sábado, 4 de noviembre de 2017

La madre de todas las historias de piratas.


     Ya avanzado el siglo XXI, en el que los avances tecnológicos relacionados con la computación son pan de cada día, los llamados piratas siguen formando parte de la cultura popular, pese a que tal y como son representados en el imaginario colectivo es algo del pasado.  Incluso la palabra pirata se usa en el lenguaje actual y cotidiano para referirse a todo aquello de connotaciones ilegales, relacionados con la copia y el robo del derecho de autor y la privacidad; tampoco se puede olvidar a los denominados ciberpiratas, que usando internet hacen de las suyas como sus predecesores en los océanos.  Pero volviendo a tiempos más pretéritos y a quienes han inspirado este post, estos llamativos delincuentes del mar, que usan barcos para cometer sus fechorías, sin dudas que son reconocidos por todo el mundo y sin embargo no son muchos los que saben cuál es la obra literaria que ayudó a popularizar su figura: la novela La Isla del Tesoro de Robert Louis Stevenson.
     Publicada originalmente en 1883, viene a ser además el libro de aventuras por antonomasia, enmarcándose además dentro de su corriente juvenil, por ser su protagonista un adolescente, quien con su inteligencia y valentía se ve envuelto dentro de esta historia y logra salir victorioso de ella.
      El argumento es igualmente archiconocido, ya que su mismo nombre consigue sintetizar su tema central: un chico entra en conocimiento del mapa de un antiguo pirata, que detalla la ubicación de un valioso tesoro ubicado en una isla.  Emprende un viaje en barco junto a unos cuantos valerosos hombres mayores para ir en pos de él; aunque antes de conseguir su objetivo, se debe enfrentar a varios maleantes de altamar, que también quieren conseguir el botín.
       Los personajes que aparecen en esta obra, en cuanto a los villanos, no pueden ser más variopintos y llamativos, siendo en su mayoría verdaderos esperpentos o sujetos retorcidos tal y como luego han pasado a ser representados en la las ficciones que le precedieron (incluyendo el uso de la famosa pata de palo).  De igual manera la presencia de un loro amaestrado y la bandera característica con la calavera y las tibias cruzadas, no deja de estar presente en sus páginas. Tampoco se puede olvidar que otro elemento propio de la tradición sobre estos bandidos, popularizado de manera muy graciosa a través de la saga cinematográfica de Piratas del Caribe y viene a ser el del derecho a parlamentar, que deja consignado la existencia de un código ético, incluso entre sujetos tan ruines.  Asimismo destaca otra costumbre propia de ellos, la llamada mota negra, que en dos momentos de este libro nos otorga ratos de puro gozo lector.

Esta hermosa portada "vintage" reproduce uno de los momentos más famosos del libro.
      
         “-Ah... «Perronegro» -dijo él-. Es un tipo de cuidado, pero aún son peores los que lo enviaron. Escucha, si yo no puedo escapar, si ésos consiguen marcarme con «la Negra», acuérdate de que lo que andan buscando es mi viejo cofre. Coge un caballo. ¿Sabes montar, no? Bien, pues, entonces, monta, y corre...; ¡sí, hazlo! Avisa a ese maldito médico tuyo, y dile que junte a todos, que venga con un juez y con agentes... Dile que puede atraparlos a todos, aquí, a bordo de la «Almirante Benbow»..., toda la tripulación del viejo Flint, todos... lo que queda de ella. Yo era el segundo de a bordo, el primero después de Flint, y soy el único que conoce dónde estálo que buscan. Me lo confió en Savannah, cuando se estaba muriendo, lo mismo que hago yo ahora contigo. Pero tú no abrirás el pico. Solamente si consiguieran pescarme, si me marcan con «la Negra», o si vieras otra vez a «Perronegro», o a un marino con una sola pierna, Jim... Ese sobre todo.
        -Pero ¿qué es la Mota Negra, capitán? -pregunté.
      -Es un aviso, compañero. Ya la verás, si me marcan. Pero ahora tú abre bien los ojos, Jim,y te juro por mi honor que iremos a partes iguales. -Todavía siguió divagando durante un rato, su voz fue debilitándose, y, cuando le hice beber su medicina, que tomó como un niño, me dijo-: Si ha habido un marino con necesidad de estas drogas, ése soy yo... -y se durmió profundamente.”

      “Sin duda se trataba de un ciego, porque iba tanteando el suelo con un palo y llevaba un gran parche verde, que le tapaba los ojos y la nariz; caminaba encorvado como por la edad o el cansancio y se cubría con un enorme capote de marino, viejo y desastrado, con una capucha que le daba un aspecto deforme. En mi vida había visto yo una figura más siniestra.”

      El libro se lee con rapidez, en parte a la soltura con la que se cuentan los acontecimientos y, por otro lado, gracias al desarrollo de sus personajes, que hace que incluso los “malos” de la historia sean interesantes para uno.  Y, sin embargo, el autor nunca pierde el horizonte moral de su relato, al hacer que sus héroes en todo momento queden consignados como quienes poseen la verdad absoluta y sean todo un ejemplo de rectitud, mientras que los pillos aparezcan como personas que no son de fiar.   No obstante cabe destacar la efigie de John Silver, el carismático líder de los rivales del protagonista y su grupo, un hombre de tantos recursos, que sin lugar a dudas está por sobre sus pares y que bien se podría decir que solo en su contrapartida que viene a ser el adolescente Jim Hawkins (mucho más joven y con una bondad que contrasta por completo con su maquiavelismo), encuentra a alguien digno de su respeto (y quizás este aprecio suyo por parte del muchacho, dignifica al viejo pirata).
       Aparte de las acciones heroicas del protagonista, quien hace de narrador de gran parte de la novela, cabe mencionar a su misma madre y quien al principio de ella da muestras de esa enorme fuerza de voluntad que solo podemos encontrar en las matriarcas, cuando están dispuestas a hacer todo por el bienestar de su descendencia.  Tampoco se puede dejar de lado al doctor David Livesey, una especie de figura paterna para el huérfano de padre de Jim, quien no deja de darle buenos consejos y de protegerlo; por esta misma atención compite con el mismo Silver, otra poderosa presencia masculina adulta presente en la vida del chiquillo, durante el viaje que emprenden.
        No se puede dejar de mencionar entre tanto personaje interesante, al ex pirata Ben Gunn, un hombre que fue abandonado como castigo en la Isla del Tesoro por parte de sus antiguos compañeros.   Pues la vida de este, era de suponer, se cruza con la de los tripulantes de la Hispaniola (¡Genial referencia directa en pleno siglo XIX, por parte del escritor, un escocés, a los grandes navegantes españoles!), convirtiéndose en un valioso aliado, con lo que además entra dentro de la trama el tema de la venganza (esto es dirigida al mismo John y a los otros piratas que le acompañan, camuflados en un principio de honrados marineros). Su aspecto también llama bastante la atención, a medias entre el náufrago y el ermitaño, tras vivir años aislado del resto de sus congéneres; cabe decir, además, que si bien aparece en escena bien entrada la historia, interviniendo de manera directa al menos solo dos veces, vuelve a ser otro ejemplo de lo memorables que “le salían” los personajes a un genio como Robert Louis Stevenson.

        “Me acerqué y pude comprobar que era un hombre de raza blanca, como yo, y que sus facciones hasta resultaban agradables. La piel, en las partes visibles de su cuerpo, estaba quemada por el sol; hasta sus labios estaban negros, y sus ojos azules producían la más extraña impresión en aquel rostro abrasado. Su estado andrajoso ganaba al del más miserable mendigo que yo hubiera visto o imaginara. Se había cubierto con jirones de lona vieja de algún barco y otros de paño marinero, y toda aquella extraordinaria colección de harapos se mantenía en su sitio mediante un variadísimo e incongruente sistema de ligaduras: botones de latón, palitos y lazos de arpillera. Alrededor de la cintura se ajustaba un viejo cintón con hebilla de metal, que por cierto era el único elemento sólido de toda su indumentaria.”

         Teniendo en cuenta que el tesoro detrás del que acuden protagonistas y antagonistas, es el fruto del saqueo y la violencia de individuos sin escrúpulos, entregándose a la aventura azarosa hasta los mismos héroes del libro, su obtención trae más infortunios, que alegrías…Pues de todos los que parten a bordo de la Hispaniola para ir en su busca, tan solo un puñado regresa a casa (la mayoría murió, entre buenos y malos en circunstancias pesarosas).  Puesto que la riqueza que estos buscan no deja de estar maldita y he ahí otro punto en el que detenerse por parte de la moralidad del libro, que como otros textos de su creador, nos lleva a detenernos en el deseo incontrolado del ser humano por conseguir bienes materiales (o conocimiento más allá de los límites, como cierto doctor de apellido Hyde), que lleva a la perdición con facilidad o que si no cobra algún otro tipo de alto precio.  En este sentido Jim e incluso el doctor, logran escapar a la sombra de su influjo, pues a ambos nos los mueve la codicia a emprender la odisea; en cambio realizan el periplo motivados por un afán vitalista y sin bien deben sudar como el resto para sobrevivir, siempre quedan entre los más rectos de los personajes.
         Dentro de toda la acción e intriga que se suceden a lo largo de las páginas de esta obra, no puede faltar un verdadero momento emotivo, que tiene que ver justamente (en una obra que hasta cierto punto ensalza la fraternidad y la lealtad entre hombres), con la triste despedida a un amigo:

        “Pobre viejo, ni una palabra, ni una queja había salido de sus labios desde que empezaron nuestras desventuras, ni una expresión de temor, ni tampoco de asentimiento. Ahora esperaba su muerte tendido en aquel fortín. Había resistido como un troyano en su puesto tras el colchón en la goleta; había cumplido todas las órdenes en silencio, casi tercamente, y bien. Era el mayor de todos nosotros, lo menos veinte años. Y precisamente fue a aquel hombre, sombrío, viejo y abnegado criado, a quien le tocó morir.
         El squire cayó de rodillas junto a él y le besó la mano llorando como un niño.
         -¿Me estoy muriendo, doctor? -me preguntó. -Tom, amigo -le dije-, te vas a donde iremos todos. 
        -Me hubiera gustado llevarme a uno al menos por delante -murmuró.
        -Tom -dijo el squire-, di que me perdonas.
        -Eso no sería respetuoso de mi parte, señor -contestó-. Pero si así lo deseáis, que así sea, amén!
        Hubo un corto silencio, y después nos pidió que alguien leyera una oración.
        -Es la costumbre, señor -dijo, como disculpándose. Y sin añadir palabra expiró.
        Mientras tanto el capitán Smollett, al que me había parecido ver singularmente abultado, empezó a sacar de su pecho y bolsillos una gran variedad de objetos: la bandera con los colores de Inglaterra, una Biblia, un largo trozo de cuerda, pluma, tinta, el cuaderno de bitácora y varias libras de tabaco. Aseguró en una esquina del fortín un tronco fino que había encontrado, y con ayuda de Hunter subióse al tejado y con sus propias manos izó y desplegó nuestra bandera.
        Esto pareció reconfortarlo enormemente. Volvió a entrar en el fuerte y se puso a inventariar las provisiones, como si aquello fuera lo único que le importaba. Sin embargo no había dejado de seguir con emoción la muerte de Tom; y cuando llegó su fin, se acercó con otra bandera y la extendió sobre su cuerpo, haciendo su gesto de marcial reverencia.”

        Debido a la enorme notoriedad de esta novela, representada por su argumento y sus personajes, el cine y la televisión en más de una ocasión la han llevado a la pantalla.  Es así que podemos encontrar un sinnúmero de adaptaciones, entre las de imagen real y las de animación; en el primer caso se puede destacar un filme de 1985, dirigido por mi compatriota Raúl Ruiz, de origen francés y con el connotado Martin Landau en uno de los papeles y en el segundo la divertida versión animada de Disney de 2002, que titulada como El Planeta del Tesoro, cuenta su trama en clave de ciencia ficción.  Tampoco se puede olvidar el clásico animé de Ozamu “El Dios” Tesuka y que realizó en los sesenta, basado en su propio cómic La Nueva Isla del Tesoro de 1947, inspirado en el tomo de Stevenson (y que antes de cumplir mi primera década de vida vi, siendo este mi primer acercamiento a la obra que hoy nos reúne); con posterioridad en 1978 se hizo otra versión en animé, de 26 episodios y que se supone es mucho más cercana a la obra literaria.
         Varios otros escritores le han hecho su propio homenaje al gran libro de Robert Louis Stevenson y en ese sentido les puedo mencionar el realizado por mi autor favorito, Stephen King, en su novela Needfull Things (conocida en español como La Tienda de los Deseos Malignos), de 1991 y en la que uno de los personajes se obsesiona con ser dueño de nada menos que de una primera edición de La Isla del Tesoro; posteriormente en la versión cinematográfica de este título, queda muy bien representado dicho episodio y que lleva a este sujeto en cuestión, a pelearse a trompadas con otro debido a ello.

Afiche de la edición en DVD de otra famosa versión Disney de la novela.

6 comentarios:

  1. Elwin: acabo de leer tu publicación y me alegra que te gustara el libro; además de los guiños a él que vislumbras con posterioridad (en sus “sucesores”). En mi caso, me sigo quedando con el héroe de Salgari, con el tigre de la Malasia; lo que se debe en parte a la pintura de un personaje que combina el coraje, la caballerosidad y la astucia en partes iguales, por otra, se debe a mis recuerdos de espectador de la serie que dieron durante mi infancia y que encontró un modelo de héroe atípico.
    Saludos

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    1. Gracias, Gabriel, por pasarte por acá y dejar tu comentario. La verdad es que Salgari nunca me ha llamado la atención, pero con una recomendación como la tuya, creo que debo tenerlo más que en cuenta.

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  2. Vaya, esta puede decirse que fue la primera novela en forma que leí, tenía como 11 años, y vaya que me emocioné con las aventuras de Jim. Tiene todo aquello que la cultura actual asocia con los piratas, incluso un persnaje al que el mismo capitán garfio temía jeje.

    Una muy buena reseña de la novela, gracias Elwin.

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    1. Tengo otro amigo bloguero que también leyó este libro de chico y que le provocó reacciones como a ti. En verdad se trata de una obra memorable y recomendable.

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  3. Saludos Elwin, aquí murinus2009.

    Esta novela nunca la he leído y tampoco ha llamado mi atención, hasta esta entrada tuya, mi acercamiento con los piratas ha sido mas bien con caricaturas y algunas película aisladas.

    -Birdman, serie de la Hanna Barbera
    En esta, hay un capitulo en que un barco pirata viaja al presente (de aquella caricatura) y causa estragos ente las marinas de guerra modernas, pues decían: "¡ese barco es mas rápido que nuestro destructor mas veloz!" no recuerdo como los vence el héroe Birdman.

    -Película de titulo desconocido (Yo supongo "La Isla del Tesoro Espacial" o algo así).
    Es con actores reales. en un planeta desértico (tipo Tatooine), recuerdo que cantaban mucho una canción que iba: "¡Los piratas del espacio festejando siempre están! ¡buscando un botín que entre todos repartirán! ¡yo jo jo! ¡y un vaso de ron!.
    Solo recuerdo esa extraña canción y escenas aisladas en el planeta desértico.

    -Películas de piratas de Errol Flynn.
    En los 80s. durante vacaciones escolares ponían mucho películas de este genero casi todas con, Errol Flynn,¿alguien lo recuerda? no me llamaban mucho la atención y no recuerdo ninguna, me gustaban mas las de monstruos, c.f. y peplum, que también pasaban esas; matinees, les llamaban.

    -Piratas del Caribe.
    Creo que vi las primeras 2, no me acuerdo de que tratan y quede vacunado contra esta franquicia, no creo verlas de nuevo nunca.

    Tambien algo recuerdo, que uno de mis favoritos eternos:

    -Conan de Cimmeria.
    En algunos relatos se emplea como pirata, no recuerdo ninguna historia de el así, lo recuerdo mas errando de ciudad en ciudad, buscando tesoros, enfrentando asesinos de todo tipo y matando monstruos lovecraftianos.

    Esta buena Reseña tuya Elwin, me da ganas de darle una oportunidad a este libro de Stevenson, por lo que mencionas prácticamente crea la mitología del los piratas con todos sus elementos:
    -El perico amaestrado
    -El parche en el ojo
    -La bandera con una calavera y 2 tibias.
    -El mapa del tesoro escondido.
    -El Código de Honor entre Piratas.

    La pondré en mi lista de pendientes, gracias a tus recomendaciones, esta lista va a llegar a parecer enciclopedia.

    Gracias y hasta pronto.

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    1. Este libro lo gocé tanto como otras lecturas de su autor, de quien pretendo leer el resto de su obra. Me alegra saber que mis posts sobre literatura te sean tan gratos, como los de pelis y seriales.
      Fíjate que este año he leído más "literatura tradicional" que en el último tiempo y lo he gozado bastante. Así que siempre me es un gozo visitar clásicos como este.

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