miércoles, 29 de mayo de 2019

Pecados de Omisión. SEXTA PARTE.


1- Visiones Nocturnas: Martínez Roca fue una editorial española que en los noventa publicó preciosos tomos de ciencia ficción, fantasía y terror, de grandes autores. Dentro de lo mejor de su propuesta, estaban sus coloridas y llamativas portadas, hechas exclusivamente para el lector de habla hispana y que seguían la rancia tradición gringa de atraer al posible lector con dibujos llamativos (algo que de manera lamentable, las empresas del rubro española y latinas tienden a evitar, ya sea para no pagar a los artistas que se dedican a ello o por creer de forma errónea que algo así rebaja el nivel artístico de la obra en sí).
      Durante esa época gloriosa, MR (sus siglas) sacó un montón de antologías, muchas de ellas premiadas. Solo cuando ya tuve cierto poder adquisitivo, una vez que me hice independiente, pude adquirir algunas de estas joyitas; aunque ello cuando se acercaba ya el declive de la empresa. Fue así como a mi querida Librería Chilena (en la que compro desde que era adolescente), llegó una tremenda partida de varios de sus títulos. Mi amigo Marcelo López, de quien ya me he referido varias veces por acá (aunque el muy desgraciado apenas me lee y mucho menos me comenta), me dio el dato y nos fuimos juntos a ver qué les había arribado...¡Era como para tener un orgasmo de pura dicha! De inmediato le eché el ojo a unos tres títulos y a lo más me alcanzaba como para llevarme uno no más. Pero Marcelo (Marlo para los más cercanos), mucho mayor que yo y quien ya ganaba su sustento, tuvo el bello gesto de prestarme dinero y de ese modo me pude ir muy contento. 
       Pero había quedado una antología que preferí dejar para otra ocasión y eso que conocía desde hace un tiempo a los tres autores que contribuyeron para sus páginas: George R. R. Martín, Dan Simmons y, mi predilecto, Stephen King. Yo ya sabía de ese volumen gracias a mi preciada revista Fangoria, que compraba desde mi etapa escolar; a su vez no me era desconocido el nombre del antologista, el estudioso Douglas E. Winter, de quien aún estando en el colegio adquirí otra valiosa colección. Y, sin embargo, dejé pasar el tiempo en conseguírmelo, hasta que inexorablemente desapareció de estos lares.
      La lista de textos que comprenden dicho volumen, incluye cuentos y novelas cortas por cada autor, siendo que de King dos de sus narraciones de allí no se encuentran en otras ediciones en castellano (¡Más encima una de ellas trata el tema de los universos paralelos, de entre mis favoritos!). Uno de los cuentos de Simmons fue adaptado para la serie televisiva Monsters, que nunca he logrado ver y en cuanto a la novela corta del "perro" de Martín (¿Hasta cuándo nos va a tener esperando los dos últimos tomos de Canción de Hielo y Fuego?), creo que se trata de una obra de licantropía magnifica.


2- Observadores del Pasado: La Redención de Cristóbal Colón de Orson Scott Card: Por estas fechas está de cumpleaños otro amigo "histórico", Iván Piñeyro, específicamente el 2 de junio. Como un socio más en ñoñerías y en especial con quien comparto el amor por la literatura de ciencia ficción, vez que me toca saludarlo por "el Día de su Nombre", hago lo posible por obsequiarle un buen libro u otro detallito que podría gustarle.
       Me encontraba yo en mi primer par de años laborando como profesor y aunque la paga no era muy buena, atesoraba mucho lo que ganaba...Así que cada cosa que compraba era doblemente valiosa para mí, en especial si lo hacía para dárselo a alguien que para mí fuese importante. Aquella vez estaba de nuevo de vuelta en la mentada Librería Chilena, el lugar ideal para muchos de mi círculo, a la hora de conseguir a buen precio un libro valioso y que uno sabe que su destinatario lo sabrá apreciar. Yo ya antes había gozado en demasía mi primera lectura de El Juego de Ender, así como vi en la fascinante colección de mi amigo varios otros facsímiles de Card, en Inglés eso sí, que él siempre me estuvo recomendando. Pues no dudé en llevarme conmigo esa novela sobre viajes en el tiempo (otro tópico que me agrada demasiado), aunque no para mí. Se trataba de una bella edición de la Colección Nova, el prestigioso catálogo de ciencia ficción y fantasía dirigido por el maestro Miguel Barceló, el cual además acostumbraba acompañar sus títulos con pulcra presentaciones de los autores y aclarantes análisis del libro según correspondiera, siempre de forma amena (quien para pena nuestra, dejó de llevar en sus manos tal proyecto no hace mucho, no sé por qué razón). Creo que fue una de las pocas ocasiones en que no pedí dos ejemplares, el otro para mí; algo que dejé de hacerlo, tras perder esa oportunidad única de tener también para mí dicho libro. Nunca más tuve entre mis manos tal texto, de quien hoy en día considero mi segundo escritor fetiche.


3- Hellboy, Casos Aún Más Insólitos: ¡Tanto que adoro al diablo rojo de buen corazón y enemigo acérrimo de las fuerzas de la oscuridad sobrenaturales y apenas he leído historias suyas! Tengo en mi colección unos pocos cómics donde aparece y en su mayor parte lo que más he disfrutado suyo, han sido sus dos primeras películas de imagen real y sus dos filmes de animación (con pena digo, que no alcancé a ver en el cine su rebot, que acá duró menos que un candy). Sin embargo, pude ser dueño de un pequeño tomo, aunque significativo, de cuentos suyos realizados por varios autores, uno de ellos nada menos que Frank Darabont (¡Sí, el mismo realizador detrás de algunas de las mejores adaptaciones para la pantalla grande de la literatura de Stephen King, entre ellas Sueños de Fuga y La Niebla!). 
      Este "librito" que alcanza a poco más de 250 páginas, posee ilustraciones nada menos que del creador del personaje: Mike Mignola. Ille tempore lo tuve en mis manos y pude pagar por él, que estaba en una pequeña repisa junto a otros títulos de la colección de la Editorial Norma, que lo había sacado a la lengua de Cervantes; pero vez que iba a la Librería y Distribuidora Antiyal (sitio que ya ha sido mencionado por mí, al menos una vez en esta serie de posts), era para gastarme la plata en historietas y solo una o dos veces ocupé lo que tenía en una obra literaria; por lo tanto los libros quedaban en segundo plano para mi durante esas excursiones.
       Como ya ha pasado en ocasiones de este tipo, el tomo fue descatalogado y me quedé con el deseo frustrado de hacerlo mío.


4- Marfil de Mike Resnick: Creo que les he contado en ocasiones anteriores, de mi antiguo grupo ñoño de Acronía, una especie de club informal del cual fui uno de sus fundadores y que originalmente pensábamos sacar algún tipo de publicación dedicada a la ciencia ficción y géneros hermanos. Al final la amistad prevaleció durante años y los únicos proyectos que concretamos fue juntarnos para ver alguna peli o serie de nuestro gusto, además de comer algo rico. Hoy en día de esa gente, de los que conocí para cuando se gestó todo, solo me quedan mi amigo Marcelo López, de quien ya saben bastante ¿No?; como también Leonardo Navarro, a quien creo estaba destinado ser su amigo, pues antes nos pillamos en varias actividades de este estilo (de hecho, ahora que recuerdo bien, fue cuando por esos días fui a ver Entrevista con el Vampiro al cine, que me encontré de nuevo con el "Hobbit-Panzón-Austral", como me gusta llamarle, quien me dio el dato de la cita).
       Estábamos en el Centro Cultural de España un día de diciembre de 1995, poco después de terminar mi segundo año en la universidad, en un evento ñoño que por aquellos tiempos era casi lo único de su tipo que hacía por estos lares (la Comic Con era algo de lo que solo sabían los más sofisticados, o sea, quienes por lo general habían vivido en el extranjero o viajado allá). Recuerdo que había terminado una mesa redonda o conferencia, ya no sé de qué y nos quedamos charlando unos cuantos del público, junto a uno o dos de los conferencistas. De allí salió la idea de reunirnos fuera, para charlar más sobre los temas que nos apasionaban y uno de los presentes, Rodrigo Yuri (al que no veo desde, creo, el siglo pasado) ofreció su casa para celebrar la junta. Para que me reconocieran, dije que iba a llevar conmigo un tomo en tapa dura, Sueños de Robots de Isaac Asimov, que nos juntamos en una estación del metro. Estaba comenzando las vacaciones de verano, que era principios de enero, y, de ese modo, comencé unas de mis mejores temporadas estivales y de ocio de mi vida; junto a nuevos y valiosos amigos, que se irían agregando ese mismo año.
      Yo entonces apenas conocía unos cuantos autores de ciencia ficción y, en cambio, Rodrigo Yuri era ya toda una eminencia. Este de uno de los escritores que más nos habló, fue de Mike Resnick, quien se notaba lo tenía por completo encandilado y al punto de traducir él mismo algunos de sus cuentos para un fanzine en el que colaboraba. Supuestamente dicho artista, ni siquiera había sido llevado de manera profesional a nuestro idioma.    
       La verdad, es que ignoro cuánto tiempo pasó desde aquella ocasión, pero unos años después en la Librería Universitaria me encontré una bella edición de lujo y a un precio increíble (por lo barato, digo) la novela Marfil de este señor. Se trataba de uno de los últimos títulos, que sacó la hoy extinta editorial española Ultramar, la cual sacó un montón de obras del género y de puros artistas consagrados más encima (de esa colección es que yo tengo Duna, que mi papá me compró por aquel entonces cuando cursaba el último año del colegio...Pues yo le dije que debía leerlo para la clase de Castellano, je). 
      No tengo idea de qué se trata el mentado texto, pero lo que sí tengo muy claro, es que aquella ocasión fue otra de las veces en la que me puse más tonto de lo acostumbrado y siendo que me alcanzaba la plata para comprármelo, no lo hice...Y aquí me tienen ya cerca de mis 44, haciendo otro mea culpa de uno de mis tantos Pecados de Omisión.
      Ahora en que fuerzo más mis recuerdos, puedo traer la imagen de Rodrigo contándonos de que sus obras (desconozco si todas, aunque sí puedo decir que una buena parte de ellas, según nos afirmó nuestro anfitrión) trataban sobre tribus africanas...¡Viviendo en otros planetas! O algo así. Ante una premisa como esa, que resultaba totalmente novedosa para alguien como yo, que solo sabía de anglosajones y japoneses en el futuro, se trataba de una propuesta que no podía ser más atrapante; además, la pasión con la que Rodrigo exponía, con facilidad lograba transmitirte su aprecio por estas historias.
       Por cierto... ¡Nunca he leído a ese escritor!
      Tanto ejercicio de la memoria, para decir unas pocas palabras del libro en cuestión; aunque no voy a negar, que ha sido un bello paseo por los vericuetos de mi pasado.

6 comentarios:

  1. Jaja... así con los archivos desclasificados de Acronía.

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    1. Tú llegaste con la segunda horneada (junto a AstaRAJAel y SarWEAukar).

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  2. Vaya lista de "incunables" De estos, solo tengo Visiones Nocturnas, que conseguí hace algunos años de segunda mano, y es una antología genial, con tres autores número uno. Y con respecto a Resnick, es un autor que nunca leí, pero del que siempre quise tener ese libro, porque me llamaba la atención la portada. Pero nunca lo compré. ¿Será tarde? Igual tengo algunas obras en digital, pero Marfil no.

    Saludos
    RICARDO

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    1. Y aún me quedan unos cuantos pecados de omisión por contar, tal vez para hacerlo en julio; que también tengo una lista referida a aquellos cómics que tampoco adquirí en su momento y de lo cual me arrepiento.
      De los tomos de MR me encantaría hacerme de todos los que pudiese.

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  3. Me llama mucho la atención Visiones nocturnas. Tendré que ver si lo consigo en digital. Respecto a los otros que mencionas, sólo los conozco de oídas, así que no tengo mucho que agregar. Así como visiones nocturnas, una vez leí un compilatorio llamado Horror 7, donde había varios relatos, entre ellos Popsy, de Stephen King.

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    1. La colección "Horror" del cual leíste el número 7 es de la misma editorial de "Visiones Nocturnas" y se trata de verdaderas colecciones memorables.
      "Popsy" lo leí y lo tengo en "Pesadillas y Alucinaciones", la tercera recopilación de cuentos de Stephen King.

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