jueves, 2 de octubre de 2014

El Terror llega desde el Mar (y no gracias a Lovecraft).


I- El Autor.

    William Hope Hodgson fue un escritor inglés que entre 1877 y 1918 tuvo una vida lo suficientemente extraordinaria e intensa, como para crear en su corta existencia una obra literaria de verdadera trascendencia.  Hijo de un severo pastor evangélico, quiso hacer fortuna a los 13 años de modo de desligarse de su control y por esa razón se embarcó durante 8 años, navegando por los mares.  En aquel tiempo el océano todavía seguía siendo bastante inexplorado, encerrando muchos misterios para los valerosos hombres que se aventuraban en sus aguas.  A su vez tampoco contaban con los medios técnicos como para viajar por completo seguros, cuando la naturaleza se manifestaba con toda su majestuosidad.  De este modo seguramente durante esta etapa de su vida tuvo una serie de experiencias, que de seguro rayaron en lo terrorífico y que lo llevaron a crear una obra que fue lo suficientemente poderosa, como para influenciar de forma directa a alguien como el maestro H. P. Lovecraft.  Por lo tanto la idea del mar como un cúmulo no sólo de secretos, si no que de monstruosidades viscosas y acechantes, provino primero de su mente fantasiosa; además cabe decir que lo que Lovecraft ideó tanto leyendo a sus autores predilectos como el mismo Hodgson, al igual que de forma teórica revisando los viejos volúmenes enciclopédicos de su biblioteca, el escritor inglés lo inventó usando sus propias memorias como fuente original del terror de origen marino.  Es así que al leer a Hodgson quien apenas sabe sobre barcos y navegación, se encuentra con una serie de datos, que el autor incorpora a su narración de forma erudita y espontánea; de tal modo ello sirve tanto para aprender del tema, como para conocer aspectos de interés acerca del mundo de su época.  Como muchos artistas de talento y apasionados, Hodgson vivió con intensidad, alistándose con valor en la Primera Guerra Mundial, lo que lo llevó a morir en las trincheras… ¿Se imaginan qué más habría hecho para la literatura si no hubiese desaparecido tan pronto, como bien sucedió con sus colegas Ambrose Bierce y el ya mencionado H.P.L?

El escritor de estas fabulosas narraciones.

     Otro aspecto a destacar de su pluma, es el uso de la narración en primera persona por parte de los protagonistas e incorporando viejos manuscritos, de donde supuestamente provienen los textos de sus historias (otros procedimientos narrativos bastante usados por Lovecraft y compañía).
     En su corta vida, publicó una obra que una vez que los estudiosos comenzaron a buscar los antecedentes literarios de Lovecraft, lo rescataron del olvido hasta otorgarle el título honorífico de maestro de éste; es así que hoy en día su obra es editada con seriedad, si bien en nuestra lengua española pese a ser de dominio público, pocas son las empresas que se aventuran a ello y sólo los más acérrimos al género lo conocen.   En vida tuvo varios problemas para ver sus trabajos impresos, recibiendo varios rechazos.  No obstante su persistencia le otorgó al final frutos y logró escribir, como publicar sus cuatro novelas y una serie de cuentos que a la largo le otorgaron el reconocimiento, aunque como a muchos de sus pares todo de manera póstuma.
     Su libro más célebre es La Casa en el Confín de la Tierra, ambientada en la real y mágica tierra de Irlanda y que trata acerca de una antigua mansión que es el límite entre nuestro mundo y dimensiones de corte infernal.  Entre medio se encuentran una serie de criaturas espantosas y malignas, como pocas veces o nunca habían sido descritas en su momento; a su vez su protagonista es un atormentado hombre que es testigo de nada menos que del correr del tiempo de forma gradual y acelerada, de forma que en la novela contempla incluso el final de la existencia tal como la conocemos.
     Otra de sus novelas famosas es Los Botes del “Glen Carrig” (y a la cual los españoles titularon de forma bastante poética Los Náufragos de las Tinieblas, en la antigua edición de Martínez Roca).  Esta obra trata acerca de un grupo de personas que naufragan y llegan a una zona apartada y desconocida en medio del mar, luego a una isla, sitios donde se encuentran con una serie de criaturas espantosas.  El libro no puede ser más entretenido y los mil y un peligros a los que se enfrentan sus personajes, mantienen al lector atento como una de las mejores narraciones de aventura y misterio.
     Los Piratas Fantasmas tal como dice su literal título, trata sobre temas caros a la narrativa del siglo XIX y principios del XX, piratas y fantasmas; de este modo en esta novela toma un papel primordial el nefasto barco que lleva a sus particulares protagonistas, quienes necesariamente no son delincuentes de altamar, pero que se encuentran sometidos a la siniestra naturaleza del barco en el que han decidido servir y sin sospechar la verdad sobre dicha embarcación.
    Más en el terreno de la ciencia ficción y con el elemento romántico propio de la literatura de los inicios del género, se encuentra El Reino de la Noche.  Esta novela, la más extensa de su trayectoria, transcurre en un futuro muy lejano de la Tierra, en el cual el planeta se encuentra en una noche eterna y los pocos humanos que permanecen, viven en una gigantesca pirámide que los protege de los horrores del exterior.
    Dentro de su producción en narrativa breve, destacan sus cuentos dedicados a Carnacki, quizás el primer detective dedicado a casos paranormales, quien además usaba un libro esotérico y de magia para enfrentarse a los 9 casos de los cuales su creador escribió.  Uno de los puntos más destacados de esta serie de relatos, fue que el personaje se constituyó sin que lo pretendiera su autor, en el antecedente para varios héroes de este tipo, ya sea en la literatura (John Silence de Algernon Blackwood, Titus Crow de Brian Lumley y Harry D´Amour de Clive Barker), el cómic (John Constantine de las historietas de Hellblazer de DC), la televisión (por supuesto que Fox Mulder y Dana Scully de Los Expedientes-X) y el cine.   En vida Hogsdon publicó 6 cuentos sobre Carnacki, sin embargo el mismísimo Augusth Derleth, a quien le debemos el rescate de la obra de Lovecraft al fundar la editorial especializada Arkham House, editó de forma póstuma otros tres cuentos del ciclo para gusto de sus seguidores.  Carnacki ha sido revisitado por otros autores en diversos tipos de historias.
     La prestigiosa editorial española Valdemar, especializada en cuidadas ediciones de literatura clásica, gótica y fantástica, sacó una edición que contiene 6 relatos del autor, todos ellos ambientados en el mar.  A continuación un breve comentario y análisis para cada uno de los textos que comprenden este librito.

II- Los Cuentos.

1- La nave abandonada.

    El cuento comienza con una significativa conversación para introducir la historia central y donde el protagonista les cuenta a sus oyentes una horrible experiencia en alta mar, que tuvo durante su juventud.  Antes de iniciar su relato, éste mismo al más puro estilo de la literatura racionalista de la época, realiza una reflexión acerca del origen de la vida y lo que lo lleva a narrar posteriormente su aventura; es así que sus palabras reflejan el interés científico de una época, en la cual aún existían muchos misterios en la naturaleza para el hombre, pues no se contaba con los medios técnicos, ni los conocimientos previos que permitieran explicar muchas de estas interrogantes.  En cierto sentido las ideas planteadas por el ya anciano médico que protagoniza este relato, son muy propias de la base pseudocientífica, que luego autores de la talla de Lovecraft tomarían para sí, con la intención de darle mayor credibilidad a su obra:

     “-Es el material. -dijo el viejo médico de a bordo-. Más las condiciones y, quizás un tercer factor. Sí, un tercer factor, aunque habría que ver, habría que ver. Interrumpió su frase y empezó a cargar la pipa.
     -Siga, doctor. -dijimos, alentándolo.
     Estábamos en el salón de fumar del San-a-lea, viajando por el Atlántico Norte; el doctor era todo un personaje. Encendió la pipa; se acomodó y empezó a explicarse:
    -El material es el medio de expresión de la fuerza de la vida, el punto de apoyo, en cuya ausencia es incapaz de expresarse o, en realidad, de expresarse en cualquier forma inteligible para nosotros. El papel del material en la producción de eso que llamamos Vida es tan poderoso y la fuerza de la vida está tan ansiosa de expresarse que estoy convencido de que, dadas las condiciones correctas, ésta se manifiesta incluso a través de un medio tan poco prometedor como es un pedazo de madera. Afirmo, caballeros, que la fuerza de la vida es a un tiempo tan ferozmente apremiante y tan indiscriminada como el fuego. Sin embargo, hay quienes consideran la esencia de la vida como exuberante. Hay aquí una paradoja.
    -Sí, doctor. -dije- En resumen, usted argumenta que la vida es una cosa, un estado, un hecho o como quiera, que demanda un material a través del cual manifestarse, y que dado el material, más las condiciones, el resultado es la vida. En otras palabras, que la vida es un producto de la evolución... ¿No es cierto?
     -Tal como entendemos la palabra. -dijo el doctor-. Aunque podría haber un tercer factor. Pero estoy convencido de que es una cuestión de química; y una vez dadas las condiciones, el animal es tan omnipotente que se aferrará a cualquier cosa en la que pueda manifestarse. Es una fuerza engendrada por las condiciones, pero, con todo, esto no nos acerca ni un milímetro a su explicación, no más que a las explicaciones de la electricidad o del fuego. Pertenecen, los tres, a las fuerzas externas: monstruos del vacío. Nada que esté a nuestro alcance puede crear alguna de ellas; nuestro poder se limita a hacer, suministrando las condiciones, para que cada una de ellas se manifieste a nuestros sentidos físicos. ¿Me explico?
    -En cierto sentido. -dije- Pero no estoy de acuerdo. Tanto la electricidad como el fuego son cosas naturales, pero la vida es algo abstracto, una especie de vigilia que todo lo penetra. Oh, no puedo explicarlo, ¡quien podría! Pero es espiritual; no sólo surgido de una condición, como el fuego, o la electricidad. El suyo es un pensamiento horrible. La vida es una especie de misterio espiritual.
      -Tranquilo, muchacho. -dijo el doctor, sonriendo- O de lo contrario podría pedirte que demostraras el misterio de la vida de la lapa o del cangrejo, digamos. -Me dirigió una sonrisa de inefable perversidad- De todos modos, -continuó-, supongo que como todos habrán adivinado, tengo una historia increíble que apoya teoría de que la vida no constituye un misterio o un milagro mayor que el fuego o la electricidad. Pero recuerden, caballeros, que aunque hayamos logrado darles nombre y aprovecharlas, estas dos fuerzas, siguen siendo, en lo fundamental, tan misteriosas como antes. Y, de cualquier manera, lo que voy a contarles no explicará el misterio de la vida; sólo les brindará uno de los pretextos sobre los que descansa mi sensación de que la vida es, como he dicho, una fuerza que se manifiesta a través de condiciones y que puede tomar para sus propósitos y necesidad la materia más increíble e improbable porque sin materia, no puede existir, no puede manifestarse”.

Una de las tantas ediciones de
El Reino de la Noche.
    En los comienzos de su carrera profesional como médico de una embarcación, este ya experimentado anciano divisó junto al resto de la embarcación en que navegaba, un barco que desde lejos se veía llevaba largo tiempo a la deriva.  Curiosos, un grupo de hombres liderados por su capitán, entre los que iba el entonces joven médico, llegaron hasta la nave y allí pudieron comprobar el estado deplorable y extraño en el que el vehículo se encontraba; no obstante pese a sus anomalías, decidieron abordarla y a partir de ese momento comenzaron a descubrir una serie de particularidades del barco, que les hicieron conocer una nueva forma del miedo.  La experiencia fue tan aterradora y peligrosa, que por poco no lograron escapar con vida.
    El carácter anómalo del bote, logra superar cualquier idea preconcebida del género hasta entonces, dotando a lo que debería ser un objeto inanimado de cualidades extraordinarias y que sin duda responden al temor a lo desconocido.  La descripción de los horrores con los que se encuentran los marineros, bien pueden llegar a ser un deleite para los lectores ávidos de manifestaciones grotescas; a su vez Hodgson se muestra sin dudas como un maestro para crear ambientaciones opresivas y marcar el ritmo del suspenso, con el que la intensidad de su narración va en aumento considerable. El cuento a su vez deja expresado de forma explícita, la insignificancia del ser humano frente al verdadero poder de las fuerzas de la naturaleza; asimismo no deja de presentar una moraleja acerca de las consecuencias de la curiosidad y la avaricia humanas, con el castigo correspondiente y que resulta ser un tema recurrente en este tipo de historias.

2- El Regreso al Hogar del Shamraken.

      Depende de cómo se interprete este cuento, es de terror o no, ya que su desenlace deja con más de una interrogante acerca del destino final de sus personajes; por otro lado, quizás dependa de la experiencia y visión de mundo de cada lector, tomarlo todo ello como una bendición o una maldición.
    El argumento gira en torno a un grupo de ancianos que llevan años trabajando juntos en el mismo barco, el Shamraken que le da título a este cuento.  Si bien la mayoría de estos hombres ha hecho su vida en tierra, teniendo sus propias familias, dentro del barco han llegado a crear sus propios lazos y que les ha dado un sentido de familia entre sí, como comunidad aparte.  Varios de estos recios marineros en su larga existencia han perdido a un ser querido y en algunos momentos en los que realizan esta travesía, comienzan a recordar a su gente.  Es cuando llegan a un lugar donde sucede un extraño fenómeno supuestamente natural, que muchos de ellos comienzan a darse cuenta de que ésta será su última travesía.
    De este modo el título hace mención a una vuelta a casa no sólo como al regreso tras una jornada más de trabajo, siendo habitual en este tipo de labores un largo periodo fuera del hogar, si no que la lleva a un plano mucho más melancólico y humano; es así que luego sus protagonistas toman la nueva experiencia por la que pasan (y que para muchos podría ser aterradora), como una oportunidad para por fin alcanzar la paz que buscaban.  Tras años de efectuar las mismas labores de siempre, viejos, habiendo sobrevivido a sus seres más queridos, toman con más que resignación el desenlace de su viaje.   Considerando lo anterior, esta narración hasta cierto punto distinta al resto de las que componen este recomendable libro, posee un especial lirismo y el cual se completa con la descripción de las  maravillas que les toca pasar a sus personajes, por mucho que estas pudiesen ser vistas como algo de carácter ominoso:

    “Y después de eso, los dos viejos se sentaron junto a los demás y observaron. Al sonar las cinco campanadas, a las diez y media, hubo un murmullo de los que estaban más cerca de la proa y un grito del vigía. Ante esto, la atención de todos se dirigió a un punto ubicado casi en línea recta hacia adelante. En aquel sitio en especial, la niebla parecía estar fluyendo con un brillo rojo curioso, ultraterreno y, un minuto después, estalló ante sus ojos una vasta bóveda formada por refulgentes nubes rojas. Ante el espectáculo, todos y cada uno de ellos gritaron expresando asombro y empezaron a correr de inmediato hacia la parte superior del castillo de proa. Allí se congregaron en un grupo apretado, con el patrón y el oficial entre ellos. La bóveda parecía extender ahora su arco a lo lejos a cada lado de la proa, de modo que la nave enfilaba para pasar exactamente por debajo”.

3- Una Voz en la Noche.

     Toda una joyita resulta esta historia, tan sugerente y además tan gráfica a la hora de expresar la idea del espanto…marino.  En esta ocasión el relato comienza con una embarcación (una de las tantas habituales en la obra de Hodgson) que durante su travesía nocturna, se encuentra con un bote que irrumpe su cotidianeidad; la nave mayor sólo va tripulada por dos hombres, mientras que la menor se encuentra dirigida por un supuesto anciano y al que los dos marineros recién logran ver en parte hacia el final de la historia.  En medio de la oscuridad quien tripula la pequeña embarcación, les cuenta sus vicisitudes, luego de solicitarles víveres a los otros dos hombres.  Contra lo esperado, el suplicante, quien apenas tiene para subsistir en su precario hogar, no se atreve a pedirles que lo rescaten, tampoco a su mujer, la cual lo espera en un islote.  Es entonces cuando el protagonista les cuenta a sus oyentes, la desgracia que lo llevó junto a su amada a vivir en una miseria nunca antes conocida y el motivo del cual ambos hayan optado por no dejarse tentar para regresar a la civilización…
    Los dos eran pasajeros de un barco que naufragó y si bien sus tripulantes lograron salir con vida, los abandonaron a ambos; no obstante lograron subsistir gracias a una embarcación que encontraron abandonada en pleno mar.  Todo iba bastante bien para los dos, hasta que descubrieron que no estaban solos en dicha nave, ya que existía en ésta una rara forma de vida y que por mucho que evitaran su influjo, al final terminó por marcarlos de por vida.  La condición de esta pareja llegó a tal punto, que la apariencia de ambos y su conducta se convirtió en su vergüenza y temor. 
    De seguro esta narración en su momento fue demasiado osada y hasta enfermiza para los lectores de su época, puesto que si ya en La Nave Abandonada el autor proyectó el terror a una expresión nunca antes vista entre sus contemporáneos, en este caso llevó las cuitas de sus personajes a una dimensión mucho más sórdida que las de los protagonistas de la otra obra mencionada.  Si en el cuento que encabeza esta colección el espanto se produce como efecto de la aventura de sus personajes, en este caso el horror resulta una extrapolación de miedos más reales como lo son la misma pobreza, la enfermedad (en una época en la cual existían males como la lepra, que por entonces no tenía cura y convertía a quienes la padecían en verdaderos monstruos) y la soledad, que en este último caso resulta casi deprimente cuando la víctima llega a compartir sus recuerdos:

Carnacki en el mundo de las historietas.
     “...Al principio nos pareció que en toda la costa que había a nuestro alrededor no quedaba ni un solo lugar que no estuviera oculto bajo aquella horrible sustancia; pero más tarde pudimos comprobar que nos equivocábamos, pues al navegar siguiendo la costa, a cierta distancia, vimos un pequeña extensión de algo que parecía arena fina y allí desembarcamos. No era arena. Lo que era no lo sé. Lo único que he podido observar es que sobre ella no crece la masa, mientras que nada más que ésta aparece en todas partes, salvo allí donde esa tierra que parece arena dibuja extraños senderos entre la gris desolación, que es en verdad un espectáculo terrible de ver.
    ...Es difícil haceros comprender cómo nos animamos al encontrar un sitio que aparecía absolutamente libre de aquella sustancia. En él depositamos nuestras pertenencias. Luego volvimos al barco para recoger las cosas que parecía que íbamos a necesitar. Entre otras cosas, logré llevarme a tierra un de las velas del barco, con la que construí dos tiendas pequeñas, las cuales, pese a tener un forma muy irregular, cumplían su cometido. En ellas vivíamos y teníamos almacenadas las cosas que necesitábamos, y durante varias semanas todo fue bien, sin que sufriéramos ningún percance digno de señalar. A decir verdad, nos sentíamos muy felices... porque.... porque estábamos juntos.
    ...Fue en el pulgar de la mano derecha de mi amada donde apareció la primera porción de sustancia gris. No era más que un pequeña mancha circular, muy parecida a un lunar gris. ¡Dios mío! ¡Qué temor embargó mi corazón cuando ella me la enseñó! La lavamos entre los dos, rociándola con ácido carbólico y agua. Al día siguiente, por la mañana, volvió a enseñarme la mano. La mancha gris, parecida a un verruga, volvía a ser visible. Durante un rato estuvimos mirándonos en silencio. Luego, todavía sin mediar palabra, nos pusimos a eliminarla de nuevo. Estábamos a la mitad de la operación cuando de pronto mi amada dijo: ¿Qué es eso que tienes en la cara, amado mío? Su voz reflejaba inquietud”.

4- Desde el Mar sin Mareas.

      Contado de una forma  bastante tradicional, a través de un manuscrito antiguo que es hallado de forma inesperada, trata sobre la espantosa situación en la que se haya un pequeño grupo de gente y cuyo barco ha quedado varado en el entonces misterioso Mar de los Sargazos (lugar real lleno de estas algas y donde muchos vehículos acuáticos se perdieron en la antigüedad).  El mismo autor hace referencia a sí mismo en fragmentos de la narración, los que hacen alusión a los manuscritos mencionados; este procedimiento tradicional en la literatura corresponde a una manera de otorgarle verosimilitud a la ficción, dándole apariencia de documentos reales:

     “Este "quinto mensaje" contiene un relato fundamental e impactante de sus vidas durante el año 1879 y sigue siendo único como documento cargado de soledad y anhelo humanos. Lo he visto y leído totalmente con el interés más intenso y doloroso .La escritura, aunque tenue, es muy legible y todo el manuscrito lleva la marca de la misma mano y la misma mente que escribieron la lastimosa narración de la pérdida del Homebird, a la que ya me he referido y con la cual, sin duda, muchos estarán familiarizados. Al cerrar esta pequeña nota explicativa, me siento estimulado a preguntar si en algún lugar, alguna vez, se encontrarán los tres mensajes perdidos. Y podría aún haber otros. No puedo imaginar qué historias de lucha humana y esforzada contra el destino pueden contener. Sólo podemos esperar e interrogarnos. No podemos aprender nada más, porque ¿qué es esta pequeña tragedia perdida entre los incontables millones de tragedias que el silencio del mar retiene con tan pocos remordimientos? Y sin embargo, insisto, pueden llegarnos noticias de lo desconocido: surgidas de los silencios desolados del espantoso Mar de los Sargazos, el lugar más solitario e inaccesible de todos los lugares solitarios e inaccesibles de esta tierra. Por eso, afirmo, aguardemos. W.H.H”.[1]

     La trama central de este relato cuenta acerca de un barco que queda atrapado en la zona mencionada y al final tras una serie de peligros sólo quedan vivos una pareja, un matrimonio, quienes luego llegan a tener una hija.  De este modo el aliciente para sobrevivir a las aberraciones del lugar, resulta mayor que en los cuentos anteriores, ya que en esta ocasión una pequeña inocente está involucrada.  Por lo tanto en el cuento se logra apreciar un tipo de dramatismo diferente, esta vez por el hecho de tratarse de una familia la que se encuentra en riesgo, de modo que el protagonista del relato realiza todo lo posible y usando todo su ingenio con los pocos medios que posee, para mantener a salvo a las dos mujeres que ama.
    Considerando que durante gran parte del relato es una familia donde se centran los acontecimientos, la presencia de un personaje femenino sobresale por sobre otros escritos del tomo, puesto que posee mayor cantidad de diálogos y de participación directa; no obstante tampoco se trata de un desarrollo más complejo de la fémina en cuestión, pero sí su introducción en el argumento convierte este cuento en uno de los mejores acabados de entre los presentes.
    En cuanto a las bestias de esta obra, resultan ser mucho más convencionales que las del resto de los cuentos que componen este libro, si bien Hogsdon hacia el clímax introduce la presencia de una criatura mucho más espantosa y de la cual apenas se sabe, empero ésta queda sugerida al lector (estilo del cual luego el propio Lovecraft se servirá en muchos de sus textos).

5- La Nave de Piedra.

    Increíblemente se podría afirmar sin tapujos, que ciertos aspectos de este relato lo hacen ser el más “lovecrafniano” de la antología.  Lo anterior debido a la particular atmósfera de esta obra, que va más allá de la presentación de la monstruosidad marina de turno, si no  que hace referencia a la existencia de antiquísimas construcciones y por consiguiente de una por igual antigua civilización.  No obstante hacia el final del cuento el narrador se permite racionalizar/explicar varias de sus hechos extraordinarios, a tal punto que muchos de estos pierden su misterio una vez que efectúa esto.  Este proceso de racionalización acerca esta obra al terreno de la ciencia ficción, si bien muchos de los fenómenos “desmitificados” acá, resultan más que probables a la hora de ocurrir en el mundo real; no obstante el ejercicio narrativo que realiza su autor para darle verosimilitud, a la mayoría de los eventos asombrosos que aquí se describen, resulta plausible, aunque responde en parte a la tendencia de una época más positivista como la suya.
    El argumento gira en torno a un barco que se encuentra con una nave más que extraña, toda de piedra y que sin embargo flota sobre el agua.  Una serie de ominosos hechos vaticinan esta aventura con la embarcación, pero es hacia el desenlace que la sorpresa se hace mayor, cuando esta vez resultan ser las mismas fuerzas de la naturalezas, las que una vez más lograr demostrar al ser humano lo poco que es en consideración a su superioridad.

6- Los Habitantes de la Isla Middle.

    Si el relato anterior era a su manera el más lovecrafniano (o mejor dicho, pre-lovecrafniano), éste si bien posee muchos de los elementos típicos de su autor, en especial en lo que se refiere a la ambientación marina, puede ser considerado como el más “tradicional” del tomo.  Esta afirmación se debe a la misma naturaleza sobrenatural de los personajes mencionados en el título del cuento y la que si bien queda más o menos incierta en la narración, los emparenta a medias con los fantasmas o, en mayor medida, con los vampiros.
    Su trama cuenta acerca de un hombre acomodado cuya novia ha desaparecido tras hacer un viaje por el mar, de modo que inicia una búsqueda para encontrarla o en el peor de los casos saber qué sucedió (la nave en la que iba la mujer tampoco llegó a su destino).  Acompañado por un amigo, realiza su expedición hasta que encuentra en medio del océano el barco donde iba su amada; no obstante la embarcación, que se encuentra a las afueras de una pequeña isla deshabitada, está por completo abandonada y sin embargo hay en ella una serie de detalles que despiertan la inquietud.  Luego en el tono propio de las historias de amor trágicas, que terminan con los amantes juntos sumidos en la desgracia o la condenación, el cuento acaba haciendo un guiño más a este tipo de terror más convencional y/o clásico.  Es al respecto que este relato deja claro que un buen misterio no tiene por qué terminar siendo resuelto, puesto que muchos de los eventos de la vida real nunca logran entenderse por completo y/o quedan en suspenso (tal y como queda demostrado en esta obra, donde no se logra saber qué pasó en verdad con la malograda dama y el resto de la tripulación con la que iba):

     “—Fíjense lo limpia y ordenada que está la bendita —dijo, deteniéndose después de unos pasos—. No es natural —hizo un gesto con la mano hacia los avíos de cubierta que nos rodeaban—. Todo está como si acabara de llegar a puerto y no fuera un bendito barco náufrago.
     Siguió hacia la popa, siempre abriendo la marcha. Era tal como había dicho. Aunque los mástiles y los botes de la nave habían desaparecido, estaba extraordinariamente limpia y ordenada, las cuerdas —las que quedaban— prolijamente enrolladas en las cabillas y en ningún punto de las cubiertas se podía discernir alguna señal de desorden. Trenhem lo había captado al mismo tiempo que yo y ahora me tomó del hombro con una mano rápida, nerviosa.
     —Observa, Henshaw —dijo en un susurro excitado—, esto demuestra que algunos estaban vivos cuando entró aquí... —hizo una pausa como para recobrar el aliento—. Pueden estar... pueden estar...
Se detuvo una vez más y señaló sin una palabra la cubierta. Había pasado más allá de las palabras.
    —¿Abajo? —dije, tratando de hablar con animación.
     Asintió con la cabeza, escrutándome el rostro en busca de combustible para la repentina esperanza que se había encendido dentro de él. Entonces llegó la voz de Williams que estaba de pie ante la escalera de entrada a las cabinas.
    —Vamos, señor. No voy a bajar solo.
    —Sí, vamos, Trenhern —grité—. Nunca se sabe qué puede pasar”.




[1] Las siglas hacen clara mención al escritor, William Hope Hogsdon, quien sigue la ya clásica tradición de textos como el Quijote de la Mancha y donde su autor, Cervantes, se introduce en la narración como personaje.

Edición en inglés de La Casa en el Confín de la Tierra.
Los editores destacan claramente la influencia de Hodgson en Lovecraft.

8 comentarios:

  1. ¡Ahi me has dado! Hodgson es uno de mis escritores de terror favoritos (el otro sería Chambers) y por suerte aquí en España la editorial Valdemar ha publicado (y reeditado) lo mejor de su obra corta y larga, a excepción de su novela "El reino de la noche", que esta casi descatalogada. A título personal, me encantan los relatos de Carnacki, mientras que guardo un recuerdo muy especial de "Los naufragos de las tinieblas" ya que fue la primera historia suya que leí en una vieja edición de Martínez Roca (precisamente la que tu incluyes en tu excelente artículo). Sin duda, uno de los Maestros del horror clásico, y en algunos aspectos, muy superior al propio Lovecraft, el cual le tenía en alta estima como autor. ¡Saludos!

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    1. Pues tienes muy buenos gustos, Alejandro, je. Te cuento que tal como tú, lo primero que leí de este autor fue "Náufragos de las Tinieblas" y en la misma edición de MR, ya que uno de mis mejores amigos me la regaló para un cumple. Te cuento que Valdemar tiene un bello tomo en tapa dura sobre tres novelas de Hodgson llamado "Trilogía del Abismo" y en él incluye "El Reino de la Noche". Gracias de nuevo por pasarte por acá.

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  2. ¡Hola Elwin! Te comento que "La trilogía del abismo" incluye "Los botes del Glen Carrig" (o sease, los naufragos de las tinieblas), "La casa en el confín de la tierra" y "Los piratas fantasma", pero no "El reino de la noche", aunque viendo que en Valdemar están reeditando toda la obra de Hodgson no cabe descartar que más tarde o temprano acaben publicándola. De momento, yo tengo la vieja edición de Arellano, aunque tengo entendido que se trata de una versión resumida de la obra original. ¡Más saludos!

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  3. Gracias por corregir mi error. Te cuento que cuando estuve buscando imágenes para este texto, me encontré con la sorpresa de que existe una edición de habla hispana en dos tomos sobre ese libro (ignoro si ya descatalogada). Hace poco pude comprarme a muy bajo precio la adaptación de Corben de su novela más famosa y de la cual supe su existencia gracias a ti; ya me la leí, así que pronto escribiré y subiré mi opinión sobre ella.

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  4. Excelente artículo sobre el autor de marras. De Hodgson me leí hace una buena cantidad de años su clásico La casa en el confín de la Tierra, y una vez empezado prácticamente no lo pude soltar. A mi gusto dicha obra es vastamente superior a cualquier cosa que haya leído de Lovecraft, sin querer faltarle los respetos al maestro de Providence por supuesto... ¡y además dicha obra es anterior! Sabía que había escrito otras cosas pero no he tenido la oportunidad de leer nada más suyo, e incluso llegué a pensar que podía ser un one hit wonder del Horror Cósmico. Ahora que tengo la confirmación de que no es el caso, lo tendré en la lista.

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  5. Como bien debes saber, en Chile es muy difícil encontrar obras de este autor; las pocas librerías que traen por acá ediciones de Valdemar, las venden bastante caras, aunque para ser sinceros vale la pena (así que creo que me pondré a comprar el resto de este autor y otros más de la colección). Ignoro si lees en digital, que yo no lo hago, pero es fácil encontrar en la red sus textos para disfrutarlos en ese formato. Gracias por pasarte por acá una vez más.

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  6. Descubrí tarde a este autor, pero lo poco que leí de él me parece fascinante. Creo que su olvido es muy injusto, y siempre me pregunto qué más podría haber ofrecido si no fuese por su muerte prematura y repentina.

    Las dos obras que he leído son "Los piratas fantasmas" y "La casa en el confín de la tierra", que me pareció una obra maestra del horror cósmico. Intentaré que mi próxima lectura de Hogdson sean sus relatos de "Carnacki", pues me has despertado la curiosidad con tu artículo, y con esa portada de cómic tan sugerente. Entre otros muchos casos, parece que el cómic italiano "Dylan Dog" esté inspirado en él.

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  7. Pues tú me alentaste a tener y leer más de este autor gracias a tu genial texto sobre "Los Piratas Fantasmas" (de hecho lo revisé durante el proceso de confección de mi trabajo). Te cuento que tengo el cómic de "La Casa del Confín del Mundo", el que ya me lo leí y escribiré sobre él. Gracias una vez más por pasarte por acá.

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