Casi dos años después de la última entrega
de la “serie” antológica británica de televisión Black Mirror, enmarcada
por lo general dentro de los terrenos de la ciencia ficción, por fin tuvimos
una nueva temporada de este elogiado programa.
El milagro tras pensar que no volveríamos a tener otras historias de la
mano de su creador y guionista Charlie Brooker, ha sido posible gracias a la
hoy poderosa empresa Netflix y a la que le debemos otras joyitas del género para
la pantalla pequeña, como lo son unas cuantas adaptaciones de cómics Marvel (Daredevil,
Jessica Jones y Luke Cage), Sense8 y Stranger Things; por lo
tanto por intermedio de su apoyo económico,
nos encontramos con más episodios que en el pasado, seis en total (cabe
recordar que antes solo tenía tres capítulos por temporada, además de un
especial de Navidad) , bien se sigue manteniendo el mismo nivel técnico,
artístico y argumental de sus primeros años.
Por otro lado, esta vez hemos
podido contar con actores famosos dentro de sus protagonistas, tales como los
talentosos Bryce Dallas Howard, si bien en general el resto de
las actuaciones que podemos hallar acá resultan ser más que convincentes y
emotivas.
En cuanto a la temática y características
de sus guiones, sigue manteniéndose la crítica o reflexión acerca del uso y
abuso de la tecnología en nuestras vidas, con las correspondientes
consecuencias que ello tiene para el ser humano en particular y la sociedad en
general. De este modo nos volvemos a
encontrar con algunos argumentos de ciencia ficción, ambientados en futuros
cercanos que muestran adelantos tecnológicos, que no dejan de ser verosímiles y
que están a solo años de desarrollarse en el mundo real; de igual manera estas
historias de “anticipación” siguen transcurriendo en la Tierra y sus
protagonistas son por supuesto seres humanos, adultos siempre. No falta la trama de carácter más realista,
en el sentido de que todo sucede en el mundo tal y como lo conocemos (y en el
tiempo “actual”), si bien en algunos casos uno que otro elemento se acerca al
género, dentro del que se enmarca la mayoría de los episodios de Black Mirror.
Sintetizando esta nueva entrega del show
y que se mantiene dentro de la línea de sus temporadas predecesoras, no falta
el sentido moralizante o la invitación a la reflexión por parte de su
creador. En ese sentido no se puede
olvidar que se trata de un programa dirigido a un público adulto, ya que sus
argumentos para nada son simplistas, teniendo en algunos casos su buena dosis
de violencia y erotismo, planteando que somos los mayores de edad los
responsables de que el mundo esté así para bien o para mal, tal como lo podemos
encontrar en sus guiones; de este modo los temas de la responsabilidad y la culpa
se encuentran una vez más acá, lo que trae para sus personajes una serie de situaciones
que en su mayoría no pueden ser más incómodas, mientras que para el espectador
todo viene a ser sorprendente (y debido a ello los finales de cada entrega
resultan ser magníficos).
Como es habitual en los programas de este
tipo, cada nueva emisión corresponde a una historia distinta, con protagonistas
que no se repiten entre una y otra.
Asimismo, por supuesto que hay capítulos que sobresalen entre el resto y
otros que pueden ser considerados como inferiores o menos logrados. No obstante para quien aquí escribe, no hay
episodio malo en todo lo visto hasta la fecha sobre este programa y bien se
podría recomendar a ojos cerrados esta serie, que lejos se encuentra entre lo
mejor de su estilo.
Al ser ahora una coproducción
estadounidense, ahora los episodios no solo transcurren en Inglaterra o Gran
Bretaña, sino que al menos la mitad sucede en USA; por lo tanto, ahora tenemos
a varios actores de nacionalidad estadounidense.
Pero mejor detengámonos de una vez a
revisar de manera detallada esta tercera temporada, mientras ojalá nos llegue
el año que viene otra y en lo posible más extensa.
ALERTA DE SPOILER (mi amigo Luciano me recomendó que lo hiciera, lo siento, pero es que no me di cuenta de que había incurrido en ello cuando escribía este texto y es que si no hubiese contado algunos detalles acerca de los argumentos, imposible que pudiese explayarme más a la hora de analizar y comentar).
ALERTA DE SPOILER (mi amigo Luciano me recomendó que lo hiciera, lo siento, pero es que no me di cuenta de que había incurrido en ello cuando escribía este texto y es que si no hubiese contado algunos detalles acerca de los argumentos, imposible que pudiese explayarme más a la hora de analizar y comentar).
¿Una escena de la vida real? Parece que sí, pero se trata de una imagen de Black Mirror. |
1-
Caída en Picada (Nosedive): Pues en esta ocasión “tiraron toda la carne a
la parrilla” para asegurarse de lograr la atención completa de su público
seguidor y del nuevo, con lo que podría considerarse sin dudas como lo mejor de
esta temporada. Teniendo de
protagonistas a un trío de actrices de distinta generación (si bien una de
ellas solo aparece un breve tiempo en pantalla, aunque su rol resulta decisivo
para su argumento y en especial la vida de su personaje principal), se trata de
una obra de ciencia ficción pura, que además no puede ser más entretenida e intrigante. Es así que acá nos encontramos en el papel
principal con Bryce Dallas Howard, artista de filmes de M. Nigth Shyamalan como
La
Aldea y La Dama en el Agua, quien acá aparece casi irreconocible e
interpreta a alguien bastante diferente al de otras féminas que le ha tocado en
su filmografía. Luego está la preciosa Alice
Eve, como una materialista mujer que representa lejos lo peor de la sociedad
ilustrada por este capítulo, de igual manera caracterizando a otro tipo de
mujer, un prototipo bastante negativo por cierto, en vez de la dulce científica
militar que hizo en Star Trek: Into de Darkness.
Y por último, la dulce Cherry Jones vuelve acá a interpretar el rol de
una mujer dulce y sabia (tal como en Señales también de Shyamalan y en La
Tormenta Perfecta), transmitiendo al espectador toda esa humanidad que
echamos de menos entre en el mundo “hueco”, en el que transcurre esta historia.
Su argumento resulta ser una crítica ácida
a las redes sociales, llevadas al extremo y que en este caso se reconocen
porque todos los habitantes de la sociedad en la que viven los personajes,
están sometidos a un sistema de popularidad a través de Internet y que es el
único medio posible para acceder a la movilidad social; de este modo mientras
más votos se tenga de la gente (similar al “Me gusta” del Facebook), mayores privilegios
se tiene y por lo tanto mientras menor es el éxito social, el nivel de vida es
más bajo. Entonces no importan los
méritos intelectuales, proezas físicas y actos desinteresados, solo la
popularidad y la imagen ante los medios masivos que son la herramienta para
salir adelante. Es así que nos
encontramos con una verdadera antiutopía en este episodio, pues la
gente por desear caerle bien al resto y salir adelante, solo busca conseguir el
beneplácito de los demás, con sonrisas falsas y negándose ser sincera con el
resto; de este modo, la autenticidad es algo escaso y aquellos pocos que no
concuerdan con el status quo o bien son parias para los demás o son
considerados criminales. La antiutopía radica en este aparente mundo perfecto,
de gente que simula ser feliz y sin embargo no es libre de verdad, ya que si se
sale de la norma cae en el ostracismo social. El guión se toma gran parte de
esto con un humor muy negro, mostrando a la mayoría de la gente como verdaderos
idiotas, carentes de valores tales como la humildad y la compasión; de este
modo la gran mayoría de los personajes que aquí aparecen, son verdaderas
caricaturas de los adictos a estos medios tecnológicos.
Bryce Dallas Howard es aquí una joven que
solo quiere escalar posiciones como muchos de quienes la rodean y es así que se
obsesiona con una antigua amiga de infancia, quien tiene todo lo que ella quiere
ser. Pues justo cuando comienza a
cumplirse su anhelo, una serie de pequeños eventos la lleva por el camino de la
ignominia, dándole la mejor lección de su vida…hasta que por fin se encuentra a
sí misma.
2-Partida
(Playtest): Luego de un tan potente estreno de temporada con el título anterior,
uno se queda aún en la cabeza con la historia que antecede a esta y no obstante
resulta difícil mantener el mismo ritmo y nivel de satisfacción para el
público. Es así que este segundo
capítulo al ser el menos bueno de la temporada, queda sin dudas en desventaja
al comparársele con Caída en Picada. No
obstante hay que ser justos con él y se le deben reconocer sus propias
virtudes, que malo no es.
En esta ocasión la tecnología presente en
el argumento es la de los videojuegos y en especial aquellos que hacen uso de
la realidad virtual. El protagonista es
un joven gringo veinteañero, que decide “escapar” de su vida y sus problemas
viajando por todo el mundo, hasta que llega a Inglaterra y cuando se queda sin
dinero, se entera de que hay una manera fácil de conseguir lo que le falta:
participando como cobaya en un videojuego que se está probando. Una vez dentro de experimento, que implica el
uso de tecnologías nuevas que obviamente aún no están aprobadas, se da cuenta
de que su vida corre peligro y no le queda otra que tratar de escapar.
Interesante resulta ser que acá nos
encontramos por un lado con el tema de del miedo y no solo por el hecho de que
el videojuego que aquí aparece, tiene que ver con la materialización de las
fobias según cada persona. Pues nos
encontramos con la representación del papel que juega esta emoción (la primera
de todas según algunos estudiosos) y la más instintiva, que sin dudas nos
caracteriza, pues lo que tememos es quiénes somos. Pero el miedo a las arañas y a su antiguo
atormentador de su infancia, no es nada comparado con lo que en realidad domina
las pesadillas de nuestro protagonista: Un temor tan de “adulto” y demasiado complejo,
propio de la “gente grande” que complica todo y no algo básico como las fobias
que un ser como el de It de Stephen King, aprovecharía
para alimentarse de sus víctimas; es así que lo que nos dice su guión, es que
en el fondo todos tenemos nuestra debilidad, la que termina por consumirnos si
no la superamos (algo que este muchacho por la incapacidad de enfrentar su
miedo, fue incapaz de superar desde el principio de la historia).
También es posible hallar acá el tema de la
memoria, en la medida de que también estos elementos fundamentales nos definen, pues somos nosotros en la medida
que con el paso del tiempo hemos acumulado una serie de recuerdos
relevantes. Ante esto, es posible tener
una identidad y un propósito para la vida, de modo que si este pasado ya no
está… ¿Qué nos queda para reconocernos?
Por otro lado, cabe destacar que acá
también nos encontramos con uno de esos típicos genios extravagantes, que se
dedican al mundo de la computación y en este caso un aún joven friki de origen japonés. Pues este sujeto bien recuerda a personajes
reales como Steve Jobs y Bill Gates o personajes de ficción, tales como los de
la novela Ready Player One de Ernest Cline, James Halliday y Ogden Morrow,
todos ellos sujetos consagrados como artífices en el mundo de la informática. Pues no podía faltar el “científico loco” en
esta serie y en la informática hay varios y harto bizarros.
3-
Cállate y Baila (Shut up and Dance): El primero de los dos episodios de
esta temporada que transcurren el mundo “real” y que en este caso por su
carácter realista, impacta por mostrarnos cómo la tecnología que hoy en día
damos por sentado y como algo normal, puede ser algo insufrible.
La trama gira en torno a un joven en los
últimos años de la adolescencia o en los primeros de la adultez, quien empieza
a ser acosado por un desconocido o un grupo secreto desde su celular; es así
que lo hacen participar contra su voluntad de una serie de actos incómodos,
bajo la amenaza de hacer público sus “pecadillos” en el uso de Internet. Mientras se ve obligado a acceder a las
extrañas peticiones de sus atormentadores, conoce a otro que se haya en su misma
situación, un casado hombre maduro y con hijos. Es así que comienza una
espiral de degradación, con cada nueva petición a la que deben obedecer. Al final como si se tratara de una tragedia
griega, estos dos y otros como ellos, pese a sus esfuerzos parecieran estar
frente a una fuerza superior que acaba derrotándolos. Si en Caída en Picada la protagonista
acaba bajo el peso de ese mundo que tanto adoraba (pues en cierto sentido,
todos somos mártires de un sistema que nos gobierna, diciéndonos cómo
comportarnos, pero al final siempre- o en la mayoría de los casos-
consumiéndonos), en esta ocasión al castigo no hay posibilidad de redención, ya
que todo acaba demasiado mal; no hay esperanzas, ni posibilidad de redención.
El objeto tecnológico que más destaca
esta vez en el argumento es el celular, un objeto que llevamos con nosotros
para todos lados y que tal como podemos apreciar esta vez, nos controla e
impide que tengamos privacidad (si no, meditemos acerca de cómo el famoso whatsApp nos ocupa tanto tiempo, en vez
de aprovechar para hacer cosas más provechosas).
4-
San Junipero: El único capítulo de las tres temporadasde todo Black
Mirror, incluyendo el especial
de Navidad, que en términos simplistas podría calificarse como “bonito”, pues
además posee una nostálgica ambientación retro (¡Los queridísimos años ochenta
otra vez!) y más encima trata acerca de una inolvidable historia de amor…entre
dos mujeres.
Así es, acá las protagonistas son dos damas
que tras conocerse se enamoran. No
obstante como toda historia romántica, nada es fácil para ambas amantes y antes
de estar juntas para siempre (ese “siempre” acá resulta ser más que un término
retórico), deben enfrentar a sus propios conflictos internos y que por supuesto
deben resolver.
Al ser las protagonistas de la trama dos
miembros de la comunidad LGTB, una bisexual y la otra lesbiana, se suma el
hecho de que las dos resultan además ser una pareja multirracial, afroamericana
y caucásica respectivamente; quizás este último detalle hoy en día no tenga
mayor relevancia, cuando se supone ya se han eliminado este tipo de prejuicios
étnicos; sin embargo no deja de dar gusto que pese a todo lo malo que hay por
ahí, todavía hay cosas buenas que valorar, como que el verdadero amor no tiene
fronteras.
Ahora bien, todo esto ocurre en una
realidad simulada ultra sofisticada, llamada justamente San Junipero, cuyos habitantes
perpetuos vienen a ser personas muy especiales.
Es así que a su vez nos
encontramos con el viejo tema de la utopía, del mundo ideal al que todos
quieren llegar y al que en este caso sí es posible acceder gracias a la
tecnología.
Un tema que se desprende de todo esto, es
la búsqueda de la felicidad y no de acumular solo para uno éxito y
materialidad, tal como en los capítulos ácidos habituales de esta serie, sino
que tiene que ver con el deseo de compartir con otros nuestra soledad y con estos
pares crear algo que pueda llevarnos a la plenitud. Es así que por primera vez en el show, vemos
más de un gesto de amor que habla de la nobleza del corazón humano, todo un
aliento tras tanto fatalismo en Black Mirror; por ende, la única
manera de superar las desgracias, es con gestos desinteresados y confiando en
quien tenemos a nuestro lado.
La recreación de los ochenta (y también de
los noventa) es soberbia, en especial en lo que corresponde a vestuario y
música, poseyendo por esto mismo una muy buena banda sonora, con varios temas
clásicos de estas épocas.
A la presencia de la realidad virtual, por
ser un episodio de tono más positivo, se presenta otro aspecto de los avances
tecnológicos y científicos: su uso en la medicina.
Por otro lado, una vez que se descubre
ante el espectador el verdadero sentido de San Junipero, Charlie Brooker nos
sorprende con otra faceta que antes no había mostrado en sus guiones, pues
introduce un elemento por completo distinto a lo visto antes en la serie: la
presencia de lo metafísico, a través de la posibilidad de la existencia de vida
después de la muerte y lo que tal como se desarrolla la trama, implica que la
conciencia no es otra cosa que lo que para los religiosos viene a ser el alma.
Y como ya sucedió con otra serie actual
de ciencia ficción de culto, la españolísima El Ministerio del Tiempo,
no puedo dejar de sentir cierto malestar por el hecho de que aun cuando acá se
aborda de manera muy bella y espontánea el amor entre dos personas del mismo
sexo, me sigue pareciendo todo esto algo sexista… ¿Pues por qué no fueron sus
protagonistas dos hombres en vez de dos mujeres? Bueno, la respuesta es obvia:
incomoda menos ver a dos mujeres besándose (y hasta excita a muchos hombres),
que si se tratara de dos “machos”; por otro lado, lo que vende más viene a ser
la primera opción.
5- El Arte de Matar (Men Against Fire): El protagonista de
esta ocasión, es un joven soldado que como muchos de sus pares, cree estar
haciendo un servicio público para su comunidad, participando en una guerra que
su gente está ganando y que implica una muerte sin cuartel al enemigo, o sea, una
verdadera matanza étnica. De quien debe
deshacerse es de unas criaturas humanoides a las que llaman cucacarachas, supuestamente idiotas y
nocivas por completo; es cuando en una de sus misiones “militares” comienza a
ver a sus rivales con nuevos ojos y ello le trae como consecuencia una crisis
de fe, que da vuelta por completo su vida hasta hora.
Acá nos encontramos con el uso de la tecnología
para manipular y encubrir ideologías de supremacía racial, motivadas por el
odio y la intolerancia. El uso de las
mentes ingenuas de jóvenes que se ofrecen para defender los aparentes justos
ideales de su nación o sociedad, es algo tan viejo como la humanidad y a ello
se suma el control por medio de la sugestión y todo tipo de mentiras para
conseguir su beneplácito. También se
puede apreciar que en las mismas armas y todo tipo de artefactos que usan los
militares (y el gobierno), se muestra lo peor que podemos llegar a hacer con
nuestra capacidad de inventiva y desarrollo tecnológico, pues al final se trata
de crear cosas para dañar y aniquilar, en vez hacer más grato y fácil la
existencia de los demás (que se supone para eso tenemos inteligencia).
6-
Odio Nacional (Hated in the Nation): Una serie de muertes que implican la utilización
de tecnología creada originalmente con un fin benéfico, que implica a personas
consideradas nefastas para la sociedad, lleva a unos agentes de la ley a
realizar una investigación policial para encontrar al culpable de lo que está
pasando. Un detalle espantoso de todo
esto, es que gente “inocente” participa en una especie de votación en las redes
sociales para encontrar al nuevo candidato a ser ejecutado, lo que complica
todo, porque al parecer no hay verdaderos culpables.
La historia pone en el tapete el sentido
relativo de lo que está mal para la gente y el frágil valor de la justicia
humana, que se presta a interpretaciones y ambigüedades, como también el uso
nefasto de todo ello. ¿Quién es un
verdadero criminal para nosotros y quién merece en realidad ser castigado?
¿Somos justos con nuestro sistema punitivo o a la larga nos volvemos iguales
que aquellos que infringen la ley? ¿Depositamos correctamente nuestra fe en
quienes nos representan como justicieros? Estas y otras interrogantes se
encuentran en la presente historia.
Una vez más se aborda el tema de la
intolerancia, un gran mal de nuestra naturaleza, pues los crímenes aquí cometidos
son debido a ello. Interesante al
respecto resulta ser que la misma democracia, la opinión de la mayoría viene a justificar
este tipo de aberraciones, tal como queda demostrado en el guión y no obstante
hay sujetos en las sombras que se aprovechan de este sistema “moderno” para
conseguir sus propios fines.
Dentro de los actores que aquí participan,
hayamos a Benedict Wong, destacado actor británico de origen oriental y que
este mismo año no más vimos en un muy agradable papel en Doctor Extraño.
Por ser el último episodio de la
temporada, este es mucho más extenso en su metraje, llegando a durar casi una
hora y cuarto, un verdadero telefilme de calidad cinematográfica.
Algunos de los protagonistas de estas seis magníficas historias. |
Me pareció excelente la temporada! Tiene de todo un poquito, algunos episodios me dejaron tenso e impactado(sobre todo shut up and dance) y otros con un sentimiento incluso esperanzador. Hay ciertos conceptos que presenta la serie que me gustaría charlemos algún día ya que son ideas interesantes presentadas en más de algún clásico.
ResponderEliminarComo dato curioso, el otro día estaba viendo un video en Youtube sobre un programa que se implementará en China por la compañía Tencent llamado Sesame Points que es prácticamente la misma idea que nos presenta Nosedive. (llega a dar miedo)
Saludos amigo!
Pues una vez más te agradezco haber conocido esta gran serie debido a ti. Un detalle a compartir...El año pasado mi último post de diciembre y por extensión del 2015 fue el que hice sobre "Black Mirror" y este año resulta ser el primero del mes final de este 2016.
EliminarEn cuanto a lo que cuentas de China...¿Has pensado que quizás se inspiraron en esta historia para tan grande estupidez?
Muy buena reseña, mi única observación sería que creo que el actor que representa al hombre maduro y con familia en Shut Up And Dance es Jerome Flynn y no Robert Carlyle...
Eliminar¡Qué alegría tenerte acá, Biachi-San! Te agradezco la corrección, que tal como he podido verificar estaba equivocado. Enmendaré mi error.
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