La octava temporada de Doctor Who fue la primera de Peter Capaldi
como el Duodécimo Doctor, tras su regeneración al finalizar el especial de
Navidad de 2013, El Tiempo del Doctor (cuando despedimos, para
pesar de muchos, al anterior Doctor, que tantas dichas nos había dado).
Hace más de una década que me vi estos episodios, que me gustaron mucho, aunque apenas los recuerdo; solo sé que me agradó harto este Doctor "viejo" y ahora con más entusiasmo que nunca me los estoy repitiendo. Esta experiencia de repasarme todo Doctor Who moderno ha sido una tremenda experiencia para mí y así llegar de una vez por todas a las temporadas que nunca vi (claro que con mi mala memoria, las otras verlas es como una primera vez para mí).
Cabe mencionar que el histrión a cargo del Duodécimo Doctor, un artista ya veterano y consagrado, había sido visto antes en la cuarta temporada; esto fue en el capítulo Fuegos de Pompeya y bastante emotivo, por cierto. Era otro papel, claro, si bien logró ser lo suficientemente maravilloso como para asegurarle un regreso muy suculento y mejor.
El cambio de un hombre joven a uno bastante maduro (o "viejo") es increíble y hace rato que no veíamos al Señor del Tiempo con una apariencia como esta. A ello se suma el impresionante desarrollo de su personalidad, lo que le da aires frescos al programa, tras abandonar el matiz más juguetón y alegre del personaje, por uno dubitativo y mañoso como el que acá iniciará sus pasos.
Pero mejor comienzo esta revisión de la octava temporada, por fin, la cual contó con Clara otra vez como companion y quien tendrá que adaptarse a esta nueva variante del Doctor, como a nadie antes le había pasado.
1. Respira profundo: El comienzo de la etapa de Peter Capaldi, nos muestra a
su Doctor desorientado, luego de su última regeneración, o sea, en una
verdadera crisis (algo ya vimos de esto en El Tiempo del Doctor). Para suerte suya, con él está su
"salvadora" Clara y junto a ella llega en accidentadas circunstancias
a finales del siglo XIX, donde no solo se encontrarán con un nuevo misterio que
resolver, sino que se reunirán con un trio de amigos muy valiosos... ¡Sí,
regresan Madame Vastra, su esposa Jenny y el comandante Strax! (y yo que
pensaba no volvería a verlos en otra aventura, para que comprueben lo fácil que
olvido las historias). Varias personas
están desapareciendo y una especie de ciborg está involucrado; el resto,
descúbranlo por su cuenta.
Me encantó la reflexión/metáfora
acerca de la significancia que le damos a los rostros, a las máscaras y a los
velos, todo relacionado con la autenticidad, los secretos y la diversidad,
temas importantes en Doctor Who.
Atentos a los dos epílogos: El primero realmente bello y el segundo, la introducción de un nuevo personaje recurrente, quien dará mucho para entretenerse y hablar.
Genial cómo lograron darnos a un Doctor tan distinto, a lo que habíamos visto hasta ahora en esta etapa moderna y a la vez tan fiel a la esencia del personaje.
2. Dentro del Dalek: El Doctor se encuentra en medio de una cruenta batalla
espacial entre humanos y... ¡Daleks! Es cuando le piden algo muy inesperado los
primeros, salvar a un único Dalek que tienen con ellos, pues si cuentan con él podría
ayudarlos a ganar la guerra.
Considerando el odio/desprecio que siente hacia estas criaturas el Señor
del Tiempo, se le hace difícil cumplir el deseo de los militares, así que le
pide ayuda a Clara para que lo acompañe.
Sin duda una de las misiones más raras que ha tenido, en lo que va de
este renacimiento moderno del Doctor Who y una alusión/homenaje
al clásico filme de ciencia ficción escrito por Isaac Asimov Viaje
Fantástico.
Complejo y entretenidísimo
episodio, que se centran en las relaciones entre nuestro querido personaje y
sus más acérrimos antagonistas, ahondando en la psicología de esta encarnación
suya, ahora sin la seguridad y la actitud positiva que lo caracterizaba. Y es que si bien habíamos visto perder antes
al Doctor, ahora también somos testigos de una verdadera crisis moral suya, lo
que se evidencia no solo con sus dudas, sino con la pregunta final que le hace
a su companion ¿Es este realmente el Señor del Tiempo que adoramos?
A todo esto, Clara conoce a un guapísimo colega de pasado interesante y entre ambos se aprecia interés; así que está claro que esto dará para romance y provocará subarcos argumentales a los que debemos estar atentos.
Por último: Increíble cómo los rivales pueden llegar a tener tantos puntos en común, así como el odio nos puede transformar.
Hace más de una década que me vi estos episodios, que me gustaron mucho, aunque apenas los recuerdo; solo sé que me agradó harto este Doctor "viejo" y ahora con más entusiasmo que nunca me los estoy repitiendo. Esta experiencia de repasarme todo Doctor Who moderno ha sido una tremenda experiencia para mí y así llegar de una vez por todas a las temporadas que nunca vi (claro que con mi mala memoria, las otras verlas es como una primera vez para mí).
Cabe mencionar que el histrión a cargo del Duodécimo Doctor, un artista ya veterano y consagrado, había sido visto antes en la cuarta temporada; esto fue en el capítulo Fuegos de Pompeya y bastante emotivo, por cierto. Era otro papel, claro, si bien logró ser lo suficientemente maravilloso como para asegurarle un regreso muy suculento y mejor.
El cambio de un hombre joven a uno bastante maduro (o "viejo") es increíble y hace rato que no veíamos al Señor del Tiempo con una apariencia como esta. A ello se suma el impresionante desarrollo de su personalidad, lo que le da aires frescos al programa, tras abandonar el matiz más juguetón y alegre del personaje, por uno dubitativo y mañoso como el que acá iniciará sus pasos.
Pero mejor comienzo esta revisión de la octava temporada, por fin, la cual contó con Clara otra vez como companion y quien tendrá que adaptarse a esta nueva variante del Doctor, como a nadie antes le había pasado.
Atentos a los dos epílogos: El primero realmente bello y el segundo, la introducción de un nuevo personaje recurrente, quien dará mucho para entretenerse y hablar.
Genial cómo lograron darnos a un Doctor tan distinto, a lo que habíamos visto hasta ahora en esta etapa moderna y a la vez tan fiel a la esencia del personaje.
A todo esto, Clara conoce a un guapísimo colega de pasado interesante y entre ambos se aprecia interés; así que está claro que esto dará para romance y provocará subarcos argumentales a los que debemos estar atentos.
Por último: Increíble cómo los rivales pueden llegar a tener tantos puntos en común, así como el odio nos puede transformar.
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Escena de Dentro del Dalek. |
Los minutos finales de este capítulo resultan ser muy emotivos y compensan una entrega que en parte me llegó a aburrir. Eso sí, no dejo de admitir que me gusta mucho la caracterización de Peter Capaldi como el Doctor.
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