sábado, 19 de diciembre de 2020

Mucho más de lo esperado.


I. Unas pocas palabras primero que todo (el resto).
 
   La literatura rusa no me atrae mucho que digamos, así como su cine y si bien sé de muy buenas fuentes que en narrativa de ciencia ficción destacan harto (y obvio que en lo que algunos llaman "corriente principal" o mainstream, que entre ellos hay grandes como Dostoievski, Tolstoi y Gorki), mis lecturas al respecto eran nulas hasta no hace mucho (bien recuerdo que hace unos años me compré en blu-ray originales y con mucha expectativa, las películas de ciencia ficción rusas Guardianes del Día y Guardianes de la Noche y que las terminé de ver a duras penas, así que las cambié por otras dos más de mi agrado).
    Hasta el momento lo único cercano a la literatura rusa de fantasía cientifíca que leí y gocé harto, fueron un montón de novelas y cuentos de Isaac Asimov, quien nació en esas tierras y vivió sus primeros años en la Ex Unión Soviética; no en vano hice mi memoria para titularme como Profesor de Literatura sobre el tema de los robots en las obras del llamado Buen Doctor... Hasta el año pasado cuando para mi cumpleaños, recibí de regalo una novela de título muy curioso, Metro 2033, que vi varias veces a la venta, si bien no manejaba información sobre ella.  La verdad es que no le tomé mucha la atención, entre el resto de los títulos que recibí aquella vez, puesto que tal como les he confesado no me sentía muy inclinado a leerla pronto, destinando la lectura a un futuro incierto y hasta que el amigo que me la obsequió, me preguntó reiteradamente cuándo le iba a dar tiempo al libro y de ese modo le prometí que mi próxima lectura literaria sería Metro 2033. Así que heme aquí, por fin, compartiéndoles mis impresiones al respecto.
 
II. El origen de un libro y de una trilogía.
 
    Dmitri Glukhovski es un hijo de la Madre Rusia que estaba en el colegio aún cuando ideó la trama de la que sería su opera prima; no obstante, solo llegó a terminar la primera parte de su trilogía ya egresado de la carrera de Periodismo.  Como muchos autores nóveles, tuvo que pasar por el rechazo de varias editoriales y como veía que no era considerado su trabajo, decidió probar suerte en Internet a través de una página que hizo, donde subió extractos del libro y pidió la opinión de los lectores; de ese modo, gracias a las mejoras que le hizo y a la atención mediática que consiguió su propuesta en las redes sociales, una editorial de su país se fijó por fin en él.  Publicada en 2005, se le pidió que cambiara el final para que de ese modo llevara a cabo una trilogía, lo que bien sabido fue la mejor decisión de todas.
     Traducidos los volúmenes a un montón de idiomas, originó nada menos que una serie de videojuegos bastante popular y, como no, provocó el interés de Hollywood por adaptarlas al cine; lamentablemente las ideas de los gringos para llevarlas a la pantalla grande, no fueron del agrado del autor y bien de acuerdo estoy con él, así que mejor a esperar que hayan mejores propuestas para hacerlo honor a esta obra.

 
III. Un futuro cercano que mejor no se cumpla.
 
   La Tercera Guerra Mundial terminó por devastar el mundo y en Moscú los que lograron salvarse del ataque de las bombas atómicas, se cobijaron en las dependencias del metro de la ciudad, considerado hasta entonces como la tercera red más grande de trenes subterráneos del planeta.  Cerca de unas tres décadas han pasado desde que ocurrió la catástrofe y los sobrevivientes, entre quienes conocían la vida antes de ahora y sus descendientes, perduran gracias a su ingenio y fuerza de voluntad.  Lo que antes eran las majestuosas estaciones del metro de Moscú, ahora son verdaderas ciudadelas-estado que ostentan el poder y mantienen sus propias costumbres, a veces con aliados entre otras estaciones y en otras con poca o nula relación amistosa con sus vecinos.
    La primera novela no nos entrega datos sobre el origen del holocausto, que llevó a los moscovitas a vivir en las sombras, así como tampoco nos cuenta si hay otros sobrevivientes humanos (y no mutantes) en el resto del mundo.  Por lo tanto, buena parte de la historia sucede bajo tierra, donde el protagonista se mueve entre una estación y otra mientras realiza la misión que se le encomienda: Artyom, un joven de 26 años que debe avisarle al mayor centro de la humanidad dentro de esa sociedad troglodita, la Polis, que una amenaza del exterior podría acabar de una vez con lo que aún queda de la humanidad.  Solo 3 semanas llegó a estar el héroe fuera de casa, pero para él y para nosotros pareciera que pasó mucho más tiempo, entre las aventuras y penurias que vivió hasta su regreso a casa y su última partida; entre medio, conoce a unas cuantas personas singulares, maravillosas e inolvidables que lo harán crecer aún más como persona y pasarán a ser parte importante de sus recuerdos, como también lograr llegar a los corazones de muchos lectores.
 
IV. Temas de esta obra.
 
    Mucho de ciencia ficción hay en este precioso libro, como también presenta varios de los tópicos y leiv motivs caros a las historias de más rancia alcurnia, puesto que eso es lo que hace una buena historia como esta, independientemente del género al que pertenece: nos retrata en lo más hondo de lo que somos, donde hay luz y oscuridad.  La novela atrapa desde el principio, con una narración atrayente, muchas veces evocadora con ese mundo impresionante que describe y que pese a toda la fantasía que pueda tener, entre situaciones de pesadillas y otros momentos desgarradores de heroísmo y emotividad general, se hace fácil de digerir; asimismo, encontraremos una que otra preciosa reflexión y que en más de una ocasión volveremos a releer para saborear tan bellas palabras (eso sí, ignoro si será tema de la traducción o vendrá del texto original y es que llama poderosamente la atención que en un solo párrafo, se repita más de una vez el nexo adversativo PERO; quizás cuál será su símil en ruso, no obstante, esta redundancia lexicológica es el único error que le encuentro).
     Bueno, ya es hora que veamos de qué nos habla esta novela.
 
1. El viaje:
 
     Quizás la piedra angular del libro, puesto que durante la mayor parte de su envergadura de más de 500 páginas, en la edición de bolsillo que poseo, Artyom está en movimiento.  Queda claro que el muchacho que sale de la aparente comodidad de su casa, hacia el mundo desconocido, ya no es la misma persona del comienzo; así que estamos frente a un relato sobre la madurez y la realización personal, si bien para que conozcamos el final del proceso por el que pasa el protagonista, tendremos que leer la trilogía completa.
 
2. La Guerra Nuclear y la sociedad postapocalíptica.
 
    El libro fue escrito la década pasada no más y transcurre en un futuro muy cercano al nuestro... Resulta imposible que el mundo exterior haya cambiado tanto, provocando mutaciones tan increíbles como las descritas en sus páginas y al punto de crear nuevas especies animales y vegetales.  Es por lo tanto, una obra de ciencia ficción blanda, para la cual no es importante la rigurosidad científica, sino el hecho de crear gracias a la imaginación un mundo convincente y atractivo, pese al derroche mismo del ingenio literario.  Por esto mismo, es el miedo al holocausto nuclear y la preocupación sobre qué pasaría con los escasos sobrevivientes, lo que se aventura a trabajar el autor y casi como si se tratara de un texto escrito muchas más décadas atrás, cuando muchos escritores situaron la trama en un futuro cercano, que hoy en día es nuestro pasado como lectores.  Un detalle interesante: en este mundo subterráneo no hay tecnología computacional.
 
3. La naturaleza humana.
 
    Nuestra especie es violenta por sí misma y ello queda de manifiesto en la novela, por el solo hecho de lo que provoca la Tercera Guerra Mundial. Después de este desastre, uno esperaría que la gente aprendiera de sus errores y las próximas sociedades fuesen más justas, pacíficas y plenas...Pero no es así, la miseria sigue abundando y no faltan quiénes ostentan el poder para sí mismos, abusando del más débil y cometiendo todo tipo de atropellos.  Es así que en Metro 2033, encontramos una estación gobernada con mano dura por nazis (y ni siquiera alemanes), comunistas tan dogmáticos e intolerantes como aquellos del tiempo de la Unión Soviética...y una madre dispuesta a prostituir a su hijo de 5 años.  Entre toda la gente magnífica con la que se cruza Artyom, hay unos cuantos monstruos humanos que les hacen el peso a las aberraciones mutantes del exterior; entre ellos también una tribu de caníbales y en especial los hombres detrás de tal práctica.
 
4. Los mutantes.
 
    Tras las últimas palabras del párrafo anterior, llegamos a un punto que se sabe está presente en el mundo de esta trilogía y aunque aparece en todo su esplendor, recién bien avanzada la segunda mitad del libro.  Todo sucede cuando el protagonista debe ir arriba y allí se enfrenta cara a cara a algunas de las monstruosidades que habitan en el otrora dominio de los hombres. Por otro lado, se hayan los llamados Negros, una nueva especie humanoide que especialmente al final de esta primera entrega tendrá un papel muy valioso.
   Por cierto, un lugar destacado tiene dentro de la narración cierta monstruosidad, que se haya en la misma red subterránea y cuya aparición corresponde a uno de los momentos más adrenalínicos del texto.

 
5. Los sueños.
 
    Artyom tiene sueños muy elaborados, buena parte de ellos bastante aterradores y que cuando comenzamos a leer su descripción, al igual que este, solo mucho después nos damos cuenta de que lo que pasa en ellos no pertenece a la realidad de la vigilia.  El protagonista tiene la sospecha, de que sus sueños significan algo y eso solo lo sabrán él y nosotros recién una vez alcanzado el impresionante clímax.  La idea de que los sueños, tienen una verdadera relación con el mundo material y el devenir, no solo es tan antigua como la humanidad misma, sino que posee una certeza científica; a todo esto, se le suma la noción del destino que debemos cumplir, donde los sueños nos dan claves al respecto y por eso habría que estar atento a sus señales, para estar preparados y no cometer errores.
 
6. La religión.
 
    A lo largo de su odisea, nuestro héroe se encuentra con 3 instancias diferentes relacionados con la fe en algún tipo de teología, solo la primera de ellas ligada al Cristianismo.  Hasta antes de su partida de casa, Artyom parece haber vivido sin tener acercamiento a los dogmas religiosos y es así que dentro de todo lo que le toca conocer, se encuentra un culto más o menos benigno, donde al menos uno de sus integrantes le da verdaderas muestras de compasión y solidaridad; no obstante, esta secta con sus rarezas y al comparárselas con otras creencias, que luego le saldrán al paso, no dan una imagen en general benigna de las iglesias.
    Luego tenemos una especie de religión bastante sectarista y de corte mística, que aparece cuando Artyom por fin logra llegar a la Polis.  Allí unos cuantos guardan el conocimiento científico, aunque este se ha transgiversado y ello debido a la imposibilidad de estudiarlo de forma más seria; en cierto sentido, esto recuerda a ese hermoso clásico de la ciencia ficción que es Cántico por San Leibowitz de Walther Miller Jr., donde queda de manifiesto que en efecto "La verdad nos hará libres", aunque esta se encuentre disfrazada bajo el aspecto de la religión, perspectiva que igual está presente en la novela que ahora nos reúne.
     Por último, aparece el oscuro culto al Gran Gusano, una especie de mitología supuestamente ecológica y antitecnológica, que ha nacido al alero de mentes desquiciadas.
 
7. La literatura.
 
    Al menos en el primer libro de la trilogía que nos reúne (bueno, aún no leo los otros y solo esta semana me llegó la segunda parte que compré online), los habitantes de las distintas estaciones no tienen tecnología y a lo más cuentan con armas sofisticadas para defenderse en el mejor de los casos, reutilizando lo que han podido rescatar, mucho de ello de los trenes de cada línea.  Como no hay computación, ni televisión, menos cine, videojuegos y radio, ni deportes (solo se menciona una carrera de ratas a la que se hacen apuestas), el único medio de entretención que posee la gente son los libros.  Que se haya vuelto a valorar de manera masiva esta costumbre no es algo gratuito, que en un mundo donde fue el uso egoísta de la tecnología el causante del desastre global, bien vienen a ser los libros un sano respiro en medio de este futuro postapocalíptico.
     Y no olvidemos al respecto, que para el grupo de sabios que conoce Artyom en la Polis y también para los aterradores Bibliotecarios, los libros son sagrados (bueno, unos más que otros), donde destaca además un raro volumen que lee el protagonista, sobre un supuesto pacto satánico entre Stalin y los demonios.
 
V. No estamos solos.
 
     Tal como se ha dicho más arriba, a lo largo de su viaje Artyom conoce a varios sujetos muy entrañables.  Es así que uno de los grandes pilares que tiene esta novela, corresponde a sus personajes.  Tal como en la vida real, quienes llegan al círculo del protagonista dejan una huella en su existencia y lo hacen crecer aún más, quedándose una parte de ellos dentro de su corazón y recuerdos.  De este modo podemos mencionar a:
 
1. Sujói: Su padre adoptivo y quien lo salvó siendo muy niño de morir junto a su madre en una espantosa tragedia.  Es un hombre sabio muy respetado por su gente, ya bastante maduro para cuando suceden los acontecimientos del libro.
 
2. Hunter: Un recio Stalker (nombre claramente homenaje a la famosa cinta de ciencia ficción rusa homónima de Tarkovski), dedicado como otros de su estirpe a realizar viajes al exterior y otras empresas peligrosas y necesarias, amigo de y quien le encomienda a Artyom su misión.
 
3. Khan: Mi personaje favorito.  Tanto o más misterioso que el anterior, dice ser nada menos que la reencarnación de Gengis Khan.  De gran elocuencia y presencia, al punto de que posee una capacidad de convencimiento tremenda entre los extraños, se cruza con Artyom cuando este pasa su primer gran pesar.  No quepa duda de que este sabe mucho más de lo que cuenta
y es de esperar volvamos a tener noticias suyas.
 
4. Bourbon: Un comerciante que en realidad no resulta ser alguien muy agradable, aunque tampoco se trata de una mala persona.  Su presencia es importante, porque es quien le da la oportunidad al protagonista para iniciar su viaje iniciático.
 
5. Mikhail Porfiryevich: Un anciano culto que viaja acompañado de su nieto con Sindrome de Dawn.  Sus caminos se unen al igual que sucede con la mayoría por un rato, aunque su paso en las páginas resulta ser conmovedor, en especial cuando todos estos son obligados a separarse.
 
6. La Primera Brigada Roja e Internacional de Combate Ernesto Che Guevara de la Red Metropolitana de Moscú: Compuesta solo por 3 hombres, guerrilleros que tienen de modelo al revolucionario argentino, haciendo lo posible por socorrer a los necesitados aunque sea de manera armada.  No aprueban las tácticas de los comunistas que gobiernan en algunas estaciones.  Uno de sus hombres es de origen japonés, de modo que sus rasgos le provocan gran impresión a Artyom, quien nunca antes había visto a un oriental;  mientras que el líder es un hombre guapísimo, otro rostro que le causa impacto al protagonista.  Por cierto, destaca entre estos aguerridos luchadores su corazón noble y la dulzura que poseen, pese a que no temen ocupar tácticas violentas cuando se trata de cumplir su misión.
 
7. Danila: Casi de la misma edad de Artyom, es un Brahman, de modo que le toca guardar el conocimiento en la Polis.  Recibe con bondad al viajero en su hogar y luego lo acompaña en su nueva misión ahora en el exterior.  Es lo más cercano a un verdadero amigo, que llega a tener el protagonista mientras permanece fuera de casa. 
 
8. Melnik: Un importante líder "militar" y quien resulta ser la persona precisa, para recibir la información que Hunter le encomendó dar a Artyom tras su salida de casa.  Con varios hombres bajo su mandato, le toca ir junto a él en más de una otra peligrosa parada y lo cuida gracias a su experticia.
 
9. Ulman: Un soldado de unos pocos años más que Artyom y que trabaja para Melnik.  De actitud práctica y personalidad aparentemente dura, le es destinado acompañar al protagonista para velar por él.  Como a muchos otros de esta lista, el protagonista le debe bastante.
 
10. Oleg: Un dulce niño que entabla otra relación especial con Artyom y con el que pasa dos de los episodios más impactantes del libro.  Su padre también es relevante para la historia.

4 comentarios:

  1. Hola, Elwin. Sentí que te faltó hablar un poco más sobre los mutantes y los "negros", que asumo es una traducción RARA de Dark Ones (oscuros). Al menos así se refieren a ellos en el juego en su versión en inglés. Como te conté, de este juego sólo fui espectador, el que yo he estado jugando (pero no lo he retomado) fue el Metro Last Light que es una secuela, pero según he leído no sigue ninguna de las líneas planteadas por el libro de Metro 2034.

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    1. Hola, no me referí tanto a ellos para no caer en el spoiler y además porque solo al final del libro tienen real valor, en especial cuando se revelan sus verdaderas intenciones. A ver qué pasa con ellos en el resto de los libros.

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    2. Me parece que este libro deja claro algo que tienen en común casi todas las ficciones post-apocalipticas: Que el verdadero enemigo, antes y después, es el mismo ser humano.

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    3. ¡Sabias palabras! De hecho... Mejor no cuento por acá, je.

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