viernes, 29 de diciembre de 2023

La ciencia ficción clásica de Judith Merril.


 I- Primeras palabras.
 
    Judith Merril (Nacida en Canadá y luego nacionalizada estadounidense, 1923-1997) es una de las primeras autoras anglosajonas que destacaron en la ciencia ficción.  Con un montón de cuentos y unas cuantas novelas a su haber, en lengua española es muy difícil pillar obras suyas y, en cambio, más probable es apreciar algo suyo en una que otra antología. Participó en varias revistas de renombre del género, junto a otros grandes y con los que formó parte del exclusivo grupo de los Futurianos (incluso su segundo matrimonio, de los tres que tuvo, fue con Frederick Phol, uno de los más destacados autores de esos años).  Su carrera como escritora activa, se inició a finales de la primera mitad del siglo XX y hacia finales de la década de los setenta, más o menos, dejó de publicar obras nuevas.
    Uno de sus mayores aportes dentro de esta literatura, viene a ser su labor como editora de Lo Mejor de la Ciencia Ficción por año, a lo largo de varias entregas.  Ganadora de varios premios, debe reconocérsele que haya sido la responsable de una de las mayores bibliotecas especializadas, de la también llamada fantasía científica, a la que donó cientos de primeras ediciones.
    Fuera de los confines humanos corresponde a su primera colección de cuentos, la que justamente contiene su debut en las revistas del medio (Solamente una Madre), texto que en su momento fue bastante polémico, debido al efecto final que posee.  Cabe mencionar, que el tomo cuenta nada menos que con un prólogo de Theodore Sturgeon, uno de los mayores autores del género y quien al presentar a Judith Merril, le dio un tremendo padrinazgo, que muy pocos y pocas podrían jactarse de contar con ello.

 
II- Los cuentos.
 
1. Solamente una Madre.
 
    Luego de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki en Japón, han nacido muchos niños mutantes en el mundo, pequeños que han sido matados por sus propios padres, debido al terror que les han provocado esos pequeños monstruos.
    La protagonista es una futura madre primeriza, quien espera con ganas el nacimiento de su bebé. Su marido trabaja lejos en otra ciudad y se ausenta por meses, incluso ni siquiera pudo estar presente en los primeros meses de su hija.  Mientras tanto, la mujer goza de cada nueva chochería con la pequeña, si bien nos va quedando claro que esta (debido a detalles muy significativos) no es normal.
    Escrita en una época en la cual el miedo por la contaminación nuclear y sus efectos era muy fuerte en el mundo (y en especial entre los gringos), o sea, circa 1960 (¡Plena Guerra Fría!), este texto posee su cuota de horror y no deja de impactarnos por cómo, pese a todo, retrata ese instinto tan fuerte que es la maternidad (que puede llegar a ser hasta encegador en su amor y dedicación, por parte de las madres a sus hijos).
    Cabe destacar que esta obra, pese a todo, se encuentra ambientada en un 1953 alternativo y en el cual aparecen los típicos ingenios tecnológicos, que proponían narraciones de ciencia ficción de la época en la que fue escrita.   Ahora, bien, la autora tuvo la "osadía" de escribir esta especie de ucronía, en la que la radioactividad en efecto había provocado aberraciones como las que aquí se cuentan, además de un desarrollo mayor de la tecnología (como fotos a color, si bien se seguía usando el telegrama en esa sociedad).
 
2. El Espía.
 
    Un joven soldado gringo sufre una herida en una pierna, mientras se haya en un país oriental (por la época en la que fue escrito este texto, supongo que fue durante la Guerra de Corea) y allí conoce a una enfermera compatriota suya, de la que se enamora.  El romance no termina bien; no obstante, el protagonista gana otra cosa: desarrolla una habilidad extraordinaria, que lo marcará para el resto de su vida.
    El cuento no solo aborda un tópico recurrente, en la también llamada "fantasía científica", sino que este le permite a la autora abordar las diferencias, entre la forma de ser de hombres y mujeres, ya sea en su manera de pensar y sentir; ahora, bien, se trata solo de modelos de comportamiento tradicionales, de la sociedad blanca estadounidense; pues, lamentablemente, se perdió la oportunidad de mostrar mayor diversidad al respecto, que bien se pudiese haber ahondado en la cultura oriental.
     No obstante, pese a lo anterior, aplaudo la valentía de la Merril por incursionar en la conducta sexual de hombres y mujeres, con sus ritos y todo eso, en cuanto a cómo tratarse entre sí, en lo que concierne a conductas heterosexuales norteamericanas de su época.
 
3. La Dama era una Golfa.
 
   Un joven especialista consigue, tras años de preparación e intentos, formar parte de la tripulación de una nave espacial.  Su trabajo no era el que deseaba, pues en vez de tratarse de una labor de tipo militar, es más bien de tipo mercante y por ello observa varias conductas demasiado relajadas para su gusto, las que implican en especial al capitán y a la única mujer a bordo; esta última posee un montón de conocimientos y habilidades muy necesarias, aunque una en especial es la que la mantiene allí.  El hombre comienza a obsesionarse con su colega mujer.
    Desde el principio este texto nos llama la atención, por su juego a la hora relacionar a la nave misma con la fémina mencionada.  Asimismo, trata tanto de las fantasías sexuales masculinas (heterosexuales), como de la moral respecto a las conductas "aceptables" entre hombres y mujeres. Por lo mismo recién mencionado, hay mucho de misoginia en este texto, cuyo final me dejó desconcertado y aún no sé cómo interpretarlo.


4. Quienquiera que seas.
 
   La humanidad ha entrado en contacto con una raza extraterrestre, que en muchos aspectos se parece a la humana, aunque esta posee capacidades telepáticas.  La primera experiencia con estos seres fue desastrosa y ahora se está gestando otra, que implica un plan drástico de parte de los terrícolas.
    El nombre del cuento hace referencia a una preciosa historia previa u oral (que ignoro si forma parte de la tradición o se la habrá inventado la propia escritora) y es significativo, para hacer referencia no solo a estos hechos bastantes extrapolativos, que recuerdas los primeros encuentros de algunos colonizadores europeos y los pueblos aborígenes (en especial con la credulidad de estos últimos, respecto a la buena fe de los extranjeros).
    El miedo a lo distinto, la desconfianza y el tema de la otredad, forma parte de este texto; pues se cuenta de forma compleja, con varios puntos de vista, "documentos oficiales" incluidos y que, al menos a mí, se me hizo tedioso.
    Por cierto: Destacable las palabras introductorias del primer párrafo, que explican mucho del sentido de este cuento.
 
5. Contacto Consumado.
 
    Un cuento de lo más raro y que puede dar a más de una interpretación...
   Un hombre treintañero y soltero, cree haber encontrado por fin a la mujer de sus sueños; no obstante, esta pareciera escapársele.
    La conducta del protagonista, que implica soledad y ansiedad por tener alguien a su lado, son bastantes comprensibles en su caso, así como las fantasías que mantiene respecto a la fémina a la que cree conocer y con quien piensa ha logrado conectar.
    ¿En qué plano ocurre todo lo que aquí se cuenta? Judith Merril deja de lado el terreno de la ciencia ficción, para adentrarse en un terreno sicologista y no necesariamente realista.
 
6. Hasta en el mismo centro.
 
    Un cuento acerca de los comienzos de la carrera espacial, al menos de la gringa, y de lo que sería la primera nave tripulada a la Luna por un ser humano.  Lo interesante es que el vehículo fue diseñado por una mujer y el astronauta es su propio esposo.
    ¡Me gusta que la historia transcurra más o menos en la misma época en la que fue escrita! (si bien la autora no da mayores detalles sobre su ambientación).  Aunque lo que más celebro, es que nos muestre a una mujer empoderada y dedicada a la ciencia, exitosa, con verosimilitud en una época en la cual no era habitual hallarlas; pero, además, esta es madre y preocupada por su familia.
   También me agradó que el cuento hiciese referencia a la actitud desconsiderada de muchos periodistas, que por conseguir impacto entre su público, actúan de forma desconsiderada con los afectados por las noticias que ellos cubren.
    Una vez más en unas cuantas páginas, la Merril se toma el tiempo suficiente, como para darle la suficiente complejidad a su cuento y hacer que este se encuentre narrado desde el punto de vista de tres personajes, ellos bastante distintos entre sí.
 
7. La muerte no puede marchitarse.
 
     Una mujer comienza s sospechar que su marido la engaña con otra (s).  Ambos viven en el campo (o entre las montañas), en una gran casa heredada por parte de la protagonista de su familia.  No tienen hijos y su vida es holgada.  Por otro lado, esposa y marido son bien distintos entre si y eso determina mucho de su relación, como de lo que puede estar pasando entre ambos.  Un día el hombre desaparece y es dado por muerto, pues nunca más se vuelve a saber de él.
    Tras lo anterior, la protagonista decide seguir haciendo su vida, aunque ahora en la ciudad.  Hasta que vuelve al hogar y entonces se encuentra, nada menos que, con el fantasma de su marido.
    Judith Merril termina su primera colección de cuentos, con una historia que se aleja de la ciencia ficción que la hizo famosa, para adentrarse en el mundo de la fantasía.  Incluso, bien se podría decir que este texto, posee harto de Realismo Mágico, pues el elemento sobrenatural es mínimo y la mujer asume este no como una intrusión a su vida, sino que lo acepta de lo más bien y hasta mejora con ello su propia existencia.
    Un relato acerca de cómo funcionan internamente los matrimonios, sus acuerdos y decepciones, así como acerca de la manera en que el amor se torna en ellos.
    Mucho más intimista que los otros títulos que acompañan al libro, el final puede resultar desconcertante para muchos, aunque fue una buena manera de cerrar todo.
    Por cierto, siendo una edición mexicana de 1967, me encontré con una palabra que nunca antes había leído (y que o bien en Chile no se usa o ha caído en el olvido): tocólogo.  Se trata de un término que es sinónimo de geriatra... ¡Bien fea la palabra, por cierto!

 
III- Finalizando.
 
    Si no hubiésemos contado con una Judith Merril en su momento y lugar, tal vez sucesoras suyas como Ursula K. Le Guin y Connie Willis no la habrían tenido tan fácil (independientemente de sus propios talentos artísticos) o al menos no podríamos hablar de un tan rancio legado, en lo que viene a ser ciencia ficción femenina.  Es cierto que el género como tal nació hace rato ya, a principios del siglo XIX, gracias a la novela capitular Frankenstein de Mary Shelley; de modo que fue una mujer (y bastante joven) quién sentó las bases de esta literatura y tuvieron que pasar décadas para que Julio Verne y H. G. Wells, le dieran popularidad a un tipo de narrativa, que tan solo en el siguiente siglo cobraría su nombre (puesto que fue Hugo Gernsback, quien en 1926 acuñó el concepto de ciencia ficción).  Por lo tanto, conocer y apreciar el aporte de la Merril en el género, viene a ser algo obligatorio a toda persona que se jacta de amarlo y querer disfrutar de su evolución general.
    Leyendo estos cuentos, encontramos a una autora que ocupa este medio no solo para entretener, sino que para abordar tanto temáticas propias del género como la guerra atómica, las mutaciones, la carrera espacial y la vida extraterrestre.  Y como la ciencia ficción también permite denunciar problemáticas de tipo social, gracias a la extrapolación que lleva a otros escenarios dichos temas, sus escritos también presentan la oportunidad para poner en el tapete, varios puntos de vista y reflexiones, que ya han sido mencionados al revisar estos cuentos.
    Cabe mencionar que los relatos que comprenden por lo general Fuera de los confines humanos, transcurren en nuestro planeta y en futuros muy cercanos.  No hay muchos adelantos científicos "maravillosos" y salvo un título en especial, no aparecen civilizaciones extraterrestres.  Y es que, a la autora, al menos en estos textos, lo que le interesa es representar nuestra humanidad, lo más parecido a la realidad tal como la "vivían" sus coetáneos; por lo mismo sus escenarios no son tan imaginativos, a diferencia de otros autores de la misma época.
    Se ha catalogado a Judith Merril de autora feminista, pero solo en tres de estos siete cuentos leídos, lo he podido corroborar (La Dama era una Golfa, Hasta en el mismo centro y La muerte no puede marchitarse).  Y es que, entre estas piezas, solo ellos poseen de protagonista a una mujer con la capacidad de ser independientes (la esposa de Solamente una Madre es la típica esposa de aquellos años que se queda en casa, cuidando a la descendencia y al hogar, mientras el marido trabaja afuera) y si bien son todas ellas son de carácter fuerte e incluso autosuficientes, sus historias no poseen un discurso de tipo político al respecto.  O sea, se trata de féminas que llevan su vida "normal", sin cuestionarse su rol de género o abogar por sus derechos como tales.
    Creo que habría que leer más de la autora, en especial alguna de sus novelas, para emitir un juicio personal estético más completo sobre su valor como escritora.  No obstante, igual recomiendo este libro, aunque no fue muy de mi gusto, para completar nuestro conocimiento de la evolución del género de la ciencia ficción.

9 comentarios:

  1. Cómo siempre agradecido por este tipo de conocimiento, esto permite ampliar el abanico para buscar nuevos horizontes de lectura. Ahora creo que últimamente el tema de ciencia ficción está siendo muy castigado por los seudos especialistas. Un abrazo y que este rincón de cultura nunca muera.

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    1. Yo creo que al contrario, la ciencia ficción cada vez cobra más vigencia, al quedar claro su carácter predictivo, crítico social y como "sana evación", ejemplo de ello son el éxito de "Star Trek", programas complejos como "El Cuento de la Criada" y todo lo nuevo de "Star Wars".

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  2. Muy buena presentación de una autora de la que nunca leí nada, pero obviamente es un nombre a tener en cuenta cuando se uno se propone, como hiciste este año, ir recorriendo mujeres de la ciencia-ficción. Algunos aspectos parecen interesentas, por lo que contás, con lo cual habrá que leerla. ¡Feliz año para todos, los mejores deseos para 2024!

    Saludos,
    RICARDO

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    1. Gracias por pasarte como siempre y el mejor fin de año, así como comienzo de 2024.

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  3. Como siempre querido amigo, un texto muy interesante y bien escrito. No conozco a la autora, pero me dieron ganas de leer algunos cuentos que reseñaste y que me causaron curiosidad. En lo único que no estoy de acuerdo es en la fecha y obra que mencionas como origen y pilar de la ciencia ficción, pues para mí está comienza con al menos tres obras de talante filosófico; "El otro mundo" de Cyrano de Bergerac, "El Cándido " de Voltaire y el tercer viaje al país de La puta, la isla flotante de "Los Viajes de Gulliver" de Jonathan Swift. Saludos y agradecido por este post. Un abrazo!!

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    1. Las obras que mencionas son valiosos antecedentes del género, protocienciaficción incluso; no obstante, solo son eso, porque las invenciones maravillosas que muestran carecen de cierta lógica científica, a diferencia de lo que pasa con la creación del Monstruo de Frankenstein ¿Cachay?

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  4. Entiendo amigo mío, pero en ese caso, aún me sigue pareciendo que ese pasaje o libro de la obra de Swift cumple con el requisito aunque sea de forma de parodia.

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  5. Recuerdo en mi juventud haber tomado conciencia de aquello de anteponer el artículo al apellido para hacer distinción de género. Los hombres tienen derecho a usar el apellido naturalmente para ser citados o señalados pero en tanto se es mujer suele aparecer ese incómodo artículo definido (creo que con los nombres ocurre lo contrario, predomina el artículo masculino y el femenimo es menos usado, qué sé yo). Suele sonar hasta despectivo por su aparente brusquedad sonora. Tenemos dos premios Nobel, a Neruda y a la Mistral. ¿Se entiende? Personalmente me parece inadecuado y por un tiempo me esforcé por evitarlo hasta que al fin pude deshacerme de esa muletilla (nunca me gustó ese término tampoco, ni qué decir de las cremillas). Dicho esto (que tenía que escribirlo que me he acordado de ello, que con el señor de la radio no se puede interactuar), me ha parecido una interesante reseña, es una lástima que este tipo de libros aparezcan olvidados en tiendas de libros usados (al menos creo que ahí lo podría encontrar si anduviera con suerte), el mercadeo ha hecho mella en la industria actual y si hay autores (que por fortuna no faltarán), aparecen endiosados, en libros caros porque el apellido lo vale, quedando algo apartadas las propuestas actuales del público popular (el concepto de novelas en sagas venden más hoy por hoy). Imagino que este es el tipo de libro que en algún momento pasó de mano en mano con excelentes resultados, uno más para la lista de deseos de diógenes.

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    1. El problema que mencionas sobre la dificultad para encontrar títulos como este (o la suerte al pillar uno por ahí de ocasión o incluso que alguien te conozca y quiera tan bien como para regalarte una de estas joyitas), es que el mercado en español y, más encima, en este lugar del mundo es algo muy limitado... ¡Por algo tengo mi lista de "Pecados de Omisión", que me hacen sufrir por la imposibilidad de conseguir títulos descatalogados! En inglés hay para regodearse y también en otros idiomas, pues las editoriales que se interesan en títulos como este son escasas y por una u otra razón cierran, para pesar nuestro. He ahí la madre del cordero.

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