sábado, 3 de junio de 2023

Nuestro propio Cien Años de Soledad (II)


 IV. Los personajes.
 
    Para abarcar las dimensiones estéticas de un libro como este y apreciar su rica gama de matices, es necesario detenerse en sus personajes (que son bastantes, la verdad), puesto que son ellos quienes hacen de La Casa de los Espíritus un libro excepcional.  Y es que recordamos con tanto cariño libros como este, gracias a la humanidad que les insuflan sus autores, quienes vienen a ser, incluso, lo más valioso de sus páginas.  No está de más decir que a partir de esta novela, Isabel Allende se volvió una gran hacedora de personajes y a tal punto de que con posterioridad, sus títulos serían valorados en gran parte por protagonistas y secundarios tan entrañables. Así que démosle, de una vez por todas, a este recorrido a través del verdadero pilar de esta obra.
 
1. Clara: El personaje femenino más potente de la novela y cuyo segundo capítulo tiene su nombre.  Es la hija menor de Severo y Nivea del Valle, un matrimonio compuesto por dos aristócratas liberales, quienes contribuyeron siendo los modelos de una personalidad singular; por lo tanto, la autenticidad y excentricidad (en especial por parte de la madre) son elementos primordiales suyos y de sus vástagos.  Con poderes como la capacidad de descifrar los sueños, la telequinesis y otros, es también quien le otorga buena parte de su carácter de Realismo Mágico a esta obra.  Despistada, vive su mundo, aunque siempre fue una mujer amable y de buen trato con los demás.  Resulta difícil no encariñarse con esta mujer, cuya presencia estará a lo largo de todo el texto y quien viene a ser la primera de su estirpe, entre las grandes heroínas que Isabel Allende nos concederá a través de su narrativa.
 
2. Esteban: La contrapartida de la anterior, es el personaje masculino más relevante de esta pieza, quien no solo se encontrará presente a lo largo de su extensión, sino que es uno de los dos narradores del libro.  Único hijo varón de una familia otrora poderosa, caída en desgracia, se empecinó en devolverle la gloria perdida a su apellido, hacerse un hombre rico y poderoso; fruto de su esfuerzo y carácter aguerrido lo consigue, desposando a Clara y con la que tuvo 3 hijos.  Política y moralmente conservador, es un representante de la clase privilegiada de América Latina, descendientes de los hijosdalgo que hicieron fortuna en estas tierras y otros inmigrantes europeos, de costumbres rígidas y elitistas.  Machista, prejuicioso y orgulloso, pese a todos sus defectos posee su propia porción de nobleza, por la cual Clara aceptó casarse con él y que será determinante cuando lleguemos al impactante climax del volumen.
 
3. Férula: La hermana mayor de Esteban, es una mujer que entregó su vida primero al servicio de su madre y luego al de su cuñada. Lo anterior la llevó a renunciar a su propia plenitud, aunque tuvo sus breves instantes de felicidad "encubierta", debido a su incapacidad para abrazar la libertad.  De espíritu atormentado, solo conoce el amor cuando llega a su vida Clara, cuya "pasión prohibida" para la época en la que se desarrolla la historia de ambas, determina su destino.  Dos de los momentos más emotivos y hermosos de la novela, giran en torno a esta mujer, por la cual sin problemas podemos sentir compasión y hasta simpatía ante su soledad y su objeto amoroso.
 
4. Blanca:  La primera hija del matrimonio Trueba del Valle, es una mujer marcada por su único amor nacido en plena infancia.  Frenada por su padre a vivir públicamente su romance, la relación con este se reciente, aunque con su madre en ningún momento pierde la excelente comunicación.  Los acontecimientos políticos del Golpe Militar, la llevarán a decidirse por fin a dejar de lado su mansedumbre de mujer madura; de ese modo, por fin, defiende de una vez su derecho a ser feliz y sin dar explicaciones a nadie.
 
5. Nicolás:  Uno de los dos gemelos que nacen años después de Blanca, resulta ser el hijo más "descarrilado" de los Trueba del Valle.  En su vida adulta nos recuerda al mítico Tío Marcos, con el que comienza esta extensa narración, debido a todas sus "locuras lindas" y un ejemplo más de la idea del tiempo cíclico, uno de los principios de La Casa de los Espíritus.  Sin ser una persona malvada, si nos puede ser fácil enjuiciarlo como a un inepto e irresponsable, al no saber enfrentar uno de los momentos decisivo de su vida.
 
6. Jaime: Quien fuera el inseparable compañero de juegos de su gemelo, durante la infancia, terminó separándose de este, debido a su opción de vida por completo distinta y personalidad más retraída.  Mientras el primero fue un hedonista y luego optó por el misticismo espiritual, este otro se pareció más a su Tía Férula, en cuanto a su preferencia por el desprendimiento de lo material, siempre pensando en los demás.  Puede ser que Nicolás haya sido el más apuesto de los dos, al menos durante su etapa de mujeriego, pero la apariencia "musculosa y peluda" de este otro, lo hace mayormente atractivo como hombre hecho y derecho, asi como sus dotes heroicas.  De pocas palabras, es cariñoso cuando debe serlo y posee una nobleza, que lo hace ser uno de los dos personajes masculinos más interesantes del libro.


 
7. Pedro Tercero: Nació en la hacienda de Las Tres Marías, descendiente de la humilde familia García, que trabajaban para los Trueba del Valle y eran parte de sus numerosos "inquilinos".  Hijo de Pedro Segundo, la mano derecha de Esteban apenas conoció a Blanca en su niñez, quedó prendado de ella y luego con la llegada de la adolescencia el amor se convirtió en pasión, la que definiría sus vidas para siempre.  De principios morales firmes, desde muy joven se interesó por los derechos de los más pobres, promoviendo la justicia social a través del canto. Inspirado en la figura del cantautor popular Víctor Jara, era un enemigo acérrimo para Esteban, aunque sus existencias estaban inexorablemente unidas.
 
8. Alba:  Hija de Blanca y Pedro, mantiene ciertos rasgos estrafalarios de buena parte de su familia, así como la actitud más equilibrada de otros de su estirpe. De toda su familia, pese a las singulares razones de su nacimiento, que le provocó varias rabias a su abuelo, es quien más cercana está a este y por quien se desvive el viejo cascarrabias.  Posee su propia historia de amor.  Asimismo, es protagonista de uno de los momentos más duros de la novela.
 
9. Amanda:  Una mujer con aire inquietante e intelectual, que gusta vestirse de forma muy particular y quien, pese a su delgadez, mantiene una fuerte carga erótica que acaparará la atención de los gemelos.  Detrás de su imagen provocadora hay más de un secreto, que nos darán un par de tristes pasajes.
 
10. Miguel: Al hermano menor de Amanda lo conocimos de niño, cuando era llamado Miguelito.  En la vida adulta lo volvemos a ver, ya convertido en un universitario a punto de titularse y en un militante de extrema izquierda.  Es el objeto amoroso de Alba.
 
11. Jean: Uno de los personajes más curiosos de la novela, es un misterioso europeo que ostenta el cargo nobiliario de conde.  Llega hasta la familia Trueba del Valle con intentos de hacer fortuna y termina ligado a la familia en circunstancias bastantes especiales.  Refinado, culto y de apariencia sofisticada (por decirlo de forma "educada"), se descubren sus gustos más "exóticos" de una manera muy graciosa.
 
12. Nana:  La maternal empleada "puertas adentro" de los Trueba del Valle, vivió sirviendo primero a los padres de Clara.  De ascendencia directa indígena, devota católica y ama de casa experta, se entrega en cuerpo y alma a la familia que la tiene bajo su techo.  Su presencia responde a un arquetipo e institución cara a la vieja sociedad chilena, muy querida entre las familias tradicionales (tal como lo podemos apreciar en la hermosa obra de teatro nacional, Mama Rosa de Fernando Debesa).  Cabe mencionar que encontramos personajes con sus características, en otras novelas de Isabel Allende como Inés del Alma Mía.  La Nana, de quien nunca llegamos a saber su nombre y apellido, nos aporta tanto un conmovedor episodio (gran ejemplo de su valor como persona y para quienes tienen la dicha de contar con ella), como buena parte del elemento humorístico, que también caracteriza a la escritora.
 
13. Esteban García:  Hasta el momento hemos conocido a varios personajes, por los cuales podemos sentir simpatía como mínimo (incluso al mismo Esteban, con todos sus defectos, le podemos reconocer más de una virtud), siendo este el único de carácter totalmente despreciable.  Es nieto de Esteban, producto de una de sus violaciones de juventud entre sus inquilinas y pese a que nunca fue reconocido como descendiente suyo, lleva el nombre de su "patrón", como un símbolo de su relación con este.  Resentido por la pobreza en la que le tocó vivir, ignorado y despreciado por su familiar, cuando logra obtener cierto poder, decide vengarse de manera atroz de Esteban y de su estirpe.  A este villano, pese a ser un sujeto tan rastrero, se le entiende con facilidad el tortuoso camino que ha optado, aunque no por ello se le deben justificar sus espantosos atropellos.  Cabe mencionar que alguien como él, con todo lo que implican sus bajezas y el papel que juega dentro de esta obra, demuestra la ya temprana maestría de Isabel Allende para crear a un sujeto verosímil y que bien encarna características de muchos hombres como él, que cometieron semejantes atropellos.
 
14. Pedro el Viejo:  Bisabuelo del anterior, abuelo de Pedro Tercero y padre de Pedro Segundo, es un hombre de campo que representa al sabio autodidacta del pueblo, poseedor de conocimientos "mágicos".  De inteligencia superior a la del resto de su gente, aunque humilde y servicial, tiene todo el respeto de Esteban, a quien al menos en dos ocasiones le hace dos inolvidables milagros (y éstos últimos, son sendos ejemplos de Realismo Mágico dentro del libro).  Su hija Pancha García fue violada en la adolescencia por el "patrón", lo que desencadenaría la tragedia del odio de Esteban García.
 
15. Tránsito Soto: Esteban la conoció cuando era apenas una adolescente flaca y que trabajaba de prostituta en el único prostíbulo cercano a Las 3 Marías.  De personalidad impetuosa, como el mismo Trueba y de una sexualidad/sensualidad bastante fuerte, sumado a su empecinamiento por salir de la pobreza, consigue caerle bien de inmediato al "patrón"; de ese modo accede a prestarle una pequeña suma, para que ella pueda cumplir su sueño de superarse.  La agradecida y simpática mujer, ya vuelta una verdadera belleza, se vuelve a encontrar con él años después, convertidos en una especie de amigos (Tránsito es la única mujer y persona, luego de Clara y aparte de Alba, con quien Esteban logra bajar sus defensas).  La ya convertida en una importante madama, será de vital importancia para sortear la desgracia de Esteban, llegados al comienzo de la dictadura militar.  Debe saberse que Isabel Allende, rescató a este personaje de una pieza teatral que escribió en los setenta (Yo soy la Tránsito Soto, obra que lamentablemente como mucho de lo que realizó en esa misma época, no ha vuelto a editarse, ni a montarse).
 
16. Rosa:  Hermana mayor de Clara y el primer amor de Esteban.  De una tremenda belleza, poseedora de un sobrenatural pelo verde, aparece solo en el primer capítulo de La Casa de los Espíritus (que lleva su nombre).  Pese a no tener muchos diálogos, durante su intervención, su presencia posee una gran fuerza en esta parte del libro.

 
V. Mi historia personal con el libro.
 
   En algún momento mientras he dedicado mi tiempo al blog, en sus primeros años, seguro que conté esta historia: Era un adolescente de solo 14 años, cuando en el programa de reportajes Contacto (que lo veía sagradamente todos los miércoles o jueves durante años), supe de una autora de origen chileno y radicada en Estados Unidos que se había vuelto una estrella de las letras internacionales.  En mi breve existencia hasta el momento y poco conocimiento de la literatura de mi país, enterarme de esto fue una bomba, que no solo me hizo sentirme orgulloso de mi compatriota, sino que enterarme de qué trataban sus trabajos, me dejó con un tremendo anhelo de conseguirme su bibliografía.  Pocos meses después, al cumplir los 15 años, recibí de regalo de parte de mis padres (solicitados por mí, claro), La Casa de los Espíritus y Cien Años de Soledad; no tenía idea de la relación de ambas obras, pero como también estaba muy impaciente por saber de qué iba el texto de García Márquez, que varias veces leí/escuché breves recomendaciones al respecto, me devoré ambos tomos con mucho placer.  La Casa de los Espíritus fue mi lectura de esas vacaciones de invierno, calentito en casa cobijado de la lluvia, un periodo feliz para mí.
    Más tarde, me encontraba cursando segundo o tercer año de la carrera de Castellano en la universidad, cuando me reencontré con la narración que hoy nos atañe.  Fue para un trabajo de Literatura Chilena o Literatura Latinoamericana, ya no lo recuerdo, cuando decidí hacer un trabajo al respecto y con el propósito de que mi libro seleccionado me otorgara una buena nota.  No tengo más memoria al respecto. En esa era, todo lo hacía en mi máquina de escribir eléctrica y como no guardé los documentos de entonces y mucho menos contaba con la tecnología actual, que te permite conservar archivos en digital casi por siempre, no puedo decir qué impresiones me provocó mi primera relectura del libro.
    Solo una vez había dado leer esta novela a mis estudiantes y eso fue en los inicios de mi carrera como docente; en dicha época cometí muchos errores, carecía de experiencia y todavía me faltaba mucho para hacer una labor cono profesor que valiera la pena, en especial a la hora de preparar mis clases y material pedagógico.  Se la di como lectura para la casa a unos cuartos medios (cursos terminales de enseñanza media, secundaria en otros países) y en vez de hacer un control de lectura, quise "innovar" y les pedí hacer una versión en cómic del libro; en aquellos años la idea de crear una pauta de evaluación o rubrica, no estaba entre mis conocimientos y deberes a la hora de hacer una evaluación a los chicos, así que hoy bien puedo decir que no fue afortunada mi decisión.  Una buena alumna se enojó por no tomarles una prueba, puesto que a diferencia de la mayoría de sus compañeros se había leído la narración completa, pero no estaba dentro de sus habilidades lo que le pedía y con justa razón exigía la típica prueba que se hacía ille tempore (cerca del año 2000).  Pese a todo, recibí unos cuantos trabajos maravillosos.
    El año pasado convencí a mis colegas del Departamento de Lengua y Literatura (hace rato que dejó de llamarse nuestra asignatura Castellano) para que en 2023 los cuartos medios leyeran La Casa de los Espíritus; así también me hacía el tiempo para releer, luego de más de dos décadas, un título tan querido por mí.  Esta vez llevé a cabo, con mucha dedicación, una prueba de la cual me puedo sentir orgulloso, si bien aún no la tomamos.  Cabe mencionar que, reencontrarme luego de tanto tiempo con esta novela, ha sido tanto un viaje a la nostalgia, como todo un placer, que he disfrutado sobremanera la segunda relectura, descubriendo más que nunca las virtudes detrás de sus páginas; y es justamente este texto que escribo ahora y les comparto, la evidencia de mi redescubrimiento.


VI. La película.
 
    En 1993 se estrenó con bombos y platillos la adaptación cinematográfica y hollywoodense de La Casa de los Espíritus.  El realizador danés Bille August fue contratado para llevar a cabo esta superproducción, luego de haber filmado en su país al menos dos bellísimas cintas ganadoras de un montón de premios (Pelle el Conquistador y Con las Mejores Intenciones).  La cinta contó con un reparto de lujo, que hasta entonces pocos filmes habían conseguido, teniendo entre los protagónicos a artistas ya consagrados como Meryl Streep, Jeremy Irons, Glenn Glose, Winona Ryder, Antonio Banderas, Vanessa Redgrave y Armin Mueller-Stahl.  Altas expectativas se hicieron al respecto, ya que se trataba de la adaptación de una obra muy popular y querida, sin olvidar a quiénes estaban detrás de ella.  No obstante, el largometraje fue un fracaso comercial y de crítica en muchos casos, en especial porque obviaron a un montón de personajes importantes, simplificaron la última generación (mezclándola con la anterior) y eliminando casi todo el elemento sobrenatural; por otro lado, por muy buena actriz que fuese la Streep, era demasiado "vieja" para su papel de Clara, al momento de su casamiento con Esteban.  Pese a todo, esta producción consiguió unos cuantos galardones y si bien ha sido olvidada e ignorada por muchos, todavía tiene un público que la aprecia, pese a sus numerosas falencias.
    Dentro de los mejores aspectos de esta película, cabe mencionar sus actuaciones, en la que la mayoría de sus actores se encuentran soberbios (mucho me gusta Banderas, no obstante, creo que para esta cinta no estuvo muy inspirado), así como cuenta con varias escenas conmovedoras y bastante representativas del libro.  Todo un plus son su escenografía y en especial la preciosa banda sonora, de nada menos que Hans Zimmer, por completo épica y evocadora (uno de los primeros cd originales, que me compré fue este soundtrack, que lo encontré en oferta en un mall y que me trae muy bellos recuerdos de mi época universitaria).
     El libro bien se merece una mejor adaptación, ojalá en dos partes o incluso como miniserie; esta vez con más artistas latinos involucrados, pues solo María Conchita Alonso tuvo un papel en la mentada película y el único papel donde debía salir alguien semidesnudo mostrando el rostro, haciendo de Tránsito Soto, una prostituta, es un claro ejemplo del racismo gringo de aquellos años y que mostraba a latinos en papel estereotipados (si no me equivoco, también Antonio Banderas, un español que ya había mostrado la belleza de su cuerpo masculino, para sus trabajos junto a Almodóvar en su país natal, expone en una escena fugaz su culito).
 
VII. Palabras finales.
 
    Años después de publicar La Casa de los Espíritus, ya convertida en una escritora de renombre, Isabel Allende escribió dos precuelas a esta obra: Hija de la Fortuna (1998) y Retrato en Sepia (2000), novelas ambientadas en el siglo XIX y que tratan acerca de dos antepasadas de Clara y el resto de su familia.  De este modo surgió su Trilogía Involuntaria.  Así que tenemos harto para conocer a esta familia tan querible.

         
Tráiler de la película.

6 comentarios:

  1. Ledda Gaete Miranda3 de junio de 2023, 18:06

    La relectura de algunos de nuestros libros de la adolescencia,puede ser una experiencia positiva o crítica. Me alegro que para ti haya sido un emotivo recuerdo. En mi caso la tengo pendiente.

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  2. En TCM han estado retransmitiendo en el último tiempo esta película, no me he parado a verla, solo he observado retazos entre escena y escena, en efecto sorprende el elenco para una novela latinoamericana, parece retrato de época a ratos, lo que tiene su magia. Irons polifacético como siempre (pareciera que está libre de miedo a interpretar lo que le caiga por delante, tal vez sea el secreto de esa naturalidad que transmite su actuación). Amazon se animó con la biografía de Allende e Inés del Alma Mía, bien podrían tener en carpeta esta novela pero requiere de un presupuesto enorme por el desarrollo tan existencial de sus personajes (que es el alma de la novela, el relato es secundario), que en parte explica que el metraje de pantalla grande fuera tan apretado hacia el final, es imposible en una película abarcarlo todo. Genial nota como siempre.

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    1. Me alegra mucho saber que el.tiempo dedicado a este post tenga sus frutos y me lean y dejen un comentario tan inteligente/extenso como.el tuyo. En verdad, ojalá esta obra tenga la versión audiovisual que se merece, más considerando que su autora ya está muy mayor y la idea es que pueda disfrutar de geniales adaptaciones de su obra.

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  3. Insisto un referente literario, una piedra angular de la literatura latinoamericana

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