viernes, 17 de diciembre de 2021

La Soledad de los Poderosos.

    Tras el potente final de Dune, la primera novela de la saga de ciencia ficción de Frank Herbert sobre el planeta del mismo nombre y la familia Atreides que lo gobierna, su esperada secuela llega con un nombre por completo sugerente y significativo: Mesías de Dune (1976).
     Poco más de una década ha pasado desde que Paul Muad' dib y los Fremen derrotaron al Emperador y a los Harkonnen, entendiéndose por toda la galaxia con éxito su poder.  Sin embargo, lo que bien quiso evitar tras sus visiones de antaño el propio Paul, no ha sido posible, pues la Jihad por su causa ha hecho de las suyas provocando millones de muertos en todos los mundos; más encima, una dogmática rama militar de sus fuerzas se ha convertido en una preocupación más que temer.
    El libro comienza con una escena inolvidable: Un cuarteto conformado por enemigos representando distintos puntos de peligro para su persona y gobierno, se ha reunido con la intención de organizar un complot que bien podría desestabilizar todo en el caso de que funcione; es así que la novela tratará sobre las repercusiones que tendrá esta asociación y cómo el ahora actual emperador usando todos los medios posibles, debe enfrentar una amenaza tan grande, que no le queda otra que actuar con toda autoridad posible, aún si ello significa el peligro para sus seres queridos.
     No cabe duda que las intenciones de los sobrevivientes de Leto Atreides, el Justo, eran buenas cuando se trataba de vengar los atropellos que se cometieron a su familia y a sus súbditos; pero en este caso, en contra de lo esperado, somos testigos de la formación de un nuevo régimen totalitario, ahora de carácter religioso fundamentalista y donde el tema de la manipulación ideológica está más que presente.  Por otro lado, la secuela se vuelve una verdadera tragedia moderna (más Shakespereana que griega), puesto que sin dudas acá tenemos a un sujeto de ascendencia noble y en muchos sentidos virtuoso, que hace lo posible por evitar un destino inexorable; aunque que por más de evitar sus nocivas consecuencias, no logra torcerle la mano por completo a dicha fuerza y de ese modo la fatalidad le llega de más de una forma.



     Uno habría esperado para alguien como Paul, la felicidad absoluta luego de su triunfo final en Dune, sin embargo, no es así.  Debe lidiar con más de un enemigo, todos ellos de una inteligencia prodigiosa y es increíble lo que se va revelando a medida que avanzan las páginas, demostrándonos que apenas hay paz para aquellos que son el centro del poder y que por lo mismo para mantenerlo están expuestos a lo peor.
    En la novela que solo alcanza la mitad de extensión de su predecesora y aún así está llena de sorpresas y emociones (con episodios varios de una carga dramática, digna de ser representadas por los mejores artistas de la televisión o el cine),  nos reencontramos con varios viejos conocidos, ahora en posiciones inesperadas considerando sus situaciones previas, tal como pasa con el fiel Stilgar (de ser un líder de su gente y un caudillo, ahora se ha convertido en nada menos que... ); asimismo, la princesa Irulan- solo esposa política del actual Emperador- aparece bastante en esta obra y nos demuestra que es cierto el viejo adagio de que no hay cosa peor que el despecho de una mujer (su evolución como personaje es impresionante) e incluso destaca más que la propia Chani, la concubina de Muad' dib y a quien este ama como a la mujer de su vida; no obstante, es en la hermana menor de Paul que tenemos a uno de los mejores personajes de esta joyita, puesto que se ha convertido en la segunda persona más poderosa del imperio y todo lo que concierne a ella nos llena de expectación.  Luego tenemos el singular regreso de un secundario al cual no pensábamos volver a ver y que ahora toma el rol de coprotagonista, convirtiéndose en alguien relevante para la trama.  Asimismo, una villana también vuelve, aunque para pesar nuestro no interviene tanto, aunque al menos tiene diálogos a diferencia de su antigua discípula Jessica, madre de Paul y Alia.
      Por otro lado, dos nuevos personajes destacan en el argumento; Primero un miembro de la Cofradía y sobre cuya figura ahora podemos entender de dónde sale la criatura monstruosa que aparece en la cinta de Lynch y también de manera breve en la miniserie que adapta esta novela.  Luego tenemos a los Danzarines Rostro, uno humanoides capaces de transformar su aspecto a su antojo, siendo uno de sus representantes parte del complot en contra de Paul Atreides.  Y junto a estos, encontramos a la Bene Tleilax, otra sociedad secreta que se desea hacer con el poder del Imperio.
    Excelente continuación de Dune, esta secuela le hace justicia a la primera entrega de la saga, pues mantiene la misma intriga y otras virtudes que le dieron el inesperado éxito a su autor (tal como lo comenta este mismo al comienzo del libro).  Por último, tras su inesperado desenlace, nos dejan la puerta abierta a eventos futuros que ya sabemos no nos dejarán indiferentes.

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