Hace unos días o noches atrás tuve un sueño muy vivido y quise escribirlo para no olvidarlo. Me quedó como microcuento:
Soñé con un gato blanco y negro, que llegaba a casa y era la atención de todo el mundo. Desde mi cuarto lo llamé y es que estaba tentado de quedármelo. Le hice cosquillas y él se dejó querer. Entonces dijo el minino algo muy clarito, no recuerdo qué y más que sorprenderme tuve mayores ganas de adoptarlo. Solo me preocupaba que no me pegara las pulgas.
Tuenes que adoptar un minino amigo. Son seres maravillosos!!!
ResponderEliminarEn un futuro cercano podría ser
ResponderEliminarApuesto más los perros pequeños
ResponderEliminarPrefiero un perro grande (¡Esos son para los machos como uno!)
EliminarPreocupado por las pulgas, quizá ya tenías una en la frente y el gato te decía maldito humano
ResponderEliminarLos gatos no hablan (lenguas humanas)
EliminarEra una referencia a Juan Emar 🙂
Eliminar¡Ay, que cult@!
EliminarMás parece el relato alegórico de un pretendiente que llega a tu vida privada y trae cosas que te pueden molestar, pero que a pesar de lo extraño que es, te fascina.
ResponderEliminarInteresante interpretación... ¡Mientras no sea facho, genial!
Eliminar