domingo, 27 de septiembre de 2020

Niños + Monstruos + Terror = Una fórmula perfecta (I)


 1. Otro tópico de peso dentro de la literatura de miedo.
 
   Desde los clásicos cuentos de hadas, podemos encontrar historias donde abundan ejemplos con los ingredientes mencionados.  Se trata de una mezcla que no solo entretiene, sino que atiende a un montón de miedos a los que responden tanto los mismos niños, como los adultos: Y es que en ambas edades, es posible sentir temor ante cualquier cosa que se aleje de la "normalidad" y/o que atente en contra de nuestra seguridad; luego, tener a menores de edad expuestos a peligros de tipo sobrenatural o al menos a algo extraordinario, no deja de llegarle a la médula al adulto, tanto por el deseo de proteger a los indefensos, como por recordarnos nuestros propios miedos de infancia y que muchas veces aún mantenemos con el paso de los años.  Por lo tanto, un buen narrador de relatos de terror, que se precie de conocer los temores de sus lectores y jugar con ellos para asustarlos, al menos escribirá un par de textos en los que se presente la nomenclatura que titula nuestro post de esta ocasión...Y un maestro como Dan Simmons, no podía dejar pasar una oportunidad como esta; de modo que entre sus mejores obras del género y/o más famosas, se encuentra la que hoy revisamos: Un Verano Tenebroso (Summer of the Night, 1991) de Dan Simmons.
 
2. Una novela para disfrutar y no olvidar.
 
    Ambientada en el verano de 1960 en un pueblito campestre de Estados Unidos, nos cuenta de un grupo de amigos preadolescentes (6 varones y una niña), quienes poco después de terminar el periodo escolar y cerrar supuestamente para siempre sus puertas el colegio donde iban, descubren la existencia de una confabulación de tipo satánica para apoderarse no solo del lugar.  Como es de esperarse en este tipo de títulos, ellos serán los únicos que pueden detener lo que se avecina, puesto que... ¿Qué adulto les va a creer respecto a lo que está pasando en las sombras?
   Unas cuantas semanas pasan a lo largo del libro, que nos atrapa desde principio a fin, donde el temor y rechazo al mismo colegio de muchos chicos se lleva a límites ingeniosos y lo mismo que el miedo hacia los adultos extraños, en lo que viene a ser toda una tradición del género y donde el mejor antecedente (y con un ambiente igualmente rural) puede ser La Feria de las Tinieblas de Ray Bradbury.
     Acá nos encontramos con un interesante misterio de supuesto carácter histórico, que la estupenda prosa de Simmoms en verdad nos hace creer en los datos que nos entrega, como si hubiese pasado lo que uno de los protagonistas descubre y donde una vez más se detalla la existencia de un mal antiquísimo, al que no le faltan adeptos humanos deseosos de poder y gloria. Por lo tanto, seremos una vez más testigos de la eterna lucha entre el bien y el mal, donde solo la fe, la lealtad y el compañerismo enarbolados por un grupo de muchachos comunes y corrientes es nuestra única defensa.
    La novela posee lo elementos habituales a la narrativa de terror, rescatando varios de ellos que resultan ser atractivos de los lectores: Sociedades secretas, muertos que regresan de la tumba y unos monstruos espantosos que responden a nuestras fobias más primitivas.  No dejan de estar presentes las descripciones explicitas de las atrocidades, lo que implican muertes en circunstancias muy del gusto de quienes esperan gore; de igual manera, hay verdaderos momentos de horror, que como ya sabemos los niños frente al mal en cualquiera de sus manifestaciones no deja de sobrecogernos y más si ello despierta los propios miedo a la oscuridad y a aquello que acecha en medio de las tinieblas (aprovecho de contarles que les leí un pasaje al respecto a mis alumnos en una de mis videoclases y les impactó bastante).
     En tapa dura y de dimensiones considerables (que es la edición que este servidor posee), son poco más de 600 páginas.  Hay un montón de personajes, muchos de ellos carismáticos y así como los niños son caracterizados con credibilidad, sin mencionar a varios adultos que por igual nos resultan simpáticos, pudiendo identificarnos con uno u otro sin mayores problemas.

 
3. Valores del libro.
 
   Tal como ya se esbozó más arriba en pocas palabras, corresponde a un libro que habla acerca de las maravillas de la infancia y no solo de los años juntos a los amigos y familiares en cualquier ambiente, sino que ello ocurre en el campo.  Todo esto en 1960, en los albores de una década que se va a caracterizar por sus convulsas revoluciones sociales y de lo que algo se detalla en medio de sus páginas, cuando se menciona la carrera espacial entre Rusia y Estados Unidos.  Pero más allá de eso, los protagonistas viven su mundo (que poco a poco irá siendo invadida su normalidad infantil, por las fuerzas siniestras, tal como en el caso del niño de la cinta de tal época: Invasores de Marte) en una zona privilegiada y hasta idílica a simple vista: juegan al aire libre, practican deporte y se dedican a quehaceres que los preparan para la vida adulta (como ayudar con las cosechas, cuidar a los hermanos menores o repartir periódicos); algo que hoy día menos jóvenes conocen desde su propia experiencia y donde los artilugios de la computación los tienen frente a una pantalla atontados y gordos con tanta comida chatarra...Ahora bien, tampoco se trata del lugar perfecto, que hayamos delincuencia juvenil, corrupción, alcoholismo en la familia y hasta abandono paterno-filial; no obstante, estos pequeños héroes cuentan con ellos mismos y la propia calidez de sus corazones para salir adelante frente a esto (las mismas virtudes que les ayudarán a enfrentar y superar a los "malos" de la historia).
     Luego está, como no, el tema de la amistad.  En este caso, volvemos a la noción de la fraternidad entre varones y donde aparece una chica (en muchos sentidos distinta al resto), cada uno con sus propias cualidades diferenciadoras y donde pesan más los puntos en común que los unen que sus singularidades.  Al respecto, el escritor sabe llegarnos al corazón y encontrarnos acá momentos de gran emotividad y coraje, en especial cuando para sorpresa nuestra hace que uno de ellos muera a mitad de la novela y luego "veamos" cómo cada uno de ellos pasa por el luto a tan temprana edad.
    También destaca el tema del amor familiar y donde podemos hayar varios ejemplos sublimes, que si bien en general los adultos cumplen un papel pasivo frente a lo que está pasando (salvo los villanos y un puñado de mayores que sobresalen como aliados de los héroes), se pueden mencionar la misma relación entre los dos hermanos que forman parte del grupo protagonista, la presencia de un tío como figura paternal, el amor no verbalizado entre un padre y su hijo pese a las debilidades del primero y la tierna adoración hacia una abuela.
    Asimismo, uno de los protagonistas, pese a su pequeña edad, es un católico practicante y de ese modo buena parte de sus actividades relacionadas con ello se describen de manera amena y aun así sin caer en el proselitismo.  El mundo de la fe religiosa desde el punto de vista de los laicos es abordado con naturalidad.  Luego, al ser esta una obra que describe la existencia de un horror sobrenatural, será justamente este tipo de creencias una de las armas para enfrentársele.  Respecto a todo esto, cabe destacar la figura de un joven sacerdote católico, con quien el chiquillo en cuestión tiene una férrea amistad; es en esta relación, que resulta plausible cómo se desarrolla y que nos sirve de ejemplo para retratar una fraternidad en estas condiciones y cuando en una época como en la que vivimos, por culpa de algunos depravados no falta quienes sospechan de cualquier religioso católico.
    Por otro lado, no deja de estar presente el tema de la madurez, puesto que la novela hace que chicos enfrentados tanto a dilemas de la vida cotidiana como a los particulares villanos que se les cruzan en su camino, vayan creciendo y madurando.  De hecho, algunos de ellos resultan ya bastante maduros, pese a que mantienen sus gustos por los juegos y razonen de cierta manera en determinadas circunstancias.  La cercanía a la idea de la mortalidad propia y de los seres queridos, resulta ser primordial en la vida real y por ello la literatura no deja de retratarlo; por igual, el comienzo de la cercanía hacia la sexualidad no deja de estar presente, que en sus páginas habrá al menos un episodio que por mucho que pueda resultar “fuerte” para algunos lectores, tampoco se trato de algo inusual cuando estamos hablando de las mismas historias que nos podríamos contar sobre nuestros últimos años de infancia.

2 comentarios:

  1. ¡Qué gran autor! Poco más para decir de Dan Simmons, todo lo que he leído de el me ha encantado. Es un autor que se mueve del terror al supenso, de la ciencia ficción al horror más crudo. Y en todos los géneros lo hace bien. Hay una continuación de este novela, si mal no recuerdo, pero no fue editada en castellano.

    Saludos,

    RICARDO

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    Respuestas
    1. lamentablemente, como sus colegas Robert McCammon y Clive Barker, Simmons ha sido ignorado por las editoriales de habla hispana y apenas hemos podido conseguir en nuestra lengua la mitad de sus obras. Ojalá esta situación mejore pronto.

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