jueves, 14 de abril de 2016

Otra historia de calidad de Silver Surfer.



        Una vez más el personaje cósmico creado por Stan Lee y Jack Kirby en plena década de los sesenta para las revistas de los 4 Fantásticos, Silver Surfer, nos volvió a dar un argumento complejo, adulto y emotivo que escapa a las convenciones del género (esto si se recuerda la recomendable novela gráfica que ya fue abordada con anterioridad en este blog: Parábola).  Al tratarse de un “superhéroe” como este, proveniente de otro mundo y con poderes tan grandes que prácticamente lo convierten en un dios entre los seres humanos, sus autores pueden permitirse escribir textos más elaborados que aquellos que tratan sobre simples batallas con diversos tipos de enemigos.  Todo gracias a que en su naturaleza como “extranjero”, puede evaluar desde fuera la conducta de sus anfitriones, llegando a tener así un punto de vista mucho más objetivo que si fuese uno más de nosotros (y que no obstante como figura superior, ha optado por hacer suya la sociedad con los simples mortales).  Por lo tanto, este ser casi sobrenatural sirve como medio de análisis y crítica de nuestra propia humanidad.
        Comunión corresponde al primer arco argumental del llamado volumen 4 de las aventuras, de quien en español es llamado Deslizador Plateado o Surfista de Plata.  Entre septiembre de 2003 y abril de 2004 salieron los seis números que comprenden esta miniserie.  Debe saberse que su guión corrió a manos de Dan Chariton y Stacy Weiss, siendo este su primer trabajo para el noveno arte, algo en lo cual demostraron salir victoriosos.  En cuanto al apartado gráfico, ello corrió a manos de varios profesionales del dibujo, Milx, Len Medina y David Yardin, quiénes realzaron con su trazo el emotivo argumento detrás de esta obra, con dibujos que si bien muestran el lado más maravilloso de todo gracias a la existencia de seres fantásticos, no deja de ilustrar en especial por la expresión del rostro de sus personajes, las emociones que existen sin duda en el corazón humano.  Las heroicas, pero minimalistas portadas de la colección fueron compartidas además por otros talentos en los que destacan Jae Lee y Adi Granov (entre otros).
        La trama gira en torno a un tema bastante atractivo para el público en general, el cual además se encuentra relacionado indirectamente con el mismo origen alienígena del ex heraldo de Galactus: Las abducciones extraterrestres.  Pues en todo el mundo niños están desapareciendo en circunstancias bastantes dramáticas, de modo que sus adultos desesperados tratan de saber su paradero, como bien queda detallado en dos de los personajes principales.  Es así como una mujer afroamericana madre soltera, dedicada a la lectura de la fortuna en las palmas de sus clientes, se transforma en la protagonista por ser quien lleva bajo sus hombros el mayor peso de esta tragedia, que permite abordar temas como la intolerancia y la fe, tal como más adelante se irá detallando.  Un punto que destaca en el karma de este personaje, viene a ser que su hija es autista, lo cual hace aún más sobrecogedoras sus cuitas, que ya existían desde antes de que se produjese el secuestro.  Al cuadro se suma un hombre rico, también padre solo, quien ha perdido a su único hijo y que gracias a los medios con los que cuenta puede supuestamente recuperar a su retoño extraviado.  Los destinos de ambos se unen como era de suponer.  Un tercer actor dentro de esta historia (en lo que a humanos “normales” se refiere) forma parte de todo esto: un agente de la policía, quien conoce desde hace años a la protagonista y el cual se involucra más de la cuenta en todo ello (siendo que al principio se presenta como alguien indolente, aunque luego demuestra su valía como persona).
       Como quizás habrá quedado claro tras leer el párrafo anterior, si bien se trata de una miniserie perteneciente a Silver Surfer, este no aparece como el personaje principal.  De hecho el extraterrestre solo viene a tener importancia en los últimos capítulos de esta novela gráfica y antes solo interviene de manera esporádica, incluso sin diálogo alguno.  No obstante quien se llamara originalmente Norrin Radd, se constituye en el nexo dentro de todo esto, lo que quedará revelado pasada la primera mitad de esta obra, ya que existe un verdadero plan de carácter cósmico y/o mesiánico detrás de estos incidentes.
      Los acontecimientos son expuestos desde el punto de vista de la mujer, de modo que el lector llega a conocer sus pensamientos y además se sensibiliza frente a la pérdida que significa una separación de este estilo.  Su vida desde antes de la crisis que en esta obra se detalla, resulta lo suficientemente desgraciada como para hacer más heroicos sus esfuerzos por recuperar a su hija.  Por otro lado, el autismo de la pequeña es un detalle que demuestra en mayor medida la significancia del amor maternal incondicional.  La soledad de esta madre, primero al estar imposibilitada para comunicarse a gusto con su pequeña y luego al enfrentarse a las consecuencias de la abducción, se agrava por el hecho de que apenas cuenta con la atención de quienes la rodean.  No obstante, luego poco a poco comienza a descubrirse la comunión de la cual hace alusión el título de esta miniserie, puesto que el propio pesar de la protagonista le permite unir su vida junto a otros, ya sea con quienes viven su misma desgracia, como quienes por medio de su solidaridad terminan sintonizándose con ella, para demostrarle que no estamos solos.  Por otro lado, la comunión a la que hace relación el título de este cómic, mantiene una estrecha relación con los mismos niños desaparecidos, quienes tienen un papel fundamental en un plan que está por sobre los designios humanos.  Asimismo, el argumento muestra la existencia de una comunidad formada por seres inteligentes de muchas especies extraterrestres, un tercer nivel o concepto de comunión, que se encuentra profundamente ligado a los infantes.

      Considerando que buena parte de esta historia transcurre en Nueva Orleans, ciudad estadounidense marcada por su cultura mestiza que recoge las tradiciones africanas y francesas, los autores se permiten otorgarle esta atmósfera costumbrista a la trama, que una vez más alejan esta historieta de los típicos relatos que encontramos en estas revistas.  De igual manera las creencias de su gente, que incluyen esta herencia propia de dos pueblos, alternan entre los principios propios de la llamada brujería y santería criollas, con los del catolicismo, dogmas arraigados en la sociedad dentro de la que se desarrolla el argumento. Por lo tanto la fe toma en este caso un rol destacado, por cuanto la protagonista en más de una ocasión se cuestiona su posición al respecto, de modo que queda de manifiesto la significancia que posee esta faceta en nuestras vidas.  Si bien nos encontramos con alguien que duda acerca de depositar sus esperanzas en fuerzas superiores y/o sobrenaturales, otros en esta obra no vacilan en creer con firmeza en sus convicciones teológicas.  También el mismo Silver Surfer y quienes lo acompañan en su extraña cruzada, en su “rareza” mantienen cierta cualidad que los hace verse angelicales o demoniacos, según el prisma con el que se les mire.
     La carga onírica en el guión de esta obra es bastante fuerte, ello gracias al feliz trabajo compartido de su sólido guión y un dibujo que si bien cambia en cada capítulo debido a la alternancia de un artista y otro, dejan claro de que se trata de algo dirigido a un público adulto y que puede apreciar algo más sofisticado que de costumbre.  Algunas de estas viñetas, que se mueven entre los más idílicos sueños y las peores pesadillas, no dejan de ilustrar la atmósfera singular en la que pasa todo.  El mismo lenguaje empleado en muchos de los diálogos, no es apto para mentes infantiles, habiendo detrás de estas palabras, tal como en varias de las situaciones con las que nos encontramos, un reflejo del mundo real, pese a que se trate de una historia con un superhéroe entre medio; de este modo la miseria del mundo tal y como lo conocemos, aquel propio de la gente mayor y que lamentablemente también llega a nuestros pequeños, se hace notar en Comunión.
     No obstante pese a lo más trágico de este cómic, se trata de una obra acerca de la esperanza, el poder del amor (en especial de una madre) y la valoración de nuestros pequeños como la promesa de la posibilidad de un mundo mejor.  A la larga tal como queda detallado en la historieta, el destino que nos espera lo hacemos nosotros mismos y en ello resulta primordial lo que logramos construir junto a quienes nos rodean.
Una preciosa viñeta doble de esta recomendable novela gráfica.

6 comentarios:

  1. A este personaje Silver Surfer me a impresionado ya que yo supe del el atravez de la película de los 4 fantásticos la cual lo encontre muy bueno , después en un buen tiempo no supe de el luego un dia en videos de youtube un chico hablaba sobre el , lo cual me dejo super interesado sobre este personaje y me dejo con mucho interés , encuentro que a este personaje Marvel lo a sabido manejar super bien dandole muy buenas historias , y dandole una personalidad la cual me gusta mucho.
    Saludos

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    1. Poco a poco me he ido interesando en el personaje y ello hace que me den ganas de leer el resto de esta colección y en especial la primera, escrita por su cocreador Stan Lee (¡Ídolo!). Te recomiendo mucho la serie animada del 99 sobre el personaje, que es toda una obra maestra.

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  2. Aunque no es canon, me gusta el trato que le dieron a este personaje en la animación super hero squad.

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    1. Con lo que dices haces que me interese por verme esta serie.

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    2. Es una serie ligera, esta hecha enfocada a los niños, a mi niña le gustaba mucho, pero la historia, sin perder su toque infantil esta mejor trabajada de lo que uno pudiera esperar.

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    3. Confío mucho en tu criterio. A ver si me consigo esta serie para verla junto a mi sobrinito Amilcar.

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