5- El Diario de
Ellen Rimbauer (Telefilme).
Un año después del estreno de la
miniserie Rose Red, sobre un guión original de Stephen King, se estrenó
en el transcurso de 2003 la adaptación televisiva de la novela precuela a esta
obra. Es así que teniendo de guionista
al mismo autor del libro, Ridley Pearson, se optó por hacer una película para
la televisión, en vez de una producción más larga y centrándose en la materia
prima del texto, en vez de extenderla por medio de nuevo material, salido de la
imaginación de su propio autor. Pese a
que esta obra no alcanza a llegar a la hora y media de duración, no deja de ser
una fiel versión del volumen que la inspiró, conectándose de manera genial con
los eventos transcurridos en la miniserie ya mencionada.
Tal como sucede con la novela, este
largometraje nos lleva por completo a las primeras décadas del siglo XX,
enseñándonos el origen de la dinastía maldita de los Rimbauer, partiendo desde
antes de la construcción de Rose Red, hasta mostrarnos su época de esplendor y
de mayores terrores dentro de sus paredes.
Difícil resulta no comparar esta adaptación
con el libro que la inspiró, más todavía si se gozaron tantos sus páginas. Al respecto, comenzaré mencionando
que los viajes realizados por los recién casados, a lo largo del
mundo, no se exponen con tanto detalle como en el libro, pero sí la puesta en
escena destaca la significativa parada que viene a ser África y en la que se
sella la estrecha fraternidad entre la protagonista y la admirable
Sukeena. Pese a que no ocupa mucho
tiempo esta parte de la cinta, su ambientación y valor contrasta bastante con
la belleza mortal que significa vivir dentro de Rose Red, así como el mundo
urbano y “moderno” del Seattle de
aquellos años. Solo las escapadas al
barrio chino, de parte de los dos personajes femeninos principales, permitirá
hacer otro cambio valioso de ambientación.
Bien se podría decir que esta adaptación está
bastante “suavizada” a la hora de presentarse a los televidentes, puesto que
varios de sus elementos más escabrosos o bien están obviados o se solo se
encuentran expuestos de manera implícita.
Esto sucede con el aspecto erótico dentro de su argumento, que es
bastante fuerte dentro de la novela original y que no hay que olvidar que posee
dos aspectos: uno monstruoso y salvaje, relacionado con la figura masculina y
avasalladora de John Rimbauer y la otra, más amable y femenina de su esposa y
la amante de esta. No hay duda sobre la personalidad propia de un obseso sexual
del “villano humano” de esta historia, pero ello no se grafica en pantalla de
manera tan directa y mucho menos se adentra el telefilme, en la extorsión
sexual que hace a su propia esposa y hacia Sukeena; asimismo, la relación
lésbica entre Ellen y su compañera a lo más se insinúa en el clímax. De igual manera, uno de los mejores momentos
del libro y más escabrosos, relacionado con una cobarde violación, también se
minimiza bastante en la versión televisiva.
Se podría decir, entonces, que este descenso en la carga erótica, no
solo viene a ser un consenso para evitar la censura y llegar a un mayor
público, sino que desmejora en parte el sentido dramático del libro (puesto que
las perversiones de John y el amor incondicional entre Ellen y su amiga,
determinan bastante la atmósfera enrarecida de la trama).
En contra de lo esperado, no se filmaron
de la misma forma algunos de los flashbacks presentes en Rose Red, sobre el pasado
de los Rimbauer (que forman parte de los acontecimientos narrados en la novela,
tal como sucede con la recordada sesión de espiritismo, en el que la casa le da
su mensaje a Ellen), sino que optaron por hacer una nuevas versiones al
respecto. Esto se entiende, también, por
el hecho de que 2 de los 3 personajes principales fueron ahora interpretados
por otros actores, específicamente Ellen y John Rimbauer. En cambio solo Sukeena volvió a ser encarnada
por la misma actriz. Cabe destacar que para
el retorcido personaje de John, se contrató a un actor mucho más joven y guapo
que el que aparece en la miniserie, ya que al ser esta vez personificado por el
varonil Steven Brand, se quiso resaltar su lado más animal y fatal.
Otro aspecto que puede llamar la atención al
compararse el texto narrativo y su montaje audiovisual, tiene relación con
otros convencionalismos estéticos, que se hicieron a la hora de trasladar el
argumento del papel a la pantalla chica.
Esto tiene que ver con la apariencia que se le otorgó a 2 interesantes
féminas que aparecen en la novela: la esposa del caído en desgracia socio de
John Rimbauer y la médium china a la que acude en más de una ocasión
Ellen. Pues resulta que en el texto la
primera es una mujer mayor muy poco agraciada, cuyo aspecto y personalidad
justifican en parte el drama de la homosexualidad conflictuada de su marido,
contextualizando mejor la época y sociedad en que se ambienta la historia. De igual manera, la vidente en el papel es
una inmensa mujer obesa, que le da tanto un aire esperpéntico (como a la
anterior mencionada), además de una dimensión extraordinaria, como de igual
manera maternal. Y es que en el
telefilme la primera fue actuada por una bella actriz mucho más joven y en el
caso de la segunda, se contrató a una mujer más menuda y de aspecto
frágil. En realidad habría sido genial
que mantuvieran todo esto tal como en el papel, aunque queda claro que en los
tiempos en los que se realizó esta adaptación, la televisión aún no estaba tan preparada
para tales grados de efectismo (bueno, salvo honrosas excepciones).
Y sin embargo, pese a todos los cambios
que se hicieron, esta versión no deja de hacerle honor al texto que la inspiró
y a la misma miniserie, que dio paso a todo esto.
Sí se repitieron el plato el director
Craig R. Baxley, quien volvió a hacer un solvente trabajo tras las cámaras y el
compositor Gary Chang, dándonos hermosas melodías para amenizar esta igualmente
recomendable producción.
Tráiler.
Saludos Elwin, aquí murinus2009.
ResponderEliminarPor lo que mencionas hubo algunos cambios en la adaptación de esta novela precuela a telefilme.
Suele ser lo "normal"; bajarle el contenido de sexo, violencia, cambios cosméticos en algunos personajes, era difícil hacer la adaptación mas fiel a la novela sin pasar la censura creo yo.
tal vez en la época futura a través del Internet se haga una versión mas fiel.
Sigo sin ver esta obra de King.
Queda en los pendientes.
Gracias y hasta pronto.
Bueno, este tipo de cambios es inevitable, que hay que saber diferenciar entre obra original y adaptación, pues una copia calcada es imposible. Además, cabe recordar que en mi caso primero vi el telefilme, al menos dos veces y solo hace unos meses atrás tuve el gusto de leer la novela y hacer las comparaciones. Ojalá pronto puedas ver estas producciones.
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