Bueno, fue un año bastante productivo y
es que llegué a la respetable cantidad de 92 post, si bien un poquito lejos de
sobrepasar mi record de 2016 cuando obtuve 101 en total, pero al menos tuve 3
más que el año antepasado, je. En todo
caso, dicen que la calidad debe ir por sobre la cantidad, por lo que debo
sentirme feliz, pues cada uno de los textos que escribí y subí aquí lo hice con
mucha dedicación (que a cada uno de ellos le dediqué bastante tiempo, claro, a
unos más que otros según fuese la complejidad de armarlos). Podrían haber sido más los trabajos míos
subidos el 2019, pero como debía ser especial la entrada N° 700, dejé para más
adelante otros dos que ya estaban listos.
Quiero revisar con quien le interese (que a
veces no dejo de pensar que pocas personas en realidad se dignan a pasar por acá,
que los comentarios escasean, si bien sé por blogger que harto me visitan), de
qué fueron en general los posteos de este año recién terminado.
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En materia de Literatura, uno de los temas que más me
apasiona, me leí en total 18 libros. La
verdad es que aun cuando parezca una suma considerable (en especial para
quienes con suerte se leen el diario), la mayoría de ellos no eran muy
extensos, que salvo uno no superaban las 500 páginas, así que por esa razón
pude pasar de inmediato de un título a otro; además en general eran muy
divertidos (que el arte no tiene que ser fome ¿No? y ello independiente de su
calidad literaria), que me los devoraba rápido, ya sea por los viajes largos en
que aprovechaba meterme en sus páginas, como que el tiempo me sobraba o bien lo
administraba de tal manera que podía dedicarme a ellos. Por cierto, a cada uno le dediqué su
respectivo post y los dos últimos aún tienen pendientes terminar por publicar
mis revisiones personales, puesto que tenía que decir harto de ellos al ser
colecciones de historias; así que dentro de las primeras semanas de enero se
vienen sus respectivas entradas.
Empecé el año terminando la llamada Trilogía
del recuerdo del pasado de la Tierra del autor chino Cixin Liu, novelas
de ciencia ficción que me fascinaron al punto de que en la práctica
desesperadamente me dispuse a comprarme el último número: El Fin de la Muerte. Luego de ello, me prometí a mí mismo
comprarme más obras de este tremendo autor y leerlo de nuevo en un futuro
cercano.
Luego comencé con el primer autoreto
literario del año y que era leerme todas las novelas de Artemis Fowl que tenía
desde hace rato ya (incluso de antes de que naciera mi sobrinito Amilcar, que
ahora tiene 10 años), aprovechando que se avecinaba la película y que quería
verla ya habiendo tenido mi cercanía a los textos originales. Fue de ese modo que me aventuré a encontrarme
con los primeros 7 títulos de la saga.
Mucho me gustaron y me quedé con las ganas de gozar el tomo 8, que se
supone me lo iba a regalar una amiga para mi cumple y aquí estoy aún
esperándolo. Estuve hasta principios de
julio (¿o fue en finales de junio?) dedicado a estas novelas juveniles, que en
verdad recomiendo de corazón.
Me encontraba ad portas de las esperadas
vacaciones de invierno (que esta vez fueron hermosas), cuando me dispuse al
segundo autoreto literario del año: leer solo a autores nacionales,
considerando que el año pasado solo leí a uno, Roberto Bolaño. De ese modo comencé con alguien muy
importante para mí, Isabel Allende y su novela Más Allá del Invierno,
ideal para esas fechas. Después de ella
le di oportunidad a otros dos autores que me gustan mucho, Hernán Rivera
Letelier con El Arte de la Resurrección y Roberto Ampuero a través de Los Amantes de Estocolmo. El de
Rivero me encantó y el de Ampuero fue el que menos me gustó de los tres
primeros textos con los que comencé esta etapa.
Era hora de volver a la ciencia ficción,
así que saqué de mi colección Lluscuma de Jorge Baradit, uno de
los últimos libros que escribió antes de sus best sellers de pseudohistoria
chilena y copuchas esotéricas sobre el acontecer nacional. El libro resultó ser demasiado “barroco” para
este servidor.
Era imperioso para mí darle tiempo a otras
autoras chilenas aparte de mi predilecta, así que retomé luego de más de una
década a Marcela Serrano, releyéndome su primera novela: Nosotras que nos queremos tanto…y
esta vez no me gustó tanto, je, aunque tampoco la voy a descalificar (y ha sido
una de mis entradas que más lecturas y comentarios ha tenido de las hechas el
año recién pasado).
Si me leí otra vez a Baradit (o Baladí como le gusta llamarle de manera
ofensiva a mi amigo Miguel Acevedo que lo desprecia con todo su ser…), era hora
de pasarme por los indiscutidos precursores de la fantasía científica
criolla. De ese modo comencé con el
verdadero maestro del género en estos lares, Hugo Correa, al cual le hice un
par de post y vaya qué gocé de mi reencuentro con su ópera prima Los
Altísimos. Luego aproveché de
ahondar en las páginas de Acá del Tiempo de Antoine Montagne,
lejos el volumen que más me pareció aburrido este año, aunque una que otra
virtud tiene por ahí. Terminé esta
subetapa con la Elena Aldunate y el volumen La Dama de la Ciencia Ficción;
cabe decir que esta artista fue la tercera y última fémina compatriota que repasé
el 2019.
El mencionado libro dedicado a la bella Aldunate
fue la primera colección de cuentos que tuve en mis manos el recién acabado
ciclo (¡Y nadie me ha dejado siquiera unas palabritas en su entrada y eso que
tiene a la fecha 41 visitas, desde que lo subí el 8 de diciembre!), que luego
me dispuse a saborear la antología El Cuento Chileno de Terror y que
tantas satisfacciones me dio; la segunda parte del post dedicada a esos relatos
espero publicarle de una vez de aquí a este domingo que viene, que hace tiempo
que la escribí.
Por último, me di el gusto de leerme por
fin Narrativa
Reunida de Luis Rivano, una colección de sus novelas y cuentos que para
mí ha sido de lo mejor de este 2019. Tan
solo ayer acabé con este tomo y por el momento solo he subido un primer post al
respecto; se vienen dos más pendientes.
¡Me estaba olvidando que me leí y en
digital el cuento En la Hierba Alta de Stephen King y Joe Hill, siendo lo único
de mi autor favorito que me leí este 2019.
Mucho me gustó esa historia, que me leí de un tirón horas antes de
Halloween, pues quería hacerme mi propia opinión previamente a la película que
hizo Netflix sobre ella. La verdad es
que lejos me quedo con el texto. Harto le dediqué a Stephen King o mejor dicho a las adaptaciones de sus obras el año pasado, aunque de ello escribí en el post anterior a este.
Junto a mis mayores musos: mis sobrinos Amílcar & Brunito. |
Aún en lo que concierne a los libros y mi
amor por ellos, retomé mi serie de posts llamados Pecados de Omisión sobre
aquellos títulos que por una u otra razón no compré, por lo cual luego me
arrepentí. Escribí 4 nuevas entregas al
respecto, llegando a la octava parte de estos recuerdos tan valiosos para mí.
De igual manera, comencé una nueva serie
de posts y llamada Así era en mis tiempos, sobre las tecnología antiguas que
llegué a ocupar y ahora están obsoletas en general. Muchas bellas remembranzas reúno en esos
escritos tan queridos para mí.
También terminé mi revisión de la edición
en blu-ray que me compré de Star Trek: La Nueva Generación,
reencuentro con tan gran serie que me dio un montón de satisfacciones. Aún debo repasar las películas y espero
hacerlo estas vacaciones. Siguiendo con Star
Trek, también aproveché de verme Discovery, por lo cual escribí harto
también.
Aprovechando el inminente estreno de Glass,
el cierre de la trilogía homenaje de M. Nigth Shyamalan a los cómics de
superhéroes, me volví a ver El Protegido y Fragmentado. Fue un enorme gusto hacer esto y vaya qué me
sobrecogió la última película con la que acabó tan bien este tributo a las
historias que por igual amo.
Y en materia de esos personajes que tanto
me fascinan, por supuesto que cubrí todas las películas del género que se estrenaron
este año, partiendo por la mencionada Glass, si bien la primera de ellas
fue Capitana Marvel que la detesté, hasta terminar con Guasón, que si bien es la
reinterpretación realista sobre el origen del famoso villano de los cómics,
está dentro de este tipo de historias.
¿Cuál fue la que más me gustó de todas? Obviamente que Avengers: Endgame. Se me estaba olvidando,
no alcancé a ver la nueva versión de Hellboy y si bien me gustó harto (aunque
no al nivel de las hechas por Guillermo del Toro), nunca me di el tiempo para escribir sobre ella. Mención aparte merece Brightburn, un especial
giro a la historia de Superman, que pasó sin pena ni gloria en los cines acá y
que tras verla al descargarla de internet, la amé. Las otras cintas de este estilo que pude
apreciar son Spider-Man: Un Nuevo Universo (que la vi atrasada y me
encantó), ¡Shazam! (que me la repetí, tal como la de los Vengadores, pues
me dejó muy contento), Spider-Man: Lejos de Casa (mucho
mejor que su primera parte) y X-Men: Dark Fenix (la menos buena de
la saga sobre mutantes, aunque igual la aprecio).
Me reencontré con varias de las series que
veo y gozo desde hace años, entre ellas Gotham, El Cuento de la Criada, El Hombre en el Castillo, Juego de Tronos, La Casa de Papel, The OA y Stranger Things. Mención aparte merecen las producciones
Netflix sobre superhéroes de Marvel, lejos entre mis preferidas y que lamento
mucho las hayan cancelado: El Castigador y Jessica Jones.
Conocí el gran homenaje a Star
Trek hecho por el virtuoso Seth MacFarlane, The Orville, cuyas dos
primeras temporadas me las devoré todo goloso, así que espero con muchas ganas
su segunda temporada.
Por tercera vez consecutiva, conté sobre
mis vivencias en la Comic-Con, a la cual lamentablemente este año no pude ir
con Amilcar, pues se enfermó mi niño.
Cumplí 8 años de blog, algo para celebrar
por todo lo que ello significa para mí y más considerando todas las páginas que
he visto morir durante este periodo, entre ellas las de varios amigos y otros
blogueros que seguía con devoción.
También hice una entrada especial para la número 666, a la que quise
darle una especial temática.
En materia de las remembranzas más
preciadas, dediqué dos textos a mi abuelito Daniel, alguien tan importante para
mí durante mi infancia y adolescencia.
Los familiares que leyeron al respecto, se emocionaron bastante. Tengo pendiente escribir sobre la abuelita
Ercilia, esta la madre de mi papá, que el abuelito es por parte de mi mamá.
Hartos cómics leí este año, pero de ninguno
escribí salvo acerca de la actualización de la Mujer Maravilla que hicieron para los llamados Nuevos 52, si bien estuve tentado para ello.
No obstante le dediqué mi tiempo y su respectivo post a una joyita sobre
el tema: La Era Marvel de los Cómics del maestro Roy Thomas. Si son marvelitas más encima, muy
satisfactorio será para ustedes tenerlo y leerlo.
Si bien se fueron varios artistas este año,
le rendí mi homenaje solo a cuatro de ellos: Larry Cohen, Rutger Hauer, Aron Eisenberg y Rene Auberjonois; los dos últimos de ellos, artistas de Star
Trek, lo que fue doloroso para la comunidad trekker. Y en cuanto a Viaje a las Estrellas, también
nos dejó la valiosa guionista y escritora D.C. Fontana, una de las responsables
de definir ese universo con la Serie Original, junto a Gene
Rodenberry y varios autores de renombre; no llegué a escribirle algo en su
momento, de modo que ahora le rindo los honores respectivos. Y en materia de gente valiosa que se fue, no
pude dejar de recordar a mi amigo Cidroq, que en agosto de 2019 cumplió un año
desde que falleció: Para ti estas últimas palabras, cuate, que siempre escribo
teniéndote presente a la hora de escribir con el corazón, como tú mismo lo
hacías.
Hay varios posts más a los que no he mencionado, pero los obviaré por ahora, que descúbranlo por ustedes mismos, si están interesado en verdad acerca de lo que hago. Gracias por pasarse por acá y feliz 2020.
Buen resumen del año 2019 sobre tus actividades dentro y fuera del blog. Bueno, más que todo dentro. Debió ser todo un "dolor" poner todos esos links a los post, pero es excelente que lo hayas hecho para que podamos encontrar más fácilmente los artículos que nos mencionas. Sigue con el buen trabajo, Elwin.
ResponderEliminarGracias por ser el primero en dedicarle tiempo a algún post mío del año. Y en cuanto a lo de poner los links...¡Sí, en verdad es harto engorroso poner los hipervínculos! A ver si este verano logro poner...¡Unos 20 posts! (¿No estaré exagerando?).
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