I- Profundizando
en la obra de nuestra “Dama de la Ciencia Ficción”.
Tras haberme leído y disfrutado la
colección de cuentos Angélica y el Delfín, de mi
compatriota Elena Aldunate, hace más de dos años, me hice la promesa de visitar
de nuevo a la autora que sin dudas se ganó mis respetos con creces (pese a que
no todas las historias del tomo fueron de mi agrado, que no por falta de
talento de la escritora, sino que simplemente me faltó cercanía personal con
esos otros textos suyos).
Cuando supe que la editorial nacional
Cuarto Propio había sacado una hermosa reedición de algunos de sus trabajos, me
propuse adquirirla apenas pudiera; por eso mismo grande fue mi sorpresa cuando,
como si fuese algo mágico o una intervención divina, que poco después de acabar
el mencionado libro me encontrase con una oferta de este otro volumen, así que
no dudé en llevármelo conmigo.
Es así que para cerrar la trilogía de mis
revisiones, sobre los tres grandes autores chilenos clásicos de la ciencia
ficción, que me dispuse a leer de una vez esta obra y de la cual ahora
profundizaré en la medida que me sea posible.
II- Cuentos de
Elena Aldunate: La Dama de la Ciencia Ficción.
Cuarto Propio es un muy respetable
proyecto editorial chileno, que debe su bello nombre a un valioso ensayo de la
escritora feminista gringa Virginia Wolf. Este apoyó a dos académicas
estudiosas de la literatura para volver a publicar a Elena Aldunate (Macarena
Cortés y Javiera Jaque respectivamente), valiosa autora nacional que llevaban
tiempo sin reeditarse sus obras, salvo, tal vez, su serie infantil de Ur
por intermedio de Editorial Universitaria (sello perteneciente a la Universidad
de Chile).
Las responsables de este redescubrimiento
de la narrativa de la Aldunate, de modo de hacerla conocida a las nuevas
generaciones y permitir que aquellos que ya sabíamos de ella pudiésemos acceder
a su literatura hace rato descatalogada, postularon a un concurso del Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes, Fondo Nacional de Fomento del Libro y la
Lectura, del Gobierno de Chile y felizmente lo ganaron. Esto permitió sacar un
precioso libro que reúne sus dos series de relatos, correspondientes a El
Señor de las Mariposas (1967) y la mencionada Angélica y el Delfin
(1976).
Para realizar su labor, que no solo se
limitó a sacar los cuentos a un formato más moderno, se contactaron con sus
familiares para reunir información y material exclusivo sobre la artista,
incluyendo datos biográficos apenas conocidos, tener acceso a sus originales y
archivos personales, entre ellos sus fotografías.
De este modo, gracias a todo lo anterior,
quien tiene en sus manos esta edición no solo llega a conocer a una valiosa
narradora criolla; sino que además accede a tres presentaciones y/o análisis de
su obra, incluyendo la del especialista chileno en ciencia ficción Marcelo
Novoa (mucho más fácil de digerir y/o comprender que otro ensayo que le
antecede…demasiado complejo para mi gusto), sino que tras leer sus textos por
igual puede contemplar bellas reproducciones de viejas portadas de su
bibliografía y fotos personales.
III- Los
cuentos.
En primer lugar debo decir que como ya me
leí lo correspondiente a Angélica y el Delfin, habiendo
escrito al respecto para este blog, me salté sus historias para dedicarme a los
relatos que forman parte de El Señor de las Mariposas; por lo tanto, solo me
limitaré a dar mi opinión sobre esta parte del libro.
Considerando que la autora primero
escribió y público el volumen de El Señor de las Mariposas, casi una
década antes que Angélica y el Delfín, uno puede darse cuenta que sus
narraciones consiguieron mayor valor estético luego de un buen tiempo
escribiendo; con esto, quiero decir en pocas palabras que la Aldunate mejoró
mucho como escritora entre un libro y otra, en lo que concierne al fino arte de
los textos breves y por eso mismo sus títulos que comprenden su primera
colección no están tan acabados como los de aquella que le siguió ¿Por qué
razón digo esto? Pues, debido a que dichas obras más parecen en su mayoría
bocetos, que cuentos acabados y revisados, siendo la mayoría demasiado cortos
como para tratar una historia completa y clara; de este modo, el lector puede
quedar anonadado, porque cuando espera que todo se desarrolle luego de
motivarnos con su comienzo, la trama acaba antes de conseguir un clímax.
Incluso, de entre todos los títulos que comprenden esta parte del tomo, solo 4
de ellos corresponden a la ciencia ficción (El Mecano Verde, Juana
y la Cibernética, Golo y Número 50004), género con
el que se relaciona la Aldunate; asimismo, hay un relato en la práctica
inclasificable, que podría interpretarse como si perteneciera a la fantasía
científica ("experimental" le llamó mi amigo Marcelo López, cuando lo
releyó para ayudarme a entenderlo, que pese a su interpretación tan inteligente,
aun cuando lo repasé por segunda vez, apenas pude entenderlo y encontrarle algo
de pies y cabeza).
Muchos de estos relatos se mueven en el
mundo de la ambigüedad, no sé si a propósito o no, que incluso el mejor trabajo
de esta colección, Juana y la Cibernética, bien podría considerarse por las
alucinaciones de una mujer sola y desesperada; lo mismo ocurre con el mismo
cuento El Señor de las Mariposas, sobre las fantasías infantiles y no
acerca de efectivamente una amistad entre una menor de edad y una entidad más o
menos sobrenatural; por último, el relato que cierra el libro, Candia,
no deja de pertenecer a las frágiles fronteras entre la realidad, lo onírico y
la fantasía.
Pese
a las debilidades que uno puede encontrar en la última parte, de esta reunión
de narrativa breve de nuestra autora, su prosa poética agarra fuerte, que en
verdad escribía de maravillas y con una enorme capacidad para darle a la
palabra un sentido mágico que hace placentera la lectura (aun cuando el sentido
de la historia poco se entienda).
En todo caso, las recopiladoras fueron
inteligentes, también, al decidir incluir primero los mejores cuentos
correspondientes a la plenitud creadora de Elena Aldunate, o sea, las obras
pertenecientes a Angélica y el Delfin; puesto que de esa modo consiguen
entusiasmar más al lector, demostrando de inmediato y con creces las virtudes
de la artista que han querido realzar. Debe quedar claro, eso sí, que los
cuentos que forman parte de El Señor de las Mariposas para nada
son malos, pero si tuviésemos que hacer un verdadero compilado de lo más
sustancioso de su creadora y tratando de ser justos, solo unos 3 podríamos
agregar a ello, si es que no 2; lo mismo, si es que quisiéramos recomendar la
lectura de textos de esta escritora, ya sea a nivel nacional, como
internacional; de igual manera si quisiéramos considerarla como exponente de la
ciencia ficción chilena y/o latinoamericana: la mayor parte de esta producción
no nos sirve, como quedará claro al repasar, mejor, cada uno de los cuentos.
IV- Sumergiéndonos en sus cuentos.
1. El Mecano
Verde:
En plena calle y a la luz del dia, una mujer entra en contacto con una entidad
extraterrestre. El ser es benigno y en la práctica su comunión con la terrestre
es casi o por completo sexual, puesto que se comunica con ella como si la
penetrara (o la "iluminara", como esas santas del medievo y que en
los dibujos de aquella época se veían con rostros propios de alguien llegando
al éxtasis erótico). Cabe mencionar que posteriormente en Juana y la Cibernética
(sin dudas, el mejor cuento de este grupo), sucederá algo parecido entre una
mujer y un ser no humano; asimismo, el estupendo relato El Rayo de Sol, que va
incluido en la primera parte del libro que hoy nos reúne, trata de otra de
estas experiencias cuasi místicas y/o carnales.
2. El Señor de
las Mariposas:
Una niña escapa a la infelicidad por medio de su visita a una casa muy
especial. Increíblemente esta pequeña y otro infante de esta colección,
compartirán con las mujeres adultas del resto del tomo, una vida solitaria y un
sentido de la desgracia que buscan evadir o superar por medio algún recurso
fantasioso y/o ilusión que los acerca más que nunca al mundo de la infancia.
Puede llamar la atención, y tal vez
desilusionar la imagen virtuosa que uno puede tener de la autora, que en un momento
el narrador mencione que es fea y tiene rasgos indígenas.
Sin embargo, esta escritora de
"rancia alcurnia" en realidad no es la mujer despreciativa que nos
podría parecer, como bien lo atestiguan otros relatos que muestran tremenda
empatía hacia la pobreza y, por extensión, hacia sus semejantes, que no han
nacido en el seno de una familia de clase alta como ella.
3. "A
imagen de Dios los creó, varón y mujer los creó": El
texto más raro de entre todos los que aquí podemos leer, nos describe una casa
y a sus habitantes, supuestamente, quienes viven rodeados de lo que parece una
flora y fauna exuberantes. Las relaciones entre los personajes son extrañas y
en verdad esta familia parece de lo más errática. Como fuí incapaz de captar el
sentido de todo, les dejo la inteligente interpretación que le dio al relato mi
mencionado amigo Marcelo López:
"Me gusta el cuento.
Esos pasillos con miles de puertas e
igual cantidad de personas tras de ellas como si fueran copias de un molde
femenino y masculino, con sus respectivas tradiciones y machismos que parece
inalterables al igual que el curso de la naturaleza.
Sin embargo, la niña se cuestiona,
pregunta, duda, contradice. Y en ese proceso ella crece y es fecundada para dar
a luz a un nuevo ser humano.
Podría ser la rebelión de una clon que se
convierte en mujer liberada, origen de un " super hombre- mujer"
Es feminista por todos lados.
Una mujer que rompe los esquemas que se
supone son inalterables. De ahí que haga comparaciones con los insectos y
plantas que repiten esquemas, aunque da paso a mutaciones.
La niña va mutando, va creciendo, madura,
se hace mujer y logra evolucionar."
¿Qué
me dicen ustedes de este extraño relato?
4. Juana y la
Cibernética:
El mejor cuento no solo de esta segunda (o primera, si se considera
cronológicamente el asunto) colección, es una obra por la cual su creadora
puede sentirse orgullosa y nosotros podemos valorarla entre lo más
sobresaliente de la narrativa nacional de ciencia ficción.
Una obrera de una fábrica, se queda
encerrada por accidente en su lugar de trabajo durante un fin de semana largo,
en vísperas de Año Nuevo. Sola, sin nada que comer, ni con qué entretenerse,
convierte a la máquina que usa en su confidente; luego termina dándole una
impronta que, por un lado, representa la estrecha relación de dependencia que
llegan a tener los seres humanos con este tipo de objetos y en especial
aquellos que les son imprescindibles para el día a día (cabe mencionar que el
famoso escritor inglés, también maestro de la ciencia ficción, J. G. Ballard,
trató esta erotización de la máquina con su novela Crash, llevada al cine por otro genio: David Cronenberg. De modo
que siendo anterior el cuento de la Aldunate, plausible resulta ser su
capacidad para abordar temas tan escabrosos en su época y que de seguro más de
una polémica produjo).
La protagonista, alguien por quien
llegamos a sentir lástima y que nos puede llevar a sentirnos identificados con
su circunstancia vital, llega a tener una de esas conexiones eróticas a la que
hice mención más arriba. El desamparo de esta fémina es tan vivido y más la
atmósfera enrarecida en la que ocurre todo, que el lector siente lo que le
sucede, entre ello el calor y el hambre por los que pasa, por no mencionar su
honda soledad.
Tal como se afirmó más arriba, se puede
llegar a dudar sobre si lo que sucede, una vez que la "normalidad se
quiebra", ocurre en efecto o la mujer solo alucina producto de su
sufrimiento.
5. El Hula-Hoop:
En
la práctica ni siquiera un cuento, que si un micro cuento, porque no alcanza el
par de páginas de extensión. Una mujer se entretiene jugando sola con el objeto
que menciona el título (un anillo de plástico, que se hace girar alrededor de
la cintura u otra parte del cuerpo). Mientras hace esto, la protagonista
comienza a pensar en su antiguo amante, que su relación con este se encuentra
en una crisis en paréntesis. No hay mayor historia, pero, tal vez, el casi
despreocupado juego en el que su sume el personaje, se podría ver como la
típica evasión ante una situación como esta.
6. Los ojos: Un texto que si
lo hubiese desarrollado más la autora, podría haberle quedado
"redondo". Una mujer va caminando por la calle y se detiene a mirar a
un hombre que está realizando un trabajo en plena vía pública. Al contrario de
lo que pasaría en un relato tradicional, escrito por un hombre, es esta
"viajera" quien detiene su mirada en el desconocido y lo hace
deteniéndose en su atractivo físico. Cabe mencionar que su encuentro en el que
el obrero solo participa como objeto de atención (¿y de deseo también?), lleva
a la dama a recordar un extraño incidente de su pasado, que al menos para este
servidor queda una vez más inserto en el terreno de la ambigüedad, tan recurrente
en las narraciones que hoy revisamos.
El nombre de este texto, igualmente
breve, no solo hace referencia a los ojos del joven observado (descritos como
hermosos), sino que al papel que cumple el acto de mirar aquello que nos rodea
en nuestras vidas, deteniéndonos en los detalles y dándole sentido. En todo
caso, acá estamos otra vez frente a una pequeña pieza literaria de la Aldunate
que más promete, que lo que ofrece en realidad; de modo que no se puede sacar
mucho de ello, a la hora de querer entenderla y analizarla.
7. La otra: Un muy
interesante cuento de carácter psicologista, que en pocas páginas aborda el
conflicto interior propio de alguien que no ha logrado armonizar sus impulsos.
"La otra" es como muchas
historias que tratan sobre un triángulo amoroso, la amante, la intrusa, la
ladrona del hombre para su "pareja oficial"; no obstante, en este
caso nos enteramos que esa otra es más bien una faceta de alguien que no quiere
aceptar su yo más animal y/o sensual.
Bueno...Así es como al menos yo entendí
esta obra.
8. Golo: ¡Por fin
volvemos a la ciencia ficción! A la satisfacción con la que comienza este
comentario, cabe mencionar que se trata de otro relato corto o microcuento,
pero que aún así por sus descripciones y muy especial final (como sorpresivo y
emotivo), me parece precioso.
Una criatura rara y más o menos humanoide,
de esas "tipicas" que aparecen dentro de este género, debe rescatar a
otro ser extraño que solo en las últimas líneas descubrimos qué es en realidad.
Estamos frente a una preciosa perla que
trata acerca del amor, en sus más sorprendentes formas.
9. Navidad: Un niño de la
calle vive a su manera esta fecha.
La humanidad con la que la autora retrata
el desamparo del pequeño y aún así su ilusión para seguir viendo la vida con
optimismo, es sobrecogedora. Queda claro con todo esto, que aunque la escritora
pertenezca a la "clase alta", a diferencia de muchos en mi país, no
está ciega a los pesares de los desamparados y los más pobres, tal como ya lo
hizo muy bien con su estupendo cuento que es Juana y la Cibernética.
Siendo que en Chile vivimos
"Navidades calurosas", ya que en esta zona del mundo dicha fecha
transcurre durante el verano, se puede observar que lo hecho por la Aldunate,
fue tomar a su manera la rancia tradición de contar historias navideñas y que
son tan preciadas en el mundo anglosajón; si bien adaptándola a nuestra
idiosincrasia, pero con un guiño que nos hace recordar al famoso clásico de
Charles Dickens: Un Cuento de Navidad.
10. Número 5004:
A
mi parecer, lejos el segundo cuento más sobresaliente.
Una mujer realiza un viaje muy especial,
que la hará salir de su cómodo hogar y mundo cotidiano, hacia lo desconocido
para tener ante sí la posibilidad de encontrar una nueva vida.
El lenguaje usado y el carácter
intimista, se mezclan en este texto que nos muestra el contraste entre lo rural
y lo cosmopolita, con algunas de las mejores descripciones poéticas de su
autora.
Hacia el final de la trama, podría darse
una interpretación más realista al periplo de la protagonista, que otra vez es
algo ambivalente el sentido de esta narración.
11. Candia: Corresponde a la
única historia donde el protagonismo es compartido y no solo entre 2
personajes, sino que entre 3: Una mujer joven (quien le da el nombre al
cuento), un pintor enamorado en secreto de la muchacha y el gato de esta. Es
así que el argumento se cuenta desde el punto de vista de todos ellos.
La vida de estos tres no es la mejor: la
chiquilla es una criatura tan solitaria, como su admirador secreto y su
mascota, silenciosa al punto de que apenas se hace notar en la pensión donde
vive; el artista tiene sus propias cuitas y el felino no es muy grato a la
vista...Queda claro que la vida de todos ellos están conectadas de una forma u
otra.
El final, otra vez, nos deja con la
incertidumbre sobre qué pasó en realidad.
V- Terminando mi
revisión personal de los grandes de la ciencia ficción chilena.
Cerca de un par de meses, desde que
comencé a leer estos libros y luego a escribir y publicar mis observaciones al
respecto, he dedicado a tres libros de diferentes autores nacionales y ligados
a la ciencia ficción: Hugo Correa, Antoine Montagne (o Antonio Montero en su
nombre original) y Elena Aldunate.
Lo hice originalmente para seguir con mi
autoreto de dedicarme este semestre solo a escritores chilenos; sin embargo,
luego me di cuenta que, además, podía darle un repaso a esta trinidad de los
autores más destacados de la ciencia ficción en Chile; en lo que vendría a ser
algo así como una Edad de Oro para el género en nuestro país, abarcando las
décadas de los sesenta a los setenta. Grato ha sido para mí esta última labor,
aunque debo admitir que de entre los tres autores mencionados, no solo a nivel
personal, sino que como producción de la mayor calidad literaria en muchos
sentidos, me parece que es lejos Hugo Correa el más sobresaliente entre sus
compañeros. Quienes lean a estos autores en su conjunto, pueden hacer sus propias
observaciones al respecto.
Espero con humildad haber contribuido a
hacer conocidos a mis compatriotas fuera de nuestras fronteras y entusiasmar a
futuros lectores, entre chilenos y extranjeros, para leerlos.
En cuanto a Elena Aldunate, con quien
termino esta etapa, ojalá que el acercamiento a sus tesoros gracias al apoyo de
sus herederos, haga que salga alguna obra inédita y si es de ciencia ficción,
mejor para los más ñoños de la casa.
Un muy buen análisis y una muy excelente escritora que merece un mayor reconocimiento en la actualidad.
ResponderEliminarMe alegra saber que alguien haya apreciado este post, escrito con mucho cariño en un periodo que recuerdo con nostalgia. A ver si logro tener y leer sus novelas pendientes para comentarlas por acá también.
EliminarMuchas gracias por el post! Me estoy enterando recién de la existencia de Elena Aldunate (me siento completamente ignorante)y me entraron ganas gigantes de leerla. Comenzaré a buscar para poder obtener alguna de sus obras. Muchas gracias!
ResponderEliminarQué bueno saber que este "viejo" post haya sido de ayuda para alguien. Estás invitado a pasarte cuando quieras y a comentar, que eso me hace muy feliz.
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