I- Conozcamos algo sobre la escritora.
Con casi 30 novelas a su haber en menos de 40
años de vida, la española Laura Gallego García es considerada la J. K. Rowling
(nombre de la autora de la famosa saga de Harry Potter) de la lengua hispana,
por sus obras que en su mayoría giran en torno a la fantasía. Con textos de corte infantil y juvenil, ha
recibido varios premios especializados, siendo además todo un éxito de ventas y
de crítica.
Como muchas de las mujeres dedicadas a la literatura, su obra desarrolla
bastante el tema del romance, si bien en sus historias la aventura, los
personajes carismáticos y lo sobrenatural no dejan de estar presentes. Toda esta mezcla ha hecho sin duda que cada
título que salga de su pluma, sea lo suficientemente atractivo a sus lectores,
en especial para aquellos a quienes dirige originalmente sus escritos y a los
que sin duda logra entusiasmar en la fina costumbre de la lectura personal y
creativa.
Dentro de la producción de Laura
Gallego destacan sus sagas de fantasía y su colección de novelas “realistas” y
seriadas de corte infantil, dedicadas estas últimas a sus personajes Sara
y las Goleadoras. En el primer
apartado se encuentra la tetralogía de Crónicas de la Torre (publicadas
entre los años 2000 y 2004) y su trilogía de Memorias de Idún (años 2004 a 2006) y la cual es
quizás su producción más popular. En el
caso de sus obras sobre Sara y sus particulares amigas, a la fecha estas
corresponden a 6 libros, publicándose entre el 2009 y el 2010, de modo que en
un mismo año fueron editados más de un título de esta colección.
Asimismo su novela llamada El
Libro de los Portales fue editada en su lengua original por nada menos
que la prestigiosa editorial Minotauro, dedicada en exclusiva a la fantasía y a
la ciencia ficción. Este sello sólo
edita a autores de calidad indiscutida y consagrados, siendo que son muy pocos
los de habla hispana en ser considerados en su extenso y sobresaliente catálogo;
de este modo tal hecho ha venido a ser nada menos que un respaldo de primera, a
la hora de reconocer la calidad literaria de la autora.
Laura Gallego. |
II- Sobre la novela.
A finales del primer milenio de la Era
Cristiana, en plena Edad Media, el temor ante un supuesto fin del mundo
eminente se convirtió en una de las mayores preocupaciones de la población
europea. Mil años después de todo esto,
la civilización occidental contemporánea volvió a manifestar este miedo
primigenio sobre un Apocalipsis en ciernes.
De este modo en ambos momentos de la historia se desarrollaron una serie
de eventos infortunados de histeria masiva y proclamación de varias profecías
milenaristas al respecto.
Respecto a este singular fenómeno histórico, es que aprovechando la
versión del siglo XX de esta crisis, que la autora Laura Gallego escribió su
primera novela profesional (ya que tan sólo a los 11 años había escrito la
primera) y la cual le otorgó el Premio Barco de Papel 1998 de la editorial SM,
orientada a la literatura infantil y juvenil; no obstante esta obra fue recién
publicada al año siguiente. Dicho debut,
teniendo la joven artista en aquel tiempo apenas 21 años de edad, se convirtió en
el inicio de una exitosa colaboración profesional con SM, ya que en el año 2001
consiguió nuevamente el primer lugar en el mismo certamen que le dio
celebridad; por otro lado, numerosos títulos suyos han sido impresos por esta
empresa.
Tal como se puede desprender de su título en latín, los acontecimientos
del libro transcurren en pleno medievo europeo
(puesto que para los que no sepan, en dicha época esta lengua era
fundamental en la mayoría de las zonas “civilizadas” y más por ser la lengua
oficial de la Iglesia Católica, que en aquellos años poseía gran poder entre la
gente), siendo que además estos transcurren en varios países del continente y
haciendo referencia directa a muchos de los eventos de la época (como
invasiones, guerras, reinados, personajes reales, etc.). De este modo Finis Mundi resulta ser
sin duda una obra enmarcada dentro del género de la narrativa histórica, tanto
sea por el tiempo en el que transcurre su argumento, como en su carácter de
ilustrar a través de una historia ficticia un mundo que ya fue; todo de forma bastante
documentada (y muy entretenida) al incorporar a su trama la descripción de las
costumbres, personajes típicos y en especial dedicarle bastante líneas a la
caracterización de su sociedad en sus distintos estamentos, clases y
comunidades. Al respecto es que la
autora procura representar de forma fidedigna cada una de las culturas que
dejaron su impronta en la sociedad donde se enmarca su obra; por ende en varios
pasajes de la narración judíos, árabes, campesinos, caballeros, clérigos,
nobles, místicos y en especial juglares toman un protagonismo especial en sus
páginas. Es así que considerando que el
libro originalmente se encuentra dirigido a un público menor de edad, se
constituye en una instancia ideal para que éste pueda conocer el mundo de la
Edad Media, interesarse en él y descubrir su encanto y trascendencia hasta
nuestros días.
La siguiente cita textual es representativa de lo anterior:
“ Dos días más tarde llegaron
a Caudry, a tiempo para la Fiesta de la Primavera.
La aldea se había engalanado
para la ocasión. Las muchachas vestían sus mejores trajes y en la plaza
principal se había formado un pequeño mercado; la noticia de que Caudry celebraba su mayada con
garantías había atraído a los pequeños comerciantes y vendedores de la zona, y
tampoco los granjeros y agricultores habían dejado pasar la ocasión. Un grupo
de saltimbanquis actuaba en una esquina, pero Mattius comprobó, satisfecho, que
no había ningún otro juglar.
Se presentó pues ante el
hombre principal de Caudry, habló con él y pronto se corrió la voz de que un
juglar muy famoso iba a realizar una actuación especial en honor de los
habitantes de la aldea.
La noticia fue acogida con
alegría. La actuación de Mattius completaría los bailes y la música, los
concursos, las canciones y las risas.
Michel lo observaba todo algo
apartado. Nunca había asistido a una fiesta campesina. Su vida antes del
monasterio se difuminaba en la bruma de borrosos recuerdos de infancia. Y,
desde luego, en Saint Paul nunca había visto nada semejante.
Había estado conversando con
el párroco del lugar, el padre Pierre, pero éste pronto tuvo que marcharse a
atender otros asuntos. Michel se quedó solo en un rincón, consciente de que
estaba algo fuera de lugar, mirando con interés las carreras, los juegos y las
distintas competiciones entre muchachos.
Pronto empezó el baile, y el
joven monje pretendió seguir al margen. Pero en las fiestas de Caudry, o
bailaban todos o no bailaba ninguno, así que no pudo pasar inadvertido más
tiempo. Un grupo de maliciosas muchachas lo sacó a rastras a bailar. Los demás
lo recibieron a carcajadas, con una estruendosa alegría.
Michel se puso colorado, pero
una de las jóvenes le enseñó a bailar al ritmo de la música.
—Es sencillo —le dijo—. Déjate
llevar.
Bailaban en círculos, cambiando
de lugar constantemente. Al principio Michel se equivocaba con los turnos y se
sintió un poco torpe, pero sus nuevos amigos le animaban y pronto estuvo
bailando como el que más, riendo y saltando, y disfrutando de la fiesta.
— ¡No pareces un monje de Cluny,
amigo! —exclamó Mattius una vez que pasó cerca de él.
Michel volvió a enrojecer,
pero no dejó de bailar.
La fiesta se prolongó hasta
caída la tarde. Entonces todos se reunieron en torno a Mattius”.
También
cabe destacar este fragmento:
“—Nuestro gremio no se reduce a una ciudad,
sino que se extiende por casi toda Europa. La mayoría de los auténticos
juglares narradores de historias pertenecen a él; así nos aseguramos ayuda,
protección y amigos en la mayor parte de las ciudades importantes. Contamos
nuestras noticias y las historias que hayamos podido aprender, y así todos nos
beneficiamos de la información. Obtenemos también techo y comida.
—Ya entiendo. Como las
posadas para peregrinos a lo largo del Camino.
—Algo así. Las sedes del
gremio nos permiten descansar de nuestra peregrinación por el mundo.
— ¿Y este Martín fue...?
—Un juglar. Endiabladamente
bueno, además. Amasó una fortuna con lo que nobles y príncipes le daban por
relatar sus hazañas, y tuvo la prudencia de retirarse a tiempo, antes de que la
memoria comenzara a fallarle. Fue uno de los mejores y recorrió casi todo el
mundo. Por eso es ahora uno de los maestros del gremio, aunque haya abandonado
la vida errante.
Michel sacudió la cabeza.
—Una organización extraña,
la vuestra. Nunca había oído nombrarla.
—Eso es porque la gente
suele menospreciar a los juglares. Pero nuestro oficio tiene sus riesgos, y
debemos hermanarnos para recorrer los caminos de una forma un poco más segura.
Martín entró de nuevo en la
habitación, seguido de su mujer, que traía dos cuencos de sopa. Mattius y
Michel los aceptaron, agradecidos. Su anfitrión los observó con gesto grave
mientras ellos daban buena cuenta de la cena.
—Compostela ha cambiado mucho
últimamente —comentó Mattius entre cucharada y cucharada—. ¿Qué ha pasado?
El rostro de Martín se
ensombreció.
—Los moros vinieron y nos
cogieron por sorpresa. No eran muchos, pero los guiaba Al-Mansur; no los vimos
hasta que los tuvimos encima. Arrasaron la ciudad. Todo. La basílica también.
Murió mucha gente.
Michel dejó la cuchara. De
pronto, ya no tenía ganas de comer.
—Pero la gente sigue
peregrinando hasta aquí —observó Mattius—. Y el anuncio de que Santiago ha sido
saqueada ya corre por todo el Camino.
—Entonces es que no has
escuchado las noticias con atención, amigo. Los moros lo destruyeron todo
excepto el sepulcro del Apóstol. Santiago sigue intacto.
Michel dejó caer la cuchara,
estupefacto.
— ¿Quieres decir... que
Al-Mansur respetó sus restos? ¿Que no profanó el sepulcro?
Mattius le dirigió una sonrisa
cansada.
—Quizá sí haya esperanza, al
fin y al cabo. Ha sido un acto muy noble por su parte.
— ¿Nobleza... un infiel? No, ha
de haber una explicación.
—No la hay —dijo Martín—.
Estamos en guerra y es lógico que se ataquen ciudades. Pero nadie elige nacer
en un bando o en otro, y hay gente noble también entre los que sirven a la
media luna. Al-Mansur es un gran general. Más de un rey cristiano habría querido
tenerlo a sus órdenes.
Michel sacudió la cabeza. Era
un planteamiento demasiado novedoso para él. No sabía que Martín había viajado
por la España musulmana cuando aún era un juglar activo.
—Fue duro, pero tenemos que
seguir adelante —prosiguió el maestro de los juglares—. Los trabajos de
reconstrucción han ido lentos por culpa de las lluvias; ésa es la razón por la
cual la ciudad aún presenta un aspecto tan desolador. Pero ahora que llega el
verano, esperamos poder levantar muchas más casas”.
Pero no se puede olvidar que la
novela en sí también corresponde a un ejemplo del popular género de la
fantasía, de modo que a la par de su ambientación medievalista, la presencia de
la magia, lo sobrenatural y lo claramente místico y/o esotérico toman un rol
preponderante; todo esto permite el desarrollo de una historia inolvidable, donde
sus protagonistas realizan un peligroso viaje, con el objetivo de evitar la
destrucción del mundo a mano de fuerzas por completo superiores a la de los
mortales. Si bien Laura Gallego en esta
temprana obra suya demuestra su interés por la narrativa fantástica, los
elementos que utiliza para otorgarle este aspecto a su libro, no dejan de ser
verosímiles y conllevarse con la ambientación que escogió para su primera
novela en publicarse. Todo ello porque
bien cualquier conocedor de la idiosincrasia medieval, sabe que para sus
hombres y mujeres lo sobrenatural formaba parte del diario vivir, gracias a las
fuertes creencias de tipo religioso y folclórico; por lo tanto era normal creer
en la intervención directa de las fuerzas divinas en la vida de los seres
humanos (lo que recibe el nombre de Providencialismo), de entidades demoníacas,
brujas, hechiceros y todo tipo de seres y manifestaciones por sobre las leyes
de la física. Es entonces que Finis
Mundi no deja de ser un interesante muestrario de lo que significaba
vivir en este periodo.
El texto comienza con uno de sus tres personajes principales, un niño a
las puertas de la adolescencia que ha pasado gran parte de su corta existencia
como monje en una de las tantas órdenes monásticas católicas y que a duras
penas ha salido con vida de un atentado al convento donde vivía; éste logró
sobrevivir a la quema de su hogar y matanza de sus hermanos religiosos,
llevando consigo un tesoro inigualable: un antiguo y casi desconocido códice en
el cual se encuentra consignado que el fin del mundo sería para la llegada del
milenio. Al momento de esto, sólo faltan
tres años para dicha fecha, así que al pequeño héroe le queda poco tiempo de
modo de encontrar los tres objetos místicos, que al ser reunidos pueden
ayudarlo a evitar que la catástrofe se cierna de una vez por todas. En su camino se encuentra con un joven
juglar, quien tras unas pocas desavenencias entre sí, decide acompañarlo en su
odisea; poco a poco comienza a darse cuenta de que la misión de quien
considerará sin dudas como a su amigo, es de suma importancia y por lo cual debe
poner de su parte con el objetivo conseguir la victoria. Luego aparece una muchacha quien se les une
y cuya ayuda les resulta imprescindible.
Entre medio surge varios personajes más, gente noble que les otorga su
apoyo y unos cuantos villanos, siendo que además un oscuro grupo que desea para
sí el conocimiento acerca de lo que se avecina, anda detrás de sus pasos y les
da varios problemas a estos tres y a sus aliados.
Teniendo en cuenta, quizás, de que esta novela fue escrita cuando su
autora aún no adquiría la experiencia y el dominio que luego obtendría en el
arte de la fabulación, se puede entender que hasta cierto punto esta obra
podría adolecer de falta de profundidad.
Si bien sus personajes se encuentran bastante desarrollados aún en sus
escasas páginas (253) y que tal como se mencionó más arriba el libro no deja de
representar de forma plausible el mundo medieval, a ratos un lector más
exigente (digamos alguien mayor y acostumbrado a trabajos más complejos) puede
echar de menos la presencia de análisis
y crítica abundante en otros ejemplos del género (más todavía al comparársele
con otra novela española de fantasía medieval, Historia del Rey Transparente de
Rosa Montero y quien si bien escribe por lo general literatura realista, en su
primera novela medieval de fantasía fue capaz de crear una obra de singular
belleza y sin dudas recomendable tanto por su magnifico argumento, como por las
ideas expuestas en ella). No obstante
hacia el en realidad emotivo clímax de esta ópera
prima, el tono del narrador se vuelve algo más elaborado y se permite
introducir una directa reflexión sobre nuestra naturaleza humana y la dicotomía
del bien y del mal, al que somos propensos como especie.
A continuación un extracto de todo esto:
“« ¿Y esto?», preguntó al
Espíritu del Tiempo al cabo de un rato. «La risa de los niños, el amor entre
jóvenes, la amistad sincera, el cariño, la confianza, la fidelidad. He visto a
gente arriesgar su vida por ayudar a los necesitados en una zona de guerra;
trabajar codo con codo para salvar vidas, casas, cultivos, después de una
inundación o un temblor de tierra. Viajar a regiones pobres para socorrer a los
que pasan hambre. Unirse como una pina para pedir el fin de la violencia.
Sentarse a hablar pacíficamente de sus diferencias. Hay personas que luchan por
salvar el planeta, el aire, el suelo, el mar y las plantas. Gente que trabaja
por un mundo mejor. Por el fin de la guerra, la miseria y la esclavitud. ¿No
merecen una oportunidad?».
«Son pocos», respondió el
Espíritu del Tiempo.
«Pero cada vez más».
«Cuando termine el próximo
milenio, el mundo habrá cambiado, pero el alma humana seguirá igual. Los
hombres son destructivos. No pueden aprender».
«¡Pero lo están haciendo! Es
un proceso lento, quizá se necesiten más de mil años o más de dos mil».
Hubo un breve silencio.
Entonces el Espíritu dijo:
«Has visto el futuro. Sabes de
lo que es capaz el hombre. ¿Sigues confiando en la humanidad?».
«Sí, confío en la humanidad»,
dijo Michel firmemente. «He visto cosas hermosas y cosas horribles. Tengo la
esperanza de que, con el tiempo, milenio tras milenio, el hombre será capaz de
crear un mundo donde sólo haya belleza».
«Eso no es posible. El alma
humana no puede producir solamente cosas bellas».
Michel calló un momento y
meditó. Luego simplemente dijo:
«Yo tengo fe».
« ¿Tienes fe en el hombre?».
«Así es»”.
Hay que ser justos con este libro: su autora pretendía entretener sin
mayores pretensiones, creando a personajes atractivos y todo en medio de un
escenario caro a la tradición literaria de la que como escritora española es
heredera; a su vez logró recrear de forma clara la sociedad medieval, de modo
de hacer que muchos de sus originales destinatarios luego pasaran a títulos más
sofisticados y clásicos. Todo esto lo
logró, siendo que a su vez consiguió dar el primer paso de modo de iniciar una
carrera literaria, a la que todo fanático de este tipo de obras debe tener en
cuenta y conocer (más por el hecho de ser una de las pocas plumas actuales en
nuestra gloriosa lengua española, reconocidas mundialmente por escribir fantasía
y que además publica de forma regular).
Un verdadero caso de curiosidad editorial viene a ser el hecho de que
existen algunas versiones de este libro cuyo final se modificó, como en
Alemania, donde se le consideró “demasiado influenciado por el Cristianismo”
(¡Como si fuese algo terrible, por Dios!), mientras que para una colección
infantil se eliminaron los pasajes más “violentos”, de modo de hacerlo mucho
más amenos a los niños e incorporarle varias ilustraciones. Humildemente encuentro aceptable lo último,
pero en cuanto a lo primero, me decepciona que Laura Gallego haya aceptado
tamaña afrenta con algo salido de su propia persona y que bien respondía al
tono espiritual de su obra (el que en todo caso resultaba bastante ecuménico,
por tratar con justicia tanto a cristianos, judíos, musulmanes y otros pueblos representados
en su libro).
Recuerdo cuando vino invitada a la Semama Negra de Gijón, en pleno auge de sus Memorias de Idhún. La cola de adolescentes salía de la carpa de firmas y daba varias vueltas alrededor. Realmente yo he leído poco más de ella, aunque por lo que veo sigue escribiendo y cosechando éxitos. Un saludo cordial y nos seguimos leyendo.
ResponderEliminar¡Qué envidia! Me encantaría conocerla y poder preguntarle un montón de cosas. Pretendo comprarme y leerme más libros suyos a la brevedad ¿Qué me recomiendas de ella? Valoro de esta escritora que incentive con sus trabajos a los jóvenes a leer, que de ese modo luego pueden acercarse por su cuenta a los clásicos y textos más complejos.
Eliminar¡Hola Elwin! ¡Por fin puedo comentar tu entrada! Para empezar, este es de los pocos libros de Laura Gallego que no he leído, sobretodo porque una amiga mía me contó el final... Bueno, aún y así lo tengo pendiente.
ResponderEliminarYo te recomiendo fervientemente La emperatriz de los etéreos, porque es un libro muy característico por sí mismo, increíblemente original y 100% recomendable. Te lo recomiendo especialmente porque no contiene demasiado romance, sólo fantasía. Sin embargo, es un concepto completamente distinto a cualquier cosa que podrías esperar, tanto de Laura como de cualquier libro denominado del género fantástico.
Suyos he leído: Alas de fuego, Alas negras, El libro de los portales, Donde los árboles cantan, Dos velas para el diablo, Memorias de Idhún (I, II, III) y La emperatriz de los etéreos, y realmente todos ellos merecen la pena ser leídos.
Ahora, no para darte envidia sino como curiosidad, te diré que yo he conocido a Laura Gallego en persona:) En su firma de libros en Barcelona por Sant Jordi, y de hecho tengo una foto con ella. Yo también hubiera querido preguntarle cosas, ¡pero había mucha gente esperando! Si tienes alguna duda respecto alguno de sus libros, en su página web tiene un apartado de preguntas frecuentes que podría resolverlas.
Un saludo y espero que sigas leyendo:)
¡Tanto tiempo sin saber de ti, María! A la hora de hablar de mi lectura de este libro, tus recomendaciones han sido claves y en verdad me alegra mucho ello. Los libros de esta autora acá son caros (si bien igual me los podría comprar) y estoy esperando alguna ocasión de oferta como para conseguir más de la Gallego; lo que más me interesa leer de su producción es la saga de "Memorias Idhún" (que tan bellas portadas tienes). Gracias por honrarme con tu visita y comentario.
EliminarMemorias de Idhún es sin duda el mejor libro(s) de Laura. Te encantarán. Pero si que son carillos... Aquí cuestan ya lo suyo, no me imagino lo que deben costar en tu país. Aunque siempre puedes comprarte el ebook (que están de oferta los tres tomos) o las ediciones de bolsillo, que son más baratas.
EliminarGracias por pasarte de nuevo por acá. Pretendo comprarme más libros de Laura Gallego para comentarlos en otra ocasión. Cariños desde Chile.
Eliminar¡Hola! No he podido evitar bucear en tu blog y me he encontrado con esta entra. Aunque la hayas escrito hace unos cuantos años, no he podido evitar comentarte. Considero a Laura Gallego una de las mejores escritoras de fantasía juvenil que hay en España, aunque por desgracia "Finis Mundi" no lo he leído. He visto por ahí que estás interesado en leer algo mas de ella: te recomiendo muy mucho "Donde los arboles cantan" y "Alas de fuego" más su continuación "Alas negras". Espero que leas este comentario, y que te guste, mis recomendaciones :)
ResponderEliminarUn saludo,
E. Báthory.
La idea de los textos antiguos del blog es que sigan leyéndose, de modo que me alegra mucho que te hayas detenido en este, honrándome con tus palabras. Tendré en consideración tus recomendaciones.
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