miércoles, 23 de noviembre de 2022

Digna por sobre todo.


 I. En el principio todo ya estaba complicado.
 
    2020, el primer año de la pandemia (que se supone ya está acabando), fue muy difícil para buena parte del mundo.  Mucha gente murió a raíz del Covid, entre seres queridos "reales", como familiares y amigos, sin dejar de olvidar a algunos "famosos" y cuyas carreras seguíamos hace rato; en ambos casos, el sentimiento de pérdida, el miedo y la impotencia fueron reales, pues nuestra propia mortalidad se hizo más evidente que nunca.  Por otro lado, también perdimos a muchas personas por otras razones, lo que hizo más difícil la crisis sanitaria que estábamos pasando; en este último grupo, se encuentran gente de nuestro círculo social más cercano, asi como otros a los que bien habríamos querido conocer, pero que llegaron igual hasta nosotros por medio de su arte... Uno de estos fue, tristemente Chadwick Boseman, más conocido por el personaje que le dio fama, poco años antes de su inesperado deceso: el príncipe T' Challa de Wakanda, protector de su reino y Vengador por derecho propio.
    Ante el éxito del personaje en su versión cinematográfica, luego de su debut en Civil War y con el exitazo que fue su cinta en solitario, era obvio que el sabio superhéroe afrodescendiente, tendría más filmes dedicados a su persona. Luego, lo vimos por última vez en Endgame y justo cuando pensábamos que pronto regresaría a las pantallas, su actor falleció de cáncer con solo años.  Entonces los planes para la secuela de Black Panther, tuvieron que ser modificados (que se dice su director/guionista, ya tenía escrito el libreto o al menos buena parte de los diálogos del personaje), de modo que tuvieron que cambiar buena parte de la trama, haciendo que uno de los héroes ligados a T' Challa tomara su rol (tal como ya ha pasado al menos una vez en las historietas) y, de paso, hacerle el homenaje de rigor al desaparecido intérprete.
    La producción de esta esperada película tuvo sus problemas, que aparte del atraso que significó la inesperada muerte de su actor principal (no solo muy poca gente sabia de la enfermedad que lo aquejaba, si no que, supuestamente, el mismo realizador de la primera cinta y de su secuela, no tenía idea de ello), las restricciones por el Covid duraron más de la cuenta y más encima Laeitia Wright, la actriz que hace de Shuri (la hermana menor de T' Challa y uno de los personajes más importantes de la trama), como "antivacuna" les dio varios problemas a los responsables de la filmación.  Pese a todo lo anterior, el largometraje fue llevado a cabo y vaya que les salió maravilloso.
 
II. Qué se nos cuenta.
 
    El soberano del poderoso reino de Wakanda, supuestamente el país más avanzado del UCM, ha fallecido, lo que significa que también han perdido a su protector y por lo mismo no faltan los inescrupulosos que quieren hacerse con su valiosa fuente de vibranium (metal que se supone solo posee yacimientos en sus tierras), de modo que no les queda otra que recrudecer sus acciones defensivas... ¡Y de manera pública! El resto del mundo no es nada para los wakandianos, cuyas defensas son superiores y menos mal que el pueblo gobernado ahora por la reina Ramonda, maneja con sabiduría y justicia sus recursos (otra cosa sería si fuesen violentos y vengativos).  Así que el presente conflicto, podría haberse superado hasta cierto punto sin problemas, si no fuera porque un nuevo y tercer bando ha entrado a escena: una civilización humana hasta entonces desconocida, con poderes tan inmensos, que al parecer hasta Wakanda no podría con ellos; es entonces que cuando el rey de este "nuevo" pueblo, les ofrece unírseles para dominar a los "países inferiores" o volverse también sus enemigos, que nuestros morenos héroes deben tomar las decisiones más difíciles de su vida.



III. Para valorar.
 
    Hace rato que estaba pendiente, llevar a la pantalla grande a uno de los más destacados superhéroes marvelitas de la Edad de Oro: Namor, también conocido como Submariner (quien junto al Capitán América y a la Antorcha Humana Original, formó parte de un triunvirato de lujo).  Es más, no lo veíamos en una producción audiovisual desde los noventa, cuando salió como invitado en la serie animada de Los 4 Fantásticos.  Así que la actual entrega de Pantera Negra tuvo un increíble debut, si bien hicieron varios cambios sustanciales a su historia y orígenes... Y, sin embargo, lograron mantener con inteligencia lo más relevante de este tremendo personaje: su identidad como orgulloso rey, de una avanzadísima civilización acuática de nuestro planeta; su calidad de "mutante", la xenofobia de los primeros años de sus aventuras y pese a lo anterior la nobleza de su corazón.
    Cabe mencionar que este Namor hollywoodense, no es soberano de Atlantis a diferencia del original (Aquaman es nada menos que la “copia” de la Distinguida Competencia del orejón personaje), sino que proviene de una rama "perdida" de las culturas mesoamericanas precolombinas; de este modo, toda la estética relacionada con el personaje y su pueblo, incluyendo lenguaje y antecedentes, tiene que ver con dichas comunidades.  Por lo tanto, si vemos una preocupación por exaltar los aspectos africanos por medio de Wakanda (todo muy hermoso al respecto), al incorporar esta otra nación ficticia, la película consigue una mayor sofisticación en su dimensión estética (en otras palabras: es un deleite visual).
    La fantasía de tener dos culturas tan avanzadas con rasgos indígenas, de pueblos que en el mundo real han sido diezmados por los "civilizados" blancos, da vuelta la historia "real" y por medio de la fantástica extrapolación que hace, nos entrega un potente discurso político medianamente escondido: quienes desean aprovecharse de los recursos naturales de otros pueblos, son identificables sin equivocación como gente "blanca", quienes desprecian a los otros por ser distintos a ellos y/o subvalorarlos.  Luego tenemos a una cultura otrora victimizada por estos "colonizadores", ahora convertida en un pueblo violento, vengativo y racista (toda semejanza con la realidad... ¡No es coincidencia!)
     El filme, asimismo, se detiene en los personajes wakandianos a estas alturas adorados hace rato por el público y, por lo mismo, tal como ellos lloramos la muerte de su líder.  Por lo mismo, es un filme mucho más serio que el resto del UCM y aun así muy divertido, con mucha acción y aventura.  Solo un blanco como personaje vale la pena, quien no tiene ya tantas escenas como en el pasado: el buen Everett K. Ross.
     Un nuevo personaje muy simpático aparece: una joven superdotada gringa, afrodescendiente más encima, a quién por mi parte ni la conocía.  Su presencia e importancia dentro de la trama, realza la idea de valorar las potencialidades de la comunidad afrodescendiente y de culturas de "otros colores".
    Siendo este un filme mucho más intimista, que otros del UCM, centrado en los conflictos personales de los personajes, en cuanto a cómo la mayoría de estos enfrentan la pérdida de un ser querido, podría ser no del gusto de todo el mundo (incluso su dosis de humor es bastante reducida y, por lo mismo, posee el equilibrio emocional del que carece un bodrio de la magnitud de Thor: Love and Thunder).  De este modo, hay uns preocupación mayor por humanizar a los personajes, quienes se ven enfrentados a problemas reales, más allá de la amenaza representada por sus rivales (de hecho, los villanos en verdad no son los sujetos típicos de estas historias, sino que son mucho más complejos, en especial Namor, que el típico supercriminal que nos han presentado hasta ahora).
     Por lo mismo, negar la capacidad de entretener y emocionar de esta película, sería cerrarse a virtudes suyas que son evidentes.
 
IV. Palabras finales.
 
    Ya debería estar claro cuánto me gustó la cinta que hoy nos reúne, la cual con gusto veré más de una vez, para degustar uno de esos platos que deseamos repetirnos una y otra vez; asimismo, el ejercicio de rever una producción compleja como esta, permite identificar detalles valiosos y que solo son visibles en consecutivas visualizaciones.
    Solo un hecho en concreto habría mejorado de esta entrega, la última de la Fase 4 del UCM: Desde sus inicios en el mundo de las viñetas, Namor ha tenido un rostro exótico, aunque siempre atractivo; por lo mismo, hacerlo "mesoamericano" no se condice con lo anterior; no obstante, por muy buen actor que sea Tenoch Huerta, el actor mexicano que aquí lo interpreta, no fue de mi gusto al carecer de la presencia física (rostro y cuerpo, entiéndase esto último por masa muscular) de alguien como él.  Lo aquí expresado, sin dudas, corresponde a un gusto personal (que ese mismo tubo en la nariz, que le pusieron, lo encuentro por completo horrible), así que me hago cargo de ello.


                                                                               Tráiler

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