Luego de dos exitosas y aplaudidas temporadas, el show televisivo de ciencia ficción The Orville regresó para una tercera temporada (la última hasta el momento, si bien están todas las ganas para, al menos, una más).  Este retorno vino con mayor apoyo económico, lo que bien se puede apreciar en los fabulosos efectos especiales, que están a la altura de las mejores producciones de cine del género, capítulos más largos y una orquestación más sinfónica para la banda sonora.  Pero lo mejor de todo, es que mantuvieron la calidad de los guiones, ello gracias a que su creador, el mismísimo Seth McFarlane, no dejó de mantener su control de ella y no solo como uno de sus protagonistas (el adorable Capitán Mercer), sino que como guionista de la mayoría de los episodios y hasta director de muchos de ellos; asimismo, volvió el mismo equipo de personajes.  También mantuvieron el formato de capítulos autoconclusivos, aunque manteniendo unos cuantos arcos argumentales paralelos, para trabajarlos de manera progresiva a lo largo de la temporada. Por cierto, incorporaron un nuevo personaje, de quien hablaré en su momento, quien no ha sido de mi agrado, aunque no porque sea un mal aporte al programa; solo que difiere del resto, que me encanta y hasta el momento de lo que he visto de ella, no me ha agradado cómo actúa (que al escribir estas palabras, solo he visto 5 capítulos, los que ahora comentaré).
    Antes que se me olvide, ahora el espectáculo lleva el subtitulo de New Horizons, o sea Nuevos Horizontes, haciendo mención al carácter explorador de la Orville y su tripulación, que está vez tienen más que nunca razones para ello (y, tal vez, para recalcar también esta etapa mejor financiada de la serie, que nos permitirá apreciar un producto más sofisticado).
1. Oveja Electrónica:
     La Orville está en reparaciones en una enorme estación espacial, tras el duro enfrentamiento en contra de los kaylons, la raza de IAs a la que pertenece Isaac y a la cual este decidió rechazar al evaluar mejor su relación con los orgánicos.  Sin embargo, debido a las bajas en la guerra muchos le echan la culpa a Isaac, incluso algunos tripulantes de la Orville y dejando de lado la lealtad que tuvo con ellos el androide.  Es así que este, supuestamente sin emociones, para evitar conflictos con el resto y ayudarlos a actuar con eficiencia, decide "desconectarse por completo".
   Un impactante y muy emotivo regreso a las pantallas, que nos lleva a reflexionar acerca del suicidio, su efecto en quienes rodean al que ha tomado dicha decisión, el papel que cumplimos en la vida de los demás (o más bien cómo los marcamos) y la intolerancia.  No dejo de reconocerles que me llegó al corazón esta gran pieza y que se me hizo dura la ingratitud hacia Isaac (para mí la mejor interpretación masculina del programa).
2. Reinos de las Sombras:
   La Unión sigue con su labor diplomática para conseguir la alianza con los Krill, es así que consiguen gracias a su permiso logran pasar una nave (adivinen cuál) por su territorio; sin embargo, en el típico afán de menospreciar las creencias de otros, se aventuran por un sitio para nada recomendado.  Las consecuencias de lo anterior, serán una gran y dura lección para los osados exploradores.
    Cabe mencionar que en este episodio, sabremos datos sabrosos del pasado de nuestra querida doctora Claire (adoro a Penny Johnson Jerald, su actriz a cargo de tan gran personaje) y también nos regalan una buena cuota de horror, con unos cuantos "monstruitos" bastante pulps.
3. Paradoja Mortal:
     Una partida de la Orville llega a un planeta que ha presentado dudosas lecturas desde el espacio y cuando ya están en él se encuentran con una construcción imposible; se adentran en sus inmediaciones, lo que los lleva a varias situaciones de peligro.  La aventura va desconcertándolos cada vez más, puesto que el ambiente que los rodea va cambiando cada cierto tiempo y, de paso, uno a uno es sometido a una especie de sensación de haber muerto.
   Un clímax impactante e inesperado entre tanto capítulo de lujo, que conecta con uno de los momentos más sublimes de la primera temporada. 
    Estupendos y poéticos diálogos.
4. Lluvia que cae suavemente:
    Es increíble cómo esta serie de tan pocos capítulos y con un formato que se echaba de menos, sea tan estupenda y cada entrega consiga ser una gozada enorme (lo que me hace recordar y añorar la edad dorada de los programas de ciencia ficción, la época de los primeros spin-offs de Star Trek, de The X-Files, Babylon 5 y Farscape, cuando una vez a la semana tenías una historia distinta y no era necesario estar "esclavizado" a una continuidad como ahora).  Es así que se mantiene para esta ocasión  el formato autoconclusivo, pero tomando como elemento las relaciones diplomáticas con los Krill y la experiencia del capitán con cierta espía (personaje introducido en la primera temporada y desarrollado de manera más dramática en la segunda).   La Orville es enviada al planeta de sus antiguos enemigos, para firmar el ansiado tratado de paz; pero lo que comenzó de forma tan esperanzadora, se vuelve una pesadilla, cuando un grupo que se opone a la alianza se toma el poder del planeta y todos ellos son considerados para la ejecución.  Luego de varios vaivenes para evitar la muerte de todos, el capitán Mercer se entera de que su pasado lo ha seguido más de la cuenta, que las buenas acciones e intenciones poseen repercusiones inesperadas y que la gente es tan compleja, que siempre nos sorprenderán sus decisiones.
   Un capítulo increíble, que de seguro dará paso a varias situaciones de peso en el futuro.  Mención aparte el trabajo artístico y técnico para mostrar el planeta alienígena, en verdad sobresalientes.
5. Historia de dos Topas:
   En lo que va de esta potente tercera temporada, que pareciera ser superior a las dos anteriores, este es mi episodio favorito y el segundo que me hizo llorar de tan hermoso que es.  Quizás algunos lo encontrarán woke, aunque yo no lo veo así; como la buena ciencia ficción, es una historia que se nutre de la contingencia social y lo que nos muestra a través de la extrapolación, de "exagerar" y ficcionar las problemáticas actuales (en este caso la transexualidad y la transfobia), es una demostración más de las fortalezas de este show.
   Tapa es el hijo de Bortus y de su desagradable esposo.  El niño nació marcado por una condición genética, que para su machista pueblo es inaceptable; de modo que al comienzo de la primera temporada, lo vemos sometido a un atroz procedimiento para corregirlo.  Como su especie se desarrolla más rápido que la humana, para cuando sucede esta historia ya es un adolescente; es cuando reconoce sentirse completo y empieza la búsqueda de su propia identidad, en la cual encontrará el apoyo de varias personas y la resistencia de su familia.
   Un capítulo duro y hermoso, que hasta para el humor se da espacio, tan bien orquestado, que lo encuentro entre lo más destacado de la ciencia ficción televisiva.
   Destacable cómo el argumento evidencia el impacto de las relaciones interculturales y las relaciones estrechas para volvernos mejores personas y mirar el mundo de manera más amplia; en contraposición de quiénes se resisten al cambio por miedo y comodidad, actuando de forma verdaderamente nefasta.
   No olvidar la intertextualidad a la hora de titular este capítulo, ingeniosa manera para referirse al famoso libro Historia de dos ciudades de Charles Dickens.
                       Los hermosos créditos de esta 3° temporada (muy de Star Trek)
 
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