El maestro de Baltimore Edgar Allan Poe
dejó un legado tan grande tras su prematuro deceso, que los artistas y obras
que se nutren de sus historias y poemas abundan por montones; unas más valiosas
que otras y aun así encontramos verdaderas joyas, homenajes e inspiraciones
para otros grandes creadores y hasta manifestaciones entre la cultura popular,
tal como el recordado episodio de Halloween de Los Simpsons que
adaptó a su manera el famoso texto lírico El Cuervo (vez que les hablo
a mis alumnos sobre la bibliografía de Poe, les hago mención sobre esto último
y el reconocimiento de inmediato se manifiesta, aumentando de inmediato el
interés por el escritor).
Considerando lo anterior, alguien como el
hace poco desaparecido Richard Corben (Estados Unidos, 1 de octubre de 1940 y 2
de diciembre de 2020), genio del cómic de horror, no podía quedarse impávido
ante el atractivo de las fantasías del escritor romántico. Es así que confesó en más de una ocasión, que
de pequeño había devorado sus textos y, de ese modo, bien podemos apreciar la
influencia de tales títulos en muchos de sus trabajos, ya sea de manera
indirecta, como en las numerosas adaptaciones que hizo sobre las piezas
poenianas.
En sus relatos, Edgar Allan Poe pretendió seguir 3 preceptos suyos con sagrada consecuencia:
1°
La historia debe ser lo suficientemente corta para “leerse de una sentada”, de
modo de mantener la atmósfera.
2° El autor debía determinar el efecto que deseaba tener sobre el lector y construir luego a los personajes, tanto como a los acontecimientos, para conseguir ese efecto.
3° Cada palabra de la obra debía ayudar a crear ese efecto deseado.
Ante el primero de estos principios, cabe
mencionar que salvo sus trabajos por encargo, como los tantos que realizó para
DC, Marvel, Dark Horse y otras compañías, desarrollando nuevas aventuras para
personajes tan famosos como John Constantine, Huk, Conan el Bárbaro o Hellboy,
Richard Corben comenzó su labor y la desarrolló al máximo realizando pequeñas
obras de horror, muchas de ellas de solo un par de página o incluso menos; este
estilo conciso y potente, lo sacó también de su aprecio a las viejas historias
de las ya míticas publicaciones de la editorial EC, tipo Cuentos de la
Cripta, que leía de niño y que con posterioridad lo inspiraron para
hacer sus propios cómics de ese estilo, para la editorial Warren, en sus
también famosas revistas Creepy y Eerie.
En sus relatos, Edgar Allan Poe pretendió seguir 3 preceptos suyos con sagrada consecuencia:
2° El autor debía determinar el efecto que deseaba tener sobre el lector y construir luego a los personajes, tanto como a los acontecimientos, para conseguir ese efecto.
3° Cada palabra de la obra debía ayudar a crear ese efecto deseado.
Ilustración para su versión de "El Entierro Prematuro". |
Para respetar el segundo de los preceptos de su maestro, Corben buscó equilibrar el elemento gótico y romántico propio de Poe, con las historia originales de la época de EC, ambientadas en la década de los cincuenta, al hacer que sus historietas mantuvieran una estética con elementos de esos tres periodos, entre las casas que aparece, paisajes, vestimentas de los personajes y los objetos cotidianos (que, a menos que me equivoque, nunca veremos tecnología avanzada en sus dibujos para estas obras, ni nada que nos recuerde a la actualidad, al contrario, el pasado está muy presente en tales títulos).
Respecto a la tercera de las leyes poenianas, Corben supo acompañarse de tremendos escritores del medio, entre ellos Jan Strnad y Mike Shields, en lo que a cómics de miedo se refiere, quienes ocupaban un estilo cuidado y artificiosos en el apartado narrativo. Una vez que el propio Corben se atrevió a realizar por sí mismo el guión de sus trabajos, recogió lo aprendido junto a sus compañeros y además imitó dentro de lo posible la pluma de Poe, al ocupar un lenguaje culto, con palabas que podrían considerarse como arcaizantes; por medio de todo esto, claramente el lector puede sentir que está apreciando una historia propia del relato oral de aparecidos, monstruos y venganzas de ultratumba, que de pequeños con deseo morboso escuchábamos de los mayores o en los radioteatros (¿Recuerdan el lenguaje “formal” de las entregas del Doctor Mortis? Pues esa es la misma idea…).
Richard Corben se dio el gusto de adaptar, al llamado noveno arte, varias de las obras de Poe, algunas de ellas relatos que han sido versionados por otros autores, si bien la estética de este maestro del cómic es evidente al compararse con los trabajos de colegas suyos y entre ello su erotismo que, por supuesto, no encontramos en los textos originales de Edgar Allan Poe. Por otro lado, el ingenio de historietista se puede apreciar en que, además, se inspiró en algunos poemas de corte narrativo, entre ellos nada menos que El Cuervo. Es así que para la colección Edgar Allan Poe´s Haunt of Horror, números 1 al 3, realizó nada menos que 10 adaptaciones y para las cuales se sirvió del apoyo de otro colaborador suyo habitual: Rich Margopoulos. Los lectores de habla hispana pueden disfrutar del fruto de esta labor, gracias al bello tomo que publicó Panini Comics, bajo el título de Edgar Allan Poe La Guarida del Horror. Cabe mencionar que el volumen incluye los textos originales del mismísimo Poe, traducidos claro, lo que no solo permite disfrutar las obras tal como las ideó su creador, sino que además dan testimonio del ingenio para convertirlas al noveno arte.
Por otro lado, en nuestra lengua también se encuentra editado por Planeta Cómic El Espíritu de los Muertos, tomo más voluminoso que el anterior, donde se repiten al menos unas tres de las adaptaciones ya vistas en la colección anterior, pero que además consigo sus imágenes para La Muerte Roja y Los Crímenes de la Calle Morgue, como de muchos otros clásicos poenianos. Asimismo, a diferencia de La Guarida del Horror que plasma sus pesadillas en tonos grises que imitan el rancio estilo de los títulos EC, en esta edición los cómics vienen a todo color.
Las adaptaciones que hizo Corben de Poe son muy, pero muy buenas. No solo logró mantener el clima de los relatos originales, sino que incluso se mostró un poco más recatado que cuando dibujaba fantasía propia, con menos excesos. Por lo tanto, todas estas adaptaciones son increíbles y recuerdan un poco a las que hacía Bernie Wrightson: fieles a la literatura original, pero con mucha personalidad propia.
ResponderEliminarSaludos,
RICARDO
Y yo aún tengo pendiente comprarme y leer "El Espíritu de los Muertos", así que me queda aún por gozar.
EliminarSi por estos lados pudieran conseguirse esos tomos, seguro buscaría manera de obtenerlos. Ahora: ¿Son cosas mías o los esqueletos de la ilustración de Enterramiento Prematuro parecen estar sonriendo con picardía? Jajaja
ResponderEliminarBuscalibre está en varios países, no sé si en Venezuela. Tu observación sobre los esqueletos puede ser, que igual a Corben le gustaba bastante el humor negro.
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