18.
La Criatura Blanca (Jody Lynn Nye).
Elric se ve obligado a realizar un viaje de
un mes para responder a su curiosidad, producto de unos sueños reiterados que
ha tenido el último tiempo; de ese modo llega hasta una isla, que es gobernada
por un mezquino hombre, el cual pretende utilizarlo para conseguir su afán de
poder. El reyezuelo cuenta con el apoyo de un poderoso mago, quien tiene el
medio preciso para controlar al melnibonés.
Es así que nuestro antihéroe, debe salvar ese reino "insignificante"
de la ira de una deidad del mar- su amigo- que tiene razones insospechadas para
atentar en contra de la isla.
Otro cuento con mucha intriga y una ambientación fenomenal, que se aprecia la inclemencia del mar- con monstruos incluidos-, agregando una "saludable" dosis de tragedia, sazonada por nada menos que un par de villanos interesantes y la personalidad de Elric, que se siente potente en su sino tan dramático.
19.
Tentaciones de Hierro (Colin Greenland)
Elric nuevamente está acompañado por su
fiel amigo Moonglum, cuando conocen a una supuesta indefensa muchachita que se
les une y en muy singulares circunstancias.
El único vástago de la Isla Dragón se ve sometido a un hechizo de
control y por lo mismo su viejo amigo debo acompañarlo a un viaje, que
presupone hacerle justicia a un pueblo olvidado.
Una femme fatale, un espantoso monstruo, un villano de poca monta, más una razonable dosis de sensualidad, son ingredientes de este divertido cuento que ejemplifica cuan avispado puede ser el melninonés.
20.
La Otra Espada (Robert Weinberg)
Creo que este es el cuento que más nos ha
contado del pasado de Elric, contenido en las novelas escritas por Moorcock,
dentro de lo que va el presente tomo; por lo mismo, nos adelanta bastante
acerca del canon del personaje, detalle que podemos agradecer o no quienes aún
no hemos disfrutado tales libros (en otras palabras: nos llena de
spoilers). En todo caso, este tremendo relato
(¡Y vaya que el libro está lleno de perlas como esta!) sí que sabe aprovechar
al máximo la continuidad-cronología del personaje.
En un futuro indeterminado- cuando Elric todavía permanece en la plenitud de su vida- nuestro ya querido albino se casa y eso se supone significa que por fin será feliz; pero una inquietud no lo deja tranquilo, de modo que poco después de su enlace, vuelve a ser el mismo hombre atormentado de siempre. Solo la intervención de su gran amigo Moonglum puede ayudarlo a recuperar el equilibrio.
Ignoro qué tanto se inventó por completo el autor sobre el pasado y el futuro del Lobo Blanco, pero todo está estupendo en este texto: Desde la narración en sí (el lenguaje que ocupa), los elementos sobrenaturales, la intervención de un personaje muy significativo en la vida del melnibonés, hasta- y en especial- el ejemplo de fraternidad del pelirrojo.
¡Amé este cuento!
Otro cuento con mucha intriga y una ambientación fenomenal, que se aprecia la inclemencia del mar- con monstruos incluidos-, agregando una "saludable" dosis de tragedia, sazonada por nada menos que un par de villanos interesantes y la personalidad de Elric, que se siente potente en su sino tan dramático.
Una femme fatale, un espantoso monstruo, un villano de poca monta, más una razonable dosis de sensualidad, son ingredientes de este divertido cuento que ejemplifica cuan avispado puede ser el melninonés.
En un futuro indeterminado- cuando Elric todavía permanece en la plenitud de su vida- nuestro ya querido albino se casa y eso se supone significa que por fin será feliz; pero una inquietud no lo deja tranquilo, de modo que poco después de su enlace, vuelve a ser el mismo hombre atormentado de siempre. Solo la intervención de su gran amigo Moonglum puede ayudarlo a recuperar el equilibrio.
Ignoro qué tanto se inventó por completo el autor sobre el pasado y el futuro del Lobo Blanco, pero todo está estupendo en este texto: Desde la narración en sí (el lenguaje que ocupa), los elementos sobrenaturales, la intervención de un personaje muy significativo en la vida del melnibonés, hasta- y en especial- el ejemplo de fraternidad del pelirrojo.
¡Amé este cuento!
Un supuesto heredero del viejo reino de Melniboné, busca la famosa espada del supuestamente ya desaparecido guerrero-hechicero; por lo mismo exige al otrora compañero de Elric, que le diga cómo encontrar a Portadora de Tormentas.
Casi un microcuento dentro de la antología (poco más de 3 páginas), la historia nos deja más de una moraleja.
Dividido en capítulos separados por números romanos, comienza con una primera parte algo tediosa, llena de reflexiones acerca de la vida y que nos llevan luego a profundizar en la naturaleza compleja del propio Elric. Luego, la narración atrapa hasta su impactante y lovecrafniano clímax, con un desenlace maravilloso.
Un Elric aún joven, aunque ya marcado por las preocupaciones, se encuentra en su deambular por el mundo exterior; es cuando llega hasta una taberna en un apartado lugar, limitando con una especie de desierto que guarda secretos insospechados. Allí conoce a un trío de sujetos curiosos, que lo invitan a hacer una peregrinación por las desaloradoras tierras adyacentes. La partida, aparte del melnibonés, se encuentra compuesta por un inmenso guerrero amistoso, un muchacho recién entrando a la vida adulta y un anciano hechicero, quien desde el principio le hace sospechar al albino. El viaje resulta ser mucho más de lo que suponía.
Con descripciones bastante visuales, que bien podrían dar pie, como mínimo, a una adaptación al cómic, este relato me ha parecido entre lo más graneado del volumen.
Lo que sería otro final para el melnibonés, mucho más lamentable que otro leído en la presente selección, es una invitación a reflexionar sobre el papel de las decisiones que tomamos y del mismo amor en nuestras vidas. Como me dijo hace décadas ya, un profesor de la universidad: el amor de una mujer humaniza y el de un amigo heroiza ¿Cuál es más fuerte?
Michael Moorcock, el mismísimo creador de Elric, había sido hasta el momento el autor más connotado, de quienes han escrito para el libro que ya acabamos por revisar; por lo tanto, que fuese nada menos que Neil Gaiman, quién acabara con este fascículo, cierra un círculo perfecto al estar hablando de un artista incluso más famoso (toda una estrella de la literatura y de la cultura popular, gracias a sus cómics), que el maestro al que se nota adora. Justamente el enorme aprecio de Gaiman por Moorcock, se nota al hacer que el protagonista de su relato, sea un chico que admira con profundidad al escritor.
Ambientado en el mundo "real", el personaje principal es un estudiante preadolescente, adepto a la literatura fantástica y quien tiene como favoritos a Moorcock y a Elric entre todas sus creaciones.
El amor por la literatura, el humor y la intertextualidad se aprecian en esta narración, que solo alguien como Gaiman sabe conjurar con todos sus ingredientes.
¡Habría sido genial tener en nuestras manos, una edición ilustrada, para contemplar cómo otros artistas plasman las escenas más grandiosas del libro!
Por último, a gozar de estas 24 obras, que al menos para mí la mayoría me provocó mucho gozo. Una antología como esta, se lee simplemente para disfrutar de una buena histona, armada de forma perfecta, con personajes que nos acapararán la atención y emocionarán queriendo reencontrarlos otra vez (al menos con Elric y Moonglum ello será posible). Son cuentos para divertirse en general, sin discursos ideológicos, ni pretensiones intelectuales y al menos para mí con todo esto basta.
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