Sin dudas la película más emblemática del
estudio Ghibli y, por supuesto, de Miyasaki, al punto de que el propio Totoro
se transformó en la imagen del logo de sus producciones (esa especie de oso y
gato gigante de orejas puntiagudas).
Estrenada en 1988, trata acerca de dos
hermanitas de cuatro y once años aproximadamente, quienes se van a vivir al
campo junto a su alegre padre. Estos
tres llegan a un lugar que representa en su belleza, sencillez y tranquilidad
todo lo que un hombre como su creador considera sobre la naturaleza: un sitio
acogedor donde los seres humanos pueden vivir en armonía. La misma gente autóctona de la zona se
presenta como personas tan nobles, que cualquiera quisiera irse a tal
lugar. Es así que el paisaje y sus
habitantes sin duda recuerdan los viejos tópicos literarios del Beatus
Ille (en latín Dichoso Aquel) y el Locus
Amoenus (el Lugar Ameno), que por un lado destacan la felicidad de
quien habita en estos lugares idílicos y, por otro, describen una naturaleza
tan hermosa que llega a ser el mismo Paraíso sobre la Tierra. Luego de un buen tiempo de comenzado el
filme, nos venimos a enterar de que hay un cuarto miembro de la familia, pues
la madre se encuentra convaleciente tras una enfermedad de la que nunca se
llegan a dar detalles, razón por la cual mientras tanto se encuentra recuperándose en
otro sitio hasta que le den de alta.
El detalle de la convalecencia de la
madre, otorga a toda esta historia una relevante arista y que pese a todo el
aspecto maravilloso de la película, no deja de darle su sentido de realismo;
de este modo en conjunto con las risas también están las lágrimas, y donde hay
divertimento solo al ladito nos encontramos con las responsabilidades y las
preocupaciones, que hacen de la existencia algo complejo, ya que hay que saber
sobrellevar todo esto, tal como nos sostiene parte del mensaje de esta obra.
Apenas llegan a su nuevo hogar, las
pequeñas conocen a Totoro, una gigantesca y muda deidad del bosque, que convive
junto a otras criaturas sobrenaturales parecidas a él, aunque mucho más
pequeñas y para quienes supuestamente es su líder. El primer encuentro con este mundo que al
parecer solo puede ser apreciado por los niños, si bien les provoca una
reacción de sorpresa y curiosidad, es propio de las de los espíritus sin
malicia y para quienes lo extraordinario es posible, la gente desprejuiciada
como los menores de edad y aquellos con mentalidad abierta, sin
cuestionamientos inútiles. Llega a ser
sin duda de antología la primera aparición de Totoro, justo cuando la chica
mayor menos se lo esperaba (y sin dudas llevada a cabo esta escena con una
maestría y sublimidad, que bien la quisieran muchos directores occidentales).
Asimismo como representante del mundo
adulto, el padre de las chiquillas destaca no solo como un padre cariñoso, sino
como un sujeto sabio que en ningún momento anula la creencia de sus hijas
acerca de la existencia de Totoro, así como también es capaz de compartir y
jugar con estas haciéndose cómplice de las diversiones de su edad; de este modo
a través de su figura, se nos enseña que no hay que perder al infante que
algunas vez fuimos, pues su equilibrada permanencia en nuestras vidas ayuda a
obtener la plenitud, tal y como queda demostrado en lo que ha conseguido este
hombre con su familia.
Al
igual que la mencionada introducción de Totoro en el guión existen muchos otros
momentos inolvidables dentro de este filme y que se consideran algunos de los
hitos más destacados en la cronología del anime para la pantalla grande. Al respecto se puede mencionar, por ejemplo,
la bellísima aventura nocturna de las protagonistas junto a su “vecino” y el
viaje en Gatobus, otro personaje memorable de esta película y que resulta tan
original en su configuración que junto con el propio Totoro, está entre los
personajes más populares de todo Ghibli.
El drama también hace su aparición dentro
de esta fantasía, no obstante su cuota está dosificada de la manera adecuada,
para no caer en el exceso lacrimoso que es habitual en las producciones
niponas. La inclusión de este elemento
ayuda a reforzar el sentido de la familia y aunque todo se resuelva gracias a
la presencia de lo mágico, no pierde su importancia como un recordatorio de que
es el amor la respuesta a las grandes preocupaciones de la humanidad.
Cuando el humor entra en el argumento, no es
de la manera más facilona que podríamos encontrar en una animación gringa,
donde muchas veces se confunde la infancia con la falta de inteligencia o lo
ridículo, si no que se usa para representar una faceta más del mundo de los
niños (como el temor del vecinito a las chicas, por mucho que estas le
interesen o la igualmente bella escena en el colegio de la hermana mayor).
Aparte del padre y hasta cierto punto la
madre, los adultos no tienen mayor relevancia en la trama, ya que Mi
Vecino Totoro viene a ser la primera oda audiovisual de Hayao Miyasaki al
mundo de la infancia, por el mismo hecho que gran parte de la trama es abordada
desde el punto de vista de los niños.
En cuanto a la música, una vez más el
compositor “fetiche” del sensei realizó una banda sonora magistral, en la cual
destacan varias piezas musicales, entre ellas el tema de los créditos iniciales
y el uso de unos cuantos coros que otorgan a sus composiciones una nueva faceta
que apreciar en su trabajo para esta serie de películas.
La popularidad de Totoro llega a ser tan
grande, que en la película Toy Story 3 de Pixar…¡Aparece! Si bien para ser
hacerle honor al original no posee diálogos en esta obra (no obstante para
quien lo reconoce en esta igualmente recomendable cinta, su cameo llega a ser todo
un gusto).
Según parece, es una película bastante bien lograda y trabajada. Miyazaki siempre da gran protagonismo a los niños y quizás a los mundos de fantasía que muchas veces construimos a esas edades.
ResponderEliminarCreo que tendré que volver a ver Toy Story 3 para fijarme en el cameo de Totoro. Un saludo.
Te cuento que esta fue la segunda peli que vi de Miyasaki (la primera fue "Nausicaa", pero estaba en inglés y ni jota entendí). Por otro lado, esta cinta es muy significativa para mí. La adoro.
EliminarUna muy buena película, esa evocación a la infancia me gusta mucho, como puede ser un mundo funcional y complejo sin la presencia de los adultos.
ResponderEliminarPues supongo que sabes que el gran doblaje a nuestra lengua de esta peli fue hecha por compatriotas tuyos.
EliminarEstaba pasando por este blogg y vi algo que esperaba hace mucho tiempo, un pequeño y significativo ensayo sobre una de las películas más hermosa, mágicas y que a pesar de ser muy japonesa de principio a fin representa cada fibra de todas la humanidad, me refiero a Totoro. He leído con cierta emoción este escrito, ya que recuerdo que fue uno de los anime que marco mi adultez, lo vi cuando cursaba la universidad y no pude menos que adorar la sencilles y perfección del relato de Miyasaki. Compre la película y fue la primera banda sonora de dibujo animado que tuve. Es grandiosa en si misma, ya que muestra toda la fuerza espiritual del sintoísmo y la cultura japonesa en general, pero además lo hace extensible al mundo, diciéndonos que no somos diferentes entre los hombres. No queda nada más por decir, sino que es una película para todos los tiempos y edades, ya que vuelve a encender en nosotros la magia, la contemplación por las cosas simples de la vida.
ResponderEliminarQué bueno hayas leído y te haya gustado este texto, que las tres veces en que escrito sobre las películas de Hayao Miyasaki, lo he hecho pensando en ti y mis otros amigos que aprecian a este director.
EliminarPor otro lado, bien recuerdo cuando fuimos juntos a comprar el disco a una tienda que ya no existe, Majin Boo, y que apenas llegamos a mi casa nos lo pusimos a escuchar con gran felicidad.
En realidad este filme es universal y una maravilla que bien merece compartirse.
Recuerdo efectivamente que compramos la banda sonora juntos y que costaba en ese tiempo muy cara, que además no era original, pero valía la pena absolutamente tenerla. Creo que debes realizan un ensayo sobre la Princesa Mononoke
ResponderEliminarEstoy escribiendo de forma cronológica mis textos dedicados a las pelis de Miyasaki para Ghibli, siendo esta la tercera; por lo tanto a "La Princesa Mononoke" le toca para dentro de dos semanas más o menos (mientras tanto te invito a leer mis dos primera entradas sobre este ciclo).
EliminarUna critica interesante y demoledora: cuando tus comentaristas no hayan visto la película solo deben decir: "no la he visto, pero la veré en un futuro muy cercano" (aun cuando no sea verdad). Si la vio, pero no observo más que una simple historia mágica de niños (en este caso), que podría ser una versión de los "Pitufos" remasterizada, se debe decir: "Me gusto, era bonita, me trae muchos recuerdos" y no comenzar a comentar otra película como lo es Toy Story que en su tercera parte hace "Oh, un Cameo", que increíble como Toy Story 3 lo haga, entonces Totoro es importante. Para esas personas, la versión maniquea de Toy Story 3 y 2 y 1, ni siquiera podían igualarse a la sencillez, profundidad y concepto de la vida como nos lo presenta Totoro, es más que una simple película detrás esta todo el movimiento reformador cultural japonés. Es bueno leer de vez en cuando. Cuando la película sea Toy Story 3, pues hagan sendos comentarios de ella. Muchas Gracias.
Eliminarjajjajaj yo recuerdo aun ese cameo de totoro en toy story 3 me gusto mucho que saliera , mi vecino totoro es una pelicula que debo ver aun , me la han recomendado mucho creo que es la que mas me recomiendan de este estudio con la princesa mononoke , por supuesto que algún día la veré tengo muchas ganas pero quiero descargarla para ver en buena imagen , es una película que como siempre se luce con sus fondos que emanan los colores vivos de la naturaleza y diseño de personajes que destacan mucho en especial totoro y el gatobus demostrando de nuevo la increíble imaginación del creador .
ResponderEliminarSaludos
Pues yo que tú me pongo a bajar todas las pelis de Hayao Miyasaki, que te has perdido verdaderas maravillas.
EliminarSe trata de una peli bien bonita y evocadora. Tiene eso de cuando uno, de chico, pensaba que algo increíble podía ocurrir a la vuelta de la esquina. La escena cuando las dos niñas están esperando al papá que viene en el bus es maravillosa. La música es lindísima. Debo reconocer que me gusta más "El Castillo Vagabundo".
ResponderEliminar¡No puedo creer que Totoro haya dejado de ser tu favorita! (siendo que el "llorómetro" te subió harto siendo tú un hombre hecho y derecho). En todo caso, a mí también me gusta más la que mencionas, si bien le tengo un especial cariño a Totoro, por ser la primera peli de su director que vi en español y que además tuve en mi colección.
EliminarCon esta película me pasó que no me gustó demasiado la primera vez que la vi. Mucha ensoñación, mucho algodón, mucho no pasar nada. Yo ya conocía al señor Miyazaki y sabía que tiene su estilo, y no la encontré mala (¿hay alguna película de Hayao Miyazaki que sea mala?), pero sí la consideré sobrevalorada. Pasaron algunos años, por circunstancias de vida la volví a ver, y ahora un poco sabiendo lo que iba a encontrar... ahí sí que me enganché con ella. No es mi película favorita de Miyazaki, honor que le pertenece probablemente a El viaje de Chihiro, pero ahora la aprecio mucho más que cuando la vi por primera vez.
ResponderEliminarA mí me gusta tanto "Totoro", que desde hace años tengo un lienzo al respecto...¡¿Y me vas a creer que hoy mismo me acaban de regalar un llavero de peluche de él?
EliminarCada vez que veo Totoro encuentro más detalles a sus escenas, los libros, el pasto, las astillas de un madero viejo, el agua. La primera vez que la vi, fue en un canal de cable y la agarré a la mitad, luego de ver el día de repetición apareció la "pirata", copia en VHS que aún conservo. Cepy
ResponderEliminarComo esas grandes obras de arte, "Mi Vecino Totoro" resulta ser una experiencia para disfrutarla una y otra vez, que tal como bien dices, uno nunca terminar de encontrarle nuevas virtudes.
Eliminar