Los cómics de superhéroes en su Edad
Dorada comenzaron con un dejo mucho más oscuro y crítico, que el que luego
tomaron cuando se infantilizaron a partir de la década de los cincuenta. De este modo un personaje como Superman (el
primero dentro de este tipo de historias) comenzó sus aventuras siendo un
guardián de los oprimidos y ajusticiador de los corruptos, en medio de una
sociedad amargada por los problemas económicos y la guerra; asimismo este
personaje logró convertirse desde sus inicios en una figura mesiánica gracias a
sus atributos sobrehumanos, llegando a ser sin dudas el mayor defensor del
llamado Sueño Americano. Por
otro lado, se encontraba Batman, justiciero nocturno de connotaciones
detectivescas y cruzada personal contra el crimen, en venganza por haber
perdido a temprana edad a manos de un delincuente a sus padres; de este modo
Batman se enfrentaba sin vacilaciones a la escoria usando métodos hasta cierto
punto violentos para la época (y que sin embargo eran glorificados por personajes
reales como Elliot Ness, el famoso enemigo de los mafiosos, y otros entes de
ficción tan populares entre la masa como La Sombra y Doc Savage por aquellos
años). No obstante pese al periodo menos
serio del género, en los setenta las historietas de superhéroes remontaron y ya
para mediados de los ochenta se terminó por devolver a sus personajes por
completo su lado más adulto y claramente literario, otorgándole por fin al
noveno arte el grado de respetabilidad que en Occidente sólo los fanáticos más
acérrimos le tenían (puesto que en Japón y Occidente hace rato ya que se le
habían adjudicado tales honores). A
partir de entonces, es que se escribieron verdaderas obras maestras que
recalaron hondo no sólo en el lector, si no entre la crítica especializada. Para ser sinceros, este problema y su
posterior solución eran propios de DC, ya que Marvel desde sus inicios a
principio de los sesenta, se convirtió en la gran competidora de la casa de
Superman: puesto que sus argumentos ya eran muchos más elaborados, que las
habituales fantasías y guiones de ciencia ficción estereotipados de DC.
Por otro lado, hace rato que Batman de entre los miembros del Universo
DC, poseía una de las galerías de villanos más atractivas e inolvidables de
entre sus pares (sólo equiparables a las de Superman y Flash dentro de su
ficticio universo). Uno de sus enemigos más
antiguos e importantes llegó a ser nada menos que el Pingüino, un sujeto
pequeñito que acostumbra usar frac (de color blanco y negro), que lleva
paraguas y cuya imagen apoyada además en su nariz ganchuda, recuerda al ave que
le ha dado su apodo. El Pingüino, cuyo
nombre real es Oswald Cobleppot, ha sido retratado como un genio criminal, ya
que super poderes no posee, si bien también en muchas de las historias que lo
tienen de protagonista, se acostumbra darle un aire cómico; también llegó a ser
bastante exitoso entre los seguidores del Murciélago, lo que ha hecho que fuese
rival recurrente en sus aventuras en papel, varias series y filmes animados,
además de ser elegido por nada menos que Tim Burton, para tenerlo como a uno de
los enemigos del Señor Oscuro en su cinta Batman Vuelve. Considerando lo antigüedad del Pingüino
dentro de las páginas de Detective Comics y otras revistas, ya que su primera
aparición data del N° 58 de esta
colección en 1941, estaba claro que con el paso del tiempo este “respetable”
señor del crimen organizado, pasaría por una series de reformulaciones, hasta
otorgarle su sitial actual dentro de los grandes íconos de la historieta.
En el agosto de 2011 el Universo DC se reinició casi por completo (pues
no fue total, ya que se respetaron unos cuantos eventos “biográficos”,
relacionados con dos de sus representantes más exitosos en términos
comerciales: el mismísimo Batman y Linterna Verde, bueno, contando en este
último caso a todo el Cuerpo de Linternas Verdes, la verdad); era la segunda
vez desde la famosa Crisis en las Tierras Infinitas, entre 1985 y 1986, en que la
compañía insufló por completo de aires nuevos y actualizaciones para los
tiempos venideros a su inmenso panteón (o tercera si se cuentan las pequeñas
modificaciones hechas durante los sucesos de Hora Cero en 1994) …Era
de suponer que alguien como Oswald tendría su propio versión para los llamados Nuevos
52, nombre dado al más reciente reseteo DC. Pues bien, en el año 2012 el Pingüino tuvo
su esperado reajuste y todo gracias a una miniserie de 5 números de nombre
bastante literario: Pingüino: Dolor y Prejuicio (título que remite a obras
narrativas del calibre de Crimen y Castigo de Fedor
Dostoievsky y Orgullo y Prejuicio de Jane Austin, entre otras). La historia corrió a cargo de Gregg Hurwitz
en el guión y Szymon Kudranski en el dibujo; esta dupla logró ser lo suficientemente
armoniosa como para elaborar toda una obra de arte, donde una sólida historia y
una parte gráfica soberbia, hacen de la lectura de este tomo (si se tiene el
gusto de poseer el volumen compilatorio) una experiencia que no deja lugar a
dudas acerca de su calidad estética.
Hablar de Hurwitz es referirse a un miembro de esa nueva camada de
guionistas que trabajan en el mundo del cómic, provenientes del mundo de la
literatura policial. Entre estos podemos
encontrar a ya destacados autores como Brad Meltzer, creador de una historia
tan potente como lo es Liga de la Justicia: Crisis de Identidad y
a uno de los favoritos para muchos, Greg Rucka, entre cuyos grandes éxitos se
encuentran la novela gráfica Wonder Woman: Hiketeia y su paso por
las revistas capitulares de Batman, Superman, Wolverine y muchos más destacados
superhéroes. Gregg Hurwitz también se ha
fogueado en el mundo de la televisión, trabajando en numerosas series como el
remake de V (la recordada serie ochentera sobre una invasión extraterrestre
global) y el cine. La incorporación de
talentos como estos en las actuales historietas, les ha otorgado a este tipo de
obras una dimensión mucho más estilizada; de este modo la creación de historias
más sólidas y acentuadas en un suspenso mucho más fino que el típico caso
delictual de antaño, permite además la
caracterización psicologista de sus protagonistas; por otro lado, es habitual
en las producciones de estos autores el alejamiento de las tramas más
fantásticas, en beneficio de un crudo realismo o sentido más adulto (de este
modo más que primar la aventura, se centran en el drama mismo de sus personajes,
o sea, en sus vicisitudes más íntimas).
En cuanto a Szymon Kudranski, este artista proveniente de Polonia, se ha
destacado por su pincel donde unos trazos cuidados y preciosistas, logran un particular
realismo apoyado por la utilización de tonos oscuros, en la paleta de colores
con que se apoya; tampoco se puede dejar de lado la gran expresividad que es
capaz de darle a los personajes, siendo capaz de ilustrar toda una gama
emocional por parte de estos (y rehuyendo además la caricatura en beneficio de
la verdadera expresividad). Dentro de su
labor profesional Kudranski ha obtenido gran notoriedad por sus trabajos para
Spawn, ya que con ello cambió por completo su anterior estilo más recargado y
efectista, por uno de tipo más sobrio. Cabe recalcar que en sus dibujos destacan
las sombras y los matices oscuros, por sobre el color fuerte, tonos pasteles y
otros más alegres.
Pingüino: Dolor y Prejuicio no es una historia sobre Batman, si
no que más bien se encuentra dedicada en exclusiva a su famoso rival; en ella
sin dudas que aparece el mayor justiciero de Ciudad Gótica, pero lo hace como
“invitado” y para luego potenciar su impactante desenlace, que deja claro el
carácter retorcido de su protagonista (y que además refuerza la idea de que el
crimen SIEMPRE paga). A lo largo de sus
más de 100 páginas, el lector asiste a dos historias entrelazadas, por un lado
la de la carrera criminal del Pingüino (aquí un verdadero sujeto de temer),
quien realiza su labor con meticulosidad y usando tales métodos de extorsión,
que el más vil mafioso quisiera conocer para conseguir sus nefastos planes; a
su vez se da un vistazo al pasado de este sujeto, desde su nacimiento marcado
por un padre desnaturalizado, una madre sobreprotectora, la intolerancia y en
especial un sentimiento tan grande de soledad, que le darán al entonces
infantil Oswald la excusa ideal para irse al lado oscuro. A su vez en las viñetas dedicadas al
“presente”, se introduce la presencia de una sensible y bella mujer no vidente,
con quien el Pingüino llega a entablar una relación amorosa platónica y que
marcará buena parte del tono de esta historia; la enamorada ignora la verdadera
naturaleza de quien cree es todo un príncipe azul, mientras que éste en realidad
llega a sentir por ella, algo que demuestra que todavía conserva un ápice de
humanidad. Mientras tanto Batman
investiga los actos delictuales del Pingüino…
Un personaje tan retorcido como el Pingüino versión Los Nuevos 52 posee,
pese a su propia malevolencia, un claro paralelismo con Batman. En primer lugar ambos provienen de una
familia bastante acomodada y luego tanto al uno como el otro se le niega la
posibilidad de tener una infancia feliz, todo debido al propio mal que anida en
los corazones de los demás; por otro lado los dos son sujetos de extremada
inteligencia y de una enorme fuerza de voluntad que una vez que ambos crecen,
los llevan a su modo a encumbrarse por sobre sus miserias del pasado…Hasta ahí
la semejanza entre ambos, puesto que luego las mismas decisiones de cada uno,
los hará ser tan distintos que sin vacilaciones se convertirán en el opuesto
del otro: mientras Bruce Wayne ha procurado por mantenerse atlético y ágil,
Oswald Cobleppot se ha ido marchitando así mismo al descuidar su figura, hasta
convertirse en el monstruo que desea ser para los demás.; el desprecio de
Batman hacia quienes gozan inflingiendo dolor lo ha llevado a su cruzada por la
justicia, en cambio el desprecio del Pingüino hacia el resto de sus congéneres
lo ha hecho cometer otro tipo de venganza, a diferencia de la que ha llevado al
Murciélago a convertirse en lo que es (justamente el castigo favorito que
comete Oswald contra sus contrincantes, es quitarles todo lo que ellos aman,
denigrándolos hasta reducirlos a meros guiñapos carentes de esperanza, porque
se supone que a él mismo se le privó de ello cuando aún le quedaba inocencia).
Dentro de la psiquis enfermiza de Oswald (quien se supone no está loco,
a diferencia de otros personajes de la galería de villanos de Batman como Dos
Caras, el Espantapájaros, Killer Croc y Mr. Frío, entre otros) tal y como la
podemos conocer a través de esta memorable novela gráfica, se encuentra la relación
con su madre. Esta mujer, de quien nunca
se llega a mostrar su rostro, si bien siempre se le otorga una sugerente
sensualidad y belleza gracias a las viñetas que la retratan siempre
ocultándolo, queda consignada como la única persona que le ha dado amor al
desgraciado Oswald; es así que luego éste llega a desarrollar un amor de tipo
edipiano, por quien a su vez llega a adorar de forma enfermiza. Es al respecto que luego su extraño amorío
con una mujer ciega, se transforma en este cómic en un intento del mismo
Pingüino para superar sus taras emocionales y sexuales; de este modo hacia el
final de la novela gráfica, se dejará claro en qué estado se encuentra en realidad
su corazón.
Por último, en más de una ocasión mientras se retrata el hogar y cubil
del Pingüino, se muestra breve, pero con aires pesadillescos, a otro personaje
importante dentro de las historias de Batman; su sola presencia revela al
lector que el lugar donde habita Oswald es un sitio maligno…¡Adivinen de quién
se trata!
Me gusta como has reflejado la evolución del Pingüino, que ha pasado de ser un personaje humorístico a tener un caracter mucho más complejo y oscuro, lo que demuestra que no hay malos personajes, sino guionistas con poca imaginación. ¡Saludos!
ResponderEliminarÉste es uno de los cómics más maravillosos que he leído. Personalmente me gusta mucho el personaje de el Pingüino y nunca antes lo había visto desarrollado de forma tan dura. Ahora mismo escribo sobre otra gran novela gráfica sobre Batman.
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