Las
Llaves del Aire
(1996, Unlocking the Air and Other Stories) es una colección
"inusual" de textos narrativos que, por mi parte, no todos son lo que
llamaría cuentos. Lo recién afirmado por
mí y de forma tan tajante, lo puedo respaldar con las palabras de su propia
autora Ursula K. Le Guin:
"Los cuentos de Las llaves del aire
no son de ciencia ficción; podrían clasificarse como mero realismo, o realismo
mágico, o surrealismo, o algún género posmoderno que todavía no tiene nombre. A
veces se enfrentan a la realidad en una auténtica confrontación a la luz del
día; otras veces mediante un desvío, tomando un oscuro camino lateral, pero la
realidad está siempre presente... Algunos escenarios son realistas, como el
país central europeo de Orsinia o el pueblo de Ether, Or. Otros ocurren en
escenarios fantásticos, como Oakland, Cleveland o Portland. Algunos utilizan
una voz múltiple, o una voz mítica para hablar sobre la realidad, pues la
realidad es un pez escurridizo que a menudo sólo puede ser capturado con una
red de encantamientos o con el gancho de la metáfora. Estos cuentos son
exploraciones de los misterios de la palabra, el tiempo y la vida ordinaria y
el dolor ordinario."
Publicadas la mayoría de estas obras
originalmente en revistas prestigiosas como The New Yorker, Harper's
y Playboy, para nada especializadas a los géneros que hicieron famosa a
esta escritora, se trata de trabajos alejados del estilo mismo en que la
encasillamos; por esto mismo, se trata de un tomo que puede decepcionar a quien
espera encontrarse con pasajes y personajes parecidos a los del resto de la
bibliografía de la Le Guin.
Lo anterior me sucedió cuando hace casi dos décadas atrás, compré feliz el libro en oferta, nuevecito, en tapa dura y con sobrecubierta. Pues resulta que, al poco tiempo de adquirirlo, comencé a leerlo entusiasmado, pero con suerte habré llegado a las primeras 70 páginas, que me aburrió sobremanera. Ahora que ha pasado el tiempo y se supone soy menos ignorante y he desarrollado más mi capacidad de análisis, me he dispuesto a revisar en profundidad esta selección, siguiendo con mi autoreto/proyecto de leer a mujeres cuentistas. Es así que les presento la primera parte de esta segunda oportunidad, que en parte la acabaré con algo de dificultad y solo por respeto a quien antes tantas satisfacciones me dio; así que me terminaré el volumen, esperando que el resto que me queda de sus páginas me sea más grato (cuando escribo estas palabras, voy en la mitad del libro). He hecho lo mejor posible por rescatar las virtudes que pueda encontrar en estas "historias", que posiblemente a muchos les gustarán, lo que no es mi caso.
A ver qué les parece:
1.
Las cuatro y media.
Una serie de cuentos breves, ocho en total,
y que abarcan casi 50 páginas. Todos
poseen sus propios títulos, pero comparten algo muy especial: personajes con
los mismos nombres, los cuales viven vidas parecidas en uno y otro relato, a
veces con parentescos que los convierten en variaciones interesantes de sus
"gemelos". Algo así como un
Multiverso. Hay varios momentos de
verdadera belleza, tal como nos acostumbró Ursula K. Le Guin, autora a la que
echamos bastante de menos tras su partida.
Sin embargo, no logro encontrar la razón del nombre genérico de estos
textos, ni el sentido general de estas historias, cuya moraleja se me escapa
también. La verdad es que creo que la
intención de la escritora fue hacer un ejercicio de escritura creativa,
contándonos varias versiones de los mismos personajes.
2.
La casa del profesor.
Un docente universitario tiene en su hogar
una sofisticada casa de muñecas, a la que le dedica gran parte de su tiempo.
La historia nos mantiene alerta, pero va por los mismos derroteros que los textos anteriores, sin un verdadero drama que podamos reconocer y para que todo acabe de la manera que nos tenía acostumbrados.
Si tuviera que decir de qué va esta narración, diría que de las obsesiones y de cómo un hombre mayor, pese a su inteligencia, puede perder la comunicación incluso con su familia, cuando opta por orientar sus frustraciones en algo tan "banal" como un juguete para niños (otros lo harán usando para ello el fútbol o la gula). Por supuesto, esto que digo es un intento de interpretación mía, para darle sentido a una pieza que me dejó anonadado.
3.
Ruby en el 67.
Dos ancianas hacen un viaje en bus y
conversar de varias cosas.
Si los textos anteriores nos parecen raros y carentes de sentido, este lleva las de ganar.
Una verdadera decepción para mí (¿Qué se estaba fumando la tía Ursula cuando escribió este relato?)
4.
Limberlost.
Una novelista asiste a un congreso de
literatura, que se lleva a cabo en un campamento rodeado de un bosque o algo
parecido. Allí no solo disfruta del
lugar y de toda la experiencia, sino que comienza a recordar que hace muchos
años anduvo por ahí.
Un cuento mucho más extenso que los anteriores y que nos mantiene expectantes a lo que va a pasar, pero (y casi me apena decirlo, de una escritora tan magnífica como la Le Guin) o bien se desinfla hacia el final sin acabar como esperaríamos de una historia convencional, o bien se me escapa el sentido que le quiere dar su autora. En todo caso, el tono de esta selección está claro que es romper, hasta ahora, con lo que se supone saldría de la imaginación de alguien como esta artista.
Lo anterior me sucedió cuando hace casi dos décadas atrás, compré feliz el libro en oferta, nuevecito, en tapa dura y con sobrecubierta. Pues resulta que, al poco tiempo de adquirirlo, comencé a leerlo entusiasmado, pero con suerte habré llegado a las primeras 70 páginas, que me aburrió sobremanera. Ahora que ha pasado el tiempo y se supone soy menos ignorante y he desarrollado más mi capacidad de análisis, me he dispuesto a revisar en profundidad esta selección, siguiendo con mi autoreto/proyecto de leer a mujeres cuentistas. Es así que les presento la primera parte de esta segunda oportunidad, que en parte la acabaré con algo de dificultad y solo por respeto a quien antes tantas satisfacciones me dio; así que me terminaré el volumen, esperando que el resto que me queda de sus páginas me sea más grato (cuando escribo estas palabras, voy en la mitad del libro). He hecho lo mejor posible por rescatar las virtudes que pueda encontrar en estas "historias", que posiblemente a muchos les gustarán, lo que no es mi caso.
A ver qué les parece:
La historia nos mantiene alerta, pero va por los mismos derroteros que los textos anteriores, sin un verdadero drama que podamos reconocer y para que todo acabe de la manera que nos tenía acostumbrados.
Si tuviera que decir de qué va esta narración, diría que de las obsesiones y de cómo un hombre mayor, pese a su inteligencia, puede perder la comunicación incluso con su familia, cuando opta por orientar sus frustraciones en algo tan "banal" como un juguete para niños (otros lo harán usando para ello el fútbol o la gula). Por supuesto, esto que digo es un intento de interpretación mía, para darle sentido a una pieza que me dejó anonadado.
Si los textos anteriores nos parecen raros y carentes de sentido, este lleva las de ganar.
Una verdadera decepción para mí (¿Qué se estaba fumando la tía Ursula cuando escribió este relato?)
Un cuento mucho más extenso que los anteriores y que nos mantiene expectantes a lo que va a pasar, pero (y casi me apena decirlo, de una escritora tan magnífica como la Le Guin) o bien se desinfla hacia el final sin acabar como esperaríamos de una historia convencional, o bien se me escapa el sentido que le quiere dar su autora. En todo caso, el tono de esta selección está claro que es romper, hasta ahora, con lo que se supone saldría de la imaginación de alguien como esta artista.
Al menos logro reconocer en esta pieza, bastante raras, algo más o menos comprensible para mi escaso entendimiento: la fragilidad de estas criaturas está relacionada con la muerte y la sensación de mortalidad misma de quien aquí nos cuenta estos pasajes.
Este es el texto que mejor demuestra las virtudes narrativas de la escritora, pues posee un evidente drama humano al cual le saca partido; no obstante, el desenlace me parece es demasiado insignificante como para las expectativas que me había hecho. Supongo lo anterior, porque la vida misma no siempre es tan épica o maravillosa como quisiéramos.
Por cierto, considerando que estos trabajos transcurren en el "mundo real" (al menos los que he leído hasta ahora), este es el primero en el que se hace mención a la cultura popular y ello cuando uno de los personajes hojea una revista en la que aparece el actor Kevin Costner. Algo curioso ¿No?
Lo que parece de lo más estrafalario tras el primer encuentro, se vuelve más raro aún con el siguiente.
Otro texto de la escritora que escapa a la causalidad y que se haya en el terreno de lo inclasificable. Definitivamente no es mi tipo de historia.
Lo que podría dar a un relato lleno de intriga y sorpresas, termina como otros textos del libro: dejándonos con una gran interrogante, acerca del sentido de algo tan extravagante como esto.
Siempre me inspiras a nuevas lecturas amigo y eso lo agradezco muchísimo, aunque mi bolsillo sufra jajajaja
ResponderEliminarPara conocer a la gran Ursula K. Le Guin, este no es el libro que te recomiendo, hay otros lejos mejores.
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