4.
La Rata.
Un profesor universitario de literatura y
escritor con cierto prestigio, gracias a unos cuantos cuentos publicados, está
dispuesto a escribir de una vez una novela, luego de dos intentos fallidos que
lo llevaron a sendas crisis nerviosas; para conseguir su objetivo, acuerda con
su esposa irse a pasar solo una breve temporada en una cabaña, aislado del
mundo, de modo de dar rienda suelta a su creatividad...Pero una tormenta que se
avecina y otros pormenores amenazan con privarle de sus sueños y de ese modo
asistimos a la lucha interna del protagonista para conseguir lo que quiere,
donde su voluntad y también sus obsesiones lo llevan a ir en contra de la
cordura.
No es la primera vez que King aborda el proceso creativo literario como un parto, retratando a los escritores cual personajes erráticos (recordemos sus cuentos La Balada del Proyectil Flexible y Dedicatoria, sin dejar de mencionar una de sus novelas más famosas, El Resplandor y su libro La Mitad Siniestra). A todo esto, el Tío Steve le agrega un raro elemento sobrenatural, donde nuestro escritor vuelve a homenajear ese clásico cuento de terror La Pata del Mono de W. W. Jacobs que tanto le gusta; por lo tanto, esta historia tiene esa carga moral que hace referencia, por un lado, a la idea de que tengamos cuidado con lo que deseamos y, por otro, con la invitación a meditar sobre qué estamos dispuestos a hacer/arriesgar para conseguir nuestros deseos (y qué tanto son morales o no dichas acciones que realizamos para ello).
Nuestro autor, como siempre, logra crear la atmósfera opresiva para hacernos sentir el agobio de los personajes y así mismo crear a estos últimos con gran realismo, pese a lo sobrenatural que pueda incluir al respecto; asimismo, una vez más hace uso del clima invernal para llevarnos a estos terrenos pesadillescos donde nieve, lluvia y viento son las manifestaciones físicas de la confrontación final en la que se encuentran los personajes.
Pese a todo, esta no es una historia perfecta y puede decepcionar a muchos, en especial porque el elemento fantástico (bien pobre o escaso como en el caso de las otras novelettes que comprenden este tomo de 4 novelas cortas) se hace inverosímil; en ese caso, hubiese sido mejor que todo hubiese sido producto del estado febril del protagonista y su mismo destino final hubiese sido diferente. Por lo tanto (y creo que soy objetivo), este es el texto más débil de la recopilación, que mejor el Rey del Terror hubiese puesto otra de las historias en su lugar, para acabar con mejor sabor de boca sus páginas.
No es la primera vez que King aborda el proceso creativo literario como un parto, retratando a los escritores cual personajes erráticos (recordemos sus cuentos La Balada del Proyectil Flexible y Dedicatoria, sin dejar de mencionar una de sus novelas más famosas, El Resplandor y su libro La Mitad Siniestra). A todo esto, el Tío Steve le agrega un raro elemento sobrenatural, donde nuestro escritor vuelve a homenajear ese clásico cuento de terror La Pata del Mono de W. W. Jacobs que tanto le gusta; por lo tanto, esta historia tiene esa carga moral que hace referencia, por un lado, a la idea de que tengamos cuidado con lo que deseamos y, por otro, con la invitación a meditar sobre qué estamos dispuestos a hacer/arriesgar para conseguir nuestros deseos (y qué tanto son morales o no dichas acciones que realizamos para ello).
Nuestro autor, como siempre, logra crear la atmósfera opresiva para hacernos sentir el agobio de los personajes y así mismo crear a estos últimos con gran realismo, pese a lo sobrenatural que pueda incluir al respecto; asimismo, una vez más hace uso del clima invernal para llevarnos a estos terrenos pesadillescos donde nieve, lluvia y viento son las manifestaciones físicas de la confrontación final en la que se encuentran los personajes.
Pese a todo, esta no es una historia perfecta y puede decepcionar a muchos, en especial porque el elemento fantástico (bien pobre o escaso como en el caso de las otras novelettes que comprenden este tomo de 4 novelas cortas) se hace inverosímil; en ese caso, hubiese sido mejor que todo hubiese sido producto del estado febril del protagonista y su mismo destino final hubiese sido diferente. Por lo tanto (y creo que soy objetivo), este es el texto más débil de la recopilación, que mejor el Rey del Terror hubiese puesto otra de las historias en su lugar, para acabar con mejor sabor de boca sus páginas.
Coincido. Si bien es un buen libro, que se deja leer con facilidad y con momentos de muy alta calidad, en líneas general, es las más "floja" antología de novelas cortas de King, por debajo de Las Cuatro Estaciones, Cuatro Después de la Medianoche o Todo Oscuro, Sin Estrellas. El cierre, con La Rata, no deja un buen sabor como el arranque del libro.
ResponderEliminarSaludos,
RICARDO
Qué interesante un mejor experto que yo en materia kingniana tenga la misma impresión respecto a este libro; de seguro lo que se nos viene del Tío Steve nos dará muchas más gratas sorpresas.
EliminarUna lástima que el cierre no haya sido de lo mejor. Aun así quisiera leer el relato que da nombre al libro.
ResponderEliminarEspero con ansias tus opiniones respecto a esa gran historia.
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