martes, 25 de marzo de 2025

Se cierra una gran historia (II)


2. Personajes
 
    Cuando miramos hacia atrás dentro de nuestra lectura (o re-re-lectura como es en mi caso) de El Retorno del Rey, entre sus personajes nuevos encontramos a varios atractivos, como a unos cuántos líderes que ayudan a nuestros héroes en contra del mal de Sauron (un príncipe por ahí, un montaraz por allá- que Aragorn no es el único sobreviviente de la gente de Numernor-, el sabio jefe de una comunidad salvaje de las montañas, un padre y un hijo de Gondor que se hacen amigos de Pippin, unos cuantos hobbits...).  No obstante, tal como lo hizo tan bien Peter Jackson en sus películas, a la hora de evaluar el todo de esta gran obra, bien podemos prescindir de ellos, cuando se trata de detenerse en el impacto que pueden poseer para la historia.
    Sin embargo, pese a esta falta de personajes potentes que se hayan incorporado en el cierre de la trilogía, hay uno que sí merece ser nombrado y comentado por todo el peso dramático que posee: Denethor, el Senescal de Gondor.
    Les estoy hablando del padre de los muy queridos Boromir (nuestro primer caído de La Comunidad del Anillo) y del sabio Faramir y quien, tal como dice su cargo, cuida y regula el gran reino de Gondor, como descendiente de una tremenda estirpe de nobles, hasta que llegue el rey prometido a tomar su lugar.
   Denethor es un anciano que perdió hace años a su amada esposa, justo después del nacimiento de segundo hijo.  De algún modo, lo recién mencionado ha llevado a sentir desprecio hacia este, en beneficio del amor enfermizo por el mayor; ambos son sujetos admirables, pero de los dos el más sabio es Faramir y, por lo mismo, el rechazo de su padre no ha impedido en que se empecine en ganarse su corazón
    Otrora Denethor fue un hombre de mejor carácter, aunque poco a poco se fue volviendo alguien amargado y se fue aislando de casi todo el mundo; solo Boromir, su primogénito, era la luz de sus días.  De gran inteligencia y un verdadero erudito, todos estos aspectos reunidos en él lo volvieron receloso y orgulloso, haciendo que dentro de la novela fuese uno de los grandes antagonistas de toda la trilogía, sin ser alguien malvado.  Su rechazo a Gandalf y sus numerosas intervenciones, nos otorgan algunos de los mejores diálogos y momentos de la saga.
    Denethor bien representa, debido a los males que lo afligen, lo que sucede cuando un hombre admirable se deja llevar por sus pasiones y al punto de perder el horizonte.
    Por increíble que parezca, la alegría y nobleza del buen Merry, logra tocarle algo el corazón, ganándose su confianza.
   Y es cuando me toca hablarles de otro de mis personajes favoritos de El Señor de los Anillos: Eowyn.  Hermana del héroe Eomer y sobrina-hija queridísima del buen rey Theoden de Rohan, tuvo su debut en Las Dos Torres; no obstante, apenas la pudimos "conocer", puesto que en dicho libro casi no tiene diálogos y aparece un par de veces, de manera fugaz... Pues esta vez se desarrolla de forma maravillosa, volviéndose el mejor personaje femenino de toda la trilogía (hasta el momento, las escasas mujeres que pudimos apreciar en sus páginas eran meras comparsas y tenían un carácter unidimensional, salvo, claro, Galadriel).
    Tolkien, un hombre no dado a trabajar personajes femeninos complejos (y casi ignorarlos en su narrativa), nos otorga una fémina con una férrea postura feminista y empoderada.  Y es que la "princesa" se resiste a su papel como alguien dependiente de los hombres, a quedarse en "casa", dedicada a labores relegadas por la tradición heteropatriarcal a su género; puesto que ella desea ir a la guerra, defender a los suyos como un soldado y ser un espíritu libre.  Su autonomía la lleva a tomar la fuerte decisión de travestirse, haciéndose pasar por un varón, siguiendo la senda de un montón de otras mujeres que la tradición oral y escrita (anterior y posterior a esta obra) podemos encontrar (como la historia china de Mulan o el manga La Princesa Caballero de Osamu Tesuka).
    Su mayor hazaña, la convertirá en una de las figuras más heroicas de estos libros, al ser la única persona capaz de derrotar a uno de los grandes villanos de El Señor de los Anillos.
    Por último, nos encontramos con Cebadilla Mantecona. Aparecido por primera vez en La Comunidad del Anillo, es un humano que vive en Bree, el acogedor pueblo que sirve de punto de reunión para varios viajeros de distintas razas; allí tiene una posada, lugar al que llegan Frodo y sus amigos en dos ocasiones.  Su desempeño en la historia se completa con la segunda vez que lo vemos aparecer y es que este buen hombre, sencillo y amistoso, bien representa al hombre común que poco aparece en la trilogía.  No es un héroe, ni un villano, no posee poderes, ni una gran inteligencia; no obstante, tiene la suerte de conocer gente extraordinaria y compartir con ellos, algo que muchos quisiéramos.  Es fácil que nos caiga bien alguien como él, con quien nos podemos sentir identificados, pese a su condición común y corriente; y es que Mantecona es feliz en su mundo "normal" y sin mayores contratiempos ¿Y quién puede decir, con seguridad, que cuenta con tales bendiciones en su existencia?


2. La edición que poseo
 
   La versión que me leí en esta ocasión la recibí de regalo en febrero de 2023, un obsequio hecho con mucho cariño por mis amigos María Elena e Iván.  Me tardé su tiempo en repasar dicho volumen, el cual pesa unos cuantos kilos y es que no solo es un libraco en tapa dura, sino que reúne en su conjunto las tres partes de El Señor de los Anillos.  A lo anterior, se le debe sumar una sobrecubierta y la acostumbrada cintita de género para marcar la lectura (propia de ediciones cuidadas y de lujo como esta).
   Este lujoso volumen, que conmemora el centenario de Tolkien (fecha correspondiente a 1992), posee, además, un prefacio del autor que, al menos yo, no había tenido el gusto de tener y leer en las versiones más humildes que poseo desde mi juventud en los noventa.  Pero, quizás, su gran plus en primera instancia sean sus 50 ilustraciones a todo color, por completo originales para este volumen y que son hechas por Alan Lee (el artista "oficial" de los libros del escritor).  El problema es que teniendo en cuenta este último antecedente, y considerando la maestría de Lee, uno esperaría puras imágenes maravillosas de batallas y monstruos, apreciar cómo se "ven" los personajes según el dibujante; sin embargo, muchas de estas imágenes son solo paisajes minimalistas, lo que al menos a mí me parece poco interesante y un desperdicio como oportunidad para darle rostro a tanto personaje interesante (¡Nada de Tom Bombadil, los Tumularios o de Denethor, ni siquiera de Lengua de Serpiente y de Saruman).  Por cierto, en el ensayo El Anillo de Tolkien, también ilustrado por este maestro, de igual manera me decepcionaron varios de sus dibujos bastante pocos heroicos. Pese a mi crítica anterior, queda claro que muchas de las mejores ilustraciones de Alan Lee, para esta edición, sirvieron como base para la dirección artística y/o ambientación de las películas de El Señor de los Anillos (y por algo se le contrató para hacer diseños exclusivos para dichas cintas).
    A todo lo anterior y como todo un gran agregado, que por mi parte me tenía muy entusiasmado, se encuentran los Apéndices que también se incluyen al volumen.  Cuando me refiero a estos textos, estoy contándoles de escritos del propio Tolkien, que completan con múltiples datos la historia del Señor de los Anillos; prácticamente información de antes (mucho antes) y después de los eventos de la trilogía.  La verdad es que en general me aburrí harto con estos documentos, muchos de ellos largas genealogías de familias y reyes; pero sí disfruté lo concerniente a la historia de la isla de Númenor y sus descendientes (dentro de los que se encuentra el sabio rey Aragorn y a quien conocimos primero como al humilde montaraz Trancos), todo lo concerniente a los Rohirrin (los guerreros de Rohan, el heroico reino de los Señores de los Caballos) y las historias de los Enanos.  No obstante, mucho más de mi interés fue saber de la historia de amor de Aragorn y Arwen, que sin leerla no se entiende mucho tanta pasión del guerrero por una Elfa, que bien poco hizo en la Guerra del Anillo (y que, menos mal, se potenció harto en las adaptaciones de Peter Jackson).  Muy emotiva, fue la cronología dedicada a saber qué fue de los queridos héroes de la saga, en especial humanos y hobbits; en cambio, una verdadera lata me fueron los Apéndices dedicados a las lenguas de la Tierra Media (mi ñoñería no llega a tales grados, aunque si disfruto mucho oír la fonética en los diálogos autóctonos en los largometrajes, El Señor de los Anillos y El Hobbit, así como en la más reciente serie de Anillos de Poder).

 

lunes, 17 de marzo de 2025

Dedicado a David Lynch


    En enero de este año que "casi" recién comienza, dentro de las desgracias materiales y personales que marcaron sus primeros días, a nivel internacional, se encuentran los incendios que asolaron a Los Ángeles.  Fue algo digno de una película de Hollywood, justamente la ciudad donde está la capital del cine gringo y lugar en el que vivía desde su juventud David Lynch.  El año pasado, no más, le habían diagnosticado enfisema pulmonar, lo que le dificultaba la respiración, así que por eso ahora estaba recluido en su casa.  El humo de la quema, que dañó tanto a gente "común y corriente", como a muchos famosos que perdieron sus hogares, afectó más de la cuenta su débil organismo y lo tuvieron que trasladar en helicóptero para ser atendido; creo que falleció en el camino.  Lynch contaba con 78 años cuando dejó este mundo, el 15 de enero y solo a 5 días de estar de cumpleaños, en un final digno de una de sus películas.
    Algunas de estas memorias anecdóticas las he contado en antiguos post, aunque ahora las vuelvo a mencionar, pues tienen que ver con mi vida junto al artista al cual hoy quiero homenajear.
    Por mi parte, debo comenzar diciendo que este cineasta, al que adoraba, marcó mi amor por el séptimo arte y en especial mi adolescencia.  Mis primeros años como cinéfilo tienen su huella (junto a John Carpenter y Steven Spielberg).  Sin saberlo, mi primer recuerdo suyo fue con El Hombre Elefante (1980), filme que me aterraba de cuando vi una escena suya, en la que le quitan su capucha a dicho personaje y que vi en un capítulo de Ripley, aunque usted no lo crea.  Eran los ochenta y yo era un niño, mi hermana mayor Mabel (la compinche de mi infancia) quería verla en la pequeña tele que teníamos en el cuarto, que compartíamos junto a nuestra hermana menor Jenny; así que estuvo convenciéndome para que superara mi miedo al personaje e incluso en la víspera de su emisión fuimos a Fantasilandia (un famoso parque de diversiones de Chile), de modo de "ganarse" mi apoyo para la noche.  Ambos estábamos entusiasmados, hasta que ya tarde comenzó la función y entonces salió la susodicha escena.  Me puse a gritar y a llorar como loco y nuestros papás preocupados nos fueron a ver a la pieza; retaron a la pobre "Negra", apagaron la tele y nos vimos obligados a dormir tempranito.  Vez que nos acordamos con Mabel de esa ocasión nos reímos mucho.
   Ya era un adulto, bien entrado en años, y llevaba un tiempo considerable haciendo clases, cuando me atreví a ver El Hombre Elefante.  Me la prestó un colega de arte en DVD y la copié.  Era un valioso paso para mí, enfrentarme a este miedo de mi infancia, ahora que ya estaba en condiciones para ello y sabiendo que se trataba de un tremendo filme, el segundo de David Lynch tras su debut en la película de culto (que aún no veo) Eraserhead (1977) y que consiguió dirigir gracias a que Mel Brooks (famoso comediante), lo contrató al ser este el productor de dicha obra.  Debo contarles que ahora ya mayorcito, disfruté mucho al ver a dos de mis actores favoritos, juntos en la misma cinta: uno, Sir Anthony Hopkins, como el piadoso doctor que acoge a John Merryck (el Hombre Elefante), bien joven y muy guapo; y el otro, John Hurt, como el sensible y atormentado ser humano que sufría ese atroz mal genético.  Debo confesarles que por mucho que me habían recomendado dicha cinta y todo lo que adoraba a su realizador, no me esperaba impactarme tanto con su belleza y en especial ante una de las mejores actuaciones de Hurt.


                                                  Tráiler de El Hombre Elefante

    Creo que mi siguiente encuentro con David Lynch, fue con la serie de televisión que lo hizo famoso, incluso entre quienes nunca habían visto sus películas.  Les estoy hablando de Twin Peaks, programa al que adoro con todo mi corazón y que vi con mucha felicidad en mi juventud (cuando estaba en el colegio) y luego me repetí ya maduro en 2021, en plena pandemia (o sea, décadas después de esa primera revisión suya).  Acá a Chilito llegó con atraso y fue muy publicitada, pero acabaron por reprogramarla del horario estelar de los lunes, en 1992, al de medianoche, porque la gente no logró entenderla, ni apreciarla; no obstante, yo le fui fiel y me la vi completita, que trasnochaba para hacerlo (en esa época me acostaba temprano en medio de la semana).  Aluciné tanto con Twin Peaks (1990-1991), que hasta me leí una de sus novelas, años después eso sí, y no dejé de comprarme el casete con su preciosa banda sonora hecha por Angelo Badalamenti y con la angelical voz de Julie Cruise (ahora mismo la escucho mientras escribo estas palabras).  Solo tenía a mis profesores para hablar de Twin Peaks, que mis amigos coetáneos de ese entonces no llegaban a mi grado de frikismo.
   Cerca de un año después se estrenó en los cines Twin Peaks: Fire walk with me (1992), la precuela del mentado programa.  No me quedó otra que ir solito a verla el día de su estreno, lo que realicé muy entusiasmado y cuando terminó salí caminando sobre nubes de la sala.  Por ese tiempo escuchaba la radio Futuro, que los domingos emitía una sección llamada Música en 35 milímetros, sobre bandas sonoras y emitieron el soundtrack de la mentada obra; en una cinta que tenía un radioteatro, que hice para una tarea, grabé encima del audio original sus temas y lo gracioso es que antes de comenzar su primer tema se escuchaba la voz de una compañera y la mía.  Cuando el 2021 me repetí Twin Peaks, también lo hice con esta precuela, a lo que le agregué Twin Peaks: Missing Pieces (2014), una maravilla que el propio Lynch, editó con todas las escenas que no habían entrado en el corte final del largometraje.
   En cambio, cuando muy interesado me puse a ver la tercera temporada (2017), que de forma inesperada hizo su creador luego de tanto tiempo, me llevé una tremenda decepción; pues era demasiado loca para mí y solo aguanté unos cinco episodios.  Menos mal que no me la compré en Blu-ray, como bien estuve tentado de hacerlo. No tiene por qué gustarte todo lo de tus artistas favoritos, que ni con Stephen King me pasa eso.
    Y es cuando me toca llegar a Dune (1984), quizás mi título predilecto, luego de Twin Peaks, de Lynch. La primera vez que la aprecié, fue un viernes en la noche por esos años del liceo. Aluciné como pocas veces en tan cortos años de vida y luego de verla solo quise conseguirme el libro.  Muchas veces me he repetido esta pieza, que tanto amo; primero la arrendé más de una vez en VHS, luego me la copió un profe de la universidad (Juan Espinoza, el mismo del cual fui ayudante en su curso de Ciencia Ficción, el primero de este tipo que se ha implementado en una universidad chilena); con posterioridad la tuve en DVD clonado y por último me la compré original en Blu-ray.  Y les estoy hablando de la obra menos querida del cineasta, por él mismo, para la cual filmó un montón de material y del cual se vio obligado a prescindir en el montaje para el cine.  Unos años después de su estreno, se presentó para la televisión una versión más larga, pero esta no contó con su bendición y por eso sale dirigida con el nombre de Alan Smithe (el pseudónimo que usan los directores en Hollywood, que reniegan de sus filmaciones); sin embargo, existe una edición hecha por un verdadero amante de la peli, quien tomó material de las otras dos versiones y agregó otro no visto anteriormente de forma comercial, creando una joyita que le hace bastante honor al libro de Frank Herbert y a lo realizado por Lynch (se puede ver gratis en Youtube).  Se llama Dune: The Alternative Edition Redux (2012) y el final mejora bastante la versión cinematográfica, que peca de deux ex machina.   Se me estaba olvidando: Adoro su música compuesta por el grupo de rock Toto y con un precioso tema de Bryan Eno.
    Durante mi adolescencia y los primeros años de mi adultez, compraba mensualmente dos revistas de cine: Cinegrama y Video para Usted.  Por una de ellas, me enteré de que, en un listado de las mejores cintas de los ochenta, supuestamente hecho por especialistas, su obra Terciopelo Azul (1986) la encabezaba.  Creo que supe de lo anterior, justo cuando salió esta cinta en VHS por estos lares y como mi experiencia con Lynch hasta el momento era muy buena, no dudé en arrendarla. Ahora sí que quedé impactado y como la vi en vacaciones de verano, tuve que esperar un tiempo para comentarla con mis profes.  Un día conversaba con una de ella, a la que adoraba (la verdad es que tenía varios ídolos entre mis maestros), y le hablé de cierta escena que sobresalía más que otras para mí:
 
    - ¡Qué raro fue cuando la cantante viola al jovencito! No pensé que una mujer fuera capaz de hacer eso- Mi inocencia era más que evidente.
   - Eso se llama SEDUCCIÓN- me contestó Vilma- Fue consensuado.
 
     Aprendí harto de mis adultos y no solo materia del colegio. Hago lo posible por seguir su ejemplo entre mis estudiantes y, en especial, con mi sobrinito regalón Amilcar.
    Gracias a Terciopelo Azul conocí a Isabella Rosellini y luego de Enya se convirtió para mí en la mujer más bella del mundo.  Por lo anterior, y por mi gran aprecio a David Lynch, me fue un grato descubrimiento pillar en la tele, una noche, el emotivo drama Zelly y yo (1988).  La historia de una dulce pequeña, que, al perder a sus padres, queda al cuidado de su acaudalada y sobreprotectora abuela.  En dicho filme, mi nueva musa hace de la niñera de la muchachita, quien la llega a ver como a una figura materna y es que esta le da las atenciones, que carecía de su única parienta; debido a esto, la anciana, que no era malvada, en todo caso, comienza a recelar de su buena empleada y les pone obstáculos a las dos para ser felices.  Y hay un detalle importante que aún no les cuento: Un joven David Lynch, hace de otro empleado de la señora, creo que del chófer, quien inicia un romance con el personaje de la Rosellini.  Cabe mencionar que, en la vida real, ambos eran pareja desde hace años, me parece que desde los tiempos de Terciopelo Azul.  Por cierto, en dicho filme, en determinado momento, Lynch sale a torso desnudo y nada mal se veía; no dejé de encontrarlo bellísimo.
    No estoy seguro de si disfruté del anterior largometraje una o dos veces, aunque si tengo claro de que dejó una huella especial en mi memoria; solo ayer, no más, me la pude conseguir en 1080p (antes tenía una versión digital del VHS, me parece, y no le había conseguido los subtítulos). Pero ahora que regresó RARBG (gran página pars descargar archivos por Torrent) a pude descargar en mejor calidad y, más encima, venía con subtítulos en varios idiomas.  Cuando la bajé y revisé sus archivos, justo estaba con Amilcar y mi "guagua" me contó que ahora habían páginas y programas, que traducen los subtítulos a otros idiomas; así fue que probamos uno de estos sitios y fue perfecto.  A ver si el próximo finde la veo con mi niño.


                                                   Tráiler de Terciopelo Azul.

    Seguía en el colegio, cuando salió recién en VHS Corazón Salvaje (1990), que me parece se demoró en estar en formato casero por acá.  El filme me prometía mucho, debido a los artistas que trabajaban en ella y a los que ya conocía de muy buenas películas: La incomparable Isabella Rosellini, Willian Defoe (¿O se cruzaron nuestros destinos solo recién aquella vez?) y Nicolas Cage.  Un día, en mitad de la semana, se pasaron varios compañeros y compañeras de curso a mi casa; veníamos del videoclub y con nosotros llegó a mi hogar la peli mencionada.  La vimos juntos en una celebración de la amistad.  Recuerdo que el papel de la Rosellini otra vez me conmovió y la escena en la que aparece como bruja, me pareció muy cómica.  A mis amigas les gustó Nicolas Cage (en esos años era hermosísimo) y a mí también me pareció estupendo; no obstante, en tales años callaba, por razones obvias, mis apreciaciones estéticas hacia otros hombres.  No tengo memoria sobre si volví a ver esta peli, que tengo desde la pandemia en digital.  Por cierto, en la época de la universidad me compré original el casete de su banda sonora, la cual estaba muy barata; no saben lo feliz que me puse, pues traía composiciones de Angelo Badalamenti, muy bellas, el mismo de Twin Peaks (también compré otro ejemplar, para el hombre al que amaba en ese entonces, regalito que apreció mucho).
   Ya estaba en la universidad cuando fui con dos queridas amigas, la Niña Mary y Jime, al Normandie a ver Carretera Perdida (1997).  Los tres le teníamos muchas ganas y salimos por completo defraudados; pues nos pareció muy rara, que apenas la entendimos.  A la salida de la función nos encontramos con otro amigo, Jorge Lorca, quien la había contemplado al mismo tiempo que nosotros y no teníamos idea de que estábamos en el mismo lugar y momento hasta nuestra reunión.  El Master había quedado loco con esta pieza y estuvo todo el rato alabándola, dándonos sus impresiones al respecto; el resto nos mirábamos curiosos.
    De algún modo Carretera Perdida me quitó las ganas de ver otros filmes de Lynch; por lo mismo no dediqué mi tiempo a nada más de lo que filmó con posterioridad (ni siquiera a sus cortometrajes); igual no es mucho, en todo caso y es que no fue muy prolífico.  Claro que estas últimas producciones suyas, han ganado muchos premios.  Creo que ya es hora de no solo repetirme otros filmes suyos, como El Hombre Elefante y Corazón Salvaje, sino que verme de una vez lo que tengo pendiente con él.
    Siempre te llevaré en mi corazón, David.

Copiado del muro de Feis de mi amigazo Miguel Acevedo, quien también adora a Lynch.

 

miércoles, 12 de marzo de 2025

POST N° 1100: Cómo contar una buena historia de manera libre y sin dejar de ser respetuoso al material original

1. El cuento
 
    Un cuento clásico de Stephen King, de su primera etapa escribiendo terror "duro", viene a ser El Mono.  Pertenece a su segunda colección de relatos, bajo el título de Skeleton Crew y la cual en español nunca ha salido en un solo tomo como corresponde; sino que fue dividida en tres volúmenes y sin mencionar que forman parte de una misma antología (prescindiendo, más encima, de dos relatos que solo agregaron a su edición en español décadas después).  En nuestra lengua acompaña el recopilatorio titulado La Niebla, llamado así por la famosa novelette del Tío Steve y que aparece como historia principal del libro en cuestión.
    Se trata de una narración de horror sobrenatural acerca de un hombre, padre de familia, acosado por la presencia de un juguete maldito.  La historia abarca sus recuerdos de pequeño, marcados por la desgracia, debido a la muerte de sus seres queridos y en las que intervino el mono que titula esta obra.  Corresponde este último a esa clásica figurita a cuerda, pequeña y en la cual el simio lleva un par de platillos, los que toca cada vez que lo hacen funcionar.  Pese a que creía haberse deshecho de este objeto, décadas después vuelve a encontrarse con él y ahora posee mayores razones para acabar con su amenaza; pues cada vez que el mono hace sonar sus discos, alguien de su cercanía fallece en circunstancias atroces y no está dispuesto en perder a su propia familia que tanto le ha costado mantener unida.
    En las historias de horror el tema del juguete maldito es un interesante leiv motiv, por lo general relativo a muñecas, tópico que el autor reinventó de manera ingeniosa y muy verosímil.


2. Características y temas
 
    A diferencia de los textos de King de este periodo, entre sus novelas y relatos, El Mono no es una obra sangrienta y tampoco hace uso de lo escatológico para provocar espanto.  No obstante, es una pieza muy efectiva desde el punto emocional, ya que se centra en dos aspectos centrales dentro de la literatura de terror, que provocan inquietud en la vida real y como consecuencia consiguen que el lector sintonice con su argumento: Los miedos infantiles y la culpa.
    En el primer lugar nos encontramos con el pavor provocado por un objeto inanimado (en este caso, el juguete que le da su nombre al cuento), el cual posee una naturaleza demoniaca y causa claro rechazo en el protagonista.  Ahora bien, muchas personas han pasado por situaciones similares, claro, no con verdaderas entidades sobrenaturales, pero sí otorgando desde su inocencia infantil o ignorancia a un objeto, animal o incluso persona rasgos malignos superiores a su real condición normal.  Se trata de miedos que algunos superan con el tiempo y otros los vuelven verdaderas fobias que arrastran hasta su adultez.  Los recuerdos muchas veces se confunden con la imaginación y al traerlos al presente, vienen cargados de imágenes horrorosas; claro que, en el caso de El Mono, desde el punto de vista de la ficción, el mal sí existe.
    Luego tenemos algo muy caro a la narrativa propia de autores cristianos (recordemos que Stephen King fue criado por la fe metodista y la religión hasta hoy en día forma parte de su literatura), correspondiente al peso moral que cae, primero sobre un menor de edad y luego sobre un adulto, con la idea de que se es culpable/responsable de lo que está pasando.  La angustia que provoca todo esto en el personaje principal, lo humaniza bastante, más cuando la narración va desarrollando su cronología a través de los saltos temporales, que lo vuelven alguien tangible/creíble y que ha crecido hasta volverse el hombre adulto que llegamos a conocer.  Más encima, estamos hablando de un sujeto común y corriente, un personaje típico de King, un antihéroe obligado a dar lo mejor de sí para superar sus pruebas y ello significa mucho (como superar sus propios miedos y ser la mejor versión de sí mismo, pese a que nunca su propósito original fue sobresalir).
   El antihéroe se siente culpable, en primera instancia y siendo niño, porque considera que las muertes provocadas por el mono, de alguna manera tienen que ver con su persona y por eso mismo es quien toma la decisión de deshacerse de este; terrible todo esto para un chico, cuyas únicas preocupaciones deberían ser sus deberes escolares.  Ya más grande, su vida como esposo y figura paterna está en crisis y sabe que solo él puede revertir la situación (este es un problema real, algo que cualquiera de nosotros podría pasar); y entonces vuelve el Mono para empeorar las cosas, así que como no fue capaz de desenvolverse de él, ahora más que nunca debe cumplir con su obligación.
    Otro tema valioso dentro de este gran relato corresponde al sentido de la familia y al amor que sentimos por ella.  Tenemos sentido de pertenencia hacia estos seres queridos, quienes nos protegen y les estamos agradecidos; por lo mismo el protagonista desea salvarlos del Mono.  Asimismo, vemos acá la existencia de unos tíos cariñosos, que acogen a los dos hermanos cuando quedan huérfanos; estos mismos dos se llevan bastante bien y son todo un ejemplo de fraternidad consanguínea.  Luego de adulto, están los conflictos con su hijo mayor, los que enfrenta de manera muy valiente y hasta dulce; con posterioridad tenemos su comunicación con su hijo menor, fundamental para el espectacular final de la narración.  En pocas palabras, apreciamos en este cuento cómo el amor en la familia y dicha institución pueden ser los motores que nos llevan a acercarnos a la heroicidad.
    Por último, el Tío Steve juega con un tópico de la literatura de terror, que ya en más de una ocasión ha usado con muy buenos resultados: El misterio acerca del origen del mal... Y es que si bien algo sabremos de cómo llegó el Mono a la casa del protagonista, aparte de eso ignoramos por completo su naturaleza y de cómo adquirió sus poderes.  La verdad es que, creo, que esto no importa cuando el hálito de misterio y la certeza de estar frente a un gran peligro, nos tienen por completo agarrados desde el principio.

¡Muy asustado y feliz luego de haber visto la película!

3. La película
 
   Desde que leí el cuento por primera vez en mi adolescencia, poco después de cumplir los 17 (ya que me regalaron el libro para mi cumpleaños y eso fue en 1992), fantaseé con la idea de que lo adaptaran al formato audiovisual.  Pensaba que era más factible que lo hicieran en formato de capítulo para alguna serie antológica (tipo La Dimensión Desconocida), pero tuvieron que pasar décadas para que ello fuera posible y eso acabó siendo una película.
   Estrenada hace unas pocas semanas, corresponde a una cinta dirigida por Osgood Perkins, quien también hizo el guión.  Cabe mencionar que el mentado realizador no solo es hijo del llorado Antony Perkins (actor que hizo de Norman Bates en los filmes originales de Psicosis), sino que fue quien estuvo detrás de Longlegs, uno de los largometrajes de horror sobrenatural más considerados del año pasado; así que teniendo en cuenta ambos antecedentes, su ascendencia y que esta es su segunda pieza del género en dos años consecutivos, queda claro su predisposición hacia el horror y bien podríamos esperar próximas producciones de su parte y de buena calidad, más encima.
    Osgood no solo escribió el guión, sino que también se dio el gusto de interpretar un personaje (aunque de breve participación).  Su libreto demuestra respeto hacia el material original, tomando los elementos más importantes del cuento (como la narración ambientada en el pasado y el presente, infancia y adultez del protagonista, la culpa- que acá toma mayor peso en el guión-, sentido de familia, el origen incierto del Mono, entre otros).  No obstante, estamos frente a una adaptación bastante libre del relato original, ya que cambia y agrega muchas cosas.  Entre lo recién mencionado, encontramos un cargado (o recargado) humor negro y el que va muy de la mano con sus escenas bastante gores (muertes muy gráficas y "artísticas").  También nos muestra una familia mucho más disfuncional que la del texto original, drama que comienza desde la infancia del antihéroe (la crueldad de su hermano es atroz, pese a las risas que provocó en más de alguien del público), y a ello se le suma el bullying que sufre en el colegio (gracioso para algunos, atroz para otros).  Además, el personaje principal es un sujeto solitario, alguien infeliz en su adultez, una persona carente de lazos afectivos (no así el Hal del cuento).
    En lo que se refiere a las actuaciones, son de primera y como actor principal, haciendo del angustiado Hal, tenemos a un muy guapo Theo James. Debe saberse que al anterior le tocó hacer dos papeles, pues se desenvuelve tanto del protagonista adulto, como de su enfermizo hermano Bill.  En verdad parece que fuesen dos personas distintas, tal como en su momento encarnó Timothy Hutton a Tad Beaumont y a George Stark, en una mucho más estupenda La Mitad Siniestra de George Romero, sobre la novela homónima de Stephen King; por otro lado, el niño Christian Convery hace de los mismos roles en la primera parte y también nos engaña haciéndonos creer que son dos histriones diferentes.  Como la madre de los chicos, en lo que corresponde al pasado del protagonista, tenemos a Tatiana Malasny; su nombre y cara me parecían conocidos y me sorprendió enterarme que era la misma actriz de She-Hulk.  Un actor consagrado ya hace rato, para quien los años no pasan (se ve estupendo) tiene acá un pequeño y gracioso papel; les estoy hablando de Elijah Wood, quien es otro artista que mantiene predilección por el terror y los subgéneros ñoños (lo recordamos con mucho cariño en su papel de Frodo Bolsón en las versiones de Peter Jackson sobre El Señor de los Anillos y El Hobbit).
   Un dato que solo quienes leímos el cuento nos dimos cuenta y llamó la atención: Disney, por completo una empresa fagocitadora, se hizo con los derechos del clásico monito de juguete y que solo usó en una de sus películas de Toy Story.  Increíble, aunque cierto, un juguete de factura antigua "le pertenece" a esa empresa, en lo que concierne a su imagen para producciones de otras personas.  Debido a lo anterior, los realizadores de esta película, para no pagar esos derechos injustos cambiaron el aspecto del mono; esto quizás fue para mejor, ya que lo hicieron más amenazante, al darle mayor tamaño, otorgarle unas encías de tipo sangriento y otros detalles que me guardaré.
    Terminando ya, alguien como James Wan está detrás de esta joyita, haciendo de productor.  Recordemos que este es un tremendo cineasta, que nos ha dado grandes perlas del terror, como el inicio de las sagas de Saw, El Conjuro y las dos películas de Aquaman.  Así que estaba garantizado el alto compromiso con los espectadores, amantes como él, de las historias de miedo... Y una cosa más: Estoy seguro le harán una secuela a esta obra, solo espero que sea pronto y les salga igualmente buena.

                                                                               Tráiler

lunes, 3 de marzo de 2025

Un Nuevo Doctor (II)


     Y aquí termino mi revisión de la octava temporada de Doctor Who (era moderna), que tanto he gozado.

7. Matar a la Luna: El Doctor lleva a Clara y a una inquieta alumna suya, a quien ya conocimos anteriormente (de seguro algunos la encontrarán molesta) de viaje a nuestro satélite natural; pero no dentro de su "tiempo", sino que en el futuro cercano.  Allí se encuentran con la terrible noticia, de que alguien ha llevado unas bombas atómicas... ¡Para activarlas en ese mismo lugar! También tienen un encuentro con unos astronautas, capitaneados por una voluntariosa mujer; luego lo que parece una historia de terror, en la que se enfrentarán a unas espantosas arañas autóctonas, se volverá algo muy de Doctor Who, cuando se enteren de qué está pasando realmente con la Luna.
   Una hermosa aventura que toma su mayor fuerza hacia el clímax, cuando este "complicado" Duodécimo Doctor, promueva en sus acompañantes la reflexión 1sobre varias cosas: el respeto por la vida (sea del tipo que sea), la responsabilidad individual y compartida, así como la trascendencia.
   Me gustó cómo está armado este episodio, en base a un racconto (comienza casi desde el final de la historia) y también sus últimos minutos, muy emotivos.
 
8. Una Momia en el Orient Express:  El famoso tren de historias clásicas de detectives, ha sido revivido en una versión espacial y a la que llegan nuestros héroes; quienes deben resolver el misterio de las muertes de varios tripulantes, a manos de una horrorosa momia.  Pero no todo es tan sencillo, puesto que, como es habitual en el show, hay una inteligencia mayor detrás de la primera amenaza, algo que solo nuestro último Señor del Tiempo puede superar.
    Las intenciones del monstruo y sus ataques son muy efectivos, dándole un aire clásico a esta historia que nos recuerda viejas películas de horror.  Genial ambientación retro, que contrasta con los elementos propios de la ciencia ficción, haciendo que todo sea un tributo a los filmes de la desaparecida productora inglesa Hammer.
 
9. Flatline (traducido al español como Encefalograma Plano):  La Tardis ha sido "algo" reducida de tamaño, lo que va empeorándose cuando se descubre que una desconocida especie inteligente, proveniente de una dimensión bidimensional, está detrás de la desaparición de varias personas.  El Doctor y Clara quedan separados y deben aprender a trabajar ahora de otra manera, para resolver este nuevo entuerto; que tendrá muchas complicaciones y no solo será salvar la vida de posibles próximas victimas, sino que también devolver a la Tardis a su forma normal, entender/enfrentar a las criaturas que los amenazan y...
    Entre medio, conocemos cómo funciona la justicia británica con las labores comunitarias, aplicada a personas en ciertas circunstancias; buen ejemplo que deberían seguirlo el resto de los países (pensando, por ejemplo, con los grafiteros que tanto afean la propiedad pública y privada).  Respecto a esto aparece un agradable chico, quien ayuda a Clara y también un desagradable anciano amargado y prejuicioso; un gran contraste entre ambos y una invitación a la reflexión sobre que miremos de manera más amplia, a quiénes nos rodean y de invitar a la alegría, no a la amargura en nuestras vidas.
    Me gustaron mucho los diálogos de este capítulo, en especial los  concernientes a la relación entre el Doctor y Clara, quien acá demuestra su iniciativa más que nunca.  En verdad admiro la paciencia y la incondicionalidad de la chica para con este nuevo Doctor, quien puede llegar a ser muy tosco y el cual ahora me parece  otra persona más que nunca.
   ¡Bastante aterradoras las criaturas de este capítulo!


10. En el Bosque de la Noche: ¡Por fin el guapo señor Pink tiene una aventura junto al Doctor (y Clara, por supuesto) ... Eso sí, los acompañarán un grupo de estudiantes menores de edad, niños y niños, del colegio donde la parejita hace clases; entre ellos encontramos a una chica muy especial, más curiosa que el resto, quien arrastra un drama familiar y posee cierta sensibilidad al mundo invisible.
    Un viaje escolar termina en una tremenda odisea, que los lleva a todos a encontrarse con un enorme bosque que ha crecido de la noche a la mañana; los árboles parecen tener conciencia y no está claro si son una amenaza o no. 
   Una preciosa historia de carácter ecológica, que ayuda a definir mejor a este Duodécimo Doctor "complejo", que tanto me ha dado para hablar y el que, pese a todo, sigue creyendo en nosotros y no deja de maravillarse de la belleza que hay en el universo.
    Ver al Doctor protagonizando una aventura junto a niños, es algo que es muy de mi agrado.  Al respecto, este no se ve muy protector, pero sigue siendo un héroe que quisiéramos tener a nuestro lado.
 
11. Agua Oscura: Primera parte del final de temporada y en el cual el Doctor y Clara, por primera vez, se encuentran con Missy, la extraña mujer que ha aparecido de forma intermitente a lo largo del presente año.
   El comienzo no puede ser más impactante.  Algo inesperado y muy doloroso sucede, lo que nos mostrará a Clara en una actitud como nunca antes la vimos.  Debido a lo anterior, el buen doctor toma una decisión muy difícil, llevándolo junto a su companion hasta un edificio con fines de lo más curioso.  Allí conocen a Missy, cuya verdadera identidad será una de las mayores revelaciones de todo el show, desde que volvió a las pantallas nuestro héroe.
    Villanos de entre los más populares de este espectáculo regresan y lo hacen de forma grandiosa.  Todo incluye un plan de lo más macabro, de parte de quién está detrás de esto.
 
12. Muerte en el Cielo: Los finales de temporada de Doctor Who siempre nos lo muestran en un aprieto TAN GRANDE, que es fácil creer que no podrá superarlo; no obstante, olvidamos que nuestro Señor del Tiempo posee una voluntad de hierro y que sus companions nunca lo/nos defraudará (n).  Por lo tanto, este programa es una evidente celebración a la voluntad y a la esperanza, siempre dignos y con ganas de salir adelante, pese a los malos pronósticos.
   La Tierra una vez más está amenazada por los impávidos Cibermen, quienes ahora son controlados por Missy.  Las sorpresas, en lo que va de la historia, han sido muchas y dentro de ellas se encuentra esta villana que está increíble; su conducta tan anarquista, con acciones que rayan entre lo estrafalario y lo extrovertido, nos pueden recordar al famoso Guasón.  Difícilmente uno se resiste a pedir más apariciones suyas en el futuro.
    Un final que puede ser devastador en al menos un par de aspectos (del cual omitiré los detalles, obviamente, para no quitarles la magia de descubrirlo por ustedes mismos) y una escena de post créditos que no se pueden perder.


jueves, 27 de febrero de 2025

Una despedida que se merecía más



     Tras cinco años en emisión y estrenada en plena pandemia, este casi recién pasado 2025 se acabó el segundo show animado de Star Trek, Lower Decks.  Solo cincuenta episodios (y ningún especial, bueno, aunque al menos tuvimos el antológico crossover con Strange New Worlds), que si bien dicen por ahí que "de lo bueno poco", no deja de desagradarme esta tendencia actual, de hacer temporadas tan cortas y más cuando un show animado no se justifica tanto en tal modalidad, a diferencia de los "altos costos" de aquellos de imagen real (si bien en el cartoon que hoy nos reúne, trabajan unos cuantos actores famosos, bueno, unos más que otros y tuvo a varios más de viejas series trekkers, repitiéndose sus antiguos papeles y, claro, que ello no fue barato).  Así que era de esperar que uno quedara esperando más.
   La trama central de esta última temporada, gira en torno a un tema muy popular hoy en día: el Multiverso.  Todo, en este caso concreto, por una de esas típicas anomalías espaciales (o cósmicas) que abundan tanto en Star Trek y la que está provocando poco a poco una crisis entre universos... ¿Y adivinen quiénes son los únicos que pueden salvar a todos del colapso?: ¡La humilde tripulación de la Cerritos! Claro que, para gozo de muchos, se siguió con el formato de los capítulos unitarios y solo los dos últimos son continuados; no obstante, entre medio hay al menos un par de episodios sobre el Multiverso, pero estos se entienden de forma unitaria.
    Pese a lo interesante de la premisa para esta conclusión, ni al concepto del Multiverso, ni a todas las ideas que en el pasado abordaron, se les sacó el jugo.  Tanto esperar para un comienzo de temporada, pese a que introdujo el tema central de esta, flojo y si de Multiverso vamos a hablar... ¿Por qué no aprovecharon de utilizar el Universo Espejo? Solo lo mencionaron y es una verdadera lástima.  Y entre los subarcos argumentales que no fueron abordados como se debía, se encuentra todo lo relacionado con Tendy y su permanencia obligada junto a su familia (¡Muy, muy fome!); claro que el chiste con los Oriones azules de la serie animada setentera fue genial.
    La seguidilla de historias fue de pobre calibre más o menos pasada la primera temporada, que al menos a mí ni me sacó carcajadas y me hizo recordar con nostalgia los tiempos mejores de las anteriores temporadas.  De hecho, hasta el episodio siete, a menos que me equivoque, no encontramos invitados especiales, algo que un trekker como yo esperaba con ansias ver para reencontrarme con queridos personajes de antaño.  Más encima, el tono de los guiones perdió esa "picardía" que era marca de este programa autoparódico, de modo que apenas encontramos los jocosos chistes sexuales, que nos daban un programa de ciencia ficción humorística para adultos y que nunca antes habíamos podido disfrutar los seguidores de la franquicia.
    Dentro de los capítulos que me gustaron verdaderamente, está el de cierta estación espacial anticuada y que apela bastante a la nostalgia, con un personaje femenino muy simpático; más encima este lugar está muy ligado a una de nuestras heroínas de la Cerritos.  También fue muy de mi agrado el retorno de Data, uno de mis favoritos de Star Trek desde The Next Generation.
    En cuanto a los dos últimos episodios, el penúltimo está lleno de invitados, un montón la verdad y es una verdadera joya; resulta muy emotivo, lleno de fanservice, toda su aglomeración de sorpresas y, más encima, me alegra que hayan jugado con un tema que se sabía de hace rato y que en su momento nunca se atrevieron a abordar: La homosexualidad de un gran y querido recurrente (no me atrevo a llamarle secundario, pues fue fundamental en un montón de episodios) y su posible atracción por uno de los principales de su serie.
    El último capítulo fue de mi total agrado y creo que ha sido el único de Lower Decks que me ha hecho llorar de emoción.  Muy hermoso cómo entre medio de la comicidad, lograron darle su sublimidad a este final y dándole su propio cierre a cada personaje, entre principales y secundarios; bellos destinos para personajes que, aunque nos hicieron reír mucho, también se ganaron nuestro corazón.  Solo por este desenlace, muy bien orquestado, les perdono una irregular última temporada.  Los últimos minutos resultan ser muy emotivos.
   Por cierto, me dejó contento que haya vuelto a aparecer el amigo klingon de Beckett y cómo desarrollaron la amistad de la vulcana con sus pares de la Cerritos.
     Para acabar, solo espero que al menos en la próxima tercera temporada de Strange New World haya un nuevo crossover con Lower Decks y esta vez salgan en imagen real más personajes.


                                                                   Intro

martes, 25 de febrero de 2025

Se cierra una gran historia (I)


   La famosa trilogía de El Señor de los Anillos, la gran obra maestra de J.R.R. Tolkien, termina con El Retorno de Rey.  Su nombre se debe a la figura de Aragorn, el heredero de Gondor, quien tras décadas deambulando por varios lugares, por fin toma el lugar que le corresponde en la Tierra Media y como el monarca más importante de los reinos humanos; pero para que pueda ser coronado, antes deben pasar muchas cosas y entre ellas derrotar al mayor enemigo de todos: Sauron, quien ha puesto todo su empeño en recuperar el Anillo Único y ha provocado una guerra cruel usando todas sus fuerzas en la disputa.  Por lo tanto, El Retorno del Rey corresponde al enfrentamiento final entre las fuerzas del bien y del mal, en la cual la otrora conocida Compañía del Anillo, tendrá un gran papel que cumplir y ahora, incluso, todos los hobbits tendrán una destacada labor que hacer.
    Tal como ocurriera en la segunda parte de esta saga, Las Dos Torres, el volumen posee una primera parte centrada en los héroes, cuyos caminos se separaron, en parte, del Portador del Anillo.  Es así que la narración se centra en el mismísimo Aragorn, siempre acompañados por sus fieles colegas Gimli, el enano y Legolas, el elfo; por supuesto que Gandalf interviene acá bastante, aunque es en el desarrollo que se les da por fin a Merry y a Pippin, donde el autor nos sorprende gratamente...
    En un momento los dos mejores amigos también toman rumbos distintos y es en tal detalle, que logran adquirir su propia relevancia por sí mismos y no como una dupla.  Por un lado, tenemos a Merry, quien inicia su viaje junto al bondadoso rey Theoden de Rohan, con el cual crea un estrecho lazo; su relevante rol entre los Señores de los Caballos, los Rohirrim, dará mucho para hablar.  Por otro, el curioso e inquieto Pippin, debe irse nada menos que a Gondor y allí también tendrá una labor destacada y siendo de vital relevancia, para que el poderoso reino no caiga producto no solo de las huestes de Sauron.  Si bien estos dos promovieron el ataque de los Ents, que consiguió eliminar la amenaza de Saruman y su ejército de Uruk-Hai, ahora al final de la guerra (e incluso después de esta), reconocen el valor que había en ellos mismos como sujetos autovalentes.
   Mucho más pasa en esta primera parte, la que incluye el famoso viaje de Aragorn a las cuevas de los guerreros fantasmas (así comprobé que el gracioso diálogo de Gimli, dándose valor para entrar a este lugar y no quedar mal frente a sus amigos, no era una invención de Peter Jackson para su película) y todo lo concerniente a Gondor, con su majestuosidad y su Senescal orgulloso.
    Luego nos encontramos con la segunda parte, centrada en el viaje a Mordor y por Mordor de parte de Frodo y Sam.  Todo lo que pasan estos dos, llenos de peligros y sin ser unos guerreros natos, corresponde a una celebración de la voluntad y el heroísmo de los seres comunes y corrientes por sobre los infortunios.  Y es que cada vez que avanzan en su camino, las cosas se van poniendo más difíciles.  Pero se tienen el uno para el otro y la convicción de que, si fracasan en su misión, todo acabará muy mal.  En más de una ocasión uno como lector, no puede quedarse impávido ante los sacrificios de estos hobbits.



    La tercera parte será la confrontación final, cuando solo el valor de la Compañía de Anillo y de sus aliados, más sus esperanzas, puede derrotar a un mal tan grande como es el de Sauron.  Objetivamente tienen las de perder, que su enemigo los supera en número; no obstante, justamente aquí encontramos uno de los momentos más épicos, y no solo de la literatura de fantasía, sino de la narrativa del siglo XX.  En esta parte del libro es cuando Frodo y Sam dan punto final a su periplo; algo imposible de olvidar.
    Hay un montón de personajes secundarios que aquí aparecen, muy interesantes, entre ellos otros de la raza de Aragorn (que no era el único de los suyos, si bien quedaban pocos), príncipes, unos cuantos elfos (un par de hijos del buen Elrond), soldados, unos muy interesantes hombres salvajes y orcos que no salen en las versiones cinematográficas.  Todos están muy bien abordados por la pluma de maese Tolkien, pero tal como lo supo hacer excelentemente Peter Jackson en sus adaptaciones, podemos prescindir de ellos para la cuenta final.
    Tras el cese de la contienda, la narración se articula en un montón de epílogos, que aún queda mucho que contar.  Para satisfacción nuestra, asistimos a la preparación de la coronación de Aragorn y a esta misma, con el correspondiente tiempo de paz posterior a ello.  La amistad entre los miembros de La Comunidad del Anillo quedará ahora más que consolidada, aunque también incluirá a varios otros personajes que se han incluido a la historia.  Las despedidas serán agridulces, aunque la más emotiva de todas sucede mucho después.  Este es, por igual, el periodo en el cual, para gozo de muchos, nos volvemos a encontrar con Elrond y Galadriel, lo que fue una grata sorpresa para mí; pues no recordaba esto fuera parte del texto literario y todo ello muy sublime.  También se nos cuenta el divertido segundo viaje, de los cuatro hobbits a Bree, esta vez acompañados por Gandalf, el cual anticipa un impresionante capítulo que no nos esperábamos.
    Lo anterior solo se muestra hasta la coronación en los estupendos filmes de Peter Jackson y quien, al parecer, tiene muchas más horas grabadas que lo exhibido en las versiones extendidas y bien quisiera sacar unas todavía más completas (ojalá lo haga y pronto).  Sin embargo, lo que veo difícil aparezca dentro de lo filmado por el realizador, corresponde al impactante capítulo de La Sanación de la Comarca y en el cual los cuatro hobbits deben enfrentar, ellos solos y liderando a sus vecinos, a la llegada del mal a sus propias tierras; una última batalla épica, en la cual los Medianos tendrán una actitud por completo distinta, a su pasar más hedonista y/o relajado (¡Y vaya que la pasamos bien con este penúltimo apartado!).
    No podía faltar el segundo gran villano de esta historia, el manipulador y traidor de Saruman, a quien lo volveremos a tener en tres ocasiones (¿O son dos?) dentro de este último libro; sin dudas es un placer cada intervención suya, como un malvado tan inteligente y elocuente; alguien que, claramente, se convirtió en el modelo de muchos otros grandes antagonistas en obras posteriores.
   Por cierto, ya antes me había referido al amor homosexual de Sam por Frodo, sentimiento de carácter platónico y que tampoco es correspondido por su objeto amoroso.  Eso sí, el Portador del Anillo también siente algo fuerte hacia su compañero; no obstante, habría sido mucho esperar que, para la época en que fue escrita la novela, se hubiera concretado una relación así entre dos hombres... Ahora bien, cuando volví a leerme La Comunidad del Anillo, hace unos meses atrás, me fue evidente lo que realmente sentía hacia su amo el "jardinero" y me acordé de que en las películas este termina casado con Rosita Coto (incluso tienen una hija); pensé que todo esto también lo había agregado Peter Jackson, como parte de lo políticamente correcto de aquel entonces (ahora sería todo al revés y más si hablamos de la inclusión forzada).  Pues ahora comprobé que, en efecto, esto forma parte del libro, si bien se ve como algo que inventó sobre la marcha Tolkien, para no complicarse con el tema (y es que solo en El Retorno del Rey se habla de Rosita).  Sin embargo, Sam llega a tomar una decisiva decisión final, hacia el término de sus días en la Tierra Media (o de sus días mortales), ya casado y luego de la muerte de su esposa... ¡Y eso evidencia mucho mejor que nunca dejó de amar a Frodo!
    Y es cuando llegamos al final de todo, que me estoy refiriendo a... ¡No quiero hacer spoilers! (¿Cómo lo digo?) al final del libro.  La historia debía terminar y, como ya lo enuncié más arriba, continúan las aventuras de nuestros héroes mucho después de terminada la guerra.  Solo me atrevo a decir que la despedida, no puede llegar a ser más emotiva y bella, pero también dolorosa. Porque estamos hablando de la última despedida, entre personas que han creado un vínculo muy grande entre sí, algo que solo consiguen quienes viven juntos experiencias tan fuertes como aquí se narran (y en la vida real esto bien es posible sin tener que enfrentar a monstruos, ni realizar viajes de enorme peligro); pero nosotros también nos estamos despidiendo de personajes entrañables, a los que resulta difícil no ver como personas casi reales y por las cuales llegamos a sentir verdadero aprecio.  Tener conocimiento de que lo desconocido, es la frontera que te separara de quién parte, de que ya no estarás físicamente en su compañía, es una prueba dura para cualquiera; sin embargo, es algo inevitable y el autor supo cómo representarlo metafóricamente... Esta fue mi tercera vez en leerme la trilogía y las películas me las he visto un montón de veces, que son mis favoritas, así que me conozco bien la trama.  No obstante, esta vez lloré con el desenlace, como cuando lo contemplo en su adaptación cinematográfica; más encima, al llegar a esta parte, puse de fondo la música del filme y más emocionante me fue todo. 
En verdad es un final BELLÍSIMO.

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