I- El Autor.
William Hope Hodgson fue un escritor inglés que
entre 1877 y 1918 tuvo una vida lo suficientemente extraordinaria e intensa,
como para crear en su corta existencia una obra literaria de verdadera
trascendencia. Hijo de un severo pastor
evangélico, quiso hacer fortuna a los 13 años de modo de desligarse de su
control y por esa razón se embarcó durante 8 años, navegando por los
mares. En aquel tiempo el océano todavía
seguía siendo bastante inexplorado, encerrando muchos misterios para los
valerosos hombres que se aventuraban en sus aguas. A su vez tampoco contaban con los medios
técnicos como para viajar por completo seguros, cuando la naturaleza se
manifestaba con toda su majestuosidad.
De este modo seguramente durante esta etapa de su vida tuvo una serie de
experiencias, que de seguro rayaron en lo terrorífico y que lo llevaron a crear
una obra que fue lo suficientemente poderosa, como para influenciar de forma
directa a alguien como el maestro H. P. Lovecraft. Por lo tanto la idea del mar como un cúmulo
no sólo de secretos, si no que de monstruosidades viscosas y acechantes,
provino primero de su mente fantasiosa; además cabe decir que lo que Lovecraft
ideó tanto leyendo a sus autores predilectos como el mismo Hodgson, al igual
que de forma teórica revisando los viejos volúmenes enciclopédicos de su biblioteca,
el escritor inglés lo inventó usando sus propias memorias como fuente original
del terror de origen marino. Es así que al
leer a Hodgson quien apenas sabe sobre barcos y navegación, se encuentra con
una serie de datos, que el autor incorpora a su narración de forma erudita y
espontánea; de tal modo ello sirve tanto para aprender del tema, como para conocer
aspectos de interés acerca del mundo de su época. Como muchos artistas de talento y
apasionados, Hodgson vivió con intensidad, alistándose con valor en la Primera
Guerra Mundial, lo que lo llevó a morir en las trincheras… ¿Se imaginan qué más
habría hecho para la literatura si no hubiese desaparecido tan pronto, como
bien sucedió con sus colegas Ambrose Bierce y el ya mencionado H.P.L?
El escritor de estas fabulosas narraciones. |
Otro aspecto a destacar de su pluma, es el uso de la narración en
primera persona por parte de los protagonistas e incorporando viejos
manuscritos, de donde supuestamente provienen los textos de sus historias
(otros procedimientos narrativos bastante usados por Lovecraft y compañía).
En su corta vida, publicó una obra que una vez que los estudiosos
comenzaron a buscar los antecedentes literarios de Lovecraft, lo rescataron del
olvido hasta otorgarle el título honorífico de maestro de éste; es así que hoy
en día su obra es editada con seriedad, si bien en nuestra lengua española pese
a ser de dominio público, pocas son las empresas que se aventuran a ello y sólo
los más acérrimos al género lo conocen.
En vida tuvo varios problemas para ver sus trabajos impresos, recibiendo
varios rechazos. No obstante su
persistencia le otorgó al final frutos y logró escribir, como publicar sus
cuatro novelas y una serie de cuentos que a la largo le otorgaron el
reconocimiento, aunque como a muchos de sus pares todo de manera póstuma.
Su libro más célebre es La Casa en el Confín de la Tierra,
ambientada en la real y mágica tierra de Irlanda y que trata acerca de una
antigua mansión que es el límite entre nuestro mundo y dimensiones de corte
infernal. Entre medio se encuentran una
serie de criaturas espantosas y malignas, como pocas veces o nunca habían sido
descritas en su momento; a su vez su protagonista es un atormentado hombre que
es testigo de nada menos que del correr del tiempo de forma gradual y
acelerada, de forma que en la novela contempla incluso el final de la
existencia tal como la conocemos.
Otra de sus novelas famosas es Los Botes del “Glen Carrig” (y a la
cual los españoles titularon de forma bastante poética Los Náufragos de las Tinieblas, en
la antigua edición de Martínez Roca). Esta
obra trata acerca de un grupo de personas que naufragan y llegan a una zona
apartada y desconocida en medio del mar, luego a una isla, sitios donde se
encuentran con una serie de criaturas espantosas. El libro no puede ser más entretenido y los
mil y un peligros a los que se enfrentan sus personajes, mantienen al lector
atento como una de las mejores narraciones de aventura y misterio.
Los Piratas Fantasmas tal como dice su literal título, trata
sobre temas caros a la narrativa del siglo XIX y principios del XX, piratas y
fantasmas; de este modo en esta novela toma un papel primordial el nefasto barco
que lleva a sus particulares protagonistas, quienes necesariamente no son
delincuentes de altamar, pero que se encuentran sometidos a la siniestra
naturaleza del barco en el que han decidido servir y sin sospechar la verdad
sobre dicha embarcación.
Más en el terreno de la ciencia
ficción y con el elemento romántico propio de la literatura de los inicios del
género, se encuentra El Reino de la Noche. Esta novela, la más extensa de su
trayectoria, transcurre en un futuro muy lejano de la Tierra, en el cual el
planeta se encuentra en una noche eterna y los pocos humanos que permanecen,
viven en una gigantesca pirámide que los protege de los horrores del exterior.
Dentro de su producción en narrativa breve, destacan sus cuentos
dedicados a Carnacki, quizás el primer detective dedicado a casos paranormales,
quien además usaba un libro esotérico y de magia para enfrentarse a los 9 casos
de los cuales su creador escribió. Uno
de los puntos más destacados de esta serie de relatos, fue que el personaje se
constituyó sin que lo pretendiera su autor, en el antecedente para varios
héroes de este tipo, ya sea en la literatura (John Silence de Algernon
Blackwood, Titus Crow de Brian Lumley y Harry D´Amour de Clive Barker), el
cómic (John Constantine de las historietas de Hellblazer de DC), la televisión
(por supuesto que Fox Mulder y Dana Scully de Los Expedientes-X) y el
cine. En vida Hogsdon publicó 6 cuentos
sobre Carnacki, sin embargo el mismísimo Augusth Derleth, a quien le debemos el
rescate de la obra de Lovecraft al fundar la editorial especializada Arkham
House, editó de forma póstuma otros tres cuentos del ciclo para gusto de sus
seguidores. Carnacki ha sido revisitado
por otros autores en diversos tipos de historias.
La prestigiosa editorial española Valdemar, especializada en cuidadas
ediciones de literatura clásica, gótica y fantástica, sacó una edición que
contiene 6 relatos del autor, todos ellos ambientados en el mar. A continuación un breve comentario y análisis
para cada uno de los textos que comprenden este librito.
II- Los Cuentos.
1- La nave abandonada.
El cuento comienza con una significativa conversación para introducir la
historia central y donde el protagonista les cuenta a sus oyentes una horrible
experiencia en alta mar, que tuvo durante su juventud. Antes de iniciar su relato, éste mismo al más
puro estilo de la literatura racionalista de la época, realiza una reflexión acerca
del origen de la vida y lo que lo lleva a narrar posteriormente su aventura; es
así que sus palabras reflejan el interés científico de una época, en la cual
aún existían muchos misterios en la naturaleza para el hombre, pues no se
contaba con los medios técnicos, ni los conocimientos previos que permitieran
explicar muchas de estas interrogantes.
En cierto sentido las ideas planteadas por el ya anciano médico que
protagoniza este relato, son muy propias de la base pseudocientífica, que luego
autores de la talla de Lovecraft tomarían para sí, con la intención de darle
mayor credibilidad a su obra:
“-Es
el material. -dijo el viejo médico de a bordo-. Más las condiciones y, quizás
un tercer factor. Sí, un tercer factor, aunque habría que ver, habría que ver.
Interrumpió su frase y empezó a cargar la pipa.
-Siga, doctor. -dijimos, alentándolo.
Estábamos en el salón de fumar del San-a-lea, viajando por el Atlántico Norte; el doctor era todo un personaje. Encendió la pipa; se acomodó y empezó a explicarse:
-El material es el medio de expresión de la fuerza de la vida, el punto de apoyo, en cuya ausencia es incapaz de expresarse o, en realidad, de expresarse en cualquier forma inteligible para nosotros. El papel del material en la producción de eso que llamamos Vida es tan poderoso y la fuerza de la vida está tan ansiosa de expresarse que estoy convencido de que, dadas las condiciones correctas, ésta se manifiesta incluso a través de un medio tan poco prometedor como es un pedazo de madera. Afirmo, caballeros, que la fuerza de la vida es a un tiempo tan ferozmente apremiante y tan indiscriminada como el fuego. Sin embargo, hay quienes consideran la esencia de la vida como exuberante. Hay aquí una paradoja.
-Sí, doctor. -dije- En resumen, usted argumenta que la vida es una cosa, un estado, un hecho o como quiera, que demanda un material a través del cual manifestarse, y que dado el material, más las condiciones, el resultado es la vida. En otras palabras, que la vida es un producto de la evolución... ¿No es cierto?
-Tal como entendemos la palabra. -dijo el doctor-. Aunque podría haber un tercer factor. Pero estoy convencido de que es una cuestión de química; y una vez dadas las condiciones, el animal es tan omnipotente que se aferrará a cualquier cosa en la que pueda manifestarse. Es una fuerza engendrada por las condiciones, pero, con todo, esto no nos acerca ni un milímetro a su explicación, no más que a las explicaciones de la electricidad o del fuego. Pertenecen, los tres, a las fuerzas externas: monstruos del vacío. Nada que esté a nuestro alcance puede crear alguna de ellas; nuestro poder se limita a hacer, suministrando las condiciones, para que cada una de ellas se manifieste a nuestros sentidos físicos. ¿Me explico?
-En cierto sentido. -dije- Pero no estoy de acuerdo. Tanto la electricidad como el fuego son cosas naturales, pero la vida es algo abstracto, una especie de vigilia que todo lo penetra. Oh, no puedo explicarlo, ¡quien podría! Pero es espiritual; no sólo surgido de una condición, como el fuego, o la electricidad. El suyo es un pensamiento horrible. La vida es una especie de misterio espiritual.
-Tranquilo, muchacho. -dijo el doctor, sonriendo- O de lo contrario podría pedirte que demostraras el misterio de la vida de la lapa o del cangrejo, digamos. -Me dirigió una sonrisa de inefable perversidad- De todos modos, -continuó-, supongo que como todos habrán adivinado, tengo una historia increíble que apoya teoría de que la vida no constituye un misterio o un milagro mayor que el fuego o la electricidad. Pero recuerden, caballeros, que aunque hayamos logrado darles nombre y aprovecharlas, estas dos fuerzas, siguen siendo, en lo fundamental, tan misteriosas como antes. Y, de cualquier manera, lo que voy a contarles no explicará el misterio de la vida; sólo les brindará uno de los pretextos sobre los que descansa mi sensación de que la vida es, como he dicho, una fuerza que se manifiesta a través de condiciones y que puede tomar para sus propósitos y necesidad la materia más increíble e improbable porque sin materia, no puede existir, no puede manifestarse”.
-Siga, doctor. -dijimos, alentándolo.
Estábamos en el salón de fumar del San-a-lea, viajando por el Atlántico Norte; el doctor era todo un personaje. Encendió la pipa; se acomodó y empezó a explicarse:
-El material es el medio de expresión de la fuerza de la vida, el punto de apoyo, en cuya ausencia es incapaz de expresarse o, en realidad, de expresarse en cualquier forma inteligible para nosotros. El papel del material en la producción de eso que llamamos Vida es tan poderoso y la fuerza de la vida está tan ansiosa de expresarse que estoy convencido de que, dadas las condiciones correctas, ésta se manifiesta incluso a través de un medio tan poco prometedor como es un pedazo de madera. Afirmo, caballeros, que la fuerza de la vida es a un tiempo tan ferozmente apremiante y tan indiscriminada como el fuego. Sin embargo, hay quienes consideran la esencia de la vida como exuberante. Hay aquí una paradoja.
-Sí, doctor. -dije- En resumen, usted argumenta que la vida es una cosa, un estado, un hecho o como quiera, que demanda un material a través del cual manifestarse, y que dado el material, más las condiciones, el resultado es la vida. En otras palabras, que la vida es un producto de la evolución... ¿No es cierto?
-Tal como entendemos la palabra. -dijo el doctor-. Aunque podría haber un tercer factor. Pero estoy convencido de que es una cuestión de química; y una vez dadas las condiciones, el animal es tan omnipotente que se aferrará a cualquier cosa en la que pueda manifestarse. Es una fuerza engendrada por las condiciones, pero, con todo, esto no nos acerca ni un milímetro a su explicación, no más que a las explicaciones de la electricidad o del fuego. Pertenecen, los tres, a las fuerzas externas: monstruos del vacío. Nada que esté a nuestro alcance puede crear alguna de ellas; nuestro poder se limita a hacer, suministrando las condiciones, para que cada una de ellas se manifieste a nuestros sentidos físicos. ¿Me explico?
-En cierto sentido. -dije- Pero no estoy de acuerdo. Tanto la electricidad como el fuego son cosas naturales, pero la vida es algo abstracto, una especie de vigilia que todo lo penetra. Oh, no puedo explicarlo, ¡quien podría! Pero es espiritual; no sólo surgido de una condición, como el fuego, o la electricidad. El suyo es un pensamiento horrible. La vida es una especie de misterio espiritual.
-Tranquilo, muchacho. -dijo el doctor, sonriendo- O de lo contrario podría pedirte que demostraras el misterio de la vida de la lapa o del cangrejo, digamos. -Me dirigió una sonrisa de inefable perversidad- De todos modos, -continuó-, supongo que como todos habrán adivinado, tengo una historia increíble que apoya teoría de que la vida no constituye un misterio o un milagro mayor que el fuego o la electricidad. Pero recuerden, caballeros, que aunque hayamos logrado darles nombre y aprovecharlas, estas dos fuerzas, siguen siendo, en lo fundamental, tan misteriosas como antes. Y, de cualquier manera, lo que voy a contarles no explicará el misterio de la vida; sólo les brindará uno de los pretextos sobre los que descansa mi sensación de que la vida es, como he dicho, una fuerza que se manifiesta a través de condiciones y que puede tomar para sus propósitos y necesidad la materia más increíble e improbable porque sin materia, no puede existir, no puede manifestarse”.
Una de las tantas ediciones de El Reino de la Noche. |
En
los comienzos de su carrera profesional como médico de una embarcación, este ya
experimentado anciano divisó junto al resto de la embarcación en que navegaba, un
barco que desde lejos se veía llevaba largo tiempo a la deriva. Curiosos, un grupo de hombres liderados por
su capitán, entre los que iba el entonces joven médico, llegaron hasta la nave
y allí pudieron comprobar el estado deplorable y extraño en el que el vehículo
se encontraba; no obstante pese a sus anomalías, decidieron abordarla y a
partir de ese momento comenzaron a descubrir una serie de particularidades del
barco, que les hicieron conocer una nueva forma del miedo. La experiencia fue tan aterradora y
peligrosa, que por poco no lograron escapar con vida.
El carácter anómalo del bote, logra superar
cualquier idea preconcebida del género hasta entonces, dotando a lo que debería
ser un objeto inanimado de cualidades extraordinarias y que sin duda responden
al temor a lo desconocido. La
descripción de los horrores con los que se encuentran los marineros, bien
pueden llegar a ser un deleite para los lectores ávidos de manifestaciones
grotescas; a su vez Hodgson se muestra sin dudas como un maestro para crear
ambientaciones opresivas y marcar el ritmo del suspenso, con el que la
intensidad de su narración va en aumento considerable. El cuento a su vez deja
expresado de forma explícita, la insignificancia del ser humano frente al
verdadero poder de las fuerzas de la naturaleza; asimismo no deja de presentar
una moraleja acerca de las consecuencias de la curiosidad y la avaricia
humanas, con el castigo correspondiente y que resulta ser un tema recurrente en
este tipo de historias.
2- El Regreso al Hogar del Shamraken.
Depende de cómo se interprete este cuento, es de terror o no, ya que
su desenlace deja con más de una interrogante acerca del destino final de sus
personajes; por otro lado, quizás dependa de la experiencia y visión de mundo de
cada lector, tomarlo todo ello como una bendición o una maldición.
El argumento gira en torno a un grupo de
ancianos que llevan años trabajando juntos en el mismo barco, el Shamraken que
le da título a este cuento. Si bien la
mayoría de estos hombres ha hecho su vida en tierra, teniendo sus propias
familias, dentro del barco han llegado a crear sus propios lazos y que les ha
dado un sentido de familia entre sí, como comunidad aparte. Varios de estos recios marineros en su larga
existencia han perdido a un ser querido y en algunos momentos en los que
realizan esta travesía, comienzan a recordar a su gente. Es cuando llegan a un lugar donde sucede un
extraño fenómeno supuestamente natural, que muchos de ellos comienzan a darse
cuenta de que ésta será su última travesía.
De este modo el título hace mención a una
vuelta a casa no sólo como al regreso tras una jornada más de trabajo, siendo
habitual en este tipo de labores un largo periodo fuera del hogar, si no que la
lleva a un plano mucho más melancólico y humano; es así que luego sus
protagonistas toman la nueva experiencia por la que pasan (y que para muchos
podría ser aterradora), como una oportunidad para por fin alcanzar la paz que
buscaban. Tras años de efectuar las
mismas labores de siempre, viejos, habiendo sobrevivido a sus seres más
queridos, toman con más que resignación el desenlace de su viaje. Considerando lo anterior, esta narración
hasta cierto punto distinta al resto de las que componen este recomendable
libro, posee un especial lirismo y el cual se completa con la descripción de
las maravillas que les toca pasar a sus
personajes, por mucho que estas pudiesen ser vistas como algo de carácter
ominoso:
“Y
después de eso, los dos viejos se sentaron junto a los demás y observaron. Al
sonar las cinco campanadas, a las diez y media, hubo un murmullo de los que
estaban más cerca de la proa y un grito del vigía. Ante esto, la atención de
todos se dirigió a un punto ubicado casi en línea recta hacia adelante. En
aquel sitio en especial, la niebla parecía estar fluyendo con un brillo rojo
curioso, ultraterreno y, un minuto después, estalló ante sus ojos una vasta
bóveda formada por refulgentes nubes rojas. Ante el espectáculo, todos y cada
uno de ellos gritaron expresando asombro y empezaron a correr de inmediato
hacia la parte superior del castillo de proa. Allí se congregaron en un grupo
apretado, con el patrón y el oficial entre ellos. La bóveda parecía extender
ahora su arco a lo lejos a cada lado de la proa, de modo que la nave enfilaba
para pasar exactamente por debajo”.
3- Una Voz en la Noche.
Toda
una joyita resulta esta historia, tan sugerente y además tan gráfica a la hora de
expresar la idea del espanto…marino. En
esta ocasión el relato comienza con una embarcación (una de las tantas
habituales en la obra de Hodgson) que durante su travesía nocturna, se
encuentra con un bote que irrumpe su cotidianeidad; la nave mayor sólo va
tripulada por dos hombres, mientras que la menor se encuentra dirigida por un
supuesto anciano y al que los dos marineros recién logran ver en parte hacia el
final de la historia. En medio de la
oscuridad quien tripula la pequeña embarcación, les cuenta sus vicisitudes,
luego de solicitarles víveres a los otros dos hombres. Contra lo esperado, el suplicante, quien
apenas tiene para subsistir en su precario hogar, no se atreve a pedirles que
lo rescaten, tampoco a su mujer, la cual lo espera en un islote. Es entonces cuando el protagonista les cuenta
a sus oyentes, la desgracia que lo llevó junto a su amada a vivir en una
miseria nunca antes conocida y el motivo del cual ambos hayan optado por no
dejarse tentar para regresar a la civilización…
Los dos eran pasajeros de un barco que
naufragó y si bien sus tripulantes lograron salir con vida, los abandonaron a
ambos; no obstante lograron subsistir gracias a una embarcación que encontraron
abandonada en pleno mar. Todo iba
bastante bien para los dos, hasta que descubrieron que no estaban solos en
dicha nave, ya que existía en ésta una rara forma de vida y que por mucho que
evitaran su influjo, al final terminó por marcarlos de por vida. La condición de esta pareja llegó a tal
punto, que la apariencia de ambos y su conducta se convirtió en su vergüenza y
temor.
De seguro esta narración en su momento fue demasiado
osada y hasta enfermiza para los lectores de su época, puesto que si ya en La
Nave Abandonada el autor proyectó el terror a una expresión nunca antes
vista entre sus contemporáneos, en este caso llevó las cuitas de sus personajes
a una dimensión mucho más sórdida que las de los protagonistas de la otra obra
mencionada. Si en el cuento que encabeza
esta colección el espanto se produce como efecto de la aventura de sus
personajes, en este caso el horror resulta una extrapolación de miedos más
reales como lo son la misma pobreza, la enfermedad (en una época en la cual
existían males como la lepra, que por entonces no tenía cura y convertía a
quienes la padecían en verdaderos monstruos) y la soledad, que en este último
caso resulta casi deprimente cuando la víctima llega a compartir sus recuerdos:
Carnacki en el mundo de las historietas. |
“...Al principio nos pareció que en toda la costa que había a nuestro
alrededor no quedaba ni un solo lugar que no estuviera oculto bajo aquella
horrible sustancia; pero más tarde pudimos comprobar que nos equivocábamos,
pues al navegar siguiendo la costa, a cierta distancia, vimos un pequeña
extensión de algo que parecía arena fina y allí desembarcamos. No era arena. Lo
que era no lo sé. Lo único que he podido observar es que sobre ella no crece la
masa, mientras que nada más que ésta aparece en todas partes, salvo allí donde
esa tierra que parece arena dibuja extraños senderos entre la gris desolación,
que es en verdad un espectáculo terrible de ver.
...Es difícil haceros comprender cómo nos animamos al encontrar un sitio que aparecía absolutamente libre de aquella sustancia. En él depositamos nuestras pertenencias. Luego volvimos al barco para recoger las cosas que parecía que íbamos a necesitar. Entre otras cosas, logré llevarme a tierra un de las velas del barco, con la que construí dos tiendas pequeñas, las cuales, pese a tener un forma muy irregular, cumplían su cometido. En ellas vivíamos y teníamos almacenadas las cosas que necesitábamos, y durante varias semanas todo fue bien, sin que sufriéramos ningún percance digno de señalar. A decir verdad, nos sentíamos muy felices... porque.... porque estábamos juntos.
...Fue en el pulgar de la mano derecha de mi amada donde apareció la primera porción de sustancia gris. No era más que un pequeña mancha circular, muy parecida a un lunar gris. ¡Dios mío! ¡Qué temor embargó mi corazón cuando ella me la enseñó! La lavamos entre los dos, rociándola con ácido carbólico y agua. Al día siguiente, por la mañana, volvió a enseñarme la mano. La mancha gris, parecida a un verruga, volvía a ser visible. Durante un rato estuvimos mirándonos en silencio. Luego, todavía sin mediar palabra, nos pusimos a eliminarla de nuevo. Estábamos a la mitad de la operación cuando de pronto mi amada dijo: ¿Qué es eso que tienes en la cara, amado mío? Su voz reflejaba inquietud”.
...Es difícil haceros comprender cómo nos animamos al encontrar un sitio que aparecía absolutamente libre de aquella sustancia. En él depositamos nuestras pertenencias. Luego volvimos al barco para recoger las cosas que parecía que íbamos a necesitar. Entre otras cosas, logré llevarme a tierra un de las velas del barco, con la que construí dos tiendas pequeñas, las cuales, pese a tener un forma muy irregular, cumplían su cometido. En ellas vivíamos y teníamos almacenadas las cosas que necesitábamos, y durante varias semanas todo fue bien, sin que sufriéramos ningún percance digno de señalar. A decir verdad, nos sentíamos muy felices... porque.... porque estábamos juntos.
...Fue en el pulgar de la mano derecha de mi amada donde apareció la primera porción de sustancia gris. No era más que un pequeña mancha circular, muy parecida a un lunar gris. ¡Dios mío! ¡Qué temor embargó mi corazón cuando ella me la enseñó! La lavamos entre los dos, rociándola con ácido carbólico y agua. Al día siguiente, por la mañana, volvió a enseñarme la mano. La mancha gris, parecida a un verruga, volvía a ser visible. Durante un rato estuvimos mirándonos en silencio. Luego, todavía sin mediar palabra, nos pusimos a eliminarla de nuevo. Estábamos a la mitad de la operación cuando de pronto mi amada dijo: ¿Qué es eso que tienes en la cara, amado mío? Su voz reflejaba inquietud”.
4- Desde el Mar sin Mareas.
Contado de una forma bastante
tradicional, a través de un manuscrito antiguo que es hallado de forma
inesperada, trata sobre la espantosa situación en la que se haya un pequeño
grupo de gente y cuyo barco ha quedado varado en el entonces misterioso Mar de
los Sargazos (lugar real lleno de estas algas y donde muchos vehículos
acuáticos se perdieron en la antigüedad).
El mismo autor hace referencia a sí mismo en fragmentos de la narración,
los que hacen alusión a los manuscritos mencionados; este procedimiento
tradicional en la literatura corresponde a una manera de otorgarle
verosimilitud a la ficción, dándole apariencia de documentos reales:
“Este
"quinto mensaje" contiene un relato fundamental e impactante de sus
vidas durante el año 1879 y sigue siendo único como documento cargado de
soledad y anhelo humanos. Lo he visto y leído totalmente con el interés más
intenso y doloroso .La escritura, aunque tenue, es muy legible y todo el
manuscrito lleva la marca de la misma mano y la misma mente que escribieron la
lastimosa narración de la pérdida del Homebird, a la que ya me he referido y
con la cual, sin duda, muchos estarán familiarizados. Al cerrar esta
pequeña nota explicativa, me siento estimulado a preguntar si en
algún lugar, alguna vez, se encontrarán los tres mensajes perdidos. Y podría
aún haber otros. No puedo imaginar qué historias de lucha humana y esforzada
contra el destino pueden contener. Sólo podemos esperar e interrogarnos. No
podemos aprender nada más, porque ¿qué es esta pequeña tragedia perdida entre
los incontables millones de tragedias que el silencio del mar retiene con tan
pocos remordimientos? Y sin embargo, insisto, pueden llegarnos noticias de lo
desconocido: surgidas de los silencios desolados del espantoso Mar de los
Sargazos, el lugar más solitario e inaccesible de todos los lugares solitarios
e inaccesibles de esta tierra. Por eso, afirmo, aguardemos. W.H.H”.[1]
La trama central de este relato cuenta
acerca de un barco que queda atrapado en la zona mencionada y al final tras una
serie de peligros sólo quedan vivos una pareja, un matrimonio, quienes luego
llegan a tener una hija. De este modo el
aliciente para sobrevivir a las aberraciones del lugar, resulta mayor que en
los cuentos anteriores, ya que en esta ocasión una pequeña inocente está
involucrada. Por lo tanto en el cuento
se logra apreciar un tipo de dramatismo diferente, esta vez por el hecho de
tratarse de una familia la que se encuentra en riesgo, de modo que el
protagonista del relato realiza todo lo posible y usando todo su ingenio con
los pocos medios que posee, para mantener a salvo a las dos mujeres que ama.
Considerando que durante gran parte del
relato es una familia donde se centran los acontecimientos, la presencia de un
personaje femenino sobresale por sobre otros escritos del tomo, puesto que
posee mayor cantidad de diálogos y de participación directa; no obstante
tampoco se trata de un desarrollo más complejo de la fémina en cuestión, pero
sí su introducción en el argumento convierte este cuento en uno de los mejores
acabados de entre los presentes.
En cuanto a las bestias de esta obra,
resultan ser mucho más convencionales que las del resto de los cuentos que componen
este libro, si bien Hogsdon hacia el clímax introduce la presencia de una
criatura mucho más espantosa y de la cual apenas se sabe, empero ésta queda
sugerida al lector (estilo del cual luego el propio Lovecraft se servirá en
muchos de sus textos).
5- La Nave de Piedra.
Increíblemente
se podría afirmar sin tapujos, que ciertos aspectos de este relato lo hacen ser
el más “lovecrafniano” de la antología.
Lo anterior debido a la particular atmósfera de esta obra, que va más
allá de la presentación de la monstruosidad marina de turno, si no que hace referencia a la existencia de antiquísimas
construcciones y por consiguiente de una por igual antigua civilización. No obstante hacia el final del cuento el
narrador se permite racionalizar/explicar varias de sus hechos extraordinarios,
a tal punto que muchos de estos pierden su misterio una vez que efectúa
esto. Este proceso de racionalización
acerca esta obra al terreno de la ciencia ficción, si bien muchos de los
fenómenos “desmitificados” acá, resultan más que probables a la hora de ocurrir
en el mundo real; no obstante el ejercicio narrativo que realiza su autor para
darle verosimilitud, a la mayoría de los eventos asombrosos que aquí se describen,
resulta plausible, aunque responde en parte a la tendencia de una época más
positivista como la suya.
El argumento gira en torno a un barco que
se encuentra con una nave más que extraña, toda de piedra y que sin embargo
flota sobre el agua. Una serie de
ominosos hechos vaticinan esta aventura con la embarcación, pero es hacia el
desenlace que la sorpresa se hace mayor, cuando esta vez resultan ser las
mismas fuerzas de la naturalezas, las que una vez más lograr demostrar al ser
humano lo poco que es en consideración a su superioridad.
6- Los Habitantes de la Isla Middle.
Si
el relato anterior era a su manera el más lovecrafniano (o mejor dicho,
pre-lovecrafniano), éste si bien posee muchos de los elementos típicos de su
autor, en especial en lo que se refiere a la ambientación marina, puede ser considerado
como el más “tradicional” del tomo. Esta
afirmación se debe a la misma naturaleza sobrenatural de los personajes
mencionados en el título del cuento y la que si bien queda más o menos incierta
en la narración, los emparenta a medias con los fantasmas o, en mayor medida,
con los vampiros.
Su trama cuenta acerca de un hombre
acomodado cuya novia ha desaparecido tras hacer un viaje por el mar, de modo
que inicia una búsqueda para encontrarla o en el peor de los casos saber qué
sucedió (la nave en la que iba la mujer tampoco llegó a su destino). Acompañado por un amigo, realiza su
expedición hasta que encuentra en medio del océano el barco donde iba su amada;
no obstante la embarcación, que se encuentra a las afueras de una pequeña isla
deshabitada, está por completo abandonada y sin embargo hay en ella una serie
de detalles que despiertan la inquietud.
Luego en el tono propio de las historias de amor trágicas, que terminan
con los amantes juntos sumidos en la desgracia o la condenación, el cuento
acaba haciendo un guiño más a este tipo de terror más convencional y/o clásico. Es al respecto que este relato deja claro que
un buen misterio no tiene por qué terminar siendo resuelto, puesto que muchos
de los eventos de la vida real nunca logran entenderse por completo y/o quedan
en suspenso (tal y como queda demostrado en esta obra, donde no se logra saber
qué pasó en verdad con la malograda dama y el resto de la tripulación con la
que iba):
“—Fíjense lo limpia y ordenada que está la bendita —dijo, deteniéndose
después de unos pasos—. No es natural —hizo un gesto con la mano hacia los
avíos de cubierta que nos rodeaban—. Todo está como si acabara de llegar a
puerto y no fuera un bendito barco náufrago.
Siguió hacia la popa, siempre abriendo la marcha. Era tal como había
dicho. Aunque los mástiles y los botes de la nave habían desaparecido, estaba
extraordinariamente limpia y ordenada, las cuerdas —las que quedaban—
prolijamente enrolladas en las cabillas y en ningún punto de las cubiertas se
podía discernir alguna señal de desorden. Trenhem lo había captado al mismo
tiempo que yo y ahora me tomó del hombro con una mano rápida, nerviosa.
—Observa, Henshaw —dijo en un susurro excitado—, esto demuestra que
algunos estaban vivos cuando entró aquí... —hizo una pausa como para recobrar
el aliento—. Pueden estar... pueden estar...
Se detuvo una vez más y señaló sin una
palabra la cubierta. Había pasado más allá de las palabras.
—¿Abajo? —dije, tratando de hablar con animación.
Asintió con la cabeza, escrutándome el rostro en busca de combustible
para la repentina esperanza que se había encendido dentro de él. Entonces llegó
la voz de Williams que estaba de pie ante la escalera de entrada a las cabinas.
—Vamos, señor. No voy a bajar solo.
—Sí, vamos, Trenhern —grité—. Nunca se sabe
qué puede pasar”.
[1] Las siglas hacen clara mención al
escritor, William Hope Hogsdon, quien sigue la ya clásica tradición de textos como el Quijote
de la Mancha y donde su autor, Cervantes, se introduce en la narración
como personaje.
Edición en inglés de La Casa en el Confín de la Tierra. Los editores destacan claramente la influencia de Hodgson en Lovecraft. |
¡Ahi me has dado! Hodgson es uno de mis escritores de terror favoritos (el otro sería Chambers) y por suerte aquí en España la editorial Valdemar ha publicado (y reeditado) lo mejor de su obra corta y larga, a excepción de su novela "El reino de la noche", que esta casi descatalogada. A título personal, me encantan los relatos de Carnacki, mientras que guardo un recuerdo muy especial de "Los naufragos de las tinieblas" ya que fue la primera historia suya que leí en una vieja edición de Martínez Roca (precisamente la que tu incluyes en tu excelente artículo). Sin duda, uno de los Maestros del horror clásico, y en algunos aspectos, muy superior al propio Lovecraft, el cual le tenía en alta estima como autor. ¡Saludos!
ResponderEliminarPues tienes muy buenos gustos, Alejandro, je. Te cuento que tal como tú, lo primero que leí de este autor fue "Náufragos de las Tinieblas" y en la misma edición de MR, ya que uno de mis mejores amigos me la regaló para un cumple. Te cuento que Valdemar tiene un bello tomo en tapa dura sobre tres novelas de Hodgson llamado "Trilogía del Abismo" y en él incluye "El Reino de la Noche". Gracias de nuevo por pasarte por acá.
Eliminar¡Hola Elwin! Te comento que "La trilogía del abismo" incluye "Los botes del Glen Carrig" (o sease, los naufragos de las tinieblas), "La casa en el confín de la tierra" y "Los piratas fantasma", pero no "El reino de la noche", aunque viendo que en Valdemar están reeditando toda la obra de Hodgson no cabe descartar que más tarde o temprano acaben publicándola. De momento, yo tengo la vieja edición de Arellano, aunque tengo entendido que se trata de una versión resumida de la obra original. ¡Más saludos!
ResponderEliminarGracias por corregir mi error. Te cuento que cuando estuve buscando imágenes para este texto, me encontré con la sorpresa de que existe una edición de habla hispana en dos tomos sobre ese libro (ignoro si ya descatalogada). Hace poco pude comprarme a muy bajo precio la adaptación de Corben de su novela más famosa y de la cual supe su existencia gracias a ti; ya me la leí, así que pronto escribiré y subiré mi opinión sobre ella.
ResponderEliminarExcelente artículo sobre el autor de marras. De Hodgson me leí hace una buena cantidad de años su clásico La casa en el confín de la Tierra, y una vez empezado prácticamente no lo pude soltar. A mi gusto dicha obra es vastamente superior a cualquier cosa que haya leído de Lovecraft, sin querer faltarle los respetos al maestro de Providence por supuesto... ¡y además dicha obra es anterior! Sabía que había escrito otras cosas pero no he tenido la oportunidad de leer nada más suyo, e incluso llegué a pensar que podía ser un one hit wonder del Horror Cósmico. Ahora que tengo la confirmación de que no es el caso, lo tendré en la lista.
ResponderEliminarComo bien debes saber, en Chile es muy difícil encontrar obras de este autor; las pocas librerías que traen por acá ediciones de Valdemar, las venden bastante caras, aunque para ser sinceros vale la pena (así que creo que me pondré a comprar el resto de este autor y otros más de la colección). Ignoro si lees en digital, que yo no lo hago, pero es fácil encontrar en la red sus textos para disfrutarlos en ese formato. Gracias por pasarte por acá una vez más.
ResponderEliminarDescubrí tarde a este autor, pero lo poco que leí de él me parece fascinante. Creo que su olvido es muy injusto, y siempre me pregunto qué más podría haber ofrecido si no fuese por su muerte prematura y repentina.
ResponderEliminarLas dos obras que he leído son "Los piratas fantasmas" y "La casa en el confín de la tierra", que me pareció una obra maestra del horror cósmico. Intentaré que mi próxima lectura de Hogdson sean sus relatos de "Carnacki", pues me has despertado la curiosidad con tu artículo, y con esa portada de cómic tan sugerente. Entre otros muchos casos, parece que el cómic italiano "Dylan Dog" esté inspirado en él.
Pues tú me alentaste a tener y leer más de este autor gracias a tu genial texto sobre "Los Piratas Fantasmas" (de hecho lo revisé durante el proceso de confección de mi trabajo). Te cuento que tengo el cómic de "La Casa del Confín del Mundo", el que ya me lo leí y escribiré sobre él. Gracias una vez más por pasarte por acá.
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