I- El cierre de
la trilogía.
Luego de que Shyamalan nos sorprendió al
final de Split al conectar este filme con Umbrekeable, era solo
cosa de esperar que pronto viéramos al villano y al superhéroe juntos, en una
lucha entre el mal y el bien como acostumbramos a ver en este tipo de
historias. La pregunta era cuándo iba a
ser ello posible, teniendo en cuenta la enorme cantidad de años que se tomó
para continuar esta saga, tras comenzarla a finales de los noventa…De ese modo,
todo un regalo para sus seguidores fue que solo poco más de un año pasara, para
que viniera este verdadero enfrentamiento, tercera y, también, última parte de
su trilogía. Se tenía que apurar, claro,
que Bruce Willis ya tiene sus buenos años (si bien se ve mucho mejor que varios
más jóvenes que veo por ahí), que tampoco, supongo, quería a un justiciero
decrépito ¿No?
La cinta nos muestra que David tras su
primera intervención como paladín en la cinta capitular, inició una verdadera
carrera secreta protegiendo a la gente de criminales, que supuestamente los
agentes institucionalizados no hubiesen reducido. Es así que tras el correr de los años logró
convirtió en toda una leyenda, admirado por muchos y considerado por otros como
una amenaza a la justicia y/o un loco.
En su misión lo secunda su propio hijo, quien le ayuda a localizar en la
Red y usando medios tecnológicos avanzados a estos antisociales; de esa manera
Dunn logra dar nada menos que con Kevin, o mejor dicho con La Horda y como
consecuencia de ello ambos tienen su primera batalla. Tras finalizar la pelea,
ambos son neutralizados y llegan nada menos que a un centro para enfermos
mentales, donde tienen celdas o cuartos especialmente acondicionados para ellos
y evitar que puedan usar sus poderes. Por otro lado, en ese mismo sitio se
encuentra el primer villano al que se enfrentó nuestro superhéroe: El Señor
Vidrio (Mr. Glass) y de ese modo inevitable resulta ser que el camino de estos
tres, se crucen con las consecuencias más impactantes que alguien como
Shyamalan nos podría dar.
II- El verdadero
protagonista de esta historia.
Si en la primera obra que comprende esta
saga, el personaje principal es el superhéroe o, más bien, su temática trata sobre
la génesis de este (con todo lo que implica, incluyendo la relación estrecha
con su némesis); la segunda aborda la historia del villano sobrenatural o con
superpoderes (¿Una mutación quizás?); así que esta tercera parte gira en torno
a quien le da su nombre, Mr. Glass, ya que en contra de todo lo que pensábamos,
luego de casi una hora de metraje, nos damos cuenta de que el genio criminal ha
movido los hilos con maestría para conseguir su secreto propósito.
He ahí una de las genialidades de este
filme, que injustamente ha sido vilipendiado por ahí entre algunos críticos y
páginas de cine, pero como ya he dicho varias veces: No me quedo con la opinión
de esta gente, que me basta con mi propia impresión y si a mí me ha logrado
cautivar algo, eso es lo primordial para mí.
Tampoco voy a pedir que los demás piensen como yo, aunque al menos
cumplo con transmitir mis apreciaciones por este medio y en vivo, que cada uno
asume su propia opinión en materia de estética.
Bueno, siguiendo con el curso de pensamiento con el que comencé este
párrafo, Shyamalan realiza uno de sus famosos giros argumentales, al hacer que
el personaje interpretado por el siempre maestro Samuel L. Jackson, comience a
llevar la batuta de la trama, al convertirse en el momento menos previsto en el
impulsador del siguiente encuentro entre David Dunn y la Horda (o la Bestia,
según como quieran llamarlo)…Solo tras el impactante clímax, viene el aún más
revelador largo epílogo o desenlace y donde todas las piezas comienzan a
encajar para que conozcamos cuál era el plan de este tan especial sujeto.
Cuando volvemos a ver al Señor Vidrio en
pantalla, aparece en un estado deplorable, una piltrafa humana que se aleja por
completo del hombre que conocimos en el pasado.
No obstante todo es un engaño suyo y luego se convierte en una máquina
imparable para quien su fragilidad no le impide hacer sus fechorías y aliarse
con el otro prisionero de extremo peligro del recinto. Por mucho que el guión y la cámara dediquen
sus buenos minutos al coprotagonismo de los personajes interpretados por Willis
y McAvoy de manera respectiva, esta mente-maestra se roba la pantalla una y
otra vez y aunque sea un asesino frío no puede dejar de simpatizarnos. Luego, cuando el círculo se ha cerrado, uno
puede decir sin vergüenza: ¡Es un genio! y hasta podemos llegar a admirarlo sin
sentimiento de culpa. Puesto que desde
que se abrió este ciclo, se nos plantea que no todo es blanco y negro, sino que
hay matices y aún dentro de la oscuridad como la que habita en gente como el
Señor Vidrio y la Horda, hay luz y la humanidad se hace presente.
III- Los
secundarios también regresan.
Junto a los 3 ya mencionados, el
realizador nos da la más que grata sorpresa, al incluir dentro del guión a
varios secundarios ya conocidos, de las películas anteriores. Más encima, todos estos vuelven a ser
interpretados por los mismos artistas de los otros dos filmes. Es así que tenemos con nosotros al ya
mencionado hijo de David, su único aliado en la tarea salvadora que se ha autoimpuesto
y que ha pasado de ser un dulce niño, a un hombre hecho y derecho. Interesante viene a ser, al respecto, de cómo
se repite en un plano más adulto, la idea del socio incondicional y mano
derecha del justiciero que se mantiene entre el personaje y este protagonista.
Por otro lado, la dulce madre del Señor
Vidrio igualmente está de vuelta, en el presenta una anciana que no ha dejado
de amar a su hijo, pese a saber de los crímenes que ha cometido. El poder de su
amor es esencial para demostrarnos que Eliah, no es un monstruo por completo.
Por último, nos volvemos a encontrar con
Casey, la única adolescente que sobrevivió al secuestro triple que había hecho
con anterioridad la Horda y quien ahora ha llegado a entablar un tipo de
fraternidad con Kevin, al reconocerse el uno en el otro a un par, como
sobrevivientes de una infancia traumática.
Estos tres son las personas más valiosas
para los protagonistas y a lo largo del filme se evidencia no solo el papel de
testigos de primera mano, que tienen sobre la vida de sus cercanos, sino que luego
nos vamos dando cuenta de que tienen su propio destino dentro del plan del
Señor Vidrio (algo que solo llegan a saber igual que el resto, una vez que se
consuma todo).
IV-Otros temas
recurrentes de los cómics que recrea Shyamalan.
David Dunn es un vigilante maduro que
trabaja “desde las sombras”, sin contar con la bendición del sistema de
justicia legal y, sin dudas; con resultados mucho más eficientes que el de las
autoridades que lo consideran más bien una amenaza, que un aliado. Cabe mencionar que esta representación del
justiciero que aborda su trabajo “fuera
de la ley”, tiene antecedentes famosos en las historietas que el realizador ha
querido homenajear: casos como el famoso Castigador y el mismísimo Batman en
algunas de sus continuidades, vienen a ser los referentes y paralelismos, que
podemos encontrar en el filme que ahora nos reúne.
Por otro lado, la figura de Joseph Dunn como
principal apoyo de su padre, haciendo uso de la tecnología de las
telecomunicaciones para ayudarlo a combatir a los criminales, recuerda a
personajes clásicos como Micro, el compañero del ya mencionado veterano de
guerra, convertido ahora en enemigo acérrimo de los criminales; pero también nos
puede recordar a Oráculo, la segunda identidad secreta de Barbara Gordon, luego
de que el Guasón (me cuesta llamarlo Joker) la dejara inválida y pese a ello se
convirtiera en una agente destacada de la lucha contra el mal, socorriendo con
sus conocimientos al Murciélago y a otros.
Luego tenemos lo de la institución a la que
van a dar los tres protagonistas de esta historia, un manicomio especialmente
acondicionado para tratar con gente como ellos y que más encima cuenta con los
medios para neutralizarlos según sea cada caso y sus propias debilidades. En Marvel y DC hay muchos lugares como este,
entre prisiones de alta seguridad y centros para criminales superpoderosos
locos, como el célebre Asilo Arkham.
No se puede dejar de lado el importante
detalle de la revelación pública de gente como el trío protagonista, que desde
la segunda película de la trilogía fue abordado como una evolución de nuestra
especie; por lo tanto, el impacto que puede tener esto en la humanidad, es otra
de las interesantes aristas que se nos presentan, teniendo uno de sus mejores
ejemplos en nada menos que los X-Men marvelitas (que no diré más, para no
spoilear tanto).
Por último, a menos que se me escapen
otros detalles (que de seguro puede ser así), está el tema de las sociedades o
grupos secretos, con sus agendas ocultas y que buscan supuestamente el bien de
la comunidad y/o la especie humana normal.
En Marvel tenemos a los Iluminati (elite conformada por algunos de las
mayores mentes entre los seres evolucionados en la Tierra, donde están Pantera
Negra, Namor, Mr. Fantástico, Iron Man, Doctor Strange y Rayo Negro, de los
Inhumanos). En cuanto a DC, por el momento no se me ocurre nada, je.
V- Más
sorpresas.
Bien sabido es que a M. Nigth Shyamalan le
gusta aparecer en sus filmes, por lo general en breves escenas y con unos
cuantos diálogos…Pues en esta ocasión hace otra cosa memorable: Retoma de una
manera muy particular a su oscuro personaje de El Protegido, para
mostrarlo ahora en otra etapa de su vida y que pese a trata a través de ello el
tema de la redención (tópico recurrente en su cinematografía), nos saca al
menos una risa por el buen humor con el que se da su intervención…Por otro
lado, muchos años han pasado desde aquella otra intervención suya, que el tiempo
no pasa en vano, tal como lo podemos ver en los casos de los Dunn (nadie puede
negar que Bruce Willis ha envejecido con más que dignidad y que el otrora
infantil Spencer Treat Clark, Joseph Dunn, se ve bastante bien ahora convertido
en todo un hombre).
Asimismo, nuestro director rescata nada
menos que un par de escenas eliminadas de la primera cinta que compone este
tríptico, las que bien pudimos ver dentro del material adicional de la edición
en DVD (y supongo que también en blu-ray) de ella; al respecto, innegable decir
es que ambas calzan muy bien, como importantes recuerdos que ayudan a definir a
los personajes, en especial en lo que concierne a la estrecha relación entre el
Señor Vidrio y su madre.
El final puede ser inesperado, en lo que
corresponde al destino del trío protagonista y tal vez se aleje de happy end en el que habría caído algún artista
más convencional… Recordemos que esta trilogía se basa en los cómics que tanto
amamos y donde muchas veces el (super) héroe debe llegar hasta las últimas
consecuencias para conseguir su fin, aunque ello signifique sacrificar todo o
que en la contienda muchas veces hay bajas de ambos bandos. No obstante, las últimas escenas son, sin
dudas, un aliento de esperanza, que “el camino sigue y sigue” y ahora les queda
al resto continuar adelante y es así que vemos con emoción cómo tres otros
personajes se han encontrado entre ellos, para compartir todo lo que tienen
entre común.
Tráiler.
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