En 1997 el famoso director de cine
estadounidense Robert Zemeckis estrenó la que para tal fecha, seria su cinta
más intimista y artística: Contacto, basada en la única novela
del también reconocido astrónomo y divulgador Carl Sagan, responsable de varios
libros de divulgación científica y de la hoy en día mítica serie documental
televisiva Cosmos, de principios de los ochenta. Hasta antes de la producción de esta
película, su responsable había demostrado su talento para crear obras en las
que siempre brilló el manejo de los más sofisticados efectos especiales, con
los cuales poder contar historias bastante entretenidas, llenas de fantasía y
maravilla; muchas de estos títulos hoy en día son verdaderos clásicos, como la
trilogía de Volver al Futuro y ¿Quién Engaño a Roger Rabbit?. No obstante poco después de realizar el que
sería uno de sus filmes más célebres, Forrest Gump, logró evidenciar su
capacidad para mezclar la superproducción más “gringa”, con un séptimo arte más
estilizado y emotivo (siendo justos, ya con la mencionada Forrest Gump consiguió el
respeto de quiénes deseaban algo más “profundo” en su filmografía, pero fue con Contacto que logró la verdadera consagración y pudo ser tildado como un cineasta "serio").
La trama de Contacto
gira en torno a una inteligentísima astrónoma, quien desde niña ha
vivido con el sueño de encontrar evidencia de vida extraterrestre; ello la ha
llevado incluso a ser menospreciada por algunos de sus colegas más preocupados
de éxitos prácticos (y solventes económicamente), que de luchar por cruzadas de
tipo idealista. Un día la protagonista
recibe una señal proveniente desde el espacio y la cual no puede ser otra cosa
que la confirmación de sus más grandes anhelos: no estamos solos en este vasto
universo. Los extraterrestres envían un
mensaje que la mujer y sus compañeros logran descifrar, lo que provoca a nivel
mundial gran expectación y una serie de reacciones que escapan al control de
los científicos. Entre medio de todos estos eventos, se
involucra por supuesto el gobierno de los Estados Unidos y entre sus
representantes un antiguo jefe de la protagonista, quien otrora despreció sus
intentos de hallar vida alienígena y que ahora sólo desea sacar provecho de todo
esto. También se encuentra en medio la
trama un misterioso hombre de gran poder, quien desde su ostracismo, tiene sus
propias intenciones para con la astrónoma.
De este modo, todo el mundo desea conseguir algo de los sucesos que se
están gestando y más todavía del eventual encuentro entre la raza humana y sus
particulares “vecinos”; no obstante tal y como lo muestra este largometraje (y
por supuesto la novela en la que se basa), los propósitos difieren según cada
persona y la política, manifestándose así la engorrosa naturaleza de nuestra humanidad. Respecto a lo último, cabe notar que cada
personaje representa un tipo diferente de individuo, como a su vez una faceta
distinta de lo que podemos encontrar en el corazón del ser humano.
Así es como a través de la figura de su singular protagonista, se
encuentra el sujeto que ha llegado a hacer un dogma de los principios del conocimiento
científico; por ende ha llegado a regir su vida en la creencia de que en la lógica
y la racionalidad del empirismo positivista, es posible encontrar la verdad de
las cosas. Debido a esto, la actriz que
la interpreta, la oscarizada Jodie
Foster, la personifica sin titubeos como a una persona que si bien queda
claro es alguien que ve su disciplina como una posibilidad para contribuir a la
sociedad, no deja de ser una persona solitaria y a quien su misma inteligencia
la ha entrampado a la hora de resolver sus propios vacíos emocionales (es
quizás por esta misma razón, que ha convertido su sesuda labor en lo más
importante de su propia existencia); ello a su vez ha significado que haya
suprimido otras facetas, tales como la misma espiritualidad y sus propias
relaciones interpersonales (en especial en lo que se refiere a la posibilidad
de compartir amorosamente con alguien su tiempo). Cuando la astrónoma comprueba que su gran
sueño se ha hecho realidad, inicia un viaje interior que la lleva a darse
cuenta que no basta con los datos cuantificables y racionales para aprehender
la realidad, si no que a la larga muchas de las grandes decisiones que uno toma
radican en la fe, la cual no se basa en lo comprobable para ser el motor de las
grandes empresas del ser humano; entonces el cambio por el que pasa la
protagonista hacia el conmovedor clímax de la obra, no deja de ejemplificar el
verdadero significado de la fe en la vida de los seres humanos y en el mundo.
Contrastando a un personaje como el de la Foster, se encuentra el que en
la cinta se encuentra a cargo de otro actor de talento y años de trayectoria,
Tom Skerritt. Su papel como el antiguo
jefe de la astrónoma y luego líder de las investigaciones científicas del
gobierno de USA, lo muestran como la contrapartida de la idealista
astrónoma. Si bien no es una persona
malvada, se le personifica como alguien cínico, materialista, práctico y
aprovechador, además de un ególatra que se opone a la más bien de bajo perfil
protagonista. Siendo el uno y el otro
científicos, ambos representan estereotipos opuestos de quien vive para la
ciencia, puesto que mientras la primera se afana en el gusto por el conocimiento
en sí, el segundo sólo lo usa para su bien personal y la fama.
También destaca dentro del tema de la ciencia y la figura del
científico, el personaje interpretado por un verdadero maestro de la actuación
como lo es John Hurt, el cual acá se observa como el profesional de su área que
ha llegado a convertirse en un verdadero adelantado para su época y en toda una
luminaria; (quien en sólo dos breves intervenciones en la película, no deja de
asombrar con su aptitud camaleónica) no obstante en su elevada distinción
despierta recelo e incomprensión por
parte del mundo común y sus colegas, que no cejan en basurearlo (para
ocultar su propia envidia).
La fe cobra también un rol significativo en este largometraje, la cual
como bien sucede con la ciencia, se haya reflejada en la trama en más de un
personaje: Es aquí que está el
coprotagonista de esta película, un joven teólogo, que tal como la astrónoma
protagonista, se trata de alguien de mucha elocuencia y capacidad intelectual;
no obstante éste ha basado su vida en la defensa de la religión como una manera
para hallar la respuesta a las grandes interrogantes del ser humano y de este
modo conseguir la felicidad que cualquiera busca a lo largo de su
existencia. Es cuando entre éste y la
astrónoma se establece un diálogo, donde cada uno tratará de convencer al otro sobre
quién en realidad posee la verdad y que pese a su amistoso pleito, nace entre
ambos la atracción (habrá que ver hacia el final de la película el resultado de
esta singular contienda). Al respecto
sobre estos dos individuos, cabe hacer notar que la diferencia de sexo entre
ellos, invierte la supuesta naturaleza de lo masculino y lo femenino, de modo
que cuando la mujer debería ser supuestamente quien representara lo emocional y
el hombre lo racional, aquí sucede lo contrario; no obstante en el caso del
teólogo, éste usa toda su inteligencia para defender la religiosidad a la que
tanto valora (en cierto sentido, ambos recuerdan a la dicotomía entre los
protagonistas de la ya clásica serie de televisión de Los Expedientes- X y en
la cual la agente Dana Scully es la escéptica mujer de ciencia, mientras que
Fox Mulder es el hombre creyente en el mundo de lo sobrenatural y lo
desconocido).
En oposición al positivo papel hecho por Mathew McConaughey (en uno de
sus primeros trabajos importantes para el cine), se haya el de un oscuro sujeto
de quien nunca se llega a saber su nombre.
Éste aparece en tres significativas escenas en la película y basta con
verlo a los ojos y oír su violento discurso, como para saber que está
loco. El personaje resulta ser el líder
de una secta religiosa de tipo fundamentalista y/o milenarista, para quien la
ciencia es un mal al cual se le deben todos los desastres del mundo, razón por
la que debe ser expurgada; por lo tanto su visión de la fe se haya depositada
en el odio y el miedo, más la intolerancia, peligrosos ingredientes para
componer un dogma y que para nada tiene que ver con lo que postula el teólogo
de la cinta.
Habiendo trabajado gran parte de su vida profesional en favor de la
divulgación científica entre el público masivo, puede bien llamar la atención
que en el caso de su único libro de ficción, más que preocuparse por ensalzar
las virtudes de la ciencia, Sagan haya velado por escribir una obra que atendiera
a aspectos más de corte humanista y hasta metafísicos. Si bien ignoro si el autor compartía alguna
creencia de tipo religiosa, me resulta difícil no elucubrar que por medio de
esta novela de ciencia ficción su mensaje atendiera más a manifestar una
trascendencia del espíritu, que de las empresas físicas del ser humano. Todo esto es posible identificarlo en el
memorable diálogo que se da entre la protagonista y quien se presentara a ella
bajo la forma de su amado padre, además del dilema mismo que se le presenta a
la mujer cuando en más de una ocasión se cuestiona su fe en la ciencia, en vez
de la confianza en algún tipo de teología.
De este modo a la larga la moraleja o reflexión a la que nos podría
querer llevar este recomendable filme, sería la idea de que negar nuestra
propia espiritualidad sería suprimir aquello que nos hace ser humanos (y que
bien hace posible que seamos capaces de tantas maravillas, aún cuando también
habiten en nosotros nuestros propios demonios).
Pasando a otros aspectos más de tipo técnico y visual de esta obra,
destaca en ella la majestuosidad que desde su antológico punto de partida, se
expresa en más de un momento. Primero
cabe hacer notar la alternancia de un ritmo en la acción entre lo claramente
contemplativo (con varios minutos de silencio, cosa rara en un trabajo hecho
desde el Hollywood más comercial) y los diálogos de gran riqueza a la hora de
presentar los temas de la cinta misma y exponer la personalidad de sus
protagonistas; es aquí que más de una escena no deja de evidenciar la sensación
de que estamos ad portas de algo
grande: ambos viajes por el espacio exterior (primero el de la bella secuencia
inicial que termina de la forma más original e inesperada posible; y luego el
emprendido por el personaje de Jodie Foster); por igual se pueden nombrar las
manifestaciones populares al aire libre, una vez que el proyecto para hacer el
contacto con los extraterrestres se hace efectivo; luego, las colosales
dimensiones de la máquina construida en la Tierra con ayuda del mensaje
alienígena, con toda su extraña tecnología y funcionamiento…Eso y mucho más le
otorga a este filme una atmósfera que a un espectador sensible y con capacidad
de asombro no deja de cautivarlo.
En pocas palabras, Contacto resulta ser una conmovedora
película acerca del lugar que cumplen en el corazón de los seres humanos la fe
y la ciencia, de modo de ilustrarnos cómo ambas disciplinas nos definen a la
hora de caracterizar la sociedad que somos.
La increíble máquina que aparece en esta cinta. |
Holaaa!!!
ResponderEliminarAmo esta película! Precisamente por como se entretejen aspectos del quehacer humano y de sus motivaciones mas profundas.
El personaje de Ellie me es muy querido, y es tan humano, a pesar de como dices, corresponder a cierto cliché del científico dedicado solo a la búsqueda del conocimiento. Poco a poco se va desmembrando ese caparazón, y vemos a la mujer que hay adentro, con todos sus problemas, con toda la fuerza que la impulsa hacia adelante.
Me gustó mucho como manejaron la injerencia política y el ascender de los oportunistas.
Odié al jefe, pero también, es un personaje tan común... y no tan retratado en el cine...
En un momento uno llega a preguntarse si no hay algo mas afuera, moviendo algunos hilos, porque, precisamente el primer viaje no resulta para nada lo esperado, debido e primera instancia a la intervención del personaje de Matthew, al que uno quiere sopapear al principio y besarlo después. Rara vez me he involucrado emotivamente con peliculas que llegan con cierto aire a sci-fi popcorn, pero esta película es genial. No sabía lo del libro.
No se por qué, ya que no tienen nada que ver, cuando pienso en Contacto, también pienso en una película de De Palma, Misión a Marte. Creo que estas dos películas, junto con la serie Taken, bueno, al final si tienen que ver ;), hacen un interesante panorama del ser humano enfrentándose a la pregunta de que pasa si no estamos solos...
Saludos =)
¡Qué bueno saber de otras personas que adoren esta cinta como uno! Yo me la volví a ver para el fin de Semana Santa! (y creo fue ideal para tal fecha) Una vez más me hizo llorar como siempre. ¿Sabes? Me da mucha nostalgia recordar la vez primera en que disfruté esta cinta, pues cuando la vi en el cine aquella ocasión en una función de trasnoche, fue junto a alguien a quien quise mucho y esa persona hoy en día ya no está conmigo; por esa misma razón este filme se encuentra profundamente ligado para mí a ese sentimiento de pérdida, que en parte también siente Ellie en la historia. ¿Has leído el libro? Yo aún no, así que lo tengo pendiente desde hace años. Respecto a que relaciones esta obra con los títulos que señalas, ello no es sólo porque todos estos sean de ciencia ficción, si no porque giran en torno a la existencia de la vida extraterrestre y al primer contacto de nuestra raza con estos. Me honras como siempre al pasarte por acá y más aún al dedicarme tus inteligentes palabras. Cariños desde el fin del mundo.
EliminarOtra película que no he visto, decididamente tengo que dedicar más tiempo al cine. Recuerdo con mucho cariño "Cosmos", en especial la aparición del colosal radiotelescopio de Arecibo, y todo lo relativo al proyecto SETI impulsado por Sagan. Me encantaba lo entusiasta y optimista que era respecto a la posibilidad de encontrar vida extraterrestre.
ResponderEliminarTampoco leí la novela, pero dicen que fue una decepción para los editores (no para el público) porque le anticiparon un millón de dólares a Sagan para que la escribiese, y esperaban una novela de Ciencia-Ficción más espectacular, no una historia intimista. Es otra lectura pendiente que tengo, y puede que la haga en los próximos meses.
¡Qué interesante la anécdota que cuentas de ese libro, Tomás! En realidad debes ver este bello filme, que a un hombre sensible como tú seguro le gustará harto.
Eliminar"Si bien ignoro si el autor compartía alguna creencia de tipo religiosa..." Estimado amigo, sobre esta frase de tu texto sobre Sagan, su novela Contacto y la bella adaptación cinematográfica, quisiera señalar que Carl Sagan era ateo, no creía en la existencia de Dios. Muchos tienden a relativizar esta faceta del científico, y lo definen como escéptico y librepensador. Pero más allá de lo que tal o cual opine de lo que pensaba Sagan, te dejo un par de esclarecedoras y también conmovedoras citas. La primera es de su esposa, Ann Druyan, y es sobre la muerte de su compañero:
ResponderEliminar“Desmintiendo las fantasías de los integristas, no hubo conversión en el lecho de muerte, ni en el último minuto se refugió en la visión consoladora de un cielo o de otra vida. Para Carl, sólo importaba lo cierto, no aquello que sólo sirviera para sentirnos mejor. Incluso en el momento en que puede perdonarse a cualquiera que se aparte de la realidad de la situación, Carl se mostró firme. Cuando nos miramos fijamente a los ojos, fue con la convicción compartida de que nuestra maravillosa vida en común acababa para siempre.”
Y esta cita es del propio Sagan: "Me gustaría creer que, cuando muera, volveré a vivir. Que alguna parte pensante, alguna forma de memoria o de sentimiento permanecerá en mi. Pero con la misma intensidad que lo deseo, sé que no hay nada que sugiera que es algo más que una vana esperanza".
Tu amigo que te estima.
No sabes cuánto te agradezco, amigo Miguel, el increíble aporte de tu comentario a este texto, que escribí con tanto romanticismo (y también supongo con algo de ingenuidad). No te voy a negar que saber de tan directa fuente la verdad respecto a las convicciones de Sagan, ha sido un balde de agua fría para mí, pues a la luz de la peli, me resulta increíble todo ello. Por todo esto, creo que es necesario leer la novela de una vez, para reafirmar mejor el punto de vista del autor (no obstante al tratarse de una "fantasía científica", la diferencia entre realidad y ficción se puede entender, más aún al recordar que al final se trata de contar una buena historia, independientemente de las creencias de su autor).
ResponderEliminarA mi también me embarga una profunda emoción cada vez que veo esta película, especialmente el dialogo final de Ellie, interpretado grandiosamente por Jodie Foster, con el niño, en respuesta a la pregunta que este le hace y esa toma final de ella sentada en el desierto, contemplando la lejanía. ¡De sólo escribirlo, me dan escalofríos!
ResponderEliminarTambién me encantaron sus reflexiones durante el viaje ("¡Debieron haber enviado un poeta!") y claro, las brillantes interpretaciones de John Hurt como el millonario S.R. Hadden y de Matthew McConaughey como el joven Teólogo Palmer Joss.
Mención especial merece también el montaje que realizó el director con las imágenes reales del entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, a propósito del descubrimiento del llamado Meteorito de Marte, los cuales encajaron perfectamente en la película.
Una pequeña curiosidad: Cuando la vi por primera vez, en compañía de mi hermana, ambos nos quedamos pensando. Ella, aun sin llegar a los 20 años, aventuró a decir que el millonario Hadden, quizás tenía conocimiento de esa máquina o que incluso pudo haber hecho el viaje previamente. Claro, nada de eso lo implican en la película, pero fue lo que se le ocurrió a ella para explicar la razón de que Hadden supiera tantas cosas y parecía anticiparse a todo.
Muy hermoso y significativo todo lo que dices, Roger, en tu comentario, lo mismo que las ingeniosas palabras de tu hermana. A la luz del texto de Sagan que comentaste en tu blog, me pregunto que tan religiosa es la novela original, ya que aún no la leo, pues como bien me dejó claro mi amigo Miguel, este autor era un ateo recalcitrante y lo que afirma en el libro que abordaste lo aleja de la postura que en este filme se presenta. Habrá que ir a la fuente original para aclarar las dudas.
EliminarSi bien gran parte de lo que comentó el año pasado mfkarlos es cierto, te digo que el propio Sagan se definía a si mismo no como ateo, sino como agnóstico. Aunque algunas personas dirán que es exactamente igual, yo disiento, pues un ateo es aquella persona que no cree o niega completamente la existencia de Dios, mientras que el agnóstico piensa que los humanos no tenemos conocimiento para demostrar o entender la existencia de la Deidad. Como puedes ver, la diferencia existe, aunque es muy sutil. Acá te dejo este enlace al respecto:
Eliminarhttp://etimologias.dechile.net/?agno.stico
También te dejo esta cita de wikipedia, respecto a la biografía de Carl Sagan: "In reply to a question in 1996 about his religious beliefs, Sagan answered, "I'm agnostic". Sagan maintained that the idea of a creator God of the Universe was difficult to prove or disprove and that the only conceivable scientific discovery that could challenge it would be an infinitely old universe."
película típica de religiosos con sus cuentos controlando Hollywood sucursal del Vatic-ano
ResponderEliminar