sábado, 19 de julio de 2025

.. Y así fue como una idea llevó a las otras...


1.Mi principio
 
    En los últimos años de mi infancia, o en los principios de mi adolescencia, allá por los años ochenta, durante unas vacaciones de verano en la tarde, o sea entre enero o febrero, (en Cine en su Casa, como se llamaba la franja dedicada al séptimo arte, que emitía el "poderoso" canal 13 de la Universidad Católica) dieron una película de animación japonesa: Lensman.  Por aquellos años en Chilito, era muy raro que le dieran espacio a este formato en largometraje en la tele, más tratándose de un anime; pero se trataba de una obra “producida” por Harmony Gold, la empresa gringa que nos había obsequiado a Occidente esa joyita que era Robotech y que el mismo 13 había estrenado no hace muchos años atrás con gran éxito.  Ahora bien, cabe mencionar que se trataba de un producto nipón intervenido por los gringos de Harmony Gold y si no fuera por ellos, en esos años, difícilmente habríamos sabido de su existencia ¿Y de qué va esta historia? En pocas palabras, que casi nada recuerdo de su trama, trata de una especie de cuerpo policial interplanetario, o sea, compuesto por miembros de distintas especies ¿Les recuerda a algo? (ya les hablaré algo al respecto).  Solo les puedo decir que disfruté mucho de esta producción y que me gustó harto uno de sus personajes, un extraterrestre volador, muy exótico y al que encontré precioso.
   Años después, cuando ya estaba en la universidad, estaba en el Taller Literario de Ciencia Ficción de Luis Saavedra (Tío Lucho) cuando leímos en una sesión un cuento sobre un tipo (un militar creo que era) que en ciertas circunstancias se reduce a nivel microscópico y tiene una aventura en una especie de mundo cuántico, con romance incluido.  El autor era un tal E. E. "Doc" Smith, escritor al que no conocía hasta el momento y que nuestro maestro nos dijo que era la persona detrás de Lensman, una saga literaria de space opera y de la cual la cinta de la que les hablé era una adaptación.
    Eso por ahora.

 
2.El libro
 
     Ya les he hablado de mi actual autoreto literario, consistente en leer los volúmenes que poseo de la extinta Editorial Novaro y ahora le tocaba su momento a Triplanetario.  Pues me estoy refiriendo a la primera novela de Lensman.  Ahora bien, para cuando salió el libro, no se usaba todavía el nombre genérico de la saga; por lo tanto, así un lector menos informado, bien puede llegar a ignorar de que se trata de la antesala a toda una serie (y no solo  de los textos escritos por el mismo E. E. "Doc" Smith, sino que otros hechos por autores diversos, tal como sucede con estos títulos que se convierten en franquicias); sin embargo, los acontecimientos narrados en el libro que ahora nos reúne, no llegan a describir aún esa patrulla galáctica que tanta celebridad le dará a la saga, puesto que transcurre mucho, mucho tiempo, antes de la formación de esta corporación.  Por lo tanto, la novela en cuestión abarca siglos, eras en la historia de la Tierra para que luego (tal como sabremos solo en los siguientes libros) ocurra lo ya mencionado.
    Lo anterior comienza mostrándonos la presencia de dos antiquísimas y poderosísimas razas alienígenas, las cuales ya no necesitan de carne (ni otro material) para subsistir y, sin embargo, pueden crear cuerpos para sí mismos a su antojo.  Viven períodos inconmensurables y se comunican entre sí por telepatía.  Una es benigna y la otra no, siendo que en determinado momento de la existencia de ambos pueblos, el primero de ellos se da cuenta de su contrapartida y decide "investigarlos" desde el anonimato, más sabiendo de sus intenciones malignas; por supuesto que esto tendrá sus repercusiones, en las cuales los simples mortales se ven involucrados.
   Las primeras partes del libro son, en verdad, atrapantes.  Es así que tendremos un capítulo que transcurre nada menos que en... ¡La Atlántida! Y nos lleva con fuerza al escenario de la lucha del bien contra el mal, puesto que no sólo se trata del escenario de la mítica civilización, sino que de una cruenta guerra entre naciones avanzadas.  Con posterioridad, el argumento nos lleva al Imperio Romano, justo en la época de Nerón, centrándose en un par de gladiadores rebeldes (este es para mí el capítulo que más disfruté). Luego vienen dos narraciones más que transcurren en Estados Unidos, a mediados del siglo XX, y que tienen de protagonista a una especie de ingeniero; este trabaja dentro de un proyecto armamentístico (para mi gusto y pesar, lo más aburrido de todo el libro).
    Hasta el momento, todo el libro está conformado por narraciones con distintos protagonistas, que se pueden leer de forma independiente y todo con saltos importantes en el tiempo; pero luego de ello vendrá una historia llena de matices, que bien podría haberse publicado como novela independiente y que supongo será fundamental para lo que se vendrá en títulos posteriores...
    Es cuando nos encontramos con una nave espacial perteneciente al gobierno de Telus, conformado por tres planetas del sistema solar y sus habitantes los triplanetarios (de ahí el nombre de este tomo), quienes son abordados violentamente por piratas y llevados en presencia de su cruel jefe.  Desde aquí comienza la parte principal del relato, que no sólo abarca más de la mitad de la extensión de este volumen, sino que tendrá un montón de giros inesperados y de mucha, mucha acción (además de tantos elementos de ciencia ficción, que consiguen complacer por completo al lector más ñoño y amante del género, en especial si le gusta la space opera).  Aquí tendremos no sólo al típico héroe aguerrido, y muy masculino, de estas historias, sino que nos encontraremos con un villano bastante maloso (al cual ya conocíamos de antes, pero que solo ahora vendrá a desarrollarse más como para ganarse nuestro desprecio); asimismo, la trama tomará un aspecto más dramático, cuando entre en escena una civilización alienigena muy avanzada, además de muy diferente a la raza humana.  Así que ahora el libro no nos dará respiro (aún recuerdo lo fome que me parecieron los capítulos dedicados al ingeniero), puesto que se suma una tercera fuerza en pugna, lo que la enriquece mucho más y nos dará un panorama sobre un universo vasto y prometedor (en especial en futuras entregas de la saga).

 
3.Mi revisión personal
 
    Empecé el libro con muchas expectativas, más considerando las recomendaciones de mi amigo el escritor Miguel Acevedo, quien hace poco se lo había leído y lo disfrutó mucho.  En efecto el comienzo me satisfizo demasiado, que esos dos primeros capítulos de tono "histórico" me sorprendieron gratamente (pues desde niño la Atlántida y el Imperio Romano me han provocado mucho interés, así como la idea de la intervención de inteligencias extraterrestres en la historia humana; por no dejar de mencionar cierto elemento erótico en el apartado romano, algo que no me esperaba, y me gustó, en un texto de ciencia ficción tan "antiguo"). Pero luego vino el apartado ambientado más o menos en el presente, cambiando mucho el tono de la narración, ya sin acción y hasta realista, el cual si hubiese sido todavía más extenso o bien me habría llevado a "botar" la lectura o a saltarme páginas.  Con posterioridad, y siéndoles sincero, todo lo que vino después a veces se me hizo tedioso (incluso he pensado en dejar para más adelante esta saga, que el libro me ocupó más de un mes- pese a su brevedad comparativa-aunque le daré una oportunidad al menos al siguiente volumen).
    Pero hay factores de la última parte que debo destacar: En primer lugar, la presencia de una segunda fémina autosuficiente e inteligente, lo que le celebro al autor y tratándose de un texto tan antiguo, de cuando la space opera y la literatura de evasión en general eran muy marcadas en los roles de género.  Todavía recuerdo que el Tío Lucho, en esa clase en la que analizamos su cuento, del que ya les conté, se refiere a los patrones de género presentes en esa historia: Hombre protector de la mujer en apuros; algo que no es tan así en Triplanetario, como ya les mencioné más arriba.
   Asimismo, me satisfizo bastante el tratamiento de las civilizaciones extraterrestres, todas ellas verdaderos antecedentes de la exobiología que ya damos por sentada en la ciencia ficción posterior; es así que sus características tan llamativas, diferentes a nuestra propia humanidad y a la vez cercanos a los que somos (que más allá de su apariencia y/o extraña fisiología, pueden escoger como nosotros entre el bien y el mal, pues tienen libre albedrío y sienten clara inclinación hacia uno de estos lados).  Justamente entre estos destaca el gran villano de toda la novela, amoral y manipulador; como contrapartida suya, cabe mencionar a un eficaz científico extraterrestre, un sujeto que pese a ser un enemigo de los protagonistas, el narrador nos los muestra como alguien noble y digno hasta de nuestro aprecio.
    Muy ligado a lo recién dicho, debo contarles cuánto me impactó el final de este libro: Bastante duro por un detalle, que, si lo menciono, será un gran spoiler, así que trataré de jugar con el lenguaje, de la manera más general ... Y es que uno de los dos conflictos de peso, en los que se hayan involucrados nuestros héroes, resulta ser solucionado de una manera bastante alejada de algo que veríamos, por ejemplo, en Star Trek.  Y es que acá vemos usar recursos draconianos, incluso maquiavélicos, para lograr la victoria; sin embargo, pese a la crudeza que contemplamos en estas páginas, no llegamos apreciar maldad, ni siquiera revancha de parte de los rivales, lo que hace más llamativo el desenlace.  Luego, la novela termina con una promesa de una nueva era de gloria, para dos de los bandos en disputa, en algo que nos recordará justamente a la Federación Unida de Planetas, como también en la declaración de que los villanos volverán peores que nunca.
   En suma, me gustó este libro, aunque no se volvió uno de mis favoritos y esto debido a que en más de una ocasión la narración se me hizo tediosa y, en parte, por eso mismo me demoré tanto en leerlo. No obstante, lo recomiendo con creces, debido a sus múltiples virtudes que superan su tono soporífero de ciertos momentos y espero con ansias cuando por fin aparezcan los Lensman.
   Ya terminando, quienes nada saben de esta saga y que han tenido su primer acercamiento por medio de este texto, se habrán dado cuenta del nexo de Lensman con Linterna Verde, tanto el famoso personaje de los cómics DC, como del grupo de policías/justicieros intergalácticos al que pertenece (los Green Lantern Corps).  Es obvia la "influencia" de estos libros en las historietas mencionadas, declarada de forma pública o no, puesto que los elementos en común son evidentes: Pues, por un lado, tenemos a una antigua raza benevolente (en estas novelas los Arisianos y en los cómics los Guardianes de Oa) y, por otro, aparecen los justicieros que, más encima, ocupan en su mano un poderoso aparato de tipo tecnológico y pequeño (en un caso las lentes y en el otro los anillos de poder); y tampoco podemos olvidar que los miembros de esta agrupación, son de distintas razas en ambos caos.  Por último, como homenaje a esta serie, una de las Green Lantern Corps se llama Arisia, en honor a los arisianos; asimismo, hay entre sus personajes otro que se llama Eddore, claramente debido a la otra raza anciana de los libros de E. E. "Doc" Smith, aunque este no es malvado como los de Lensman.

2 comentarios:

  1. Curioso el dato de que el anime fuera una adaptación de esta saga estando Harmony Gold de por medio. ¿Sabías que en realidad tomaron un animé de 25 capítulos y doblaron solo 4 episodios saltados para crear la película? A la familia no le gustó el resultado. Buen apunte en todo caso. Es de esperar que la historia no defraude en sus continuaciones, parece muy interesante. Ojo que el autor es ingeniero, así que esa parte puede ser autoreferente. En Youtube está la película y hay también algunos capítulos sueltos, creo que me apuntaré la película para acercarme a esta interesante historia. Gracias por la reseña.

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  2. Muy interesante, no conocía mucho de esta saga, pero buscando en mi "biblioteca digital" tengo 7 libros de EE Doc Smith sobre la misma, de "Triplanetaria" a "Torbellinos nucleares". Habrá que zambullirse en ellos!!!

    Saludos,
    RICARDO

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