1- Visiones
Nocturnas:
Martínez Roca fue una editorial española que en los noventa publicó preciosos
tomos de ciencia ficción, fantasía y terror, de grandes autores. Dentro de lo
mejor de su propuesta, estaban sus coloridas y llamativas portadas, hechas exclusivamente
para el lector de habla hispana y que seguían la rancia tradición gringa de
atraer al posible lector con dibujos llamativos (algo que de manera lamentable,
las empresas del rubro española y latinas tienden a evitar, ya sea para no
pagar a los artistas que se dedican a ello o por creer de forma errónea que
algo así rebaja el nivel artístico de la obra en sí).
Durante esa época gloriosa, MR (sus
siglas) sacó un montón de antologías, muchas de ellas premiadas. Solo cuando ya
tuve cierto poder adquisitivo, una vez que me hice independiente, pude adquirir
algunas de estas joyitas; aunque ello cuando se acercaba ya el declive de la
empresa. Fue así como a mi querida Librería Chilena (en la que compro desde que
era adolescente), llegó una tremenda partida de varios de sus títulos. Mi amigo
Marcelo López, de quien ya me he referido varias veces por acá (aunque el muy
desgraciado apenas me lee y mucho menos me comenta), me dio el dato y nos
fuimos juntos a ver qué les había arribado...¡Era como para tener un orgasmo de
pura dicha! De inmediato le eché el ojo a unos tres títulos y a lo más me
alcanzaba como para llevarme uno no más. Pero Marcelo (Marlo para los más
cercanos), mucho mayor que yo y quien ya ganaba su sustento, tuvo el bello
gesto de prestarme dinero y de ese modo me pude ir muy contento.
Pero había quedado una antología que
preferí dejar para otra ocasión y eso que conocía desde hace un tiempo a los
tres autores que contribuyeron para sus páginas: George R. R. Martín, Dan Simmons
y, mi predilecto, Stephen King. Yo ya sabía de ese volumen gracias a mi
preciada revista Fangoria, que compraba desde mi etapa escolar; a su vez no me
era desconocido el nombre del antologista, el estudioso Douglas E. Winter, de
quien aún estando en el colegio adquirí otra valiosa colección. Y, sin embargo,
dejé pasar el tiempo en conseguírmelo, hasta que inexorablemente desapareció de
estos lares.
La lista de textos que comprenden dicho
volumen, incluye cuentos y novelas cortas por cada autor, siendo que de King
dos de sus narraciones de allí no se encuentran en otras ediciones en
castellano (¡Más encima una de ellas trata el tema de los universos paralelos,
de entre mis favoritos!). Uno de los cuentos de Simmons fue adaptado para la
serie televisiva Monsters, que nunca he logrado ver y en cuanto a la novela
corta del "perro" de Martín (¿Hasta cuándo nos va a tener esperando
los dos últimos tomos de Canción de Hielo y Fuego?), creo que
se trata de una obra de licantropía magnifica.
2- Observadores
del Pasado: La Redención de Cristóbal Colón de Orson Scott Card: Por estas
fechas está de cumpleaños otro amigo "histórico", Iván Piñeyro,
específicamente el 2 de junio. Como un socio más en ñoñerías y en especial con
quien comparto el amor por la literatura de ciencia ficción, vez que me toca
saludarlo por "el Día de su Nombre", hago lo posible por obsequiarle
un buen libro u otro detallito que podría gustarle.
Me encontraba yo en mi primer par de
años laborando como profesor y aunque la paga no era muy buena, atesoraba mucho
lo que ganaba...Así que cada cosa que compraba era doblemente valiosa para mí,
en especial si lo hacía para dárselo a alguien que para mí fuese importante.
Aquella vez estaba de nuevo de vuelta en la mentada Librería Chilena, el lugar
ideal para muchos de mi círculo, a la hora de conseguir a buen precio un libro
valioso y que uno sabe que su destinatario lo sabrá apreciar. Yo ya antes había
gozado en demasía mi primera lectura de El Juego de Ender, así como vi en la fascinante colección de mi amigo varios
otros facsímiles de Card, en Inglés eso sí, que él siempre me estuvo
recomendando. Pues no dudé en llevarme conmigo esa novela sobre viajes en el
tiempo (otro tópico que me agrada demasiado), aunque no para mí. Se trataba de
una bella edición de la Colección Nova, el prestigioso catálogo de ciencia
ficción y fantasía dirigido por el maestro Miguel Barceló, el cual además
acostumbraba acompañar sus títulos con pulcra presentaciones de los autores y
aclarantes análisis del libro según correspondiera, siempre de forma amena
(quien para pena nuestra, dejó de llevar en sus manos tal proyecto no hace
mucho, no sé por qué razón). Creo que fue una de las pocas ocasiones en que no
pedí dos ejemplares, el otro para mí; algo que dejé de hacerlo, tras perder esa
oportunidad única de tener también para mí dicho libro. Nunca más tuve entre
mis manos tal texto, de quien hoy en día considero mi segundo escritor fetiche.
3- Hellboy,
Casos Aún Más Insólitos: ¡Tanto que adoro al diablo rojo de buen corazón y
enemigo acérrimo de las fuerzas de la oscuridad sobrenaturales y apenas he
leído historias suyas! Tengo en mi colección unos pocos cómics donde aparece y
en su mayor parte lo que más he disfrutado suyo, han sido sus dos primeras
películas de imagen real y sus dos filmes de animación (con pena digo, que no
alcancé a ver en el cine su rebot,
que acá duró menos que un candy). Sin embargo, pude ser dueño de un pequeño
tomo, aunque significativo, de cuentos suyos realizados por varios autores, uno
de ellos nada menos que Frank Darabont (¡Sí, el mismo realizador detrás de
algunas de las mejores adaptaciones para la pantalla grande de la literatura de
Stephen King, entre ellas Sueños de Fuga y La Niebla!).
Este "librito" que alcanza a
poco más de 250 páginas, posee ilustraciones nada menos que del creador del
personaje: Mike Mignola. Ille tempore
lo tuve en mis manos y pude pagar por él, que estaba en una pequeña repisa
junto a otros títulos de la colección de la Editorial Norma, que lo había sacado
a la lengua de Cervantes; pero vez que iba a la Librería y Distribuidora
Antiyal (sitio que ya ha sido mencionado por mí, al menos una vez en esta serie
de posts), era para gastarme la plata en historietas y solo una o dos veces
ocupé lo que tenía en una obra literaria; por lo tanto los libros quedaban en
segundo plano para mi durante esas excursiones.
Como ya ha pasado en ocasiones de este
tipo, el tomo fue descatalogado y me quedé con el deseo frustrado de hacerlo
mío.
4- Marfil de
Mike Resnick:
Creo que les he contado en ocasiones anteriores, de mi antiguo grupo ñoño de
Acronía, una especie de club informal del cual fui uno de sus fundadores y que
originalmente pensábamos sacar algún tipo de publicación dedicada a la ciencia
ficción y géneros hermanos. Al final la amistad prevaleció durante años y los
únicos proyectos que concretamos fue juntarnos para ver alguna peli o serie de
nuestro gusto, además de comer algo rico. Hoy en día de esa gente, de los que
conocí para cuando se gestó todo, solo me quedan mi amigo Marcelo López, de
quien ya saben bastante ¿No?; como también Leonardo Navarro, a quien creo
estaba destinado ser su amigo, pues antes nos pillamos en varias actividades de
este estilo (de hecho, ahora que recuerdo bien, fue cuando por esos días fui a
ver Entrevista con el Vampiro al cine, que me encontré de nuevo con el
"Hobbit-Panzón-Austral", como me gusta llamarle, quien me dio el dato
de la cita).
Estábamos en el Centro Cultural de
España un día de diciembre de 1995, poco después de terminar mi segundo año en
la universidad, en un evento ñoño que por aquellos tiempos era casi lo único de
su tipo que hacía por estos lares (la Comic Con era algo de lo que solo sabían
los más sofisticados, o sea, quienes por lo general habían vivido en el
extranjero o viajado allá). Recuerdo que había terminado una mesa redonda o
conferencia, ya no sé de qué y nos quedamos charlando unos cuantos del público,
junto a uno o dos de los conferencistas. De allí salió la idea de reunirnos
fuera, para charlar más sobre los temas que nos apasionaban y uno de los
presentes, Rodrigo Yuri (al que no veo desde, creo, el siglo pasado) ofreció su
casa para celebrar la junta. Para que me reconocieran, dije que iba a llevar
conmigo un tomo en tapa dura, Sueños de Robots de Isaac Asimov,
que nos juntamos en una estación del metro. Estaba comenzando las vacaciones de
verano, que era principios de enero, y, de ese modo, comencé unas de mis
mejores temporadas estivales y de ocio de mi vida; junto a nuevos y valiosos
amigos, que se irían agregando ese mismo año.
Yo entonces apenas conocía unos cuantos
autores de ciencia ficción y, en cambio, Rodrigo Yuri era ya toda una
eminencia. Este de uno de los escritores que más nos habló, fue de Mike
Resnick, quien se notaba lo tenía por completo encandilado y al punto de
traducir él mismo algunos de sus cuentos para un fanzine en el que colaboraba.
Supuestamente dicho artista, ni siquiera había sido llevado de manera
profesional a nuestro idioma.
La verdad, es que ignoro cuánto tiempo
pasó desde aquella ocasión, pero unos años después en la Librería Universitaria
me encontré una bella edición de lujo y a un precio increíble (por lo barato,
digo) la novela Marfil de este señor. Se trataba de uno de los últimos títulos,
que sacó la hoy extinta editorial española Ultramar, la cual sacó un montón de
obras del género y de puros artistas consagrados más encima (de esa colección
es que yo tengo Duna, que mi papá me compró por aquel entonces cuando cursaba
el último año del colegio...Pues yo le dije que debía leerlo para la clase de
Castellano, je).
No tengo idea de qué se trata el mentado
texto, pero lo que sí tengo muy claro, es que aquella ocasión fue otra de las
veces en la que me puse más tonto de lo acostumbrado y siendo que me alcanzaba
la plata para comprármelo, no lo hice...Y aquí me tienen ya cerca de mis 44,
haciendo otro mea culpa de uno de mis tantos Pecados de Omisión.
Ahora en que fuerzo más mis recuerdos,
puedo traer la imagen de Rodrigo contándonos de que sus obras (desconozco si
todas, aunque sí puedo decir que una buena parte de ellas, según nos afirmó
nuestro anfitrión) trataban sobre tribus africanas...¡Viviendo en otros
planetas! O algo así. Ante una premisa como esa, que resultaba totalmente
novedosa para alguien como yo, que solo sabía de anglosajones y japoneses en el
futuro, se trataba de una propuesta que no podía ser más atrapante; además, la
pasión con la que Rodrigo exponía, con facilidad lograba transmitirte su
aprecio por estas historias.
Por cierto... ¡Nunca he leído a ese
escritor!
Tanto ejercicio de la memoria, para decir
unas pocas palabras del libro en cuestión; aunque no voy a negar, que ha sido
un bello paseo por los vericuetos de mi pasado.
Jaja... así con los archivos desclasificados de Acronía.
ResponderEliminarTú llegaste con la segunda horneada (junto a AstaRAJAel y SarWEAukar).
EliminarVaya lista de "incunables" De estos, solo tengo Visiones Nocturnas, que conseguí hace algunos años de segunda mano, y es una antología genial, con tres autores número uno. Y con respecto a Resnick, es un autor que nunca leí, pero del que siempre quise tener ese libro, porque me llamaba la atención la portada. Pero nunca lo compré. ¿Será tarde? Igual tengo algunas obras en digital, pero Marfil no.
ResponderEliminarSaludos
RICARDO
Y aún me quedan unos cuantos pecados de omisión por contar, tal vez para hacerlo en julio; que también tengo una lista referida a aquellos cómics que tampoco adquirí en su momento y de lo cual me arrepiento.
EliminarDe los tomos de MR me encantaría hacerme de todos los que pudiese.
Me llama mucho la atención Visiones nocturnas. Tendré que ver si lo consigo en digital. Respecto a los otros que mencionas, sólo los conozco de oídas, así que no tengo mucho que agregar. Así como visiones nocturnas, una vez leí un compilatorio llamado Horror 7, donde había varios relatos, entre ellos Popsy, de Stephen King.
ResponderEliminarLa colección "Horror" del cual leíste el número 7 es de la misma editorial de "Visiones Nocturnas" y se trata de verdaderas colecciones memorables.
Eliminar"Popsy" lo leí y lo tengo en "Pesadillas y Alucinaciones", la tercera recopilación de cuentos de Stephen King.