En el transcurso de este mes de noviembre, me tocó dirigirme a tres públicos relacionados entre sí, en sendos eventos de carácter formal (bueno, dos de ellos más relajados, la verdad). Todos ellos relacionados con mi labor de Profesor Jefe de un cuarto medio, a punto de egresar y de recibir su licenciatura. El primero y el último que di los escribí y revisé previamente a leerlos para los presentes, el segundo lo improvisé, porque me lo solicitó en ese momento la Directora del establecimiento, así que no podía negarme a ello. Hoy les comparto estas palabras hechas desde el corazón, quizás le sirvan a alguien para hacer sus propios discursos…
Estamos acá reunidas y reunidos, porque no solo hay ganas de compartir y pasarlo bien, en una gala para festejar el término de estos cuatro años de Enseñanza Media. Estamos juntas y juntos porque se lo merecen. Han sido constantes en sus sueños y esto de celebrar la vida y el fin del colegio con una cena de gala no es poco. Cada una y cada uno de ustedes se encuentra acá, porque valoran los ritos y los momentos especiales como el este, aquellos que nunca se repetirán como sucede con la presente reunión y eso las y los hace valiosas y valiosos.
Sigan siempre así, que forma parte de la autenticidad, valor que personalmente valoro mucho, tal como sucede la tenacidad, que de igual manera forma parte de lo que los y laa hace ser ustedes.
No hay que lamentarse por quienes se quedaron atrás, sino que disfrutar a concho la presencia de las y los que han decidido seguir con ustedes en esta empresa. Es más, cada una y cada uno de sus compañeras y compañeros que están a su alrededor, HAN ELEGIDO estar aquí y la vida en sí es una eterna toma de decisiones, muchas de ellas que nos marcarán por siempre. Por lo mismo, gracias por optar por esta ceremonia y volvernos una comunidad que aunque pequeña, posee entre su gente a personas que sé son mucho más de lo que aparentan. Hay bastante que festejar esta noche y por mi parte lo que más quiero celebrar, es la dicha de estar con ustedes, solo con USTEDES y nadie más.
Gracias a sus apoderadas y apoderados, madres, padres, tutores y familiares varios que hicieron posible que este sueño se concretara. Sin su dedicación conjunta, obviando la negativa de muchas y muchos, nos habríamos perdido de algo tan bello como esto.
Y ahora... ¡Que viva la fiesta!
El tiempo pasó mucho más rápido de lo que quisiéramos o de lo que nos dimos cuenta y he que estamos aquí juntas y juntos por última vez, al término de este proceso de Enseñanza Media ya recorrido. Por lo mismo, miro hacia atrás y si tuviera que responder a la pregunta, de si se cumplió o no la misión que nos tocaba, puedo decir sin dudarlo que efectivamente así fue.
No me toca hablar sobre mí y de lo que pude o no pude haber hecho a lo largo de este periodo, pero sí me corresponde (y feliz) dar testimonio del aporte que han hecho ustedes a esta comunidad balmacedina.
Cada una y cada uno de ustedes, ha puesto su propio granito de arena, para hacer de este lugar algo donde podamos sentirnos a gusto, siempre respecto a sus habilidades e intereses. Han sobresalido en las distintas áreas del conocimiento y expresiones culturales, como las humanidades y las ciencias, en las artes y el deporte; aunque también (y no es poca cosa) han marcado el corazón de muchas y muchos, de quienes se han cruzado con ustedes por estas aulas, pasillos y patios.
Acá han crecido acompañadas y acompañados de sus pares y adultos con quienes han pasado este tiempo... Y en mi caso, he visto crecer a esos jóvenes que llegaron esa mañana de marzo, apenas terminando la infancia, para volverse las promesas de la próxima generación, que hará de nuestro país un lugar mejor. Esa es mi fe en ustedes, no tener duda del bello futuro que se les viene, no desconfiar del futuro que nos espera gracias a ustedes.
Ahora, en que los honro por sus logros recientes y aprovecho de despedirme de manera oficial como su Profesor Jefe de toda la Enseñanza Media, les digo que no olviden que
No espero para ustedes que sean exitosas y exitosos, que ganen millones y adquieran fama o poder sobre la Tierra; porque al menos tal como yo lo veo, lo óptimo que puedo desearles es que sean felices, que nunca les falte el amor y que tampoco dejen de lado la autenticidad, porque una existencia dedicada solo a lo material termina haciéndose vacía.
Y, por último, como dijo San Gandalf:
Insisto que con esa calidad debes y tienes que hacer un libro
ResponderEliminarDe hecho: Acabo de escribir un microcuento
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