jueves, 23 de julio de 2020

Disfrutando otra vez de los cuentos de Neil Gaiman (II).


12. Jerusalén.

   Un matrimonio realiza un viaje a la llamada Ciudad Sagrada, allí su guía les cuenta de un extraño fenómeno que pasa con algunos turistas cuando llegan a dicho lugar; y en contra de lo esperado, la ciudad consigue despertar en ellos más que simple curiosidad.
    Otro breve cuento abordado con mucha creatividad de parte de su autor, a través del cual no deja de percibirse su enorme bagaje cultural y la sensibilidad que tiene para abordar los grandes temas y preocupaciones de la humanidad, como los problemas matrimoniales, las disputas ideológicas y la búsqueda de sentido de la vida.

13. Clic-Clac, el sonajero.

    Un nuevo relato breve y esta vez de miedo; de hecho, se trata de un texto que juega con la noción del miedo mismo, aquello que nos aterra desde pequeños y que aún adultos nos provoca rechazo y temor.  El repentino final, en unas pocas líneas, corresponde a un recurso habitual de estas narraciones cortas y donde el remate del argumento, que debe ser sorprendente, algo que se nota maneja a la perfección el maestro Neil Gaiman, quien sabe acaparar nuestra atención en pocas páginas o cientas; cabe mencionar, en todo caso, que esta vez optó por un final algo más convencional, reelaborando recursos temáticos caros al género: Las víctimas son los que pecan de inocentes, el engaño lo es todo para los depredadores de la noche y los niños son la mejor herramienta para contar una buena historia de espanto.

14. Un conjuro contra la oscuridad.

    De todos los cuentos que he leído en lo que va mi repaso de Material Sensible, este es uno de los que más me ha gustado, una narración que es tanto un homenaje a otro de esos escritores que menciona Gaiman en la introducción, como un texto que solo pretende divertir y encantar con una historia maravillosa (esto último, no poca cosa).
     Un hombre que acostumbra visitar lo que en la traducción llaman mercadillos y que en Chile pueden corresponder a nuestras ferias libres o persas, conoce a un extraño comerciante y lo invita a comer para charlar, intrigado por su rara apariencia y los objetos que vende.  Asimismo, se nos cuenta de las aventuras de un padre y su hijo, quienes provienen de un mundo en decadencia, pero en el cual existe magia poderosa y de ese modo ambos pueden tener otra oportunidad en un lugar supuestamente mucho mejor.
     Solo al final de este relato lleno de maravillas, en las que se conjugan lo sobrenatural y la ciencia ficción tipo pulp, nos enteramos cómo ambas tramas se unen.
     Un texto que recupera la saga de La Tierra Moribunda de Jack Vance, ciclo literario que por mi parte desde mi ya lejana adolescencia he querido leer y ahora con este primer encuentro real, deseo disfrutar más que nunca.

15. "Y llora, como Alejandro".

    Un nuevo relato corto y esta vez al correspondiente género de la ciencia ficción, con una mezcla perfecta entre la crítica social propia de este tipo de obras, el humor, la referencia a los tópicos tradicionales y más "ñoños" de la fantasía científica y la invitación a la reflexión propia de una literatura como esta.
     El argumento gira en torno a un desconocido que llega al típico pub inglés y allí se pone a hablar a su audiencia de a lo que se dedica, una labor única y en la que la humanidad completa está involucrada.  Lo mejor de todo, el final, con una mirada irónica a cómo están dándose nuestras relaciones interpersonales y la manera en la que la tecnología y su dependencia a ella nos está consumiendo.
    Aprovecho de contarles que les leí este cuento a mis alumnos, por medio de las clases de videollamada que en las actuales circunstancias me veo obligado a realizar; se supone les gustó y lo analizamos juntos.  Fue un gusto para mí presentarles a Neil Gaiman.

Preciosa edición rusa.
 16. Las nada en punto.

   Desde pequeño Neil Gaiman estimuló su imaginación con historias maravillosas de todo tipo, entre cuentos, novelas, historietas, películas...y series de televisión; dentro de estas últimas se encuentra la longeva y mítica serie de Doctor Who, programa británico que mezcla la ciencia ficción y la fantasía de forma sorprendente y que desde que fue creado en los ya lejanos cincuenta, aún sigue emitiéndose con nuevas temporadas y capítulos, desde que en el año 2004 fue actualizado para las nuevas generaciones y sus viejos seguidores.
    Su protagonista, de quien nunca sabemos su verdadero nombre, es el último de su raza, los llamados Señores del Tiempo (bueno, hace unos años atrás logró salvar a su especie, pero para eso tuvo que pasar mucho entre medio) y viaja en su nave Tardis, que por fuera parece una cabina telefónica y por dentro es inmensa, llena de artilugios increíbles; gracias a esta máquina y a sus habilidades puede viajar por el tiempo y el espacio, lo que por lo general lo hace con un humano al menos, quien se convierte en su compañero durante un periodo de por lo menos un año; por otro lado, cada cierto tiempo el Doctor se regenera y eso implica cambiar de cuerpo y en parte de personalidad, no obstante siempre es un héroe y por ello mismo ha salvado nuestro mundo, así como otros y hasta el mismo universo un montón de veces.
    Hace un tiempo atrás Gaiman cumplió uno de sus sueños, escribir un episodio de su show televisivo favorito y supuestamente esta historia fue tan buena, que ganó el famoso Premio Hugo (que por mi parte, no lo encontré tan bueno que digamos...No obstante en gustos no hay nada escrito) y al año siguiente hizo otro (que este sí me gustó). En otra ocasión lo invitaron para realizar un cuento sobre el Doctor, para agregarlo a una antología que celebraba su aniversario número 50 y de ese modo salió la narración que ahora revisamos (y de paso, por fin pude escribir sobre este gran personaje y su serie que tanto me atrae, lo que tenía pendiente desde hace años, si bien hace rato ya que no veo sus nuevas temporadas).
    Esta obra transcurre al principio de la quinta temporada, cuando el Doctor era interpretado por Matt Smith (el Doctor que menos me gusta, por cierto), de modo que su compañera es la colorina Amy Pond.  Un día logra escapar de su prisión donde ha estado por eras un ser increíble, también el único de su gente (bueno, a su manera, que luego nos enteramos que las leyes físicas no funcionan para él como para nosotros) y como el Doctor es el único que queda de quienes lo encarcelaron, lo busca para usarlo en lo que sería el control de la realidad.
      Tal como sucede con la serie de la que se nutre esta joyita literaria, que puede ser leída y disfrutada sin problemas por quienes nunca han visto Doctor Who, nos encontramos con situaciones que rayan en el surrealismo, personajes bizarros, humor y mucha aventura.  En este caso no hay moralejas, ni dobles lecturas, solo el placer de entretener con una buena historia y que se los "juro con mi sello" logra entretener de principio a fin.
    Nota: ¡Me encantaría ver filmada esta historia! (claro que ahora el Doctor ya no es el flacuchento Matt Smith, Amy Pond dejó de lado sus viajes extraordinarios y el Señor del Tiempo es en la actualidad una mujer, así que a menos que lo adaptaran al cómic, tendrían que hacer sus buenos cambios al argumento).


17. Diamantes y perlas: Un cuento de hadas.

   Una historia breve de nuevo, que tal como dice su subtítulo corresponde a un cuento de hadas, aunque este llevado a un terreno más adulto y eso que desde hace tiempo ya que estas historias poseían una crueldad capaz de aterrorizarnos.
     Neil Gaiman juega con los arquetipos de esta tradición literaria, la chica de buen corazón cuyo padre se casó con una mala mujer, que a la muerte de su progenitor abusa de ella. No hay Príncipe Azul, ni Hadas Madrinas, pero sí al menos un animal que habla y se cumple la noción de una justicia superior, que premia los actos nobles y castiga la vileza...Eso sí, no les voy a negar, el raro final de todo creo no haberlo comprendido en su plenitud ¿Alguien me lo explica?

18. El retorno del pequeño duque blanco.

    Una historia a medias entre el cuento de hadas y la ciencia ficción, donde además podemos apreciar al Neil Gaiman más lírico en su prosa y que descubrí con sus fantasías oníricas de Sandman (esperaba encontrarme en cualquier momento con su sabio protagonista).
     Un poderoso hombre soberano de un montón de mundos y de millares de súbditos comienza a darse cuenta de que pese a todo el poder que posee, no es alguien feliz.  Es entonces que emprenden un viaje hacia lo desconocido y solo cuando llega a su destino consigue la paz que le faltaba, aunque de una manera por completo distinta a lo que esperaba él y nosotros mismos que como lectores nos encontramos con el desenlace más desconcertante de todos los que nos ha dado, en lo que va del libro.
     Un cuento que nos demuestra que la plenitud no está en lo material, sino que en ser fieles a las necesidades de nuestro corazón.

19. Terminaciones femeninas.

    Usando el estilo epistolar, o sea a través de una carta, nos encontramos en esta ocasión con una muy particular declaración de amor de un "admirador secreto".
    La historia recoge la rancia tradición de la relación amorosa entre dos seres de distintos mundos, un simple mortal y una criatura sobrenatural, con las variaciones esperadas por un artista como Neil Gaiman que mezcla lo clásico y lo moderno.
    Por otro lado, las obsesiones propias del deseo y la obsesión, que no debemos confundir con el verdadero amor, le otorgan a esta pieza cierto clima terrorífico a su final.

20. Ceñirse a las formalidades.

    Otro poema "de regalo" y cuando pensé que sobre este escribiría solamente "sin comentarios", me encuentro de que se trata de un texto lírico narrativo que si no fuera por su estructura en versos y estrofas, bien podría considerarse como cuento...Y es que en él su hablante lírico (el o la narrador/a del poema), viene a ser nada menos que un famoso personaje de los cuentos de hadas, quien se expresa sobre su posición personal respecto a un importante evento social al cual no fue invitado/a.
     Una vez más tenemos a Gaiman interviniendo los grandes clásicos infantiles, para otorgarnos su valiosa reinterpretación moderna.

21. La joven durmiente y el huso.

     He aquí el cuento que más me ha gustado en lo que va del libro y que ya estoy (casi) a punto de terminar, puesto que conjuga lo mejor de Neil Gaiman y que me hizo amarlo desde aquellos años noventa, cuando lo conocí gracias a los cómics de Sandman que me prestaba mi amigo Marcelo López: alguien capaz de crear emotivas historias donde la magia de las viejas historias, eran re interpretadas a través de personajes reales y de fantasía, a los que dotaba de una enorme humanidad.
    Una reina está por casarse, hasta que le llega la noticia de que en el reino vecino una maldición tiene a todo el mundo durmiendo desde hace décadas y que a menos que alguien intervenga, dicho mal se extenderá hasta sus tierras.  Es así que parte junto a un trío de compañeros muy especiales, con el propósito de solucionar el entuerto.
     Es fácil saber en qué clásico de los cuentos de hadas se inspiró Gaiman para referirse al hechizo que se está propagando, sin  a ello el autor suma otra gran narración de este estilo, uniéndolas ambas con maestría (unas cuantas pistas nos da sobre este otro relato clásico, mas en mi caso solo luego del espectacular clímax me di cuenta de la identidad de la heroína...¡Torpe yo!
    Al ser justamente una actualización de los rancios temas "para niños", pensado también para lectores adultos que crecimos con estas obras, el escritor introduce temas tales como la emancipación femenina y la soledad, haciendo además una reflexión acerca de la verdadera naturaleza del mal y sus consecuencias.
    En pocas palabras este cuento es... ¡Maravilloso!

Edición serbia.
22. Oficio de bruja.

    Otro poema narrativo y que solo encuentro atractivo si lo considero como un posible cuento que su creador podría escribir, usándolo como materia prima para algo mejor.  Como dice su título, trata sobre una bruja y lo que hace esta en su labor como tal...Nada más que decir.

23. En Relig Odhráin.

    Un último poema narrativo, está vez basado en una leyenda irlandesa sobre dos santos católicos y una horrible costumbre que se realizaba para hacer los cimientos de las iglesias.
   Según cuenta el autor al principio del libro, cuando se refiere a la génesis de cada uno de los textos que en Material Sensible se incluyen, no pensaba escribir esta historia como un poema, pero la métrica le salió de manera espontánea...Una lástima para sus lectores de otras lenguas y que leemos esta obra traducida, puesto que otra vez pierde todo atractivo el poema, que casi da lata leerlo.

24. Black Dog.

    Un relato inédito para este tomo que ya termina (¡Nostalgia me da de pensar en los ratos en que me acompañó!) y se trata nada menos que de una nueva aventura de Sombra, el protagonista de Dioses Americanos.  Es así que tal como en Objetos Frágiles, su segunda antología, Neil Gaiman acaba este recorrido por sus historias más recientes (y poemas, para pesar mío) con un genial texto dedicado a tan entrañable personaje...Pues el mundo es vasto y las maravillas, sorpresas y pesadillas nunca dejan de aparecerse en nuestras vidas
    Sombra ahora está en Inglaterra (su anterior relato transcurría en Noruega) y en el campo conoce a unas personas muy amables, entre ellas un matrimonio que lo invita a quedarse con ellos para campear la lluvia nocturna.  Todo va bien hasta que se aparece el animal que da nombre al cuento (¿Por qué diablos no tradujeron su título al español, que Perro Negro queda muy bien?) y las cosas se complican cuando vuelve una antigua amante (no de Sombra) y el anfitrión tiene una crisis; es así que nuestro antihéroe se ve involucrado una vez más en un drama de ribetes sobrenaturales, si bien una vez queda de manifiesto que es a los vivos, a los humanos, a los que debemos temerles.
    La recreación del bucólico mundo en el que transcurre esta obra, nos transporta de nuevo de la mano del autor a bellos parajes, donde la gente es por lo general grata para conocer y donde el elemento mágico entra tan bien a ese mundo rural (y a veces citadino), como el maestro sabe conjugar.
    Amor, celos, muerte y justicia son palabras que en una obra como esta so mucho más que eso: son parte de nosotros mismos, que una fantasía como esta, con la que despedimos por ahora a Neil Gaiman, nos dejan claro que estas fantasías superan la simple evasión, sino que corresponden a un retrato embellecido (y a veces aterrador) de quiénes somos realmente.

* Palabras finales.

    Recomendable es leer cualquier obra escrita por Neil Gaiman, tanto sea de su narrativa correspondiente a novelas y cuentos, como a sus historietas; en el caso de sus relatos, una joya es encontrarse con alguno de ellos en las numerosas antologías en las que ha participado, siendo que una colección como la que hemos terminado de revisar, resulta ser una excelente oportunidad no solo para disfrutar de su pluma e ingenio, sino que la instancia perfecta para conocer a través de varios ejemplos las características de su ficción: una obra donde los temas de la literatura clásica, oral y escrita, son revisados por un autor culto, que se nota ama esta historias que le precedieron y ama escribirlas; textos donde muchas veces el humor acompaña a momentos de mucha emoción y donde la trama entretiene tanto como nos lleva a la reflexión.
     Cuando leemos el Prólogo dividido en varias partes, conocemos no solo la interesante génesis de los textos que componen Material Sensible, sino que por igual el autor nos abre su corazón y su manera de ver el mundo y, en especial, el valor que tiene para él el arte de las fabulaciones...Pero, quizás, lo más destacado de este apartado corresponda a todos los autores que menciona en sus páginas, honrándolos con sus palabras y luego con los escritos que posteriormente disfrutaremos, inspirados en esas obras suyas leídas tiempo atrás.  Con respecto a todo esto, al aprecio de Gaiman hacia los clásicos de la narrativa, no deja de ser cierto que su escritura llega a ser muy apreciada por el público conocedor de los autores y libros que tributa; ahora bien, cuando dichos nombres y casos tienen relación con el llamado "mundo ñoño", relativo a la ciencia ficción, fantasía y el terror, el placer es mayor para uno cuando reconoce esas atenciones suyas (siendo en esta caso, su cuento sobre el Doctor Who, sin dudas, el mayor caso de "ñoñeria" en los más de 20 cuentos y poemas que comprenden el volumen).
    Si van a comenzar en la narrativa de este tremendo artista (dejando de lado sus novelas gráficas), este no es el libro adecuado para ustedes y lo digo sin dudarlo, pese a todo lo que lo disfruté.  Creo que si se trata de ahondar en la narrativa de un autor por primera vez, aprovechando de que este (o esta) también le haya dedicado tiempo al relato breve, lo ideal es hacerlo por medio de este formato, ya que en muy poco tiempo uno puede hacerse una idea de su talento y versatilidad (que así lo hice yo con gente como Robert McCammon, Clive Barker, George R. R. Martín y Ramsey Campbell...Todos artistas por quienes "me saco el sombrero").  Pues resulta que en el caso del volumen que nos ha reunido, hay unos cuantos títulos que no están entre lo mejor de su mano, son demasiado "raros" o podrían alejar al nuevo lector de su ficción más rica; no son cuentos malos, aunque tampoco me parecen lo adecuado como para entusiasmar a estos posibles nuevos lectores.  En ese caso, más "redondito" encuentro Objetos Frágiles como embajador del talento de este inglés y supongo que su primera antología, Humo y Espejos, que aún no tengo ni leo, también sería una excelente opción para descubrir a Neil Gaiman.
    Por cierto, le leí a otro grupo de estudiantes desde la comodidad de mi casa, el comienzo de la Introducción y en ese caso los entusiasmó más el libro (si al menos uno de ellos se lo consigue y lo disfruta, me sentiré muy dichoso).  A uno de esos cursos también a manera de “regalo lector” le leí uno de los relatos que comprenden Un calendario de cuentos y tengo pendiente hacerlo con los otros dos que ya oyeron el principio de la Introducción…¡Me encanta compartir con la gente aquello que me hace feliz y ojalá transmitirles tales emociones!
    Bueno, hasta acá llegamos por ahora en la narrativa de este maestro; será hasta la próxima y, probablemente, en el transcurso de este mismo año.

Neil Gaiman hoy en día.

2 comentarios:

  1. Gracias por este post, Elwin, que me permitió conocer ese cuento que tanto te gustó y que a mi también me pareció excelente: La joven durmiente y el huso. Tiene un giro muy inesperado cerca del final, el cual me pareció genial en todo sentido. Y me extraña mucho que hayas tardado tanto en darte cuenta quien era la protagonista, si en las mismas descripciones de ella lo especifican.

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    1. Me alegra mucho que te haya gustado ese cuento también; por lo mismo te invito a leerte el resto de este libro y otras joyitas de Gaiman.

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