Las segundas partes también pueden ser buenas
1. A retomar todo
En el cine se acostumbra a decir
que nunca las segundas partes son buenas y esto pareciera ser cierto en muchos
casos, que la lista de ejemplos que dan fe de ello es grande. Pero con los libros se trata de otra cosa,
que al respecto estamos hablando de trilogías, sagas o series y en tales
ocasiones se trata del mismo autor del texto original, quien mantiene su mano
en todos los títulos, llegando incluso a mejorar con el paso del tiempo y la
evolución de la historia a medida que va escribiendo/publicando las nuevas
entregas. Lo anterior se puede
evidenciar con la trilogía juvenil de Isabel Allende, autora que
mayoritariamente se ha dedicado a escribir libros para adultos, quien con El
Reino del Dragón de Oro continuó su serie de Memorias del Águila
y del Jaguar, para la que consiguió con creces mantener su calidad.
La novela, aparecida en 2004,
transcurre unos seis meses después de los hechos de La Ciudad de las Bestias, retomando el protagonismo de sus personajes y recuperando a
buena parte de sus secundarios. Cabe
mencionar que esta vez el escenario exótico lleva la historia a Asia,
transcurriendo la acción principal en el ficticio país del Reino del Dragón de
Oro, conocido también como El Reino Prohibido, una nación vecina de India y
Nepal, en las inmediaciones del Tíbet y los Himalayas. Allí llegan nuestros jóvenes héroes, junto a
sus acompañantes adultos, en otra misión de la revista International
Geographic; que una de las particularidades de esta ocasión, es que su
destino es una nación que por lo general está cerrada a los extranjeros y los
periodistas han sido uno de los pocos invitados por el gobierno. Por otro lado, dicho estado cuenta con una
estatua tan valiosa, que el un millonario se encuentra obsesionado con ella y
para eso pagará a unas inescrupulosas personas, para que entren por su cuenta a
tan misterioso país y se la roben; pero hay otra cosa importante; que se debe
saber sobre dicho objeto: según cuenta la leyenda, este es un oráculo
infalible, así que la verdadera razón para hacerse con la imagen, es conseguir
dicho poder... Claro que los villanos no saben que se enfrentarán a dos
muchachitos, que ya tienen experiencia en desbaratar complots, quienes serán
ayudados por un trío muy especial de autóctonos.
2. Particularidades
No sabría decir qué libro es
mejor o cuál me gustó más, si bien puedo afirmar, sin vacilaciones, que esta
continuación la disfruté bastante y la considero al mismo nivel de su
predecesora. Claro que entre sus
características y/o virtudes, dos aspectos en especial me llamaron la atención:
Primero:
La evidencia de que Isabel
Allende hizo una cuidada investigación para ambientar esta novela, que, si bien
transcurre en un país ficticio, creado por ella, lo hizo con absoluta
verosimilitud. Y es que este lugar
comparte un montón de elementos propios de estas naciones, tanto en su
geografía, lenguaje, costumbres y cultura en general. Pero es en su religión, el budismo, donde
encontramos un trabajo muy cuidado de parte de la Allende, quien da señales de
manejarse bastante en el tema (y hasta donde yo sé, no es practicante de esta
ideología). Ahora bien, es cierto que,
en trabajos anteriores, como en sus novelas históricas, tal como en Inés del Alma Mía, también hizo una labor previa a su redacción; no
obstante, ello no le quita mérito a este caso que hoy nos reúne, puesto que
estamos hablando de géneros diferentes y hacer que El Reino del Dragón de
Oro sea tan fabuloso y a la vez tan "realista", es tanto
fruto de su talento, como del estudio serio que hizo antes de su escritura.
Segundo:
Leyendo con tanto gozo este
libro, más todavía considerando mi amor por el cine y en especial los filmes
clásicos ñoños, me acordé bastante de la saga de Indiana Jones y en especial de
su segunda cinta, Indiana Jones y el Templo de la Perdición, que
transcurre en nada menos que India. Y es
que el presente volumen que ahora nos reúne, recuerda mucho a esa saga y más
aún a su secuela. Uno se pregunta hasta
qué punto, la Allende hizo lo mencionado a propósito y si también gusta de
estas producciones; pues acá tenemos, tal como en la mentada peli, a un grupo
de asesinos adoradores de la diosa hindú Kali (quienes en verdad sí existen),
un artefacto precioso de cualidades mágicas y, sin olvidar, las numerosas
pruebas peligrosas y mortales que deben pasar los protagonistas para conseguir
su objetivo. También hay otro detalle
que parece bien sacado de la cinta de Spielberg y que se trata de la existencia
de una comunidad caída en desgracia, que necesita de la ayuda de los héroes
para recuperarse de sus cuitas... ¡Pues
no creo en las coincidencias!
Aparte de lo mencionado, cabe
destacar en este libro la manera de cómo continuó el desarrollo de sus
personajes y en especial por parte de Alexander, quien creció bastante
espiritualmente, luego de los eventos de La Ciudad de las Bestias;
lo que se nota primero en su vida de vuelta al hogar y luego por la seguridad
con la que actúa, cuando comienza esta aventura; claro que en ningún momento se
le suben los humos a la cabeza y por todo eso es un muchacho tan querible. En cuanto a Nadia, interesante resulta
comprobar cómo actúa cuando conoce Estados Unidos, un lugar tan distinto a su
zona de confort; asimismo, loable resulta ser cómo enfrenta su mayor miedo, el
cual conocemos desde el primer libro y que en El Reino del Dragón del Oro
debe con mayor razón superar (el mensaje: No niegues tus debilidades, asúmelas
y enfréntalas). Otro que regresa y da
gusto su intervención es Borobá, el monito mascota de la chiquilla, quien ahora
deja claro su inteligencia, nos agrada más todavía y ahora llega a tener una
mayor cercanía con el mejor amigo de su ama.
En cuanto a Kate, posee sus cuantos momentos en el libro, aunque esta
vez la narración prescinde de ella en los momentos más interesantes (de hecho,
acá toma un rol por completo secundario y hasta cinco de los nuevos personajes
que se introducen, tienen mayor participación en la trama).
El libro parte de manera tan
intensa, que nos atrapa de inmediato; más encima, la historia en esta parte
tiene como protagonistas absolutos, a dos de los nuevos personajes del libro,
quedando claro sus roles que están a la par de Águila y Jaguar en
relevancia. Todo este apartado con el
que comienza el libro es maravilloso, transportándonos de inmediato a un
escenario fabuloso, por un lado, real y, por otro, maravilloso (con criaturas
extraordinarias incluidas). Son más de
veinte páginas, que sin tener a los personajes que ya conocíamos, determinan
buena parte del tono del volumen, logrando entusiasmarnos altiro.
Por cierto, habiendo leído por
segunda vez esta novela, casi inmediatamente después de su predecesora, me di
cuenta de una idea muy propia de los relatos de aventura, que bien incorporó
Isabel Allende a su escritura: El castigo para los villanos y que no
corresponde al ejercido por la ley humana, sino que funciona a un nivel mayor,
algo así como la ley de las compensaciones, puesto que es un efecto de la
propia necedad de estos. Por lo mismo,
este corresponde a un remate atroz y sin vuelta atrás, que hemos apreciado en
un sinnúmero de obras de este tipo.
Por último, tal como en La
Ciudad de las Bestias, vemos a dos pueblos que han permanecido por eras
lejos de la civilización y su modernidad; que se han mantenido íntegros, sin la
influencia externa con su tecnología.
Los protagonistas entran en contacto con ambas comunidades y aprenden a
apreciarlas, conviviendo de forma intensa con su gente. Pese a todo, la crisis que los involucrará a todos
hará que, de una u otra forma, tales sociedades ancestrales deban aceptar el
cambio para sobrevivir. Lo anterior es
más duro con la llamada Gente de la Niebla, porque al menos el Reino Prohibido
no es tan "primitivo" que los indígenas del Amazonas
. Todo esto es triste, según como lo
veo, que ignoro la verdadera intención de la autora, puesto que nos dice que ya
no hay cabida en el mundo actual para la vida común, feliz y sencilla como
absolutos... ¿Hay que abrazar, necesariamente, el cambio para sobrevivir? (si
esa es la respuesta: entonces no queda otra que sumarse a la globalización, que
ya no se puede vivir apartados del resto del mundo).
3. Nuevos personajes
Tensing: Un lama, o sea,
un monje budista. De estatura y
musculatura impresionantes (casi los dos metros), es un hombre dulce y sabio
que ha dedicado su vida a la humildad y a servir a otros. Lleno de conocimientos de medicina y experto
en artes marciales, entre otros temas, es una persona adorable, que será vital
para que los malvados no consigan sus propósitos.
Dil Baladur: Discípulo del
anterior, con quien está desde ¿Los 6 años?, el cual ahora está por cumplir los
18. Es el príncipe y futuro rey del
Reino Prohibido, seleccionado entre sus hermanos, debido a las virtudes que
demostró desde pequeño. Adora a su
maestro y le cuesta asumir que pronto tendrá que separarse de él, pero sabe que
debe cumplir con su deber. Es un experto
tirador al blanco con flechas. Se hace
muy amigo de Nadia y Alexander, claro que como él y Tensing no saben ni inglés,
ni castellano (y los otros dos desconocen su idioma), se comunican entre sí de
una manera muy singular.
El Coleccionista: El nombre en
clave del segundo hombre más adinerado del mundo, un sujeto relativamente
joven, si bien despreciable y no dado a relacionarse con las demás personas,
salvo de forma práctica. Le gusta acaparar dinero y objetos valiosos y raros,
los que solo él aprecia (no le gusta si quiera compartirlos con otros). Por todo esto, cuando se entera de la
existencia del Dragón de Oro, contrata mercenarios para obtenerlo a toda costa.
El Especialista: La persona a la
que contrata el anterior, alguien cuya identidad nadie conoce. Es capaz de realizar proezas ilegales de lo
más complicadas. De inteligencia nivel
genio, tiene a mucha gente trabajando para él/ella, quienes le temen y tampoco
saben quién es.
Isaac Rosenblat: Un antiguo
enamorado de Kate, de la juventud de ambos, cuando los dos eran solteros. Un experto joyero judío acaudalado y honrado,
que ahora que están viudos, desea retomar lo que no fue entre ellos. Su presencia en el libro sirve como ejemplo
del carácter multicultural de Estados Unidos y otros países en los que ambienta
sus obras Isabel Allende, un rasgo propio de su narrativa.
Judit Kinski: Una europea experta en botánica (o algo así), que es
invitada por el rey del Reino Prohibido para incorporar a la flora de su país,
plantaciones de tulipanes. Bella y
amable, simpatiza de inmediato con Kate y los chicos. El rey queda más que encantado con ella (un
hombre muy culto y noble) y todo da señales de que hay una verdadera historia
de amor entre ambos. Cabe mencionar que
una de las grandes sorpresas del tomo, se la debemos a esta mujer.
Tex Armadillo: Un hombre en la cuarentena, desaliñado para vestirse,
pero de constitución física atlética.
Los chicos recelan apenas lo conocen, pese a su supuesta amabilidad,
pues igual es de carácter tosco y solitario.
La verdad es que los instintos de Alexander y Nadia no están errados.
Pema: Una muchachita
del Reino Prohibido, hija del funcionario gubernamental que tiene a cargo
atender a los representantes de International Geographic. Cercana a la
edad de Nadia y Alexander, se hace amiga de ambos. Valiente, le toca una difícil prueba y en el
intertanto conoce a Dil Baladur, con quien logra tener otro tipo de simpatía.
Isabel Allende
Literatura
Memorias del Águila y del Jaguar
El único libro que leí de Isabel Allende ha sido "La casa de los espíritus". Recuerdo que lo disfruté mucho, pero no sé si lo volvería a leer ahora. Por lo que narras, este otro libro está mucho más relacionado con la aventura.
ResponderEliminar¡No sabes lo que te pierdes! Por mi parte, me he leído casi toda su obra, si bien los que leí ya hace tiempo ya (desde mi adolescencia) apenas los recuerdo; solo puedo asegurar que los disfruté mucho.
EliminarBueno, estos tres libros para mí son uno solo, ya que los leí juntos, uno detrás de otro, y de remate, en un tomo que los reunía a los tres. De todas formas, ya tenía recuerdos agradables de los mimos, y con tu reseña, ahora tengo más recuerdos agradables.
ResponderEliminarYo ahora leyendo el último tomo, que lo tenía pendiente desde hace quince años más o menos, y estoy impactado con lo oscuro que es. Me han fascinado estos libros
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