jueves, 31 de mayo de 2018

Pecados de omisión (primera parte).



     Hace rato ya que quería escribir esta entrada, que incluso a más de uno de mis amigos les había hablado de tal proyecto.  Es así que aprovechando que estoy con licencia médica,  que tengo “todo el tiempo del mundo” (que tampoco esto es tan cierto esta vez, porque he tenido que ir casi todos los días al Centro de Santiago, a hacerme la terapia de kinesiología debido a la parálisis facial que me dio y que, gracias a Dios, le he ido superando) y deseo cumplir con mi cuota de 8 post mínimos por mes, que me dispongo a llevarlo a cabo.
     Con seguridad lo que les voy a contar le ha pasado a más de uno entre ustedes, que yo sé con seguridad que a mis íntimos ya les ha tocado pasar por este tipo de situaciones y que para el orgullo de un coleccionista como uno, pesa bastante sobre la conciencia.
     Dentro del Cristianismo (o tal vez solo en lo que concierne a la fe católica) un pecado de omisión corresponde a la falta de una acción positiva por parte de una persona, quien por pereza, vergüenza u otra razón no la ha llevado a cabo y por ello ha perjudicado a otro por su inacción (como cuando podemos hacer solidaridad y no la realizamos).  Pues sucede que hace años como ñoño recalcitrante, me dio por llamarle así a toda vez en que “de puro tonto”, por ignorancia en un principio, que luego ya más “viejo” para ser justo ya sabía bien lo que hacía (o no hacía), perdí la oportunidad de adquirir una verdadera joyita para mi colección y mi disfrute.  Esto por lo general me ha sucedido con libros y más encima con buenos títulos, hoy en día escasos, que cuando pienso en ello… ¡Me remuerde la conciencia! Se trata de obras que en realidad ya no están por estos lares y si uno las pilla por ahí, están a un precio exorbitante.  Más encima, para que sea un verdadero pecado de omisión, tuvo que pasar que uno en ese momento contaba con el dinero suficiente como para desembolsar el dinero exigido para su venta, que además no se trataba en el mayor de los casos de mucha plata y aun así uno se nubló y se dejó llevar por su estupidez.
     Voy a contarles sin tapujos, con humildad y como todo un acto de penitencia (o de liberación) de algunos de mis pecados de omisión.
      Era un adolescente en aquel entonces, durante los primeros años de los noventa en el siglo pasado, cuando llegó hasta mí el nombre de Isaac Asimov, como uno de los grandes escritores de ciencia ficción.  Si Stephen King fue mi obsesión en lo que a terror literario concierne, el llamado “Buen Doctor” llevaba la delantera en la también conocida como ficción científica, incluso más que Ray Bradbury, quien desde antes se había hecho valioso para mí.  Pues resulta que por esos años salió una colección del género a muy bajo costo, que incluso se vendía en los kioscos y en los supermercados: Me estoy refiriendo a la Biblioteca de Oro de la Ciencia Ficción de Ediciones Orbis.  Se trataba de unos tomos azules de tapa blanda y hermosas portadas surrealistas, aunque con unos empastes malísimos y que si abrías mucho el libro se le salían las hojas (como al tomo que presté de Fahrenheit 451 a una compañera del colegio, de pura buena onda que soy).  Es así que tuve la oportunidad de comprar muchos de sus títulos, que eran más de 100 y a precios en verdad irrisorios… ¡Y no lo hice! ¿Por qué razón? Porque no eran de Asimov (aunque se encontraban varios de sus trabajos en tan noble listado).  Años después, ya en la universidad, menos tonto que antes, compré como loco casi todo lo que me llegó a las manos de estas ediciones; sin embargo, ya no había mucho para regodearse.  Lo más gracioso, es que comencé a soñar con verdaderas orgías de comprador compulsivo de mi parte de ejemplares de la Biblioteca de Oro; tipo de sueño que de vez en cuando vuelvo a tener, ahora con otras obsesiones consumistas mías.
    
     Clark Ashton Smith es uno de los autores del círculo lovecrafniano que más venero y al que no obstante apenas he leído.  Este señor que ayudó con sus escritos pulps a darle forma a los hoy importantes Mitos de Ctulhu, amigo epistolar del “Soñador de Providence” Howard Phillips Lovecraft, apenas es traducido al español y solo de vez en cuando uno encuentra algunos de sus relatos en antologías, compartiendo páginas junto a otros maestros de la narración terrorífica.  Y no obstante, pese a saber de la calidad de sus escritos, la única vez en que tuve la oportunidad de comprarme un libro por completo de su autoría, la colección de cuentos Hiperborea. no lo hice.  Más encima, el precio era una ganga, tratándose de una preciosa edición de bolsillo, con una portada magnífica, que imitaba los tomos de bolsillo gringos.  En la actualidad la prestigiosa editorial española Valdemar (de las que ya les he hablado en ocasiones anteriores) tiene varios títulos publicados de este artista, no obstante, no llegan acá a Chilito o apenas lo hacen se van rápidamente, que los costos además son exorbitantes (pero igual pagaría por ellos…creo).
      Tanto que digo que el ya citado Stephen King es mi predilecto, que me jacto de ser un “especialista” en él y pese a ello tengo un asunto pendiente con el titulado Rey del Terror.  Resulta que su colección de novelas cortas Las Cuatros Después de la Medianoche, en el presente o bien apenas se edita por estos lares o bien los muy hideputas lo sacan dividido en 2 tomos, razón por la cual resulta más difícil (y más oneroso para el bolsillo) completarla.  Sucede que cuando ya estaba trabajando,  ganándome mi platita que podía gastar en muchos lujos y gustos que sin dudas “uno se merece por matarse laburando”…y más por estar pasando a veces rabias con los “cabrochicos” en el colegio, un día me encontré con una versión a la lengua de Cervantes de este tomo.  El libro tampoco estaba a un valor excesivo y yo hace rato que le tenía ganas…Empero como no me gustó su portada “demasiado minimalista”  (que a veces los editores españoles caen en ese afán ridículo de dárselas de serios y obvian una bella ilustración, porque creen que le quitará verdadero valor artístico al libro), no me lo traje conmigo.  Y es que yo quería conseguirme otra edición de la misma obra que había visto por ahí, “más bonita” según yo; de ese modo me fui al carajo, que luego cuando me arrepentí ese único ejemplar ya no estaba y, nunca, nunca más nos llegó esta colección suya de manera integral a esta país que es el culo del mundo.
     ¿Y tú tienes alguno de estos pecadillos?



12 comentarios:

  1. Todos hemos cometidos pecados del estilo, hemos dejado pasar muy buenas oportunidades, por cierto, mi papá tiene varios libros de esa colección azul, fue mi entrada a la ciencia ficción.

    Saludos.

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    1. ¡Qué genial tu papá! Me recuerda al de uno de mis mejores amigos, pues lo alentó desde niño a amar este tipo de historias. Me habría gustado saber qué ejemplo de "pecado de omisión" tienes por ahí. A mí me faltan aún contar unos más.

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  2. Saludos, Elwin. Dado que yo leo por gusto y no por obligación, ni siquiera hacia mi mismo, no puedo confesar que tenga algún pecado de omisión respecto a algún libro o autor. Sin embargo, en lo que respecta al cine, si tengo varios: El más grande de ellos es La lista de Schindler. No me quemen en la hoguera por eso.

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    1. ¡¿No has visto esa gran peli lacrimógena?! Yo me la he repetido un montón de veces, que está entre mis favoritas. Ahora tenemos internet, así que no hay excusa para seguir pecando de esa manera.

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  3. Mi amigo, debiste comenzar por uno de tus errores más graves: Sombras en Baker Street... pero no haré spoiler.
    Yo tambièn he cometido estupidas omisiones como las tuyas, la que más recuerdo, en realidad me pena, es NO haberme comprado en Buenos Aires a un precio muy bajo la tremenda recopilación de los Team Up de DC comics, editada por Zinco. En fin.

    Pd:lo de no comprarte Hiperborea de la EDAF es inexplicable. Deberías hacer una penitencia frente a los Altares de la Nada.
    Miguel.

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    1. Gracias por recordarme ese pecadillo, que va para la segunda o tercera parte de este post. En cuanto al tuyo...¡Ia shub niggurath para ti!

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  4. Claro que he cometido varios pecados de omisión. Y la ansiedad lo embarga a uno, pero el tiempo y la espera son bien recompensados. Hoy justamente saldé cuentas con un libro que dejé en el anaquel de mi librería favorita, confiando en que nadie lo compraría, y cuando me decidí, ya no estaba. Se llama "Sombras", de John Saul. Lo volví a encontrar, y en perfecto estado.

    -Mauro Vargas.

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    1. Parece que tu placer culpable es John Saul, je, je...¡Y yo que me prejuicié con él luego de leer tu excelente post sobre qué lo llevó a escribir literatura de terror!

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  5. Que buen post, Elwin! Que interesante saber de los pecados de omisión de los contertulios. En mi caso lo que más me arrepiento es no haber comprado en su momento, 30 años atrás, la mayoría de los libros de "Gran Super Terror" y "Gran Super Ficción" de Martínez Roca. Si bien compré algun en aquellos años, me faltaron muchos, y son todos no solo geniales, sino muy reeditados posteriormente. Aun sigo a la caza de ellos y he conseguido varios. También recuerdo la colecciòn ANTICIPACIÓN, lo más pulp de la ci fi francesa, aunque también pude recuperar varios, aunque el tiempo ha hecho mella sobre esos libros, y no los conseguí en buen estado.

    Saludos
    RICARDO

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    1. Por supuesto que recuerdo esas colecciones, así como las de bolsillo que estaban bien baratas si uno sabía dónde comprarlas. Tengo unos cuantos títulos al respecto y si no las compré, fue por gastar el escaso dinero que tenía en aquel entonces en otros títulos (por lo general Stephen King). Lo único que lamento fue no adquirir, que lo dudé en su momento, una antología que venía con cuentos de George R. R. Martin, Shery Teeper y nuestro autor favorito ¿La recuerdas? (ahí venían "Los Reploides" y "Nona", que nunca he leído).

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  6. Saludos Elwin, aquí murinus2009.

    Muy divertido eso de como los "cabrochicos" a veces lo hacen a uno rabiar.

    Pecados de omisión tengo muchos como para dividirlos en: no ficción, Ficción, revistas, cómics y películas.

    Hasta el momento mi mayor pecado de omisión en Ficción es no haber comprado:

    -Limbo, de Bernard Wolfe.
    Lo encontré en un puesto de libros callejero alla por 1998.
    En la portada que vi decía: "un clásico a la altura de 1984 y un Mundo Feliz".
    El libro llamo mi atención, tenia el dinero, hasta la fecha no se por que demonios no lo compre.
    Cuando leí que era un gran clásico escrito en EEUU, por un ex guardaespaldas de Leon Trotsky en México (aunque no estaba en servicio cuando atentaron contra Trotski), mas me quise dar de topes en una pared.
    Años después en 1999 o 2000 vi la edición nueva, de editorial Minotauro, (creo que ya no existe) pero ahí si no me alcanzaba, costaba unos 13 dolares de hoy, 250 pesos de ese entonces.
    Hoy en 2018 todavía no lo leo.

    Otros mas son:

    -Titulo desconocido 1.
    No se llama así, no recuerdo el titulo, trata sobre Diomedes el héroe de la Iliada de parte de los griegos,
    El libro relata sus aventuras desde el final de la guerra de Troya y su regreso a Grecia.
    Solo se que esta escrito por una mujer
    Tampoco se porque no lo compre, tenia dinero y todo.

    -Titulo desconocido 2.
    Este era uno de esos libros de Ciencia Ficción antiguos de los 50s o 60s. estaba amarillo de lo antiguo, me llamo la atención por una frase que leí:
    "La honestidad es cuestión de tarifa".
    Lo vi en un mercado ambulante de libros viejos en Cd, de México famoso llamado: La Lagunilla, en 1999.

    Gladiator, El Superhombre.
    Se dice que este libro es el que inspiro a Siegel Y Shuster para crear a Superman.
    Vi varias copias en una librería en la plaza de Coyoacan la segunda mas visitada de Cd de Mexico tras el Centro Histórico, esa libreria llevaba años eso fue en 2007 0 2008.
    Tras una remodelacion-destruccion (eliminaron el comercio ambulante en la plaza y con eso mataron el comercio aledaño y las visitas en un 50%), de esa plaza, la librería cerro y me quede con ganas de ese libro y mas que no he visto de nuevo.

    Concluyo con uno de no ficción, pero creo a muchos de los que gustamos de Lovecraft y compañía llamaría la atención:

    Seres de la Noche (o de la Obscuridad creo), del Dr Bob Curran.
    Es un libro que habla sobre como mucha de la Mitologia de Lovecraft y otros esta inspirada en civilizaciones antiguas y en algunas creencias que después se dejaron de lado por falta de evidencia como la Atlantida.
    Curran hace un recuento detallado de muchas civilizaciones descritas por los escritores: su ubicacion y su factibilidad o falsedad.
    Lo vi en un supermercado, cuando fui por el, ya no estaba eso fue en como en 2005.

    Por el momento dejare hasta aquí mis pecados de omisión Elwin, la conexión ha empezado a fallar, si sigo se va perder todo.
    Si haces mas Entradas relativas, sera un honor participar.

    Gracias y hasta pronto.




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    1. Gracias por compartir parte de tus "pecados de omisión", que veo son hartos y aún quedan hartos sin confesar. De los títulos que mencionas, fíjate que ninguno conozco; así que te agradezco el barniz literario que me has dado. Mucho antes de fin de mes viene la segunda parte de este post.

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