowl: El Cubo B.

     De 2003 data la tercera novela de la saga de Artemis Fowl, el personaje creado por el irlandés Eolin Colfer y que en inglés se titula Artemis Fowl: The Eternity Code y que como el libro anterior en su traducción al español, tuvo un pequeño cambio en su nombre para la versión a nuestra lengua.  Con unas cuantas páginas más que su predecesora (la versión en bolsillo que poseo tiene 440 páginas exactamente), viene a ser un salto argumental y de estilo más grande que los dos primeros libros de la saga, puesto que ahora que están más desarrollados los personajes y el mundo creado por su autor, es posible jugar más con sus caracterizaciones, así como con el estilo narrativo y, de paso, profundizar más en los temas abordados ahora que (se supone) sus lectores originales son mayores.  Lo anterior, como no, permite encontrarnos con una mejor y más entretenida novela que las anteriores.
      La narración comienza más o menos un año y medio luego de los eventos del primer tomo, cuando Artemis tiene 13 años aún, contraviniendo lo que el lector hubiese pensado de que transcurría alrededor de un año entre una nueva aventura y otra (como bien sucede con las entregas originales de Harry Potter, saga de fantasía con la que de forma injusta han comparado esta serie; como si se tratara de una versión más oscura o en tono de humor negro, de las andanzas del aún más popular personaje de J. K. Rowling).
     El libro comienza con nuestro antihéroe a punto de completar uno de sus mayores planes, para ganar un montón de dinero: extorsionando a un poderoso empresario de la tecnología. al enseñarle su último invento y consistente en un pequeño aparato, el llamado Cubo B, capaz de meterse dentro de cualquier sistema de seguridad y otras maravillas.  La “oferta” del pequeño genio es sencilla: el otro hombre de negocios le entregará una suma considerable y él durante un año no usará su nuevo artefacto, de modo que así su contrincante puede prepararse para no perder más dinero, para cuando entre en funcionamiento el aparato.  No obstante, lo que no se espera Fowl es que el mucho más experimentado y verdadero villano, no teme en cruzar varias líneas y le quita el artilugio, dejándolo a él y a su leal Mayordomo en más de un aprieto.  Como el último invento de nuestro protagonista es una fusión de la ciencia de los “elementos del subsuelo”, lamentablemente una vez que el aparato es activado, estos quedan involucrados y de ese modo una vez más la capitana Canija y compañía, deben volver a trabajar junto al “fangoso”, para gusto o disgusto de todos ellos.

2. La evolución de los personajes y de su relación entre sí.

     Luego de los acontecimientos de Encuentro en el Ártico, nos encontramos con un Artemis Fowl mucho más “evolucionado” y/o humanizado que como lo pudimos ver en la primera entrega de la saga; al respecto, bien podríamos decir que este ahora que es más grande ha madurado, puesto que las pasadas experiencias le han demostrado que no estamos solos y que ni siquiera él mismo está necesitado del afecto de quienes lo rodean.  Además, ya no solo ha recuperado a su madre, sino que también gracias a la intervención de las criaturas mágicas, por fin ha logrado tener otra vez a su padre con él; a su vez,  su progenitor en esta novela tiene un valioso papel, al transmitirle su propio cambio en la manera de ver la vida y, de ese modo, llevarlo a comenzar un proceso más profundo de espiritualización.
     Queda claro que ahora Artemis por igual ha llegado a admitir que Mayordomo es alguien importante para él y no solo por ser un eficiente guardaespaldas, siendo que también ha llegado a valorar a la elfa e incluso a gente como Mantillo y Potro.  Si el gigantón al servicio suyo viene a ser una particular figura paterna, Holly se ha transformado en lo más parecido a una amiga, un par suyo a la que no solo admira, sino a la que junto con el resto considera que disfruta mucho de las aventuras juntos.  Por otro lado, en el enano claramente ve a alguien que le recuerda bastante a él mismo, debido a su amor por el dinero y los lujos, además de que ambos son dos patanes de buen corazón, a los que les gusta la adrenalina de trabajar en la ilegalidad.  Asimismo, imposible que no se sienta identificado con el centauro, cuya inteligencia y experticia en la tecnología es tan grande como la suya…De este modo, cada uno de los mencionados completan y complementan al chico, por tratarse de importantes aspectos de su persona que lo convierten en alguien integral.
     En cuanto a Holly Canija, la coprotagonista de esta serie que cada vez me está gustando más, queda de manifiesto que en contra de su voluntad ha llegado a apreciar al pequeño criminal, lo mismo que al ladronzuelo de Mantillo; todo esto, puesto que aunque la oficial de la PES sea alguien que ha hecho un juramento para respetar la ley, guarda dentro de sí por igual un espíritu inquieto y deseoso de ir más allá de los límites impuestos por la sociedad; puesto que tal como ha quedado demostrado en las varias ocasiones, en las que se ha saltado las reglas, a veces es necesario tomar otras medidas para llevar a cabo las misiones y no todo se trata de ser “correcto” 100% en la vida.
    Con respecto a Mantillo Mandíbulas (imposible que no te llegue a caer bien, que nunca ha sido un tipo malvado, en realidad), la soledad a la que le ha llevado la vida que ha escogido, poco a poco ha ido remitiendo, ahora en que por primera vez ha escogido  llevar a cabo actos desinteresados por otros  y ello permite que se establezca una real fraternidad con Artemis; además, su propia relación con Canija y hasta con la hermana menor de Mayordomo, resulta ser menos conflictiva, ya que comienza a nacer un verdadero aprecio entre estos tres.

3. Los nuevos villanos.

    En esta ocasión el mal viene por parte de los humanos, que nos encontramos con unos cuantos tipos amorales, tanto o más bellacos que los presentados en el libro anterior; cada uno de ellos con sus propias particularidades y muy bien delineados.
    El primero de ellos viene a ser Jon Spiro, un hombre de negocios que tal como Cudgeon y Kobol, solo piensa en su propio bienestar (y he aquí algo interesante al respecto, que viene a ser la idea de que antes así era más o menos Artemis, hasta que sus vivencias y la gente de su círculo lo hicieron cambiar para mejor), sin importarle cómo conseguir sus mezquinos objetivos.  Se trata de un hombre que contrasta además con Fowl por su edad y apariencia, que tendría por sobre los cincuenta años, de aspecto delgado y seco, quien menosprecia la compañía de los demás y solo cuenta con empleados, gente que le sirve solo por temas de dinero.  Por otro lado, vemos en él a alguien que por ser más viejo, tiene más experiencia que el supuesto novato y por eso se siente orgulloso de ello, menospreciando a su competidor; a su vez, considerando el mensaje ecológico de estas novelas, es un tipo al que no le importa el medio ambiente, de modo que entre sus varias infracciones está el ser responsable de muchos atentados contra la naturaleza.
     Luego tenemos a Brutus Blunt, que si el anterior corresponde a lo más parecido a una némesis para Fowl, este otro viene a ser la contrapartida maligna del honorable Mayordomo.  Años más joven que Domovoi (en efecto, por fin se nos revela su nombre de pila), es el propio guardaespaldas del villano Spiro y quien manda sobre otros musculines descerebrados que llevan a cabo más fechorías para el millonario.  A lo largo de la novela, ambos protectores tienen su propia rencilla entre sí, un atractivo subarco argumental dentro de la historia y que ayuda a darle mayor complejidad a esta, como al propio Mayordomo (el desenlace del enfrentamiento entre ambos es, sin dudas, bastante ingenioso).
     Además encontramos a la pareja de cabezas de músculo de Pex y Chips, dos tipos que trabajan para Spiro y que de tanto torpes que son, le otorgan algunos de los mayores momentos de humor a la trama.  Ambos son individuos de inteligencia subnormal, que solo saben usar su cuerpo para enfrentarse a la vida y que una y otra vez son superados por Artemis y compañía.  
    No se puede dejar de lado al violento y acomplejado Mocasines McGuire, una especie de sicario o mercenario que si bien no aparece tanto en la narración, se convierte en uno de los mejores nuevos personajes de esta.  De baja estatura y lleno de tatuajes, le toca ser el gran oponente de Mantillo en esta obra, puesto que originalmente a ambos les toca trabajar juntos.  
    Como espero haya quedado demostrado con lo afirmado en cada caso, sin querer caer en el desagradable spoiler, todos estos sujetos de conducta reprobable funcionan de manera distinta a la hora de cometer sus fechorías.  Es así que claramente Spiro es el cabecilla, quien hace uso de su inteligencia y su dinero para hacer y deshacer a su antojo, mientras que Brutus (y fíjense en su significativo nombre, heredado del traicionero personaje histórico asesino de su tío, el César del Imperio Romano) es un hombre también artero, pero que se apoya más en sus habilidades mortales físicas.

4. Otros aspectos a tener en cuenta.


     En primer lugar cabe destacar que junto a la narración central, se incorporan páginas de nada menos que el diario de vida o las notas privadas de Artemis Fowl.  De esa forma, nos es posible conocer de primera mano cómo piensa este y lo que significan para él las demás personas.  Queda claro que este viaje por su interioridad, le otorga una mayor dimensión humana y que ahora más que nunca nos lo convierte en alguien agradable.
     Por otro lado, se rescata a un personaje que tuvimos el gusto de conocer en la primera entrega de la serie y a la que en su secuela solo se le mencionó de pasada: Juliette, la hermana menor de Mayordomo.  Desde su aparición la chica, de entonces 16 años, fue descrita como alguien simpático; sin embargo, es en esta ocasión que se profundiza en su personalidad, con capítulos dedicados a ella, que la muestran como alguien por completo distinta a su hermano y aun así heredera de la hidalguía de corazón de su familia.  Por otro lado, su mayor protagonismo nos ayuda a conocer más acerca de la rancia tradición a la que pertenecen ella y su hermano; extendiendo, de ese modo, aún más el ancho mundo ficticio que en cada volumen de la saga, va siendo descubierto con placer por parte de los lectores.
     Cabe destacar que el principal villano de esta historia sea nada menos que... ¡Un gringo! Si para las criaturas mágicas sus humanos favoritos son los irlandeses (recordemos que el autor es irlandés), aquí vemos cómo un representante del poderoso país de Estados Unidos, encarna buena parte de lo peor de este pueblo: un capitalista empedernido y falto de corazón, una criatura depredadora que fagocita a los demás y que está tan consumido por sus propios deseos, que su propio aspecto no es muy saludable que digamos. ¿Podríamos decir que todo este detalle es una crítica/sátira velada a la gente del norte? Muy probable y tan solo contar con un patán como este, en una mera "novelita" juvenil, nos demuestra cómo ha subido la calidad artística de la saga.
     Si bien Julius no aparece tanto en este tercer libro, si volvemos a contar con la presencia de alguien tan carismático como Portillo. Al respecto, imposible no disfrutar cuando este, coludido con Artemis, engaña al villano haciéndose pasar por... (mejor descúbranlo por ustedes mismos), claramente uno de los mejores aciertos de la novela.
      El tomo posee más ciencia ficción que sus predecesores, que el llamado Código de la Eternidad que titula la novela en inglés es una idea muy inteligente, quizás por el valioso hecho de que la mayor parte de su desarrollo transcurre en la superficie (a diferencia del anterior, que en su mayoría está ambientado en el subsuelo).  Es así que buena parte del libro se traslada, como no, a USA y además nos muestra a otra famosa mafia de tantas historias reales y ficticias: la italonorteamericana.  Con esto último, se nos incorpora una nueva villana, quien tan solo en un par de apariciones suyas, se vuelve atractiva para el lector y que ojalá vuelva a salir en próximos títulos.
     Tras el emocionante clímax, muchas páginas antes de acabar la narración, como broche de oro viene un emotivo desenlace y algo tan intenso que no hubiésemos esperado de estos libros.  No voy a contar al respecto, pero una vez cerrado el libro, imposible no desear leerse de inmediato el siguiente, para saber cómo logra arreglarse lo sucedido en este desenlace tan impactante, en especial para Artemis Fowl.

Portada de la adaptación al cómic de la novela que hoy nos reúne.

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