miércoles, 24 de junio de 2020

El Cine de Terror de Stuart Gordon II.


Dolls (1987).

    En la práctica poco después de su anterior excursión en el "terror duro" y gráfico, adaptando por segunda vez a Lovecraft con From Beyond, Gordon realizó esta otra cinta del género y que si la comparamos con otras más que realizó de este tipo, para la pantalla grande, viene a ser la más "suave".  Afirmo lo anterior, porque no se apoya en el gore, sino que en otros elementos que la hacen tan especial, algo que revisaré junto a ustedes, poco después de ver de qué trata.
     Una familia debe pasar a su pesar la noche en una casa supuestamente abandonada, en medio de un bosque perdido en tierra de nadie.  Sin embargo, no están solos, ya que en esa vieja construcción siguen viviendo sus dueños, una pareja de ancianos dedicados a la creación de muñecos, los que resultan ser mucho más especiales de lo que aparentan.
      Por otro lado, otro hombre llega accidentalmente al lugar, acompañado por dos autoestopistas y juntos se unen al particular grupo que se ha formado.  Es así que será una noche con muchas sorpresas, donde no solo habrá espacio para los sustos y la muerte de las maneras más espantosas, sino que habrá espacio para las moralejas y la oportunidad de, incluso, conseguir una vida mejor.
     La trama de esta película de corte sobrenatural, se nutre de los clásicas cuentos infantiles, que analizados bien poseen varios rasgos aterradores y no solo para los niños, sino para los adultos involucrados en sus acontecimientos; de igual manera los lectores de cualquier edad, recuerdan con su argumento el viejo y ancestral miedo a lo desconocido y a la posibilidad de que hayan fuerzas superiores a nosotros, que podrían tenernos a su merced.
    Teniendo en cuenta lo anterior, para caracterizar a los personajes y ambientar la trama en lo que respecta a los llamados relatos de hadas, tenemos la casa en el bosque, la ambientación nocturna y la presencia de no solo una bruja, sino que de un brujo también (el marido de la primera), sumados a una madrastra malvada; a ello le sumamos un par de villanas (o más bien ladronas) de pacotilla, un padre indolente y una bella e inocente niña expuesta a la presencia negativa de los mayores...Y no podía faltar el caballero valiente, cuya personalidad igual está modificada, ya que estamos frente a una obra para adultos, que aunque se nutre de lo clásico y sus arquetipos, juega con ellos y lo trastoca lo suficiente como para armonizar  suficientemente tradición y modernidad; que con respecto a esto último, no podemos olvidar una de las máximas de los textos en los que se nutre esta recomendable cinta, con momentos no solo aterradores y graciosos, sino que sublimes o poéticos: que las apariencias engañan.  Por otro lado, también hay oportunidad para la justicia (poética) y la bondad, tal como queda de manifiesto en todas estas historias tan grandes como la vida.
     Pongan ojo en la genial actuación de la verdadera mala de la película, interpretada por la esposa del director, Carolyn Purdy-Gordon, hermosa y toda una perra en pantalla (en su papel más destacado para una obra de su marido) y especialmente en los nostálgicos (y preciosos) efectos de stop-motion ocupados en varias escenas memorables.
     Tratándose de una cinta ochentera, vi esta recién por primera vez a finales de marzo de 1994, gracias a que me encontré $ 1000 pesos en la calle (toda una fortuna para mí en aquel entonces) una mañana cuando iba con mi papá a presentarme para el Servicio Militar Obligatorio (que así era en aquellos años), algo que formaba parte de mis propios terrores reales, si bien yo estaba eximido debido a que iba a entrar a la universidad.  Recuerdo que consideré mi suerte de aquella vez como un buen presagio y cuando en la tarde volví a casa ya solo, puesto que mi papá solo le iba a dejar para que estuviera tranquilo, ya que él no podía entrar, fui a mi videoclub favorito de barrio y me encontré con esta película.  Ya sabía quién era su creador y hasta el momento solo de él me había visto dos de sus producciones, que me dejaron con ganas de disfrutar más de su talento.


                                                                        Tráiler. 

2. El Pozo y el Péndulo (1991).


    La primera revisión personal de la obra de Edgar Allan Poe (el otro escritor adorado por Gordon, junto a Lovecraft), corresponde también a su primer trabajo para la nueva productora de su amigo Charles Band, Full Moon, dedicada al cine de clase B (si bien la mayoría de los títulos que salieron de este estudio, se estrenaron directamente al video casero).  Es así que tomando como fuente el cuento homónimo, nuestro realizador agregó un montón de elementos más a la trama, sazonándolo todo con los ingredientes habituales en su filmografía de horror: mucho gore, elementos sobrenaturales, erotismo y humor.
     Agregado a la dicho arriba, en esta versión suya del clásico poeniano, Stuart Gordon se permitió contarnos la truncada historia romántica de un matrimonio enfrentado a la corrupción y fanatismo de la Inquisición Española.  Para esto aprovechó de usar como protagonista a la infame figura de Tomás de Torquemada, personaje real del pasado de España, ligado a esta institución católica que tantos atropellos cometió, supuestamente defendiendo a los inocentes del mal de los herejes.  En el filme Torquemada se obsesiona con una hermosa y bondadosa mujer, a la que separa de su marido, sometiéndola a espantosos vejámenes; no obstante, el verdadero amor es más fuerte y el marido enfrenta solo los poderes humanos para salvar a su señora, con un heroísmo pocas veces visto en otros títulos del Stuart Gordon.
     Personajes llamativos aparecen en esta cinta, a la cual su servidor le tiene un especial cariño: un verdugo torturado por su pasado, una bruja de buen corazón y las estrellas del filme en estupendos papeles, como el mismo Torquemada en la interpretación del siempre solvente Lance Henricksen, un simpático secretario de la Inquisición bajo el camaleónico Jeffrey Combs (actor fetiche de Gordon, como bien saben) y el veterano de un montón de películas Oliver Reed, como un muy llamativo cardenal y con quien el cineasta se permitió homenajear a otro gran relato de Poe: El Barril del Amontillado.
    El comienzo de la película es formidable, mostrándonos una sociedad dirigida por desquiciados, en lo que el maquillaje logra representar muy bien este ambiente de pesadilla.  A partir de entonces, tendremos muchas más escenas memorables, donde la dirección de arte viene a ser una de las más destacadas del cine de Gordon.  Por último, Richard Band, músico detrás de varias de las bandas sonoras del director, realiza acá uno de sus trabajos más sobresalientes.
     Esta fue la segunda película de Stuart Gordon que pude gozar y la que más me llamaba la atención gracias a que en el primer número de la revista Fangoria que comencé a coleccionar, venía un reportaje sobre ella y de ese modo conocí a tal realizador.  Todavía estaba en el colegio, en Enseñanza Media, cuando la arrendé en VHS y si no me equivoco, la vi como dos veces, que en ese tiempo uno se llevaba las cintas solo por 24 ó 48 horas o a lo más por el fin de semana.  Asimismo, tuve grabado en cassette su música que tanto me gustaba, que emitieron un domingo en la noche en el programa Música en 35 Milímetros de la Radio Futuro, que por años escuchaba con devoción.


                                                                           Tráiler.

7 comentarios:

  1. Tus palabras me animan a seguir aventurándome en la filmografía de Gordon.

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  2. Coincido! Un director al que hay que redescubrir... y que al final de su carrera logró también muy buenos títulos, tal vez los mejores. En este csao, tanto Dolls como El Pozo y el Péndulo tienen todo ese clima de terror de los 80 que, al menos a mi, tanto me gusta. Una cosa importante: Gordon nunca toma sus películas en broma. Están plagadas de humor negro, pero no de ese tipo de comedia que daba vergüenza ajena que caracterizó a muchas cintas de terror de aquellos años. Lo de Gordon era amor por el género, má allá del presupuesto que tuviera.

    Saludos,
    RICARDO

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    1. Me queda muy claro el profundo amor de Gordon por el cine de terror y lo que hacía, puesto que desde su época en el teatro se orientó a este género; por lo mismo nunca he visto el humor suyo como algo facilista o de autoparodia, al contrario, lo usaba como un recurso inteligente. En cuanto a sus últimos títulos, los dos dramas y el thriller que realizó, luego de mi viaje por su ciencia ficción hablaré de ellos (y termino con sus producciones para la tv).

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  3. Grande Stuart Gordon director que nos deleitó con esquiteses gore y monstruos de pesadillas. No puede creer que no haya dejado este 2020 QEPD

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    1. ¡Qué genial encontrarte por acá! Quedas invitado a hacerte seguidor y comentar cuando quieras, lo que me hace muy feliz. Gracias por dedicarle tiempo a lo que hago.

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  4. Pues definitivamente tengo que ver El Pozo y el péndulo. Aparte de ser una de las historias que más me gusta de Poe, quiero ver que fue lo que hizo Gordón con esta película para que te gustara tanto. Cuando mencionaste la obsesión de Torquemada con una mujer, eso me hizo pensar en Claude Frollo y Esmeralda, de Notredame de París (libro y película animada).

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